R.M. periódico anarquía mayo 7, 2021
“El punto en el que las defensas de la sociedad instituida serán más débiles es, sin ninguna duda, su propio imaginario instituyente”. Castoriadis.
Y nos hemos creído que “lo que hay” es la normalidad imposibilitada de cambio. Olvidando la historia, nuestros propios relatos de lucha, dejando de lado nuestras capacidades y lo que las paredes a nuestro alrededor nos dicen.
Con el tempo, nos dejamos imponer la idea de que nada puede cambiar salvo repetirse una y otra vez de forma idéntica a sí misma. Los defensores de lo instituido nos cuentan que la injusticia siempre estará, que la propiedad privada es indiscutible y que sus privilegios se basan en que son más trabajadores, listos y valientes que los demás.
Las clases altas buscan eternizar el mundo, detenerlo al hacernos olvidar nuestra capacidad de hacer y rehacer nuestra existencia. La democracia representativa es el único sistema posible, el capitalismo y su competencia salvaje y constante no es una posibilidad entre otras, que unos vivan con miles de millones mientras otros coman de la basura es “ajustable” pero esencialmente justo y para siempre.
Entonces, cuando la gente se levanta, y es gracias a los levantamientos que hemos conseguido nuestras libertades, salen apresurados a decir que no es “la forma de cambiar”.
Lo que quieren decir es que el único cambio es el que hacen los representantes de la voluntad de la gente y que la gente no tiene la capacidad de generar cambios
El punto más débil de la sociedad capitalista instituida es el que intentan blindar sus defensores diciendo que nosotros no somos los que creamos nuestra existencia. La sociedad cambia y a veces sólo se repite, ¿por qué carajo deberíamos repetir las injusticias, las desigualdades, la dominación sobre la inmensa mayoría de las personas?
Comentarios: Negacionistas, covidianos y escépticos de toda laya podemos hacer algo de común acuerdo en beneficio de una vida cívica y política deseable para todos: bregar por la instauración de mecanismos institucionales que no sólo permitan a cada ciudadano expresar libre, oportuna y pacíficamente lo que piensa y lo que desea en cualquier momento y circunstancia con respecto a todo aquello que le incumbe, sino además conocer cuál es el sentir colectivo en tiempo real de manera precisa y fidedigna.
Para esto hay que preocuparse por difundir las convicciones propias pero además procurar conocer y entender los elementos de juicio que aportan los demás. Todos queremos y necesitamos averiguar la verdad en torno a la "pandemia" y éste debe ser un objetivo común. Pero son tan dañinas, inaceptables y absurdas las prácticas intimidatorias de algunos como las imputaciones conspirativas de otros.
Trabajemos juntos y para beneficio de todos en aras de una coincidencia constructiva entre negacionistas, covidianos y escépticos en procura de que la realidad sea conocida cuanto antes...
Sergio Hebert Canero Dávila
Muerte al Capital que nos OBLIGA a trabajar en plena pandemia, mientras nuestros compañeros enferman y mueren.
Es el momento justo para una HUELGA GENERAL MUNDIAL que pare este maldito sistema de muerte, que ahora no solo te explota, también te obliga a "ponerle el cuerpo" al virus, mientras ellos multiplican sus ganancias.
Y todo esto adornado con un discurso "en defensa de la libertad...", sí, la libertad de explotar a los trabajadores.
Ya quedó demostrado al principio de la pandemia que sin los trabajadores el mundo capitalista NO FUNCIONA, demostremos nuestro poder.
Si tanto aman la libertad, que los conspiradores y patrones salgan ellos a trabajar!!! Basta de muertes y enfermos en la clase obrera!
Facundo