04.MAY.21 | PostaPorteña 2202

PLANDEMISMO Y DOMESTICACIÓN (9)

Por Os Cangaceiros/P.I.

 

NOTAS de  DECANTACIÓN  (9)

 

SÍ, desde el primer día del confinamiento, hubo proletarios internacionalistas que denunciaron el “El brutal ataque contra la humanidad”, afirmando que “no lo produce el virus, sino la bancocracia capitalista y el Estado mundial”, fue porque desde muchos años antes, habían percibido que el ataque contra la humanidad ya había comenzado (“calentando el planeta”) …

A continuación, los primeros párrafos de uno de los PRIMEROS volantes de nuestros compañeros:

No es el virus, y/o la propagandeada “pandemia” lo que está imponiendo este feroz ataque contra nuestras condiciones de vida, sino el capital y el Estado, los banqueros y los jefes de Estado que dirigen el mundo. Son ellos los beneficiados, con la más gigantesca emisión monetaria, aunque utilicen la mentira de que, “la campaña es contra el virus”. 

El objetivo del ataque, no es ninguna pandemia, PORQUE NO LA HAY.  El objetivo es imponer la más profunda y acabada tiranía del valor contra la vida humana, subsumir todas las relaciones humanas en lo financiero, imponer la dictadura del dinero VIRTUAL en todos los poros de la sociedad y la tiranía de la aristocracia financiera en todas las esferas de lo vivo. Se trata, con la GRAN OBRA DE TEATRO EN VIVO DE LA HISTORIA, de producir un RESETEO GENERALIZADO de las relaciones humanas, para DOMESTICAR a toda la humanidad, para que la bancarización subsuma la totalidad de los poros de toda relación “humana” imponiendo al dinero como intermediario obligado de todo. El confinamiento, la represión generalizada forma parte esencial de ese ejercicio de dominación a escala planetaria y su objetivo es el NUEVO ORDEN MUNDIAL que la ARISTOCRACIA busca imponer.

Lo que hace todavía peor las condiciones de vida del proletariado mundial no es un virus, sino el pánico inducido, el terror de estado, el encierro, el aislamiento, el confinamiento, la bancarización, la criminalización de todas las relaciones directamente humanas y corporales, la represión. 

Lo que deprime, oprime y mata son las inmundas condiciones que, con el horror del virus, impone el capital en las ciudades, en el campo, en los barrios proletarios, en las favelas, en los hospitales, prisiones, psiquiátricos, campos de concentración… ¡hasta en las casas en donde se confina a las buenas y a las malas!

Lo que es mentira es lo del virus, el contagio, las cifras de la OMS, la pandemia. Lo que es verdad, desde el principio, de esta gran COMEDIA/TRAGEDIA, es LA CAMPAÑA DE ENCIERRO REAL que provoca hambre e impone la carencia de lo más indispensable. Lo que es verdad es la paralización productiva mundial decidida en las sombras, por la aristocracia financiera mundial, que diezma la población del planeta. Con la gigantesca MENTIRA de la campaña, provocan un VERDADERO GENOCIDIO UNIVERSAL y buscan imponer EL NUEVO ORDEN MUNDIAL del que tanto ha hablado la élite  [1]

Lo demarcatorio, lo que más dividirá las aguas, cuando comenzaba el ataque plandémico (primer trimestre de 2020) fue:

+  designar todas las medidas como un ataque CONTRA LA HUMANIDAD, una guerra mundial una movilización general de la población para enclaustrarla, confinarla, domesticarla.

+  denunciar lo sanitario como un pretexto, para crear ansiedad y pánico, y, dejar bien claro, que no era ningún virus que realizaba el ataque.

+  señalar como objetivo la contrainsurrección, el encierro, el control

+  afirmar que la miliqueada generalizada, que tanto apreciaban las fuerzas opresivas no era algo puntual, sino el fundamento esencial de la constitución de un Nuevo Orden Mundial concentracionista y tiránico.

+  subrayar además que la dictadura del dinero tenía, como objetivo inmediato, la paralización de la producción mundial (reseteo) y la consecuente destrucción de la vida humana (hambre, carencias, miseria…) 

+ definir la plandemia como: la consolidación de la tiranía absoluta del capital dinero y de la plusvalía financiera frente a los sectores productivos de objetos y servicios humanos

¡Pensar que los opresores negaban hasta que se trataba de un ataque, hasta que se habían organizado en las sombras para ello! 

¡Pensar que se ocultaba, detrás del pretexto sanitario, que el objetivo era controlar, botonear, concentracionar, destruir la alimentación, la salud, la vida humana (genocidio)!

¿Y los proletarios? ¿Y los explotados? ¿Y los oprimidos? Más que en todas las otras guerras mundiales anteriores, sólo una minoría resistió desde el primer día a la movilización y militarización general impuesta por el Estado mundial y salió a pelear. 

La enorme mayoría domesticada y avasallada por las grandes instituciones, los medios, la derecha y la izquierda, los sindicatos y partidos se sometería al terrorismo de Estado creado, con el pretexto del virus y la pandemia. 

Pero el sometimiento y la domesticación no hubiesen sido tan unánimes sin la “TRAICIÓN” abierta de minorías organizadas en tanto que proletarios internacionalistas, anarquistas, anarcos comunistas,  antiautoritarios, revolucionarios…

En las notas de decantación siguientes, le daremos prioridad al análisis y la denuncia de esa “traición” o mejor dicho a la manipulación programática, ideológica y policial, que llevó a esas minorías a participar en el encubrimiento de los actores del genocidio, acusando, a quienes lo denunciaban, como “complotistas” y/o de “servir a la extrema derecha”. 

Y peor, a colaborar abiertamente con el pánico impuesto por el Estado mundial propagandeando el cuento del virus y la mentira de la pandemia que, aquel necesitaba para domesticar: en vez de salir a la calle a desafiar el tapado de boca y el confinamiento, dejaron de reunirse o sometieron sus temarios, en reuniones y publicaciones (y hasta en la mismísima “acción directa”), a la historia mentirosa, de que el capitalismo creaba virus y pandemias. 

¡Y que por lo tanto no había ni ataque, ni crimen de Estado, contra el cual había que salir a pelear! 

¡Era el encubrimiento perfecto que había fraguado la élite, la aristocracia financiera mundial! 

Como había hecho la socialdemocracia (y sus apéndices políticos y sindicales de izquierda), argumentaban que no eran traidores porque ellos también denunciaban al “capitalismo” como causante de todas las guerras. Siguen traicionando a los proletarios con los mismísimos argumentos que sus ancestros.


 

[1]  En realidad, este fue uno de los tantos borradores, que luego retomamos en volantes y manifiestos, que circularon desde los primeros días, en decenas de países y en varios idiomas, para responder al ataque. Era la frenética obra de compañeros de diferentes partes del mundo que reaccionaba frente al ataque plandémico, llamando a la lucha abierta contra el ataque, y tratando de que sus posiciones fueran repercutidas en todos los sitios proletarios internacionalistas y revolucionarios del mundo. Fue recién un poco después, y constatando que, ni siquiera   “proletariosinternacionalistas.org”  (sitio cada vez más manipulado por tesis plandémicas), difundió esas posiciones que establecerían una dirección pública de contacto ( proleint@protonmail.com y que un poco después pudieron armar otro sitio: “proletariosinternacionalistas.com”.


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