10.JUL.21 | PostaPorteña 2216

Uruguay Se obtuvo las firmas necesarias para consulta contra la LUC

Por varios

 

Comisión Pro Referéndum entregó 797.261 firmas a la Corte Electoral

 

¿LAS FIRMAS NO SERÁN UN VIRUS COMO EL COVID... SE REPRODUCEN CON UN VÉRTIGO BRUTAL????

 

La Comisión Pro Referéndum que impulsa la derogación de 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) presentó ayer ante la Corte Electoral 797.261 firmas solicitando la realización de una consulta popular.

Las firmas fueron llevadas hasta la Corte Electoral por una caravana de autos y bicicletas que partió después de las 15 hs de la sede del PIT-CNT, en Jackson y Charrúa, y recorrió la avenida 18 de Julio hasta la Ciudad Vieja. Cientos de militantes se habían ubicado en las veredas para saludar el paso de la marcha.

La cantidad de adhesiones superó ampliamente el mínimo exigido por la Constitución, que es de 675.000, y también la meta que se había fijado la comisión, que era de 700.000 rúbricas. 

En una conferencia de prensa, el presidente del PIT-CNT, Fernando Pereira, felicitó a la militancia. “No sé si dimensionamos el logro, pero implica casi cuatro [estadios] Maracaná llenos”, sostuvo:

Disfruten, sientan la felicidad de la tarea cumplida, de haber logrado el objetivo: rían y lloren, disfruten, la lucha siempre pagó. 

El presidente del Frente Amplio, Javier Miranda, dijo que la campaña fue “una gesta” y admitió que él no esperaba que se llegara a la meta. 

Miranda sostuvo que la cantidad de firmas “significa un cambio cualitativo en la política nacional”. Y agregó que “lo que se negó de discusión parlamentaria ahora lo vamos a tener de discusión pública”.

 

Referéndum:  Cuestiones de forma, plazos y procedimientos al respecto

 

El siguiente paso ahora es el control por parte de la Corte Electoral de las firmas recabadas, tanto en su cantidad como su autenticidad. ¿Cuál es el plazo para ello? 150 días hábiles desde que pasa un año de la promulgación de la ley objeto del recurso. Ese año se cumple mañana.

150 días hábiles son entre 210 y 220 días corridos, más o menos. O sea, unos 7 meses y unos días. La Corte tiene entonces hasta mediados de Febrero 2022 para controlar las firmas y decidir si el recurso fue correctamente interpuesto. Por supuesto, podría tomar menos tiempo.

Si la Corte dictamina que el recurso fue correctamente interpuesto, deberá fijar fecha para el acto de votación, que debe ser dentro del plazo de 120 días corridos desde la proclamación de dicho dictamen.

Es decir: si todos los plazos se estiran al máximo posible, la votación sobre el referéndum tendrá lugar a mediados de junio de 2022. Esa votación es obligatoria para todos los inscriptos en el registro cívico nacional. Ahora: ¿cómo se vota ese día?

Aquellos que deseen que la ley se derogue, deberán votar por la papeleta "SI". Quienes están a favor de la ley y en contra de su derogación, deberán votar "NO". Ahora bien, qué pasa con los votos en blanco y anulados?

Los votos en blanco se suman sin más a los votos por "NO", es decir, los votos a favor de la ley y en contra de su derogación (Art. 40 de la Ley N° 16.017). Los votos anulados son considerados votos no válidos.

¿Qué tiene que pasar para que se derogue la Ley? Que voten por "SI" más de la mitad de los votantes cuyo voto sea considerado válido. Es decir, la ley se deroga si los votos por "SI" son más que los votos por "NO" y los votos en blanco sumados entre sí.

Los votos anulados y las personas que no vayan a votar, no tienen ninguna incidencia en la mayoría, más que reducir la cantidad de votos "SI" necesarios para la derogación.

Si se llegara a los votos necesarios para derogar, los 135 artículos quedan derogados con la publicación en el Diario Oficial de la proclamación del resultado del referéndum por parte de la Corte Electoral.

Javier Galperin Margounato (abogado) TWITTER

 

El referéndum cambia el escenario político: 7 puntos a resolver

 

 

Un asunto que cambiará la dinámica política nacional durante los próximos nueve meses

Gonzalo FerreiraEnClave , El Observador 9 julio 2021

 

La izquierda logró presentar esta semana casi 100 mil firmas más de las necesarias para llevar a referéndum la Ley de Urgente Consideración (LUC) y eso cambiará indefectiblemente el escenario político de los próximos meses y eventualmente el rumbo del gobierno, sea cual sea el resultado.
Por lo pronto el país entrará –dentro de cinco meses, o antes– en un clima de campaña electoral. La dimensión de cuánto cambie el escenario estará dada por las próximas movidas políticas que se hagan tanto desde el oficialismo como de la oposición. En ese sentido hay varias preguntas que necesitan respuestas. 


Preguntas para la oposición

 

¿El Frente Amplio está dispuesto a un escenario del todo o nada?

 

Haber llegado a las firmas parece el despertar de una izquierda dormida que no lograba pegar una bien. Y cómo sucedió también es un mensaje a esa dirigencia. Si bien más de la mitad de las firmas –casi el 60%– llegó desde el Frente Amplio, fue a impulso de los militantes de base y del movimiento sindical que se logró mantener durante meses la llama prendida de la recolección de firmas. Eso fue así al punto que, en la negociación previa con los sindicatos, el FA debió ceder muchas de sus posturas.

Los dirigentes de peso de la coalición recién le pusieron impulso en el último tramo, pero como quedó claro esta semana, la izquierda ahora se embanderan con todo para tirar abajo la LUC.

El asunto es que ahora, embarcados en este camino, el resultado es jugado: la izquierda puede revivir con mucha fuerza luego de los revolcones electorales de 2019 y 2020, o por el contrario, si pierde, le dará al oficialismo mucho más poder para avanzar en una agenda que hasta ahora no es muy transformadora.

¿El referéndum radicalizará al FA en estos nueve meses?

¿Cómo creció y acumuló fuerza el Frente Amplio a finales del siglo pasado y principios del actual? Entre muchas otras cosas, la izquierda logró mediante la radicalización del discurso e incluso con algunas victorias en consultas populares –ley de empresas públicas en 1992, ley de ANCAP en 2003– construir ese “ellos” y “nosotros” que tras la crisis le permitió ofrecer una propuesta de “cambio”.

La tentación de recorrer el mismo camino es grande pero también riesgosa. Radicalizar el discurso, como han hecho algunos dirigentes en estos días, también puede dejarlos en falso. Un ejemplo son las declaraciones de Carolina Cosse este jueves, cuando dijo que conseguir las firmas fue "una señal fuerte de que no está bueno que en Uruguay las leyes se impongan de pesado".

El argumento para sostener eso es que las leyes de urgencia tienen plazos perentorios para su aprobación. Pero durante los 15 años que gobernó, más allá del instrumento o no de la LUC, la izquierda también aprobó decenas de leyes con mecanismos que podrían considerarse “de pesado”; por imponer sus mayorías e incluso con tratamientos exprés.

Además, no se puede decir que fue “de pesado” cuando el FA votó en Diputados 232 de los 476 artículos de la ley. Y además, acompañó algunos –que logró modificar en la negociación– que ahora pide derogar.


¿Cómo se moverá Orsi en este nuevo escenario?

Para el tono y la estrategia de Carolina Cosse hacia 2024, el referéndum viene muy bien. La intendenta de Montevideo se puede llegar a mover como el pez en el agua en el terreno de la confrontación.

En cambio, el liderazgo que está construyendo el intendente de Canelones Yamandú Orsi es bien diferente a esta estrategia que ahora despliega el FA. Su perfil componedor y de tender puentes –no solo para el diálogo político como lo demuestra en Canelones sino también para que haya ciudadanos que votaron a la coalición y decidan volver o pasarse al FA en 2024–, contrasta con esta postura de la consulta popular.

Para empezar, hace algunos meses marcó una postura de distancia con el referéndum que luego lo llevó a aclarar sus dichos. Luego firmó y sobre el final acompañó con más fuerza, pero mirando toda la película su presencia fue casi nominal.

Este nuevo escenario lo desafía. Y será muy relevante ver cómo se moverá.

El jueves, cuando la comisión entregó las firmas, Orsi no criticó ninguno de los artículos. Dijo que su cuestionamiento es al instrumento de la ley. El problema que tiene –no solo Orsi, sino toda la izquierda– es que en los artículos que se intentan derogar no hay nada escandaloso. Al punto que cuando los militantes intentan sumar argumentos entrando en las cosas concretas, terminan falseando la realidad.


Preguntas para el oficialismo

¿Debe seguir ignorando o actuar ya?

Un ejemplo de cómo algunos dirigentes de izquierda tensan los argumentos para cuestionar  la LUC es el asunto de los alquileres. Algunos sindicalistas han dicho que la ley dejará en la calle a miles de personas porque habilita los desalojos exprés. Y ese argumento oculta parte de la realidad. Los desalojos rápidos estarán habilitados para las personas que acepten contratos sin garantía, algo que a la vez facilita el acceso a la vivienda a miles de personas que hoy no tienen cómo conseguir una garantía. Los inquilinos que utilicen la modalidad de contrato prevista bajo la normativa previa de la LUC no tienen riesgo de ser desalojados de esa manera.

El oficialismo ha guardado silencio ante ejemplos como ese. Decidió no entrar en el debate público por la LUC y eso también cedió terreno a este tipo de situaciones. La izquierda comenzó a imponer un relato.

Hasta ahora esa estrategia tenía un sentido: que el gobierno se involucrara le daría más espacio en la opinión pública a la recolección de firmas. Con ese proceso finalizado la realidad cambia, pese a que muchos dirigentes oficialistas insisten en ignorar el asunto hasta que la Corte Electoral valide las firmas. Si van a dejar que pasen los cinco meses que puede llevar eso con la misma estrategia, la izquierda solo tendrá la cancha libre para seguir acumulando fuerzas.

¿Lo utilizarán como aglutinador?

Durante este año y tres meses de gobierno, el oficialismo ha tenido algunos problemas internos entre los partidos que integran la coalición. Menores de los esperados, pero que a medida que pasa el tiempo parecen crecer. Es lógico que cada partido quiera marcar perfil propio hacia 2024. Pero con el referéndum, la izquierda le brinda una oportunidad a Lacalle Pou para aglutinar durante al menos nueve meses a blancos, colorados, cabildantes e independientes contra un enemigo común.


¿Nueve meses de congelamiento?

Una duda que queda por despejar es cuánto deja el presidente que el referéndum afecte su agenda de gobierno. Hay temas que están en carpeta –ley de medios, combustibles, funcionarios públicos, reforma jubilatoria, educación– que de ser abordados puede sumar algunos enojos contra el gobierno y afectar el referéndum. Por ejemplo, el aumento de los combustibles de hace 15 días fue utilizado por la izquierda para cuestionar la LUC por los nuevos criterios para la fijación de precios.

Este es un desafío para el presidente: tener que medir cada una de las decisiones de los próximos nueve meses en una lógica electoral.
 

¿Una victoria sería una oportunidad para profundizar la agenda?

Luego de 15 años de gobiernos frenteamplistas se podía esperar que la agenda de cambios fuera mucho más intensa y transformadora. Blancos, colorados y cabildantes no llegaron al gobierno con grandes transformaciones liberales. Da la sensación de que quisieron ir pisando suave.

Pese a esa agenda soft, la izquierda muestra los dientes con el referéndum. Pero si el gobierno logra en las urnas mantener la LUC tal como fue aprobada, no solo será una victoria política; también le abrirá una oportunidad única para avanzar en una agenda que hasta ahora no implementó. Por ejemplo, podría ejecutar muchos de los cambios en la enseñanza que prometió y no ha logrado ejecutar.


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