23.JUL.21 | PostaPorteña 2220

COVID-19 podría acabar con el DINERO en EFECTIVO

Por Joseph Mercola

 

¿Será el fin del uso del dinero en efectivo?

 

Cómo el COVID-19 cambió la forma en que pagamos

 

En algunos países, el dinero en efectivo casi se ha convertido en algo del pasado. Ahora, las tarjetas y aplicaciones móviles son la forma predominante de pago, mientras que el dinero real se considera muy 'sucio' o complicado de utilizar. Pero ¿cuál será el costo real de una sociedad que no utiliza dinero en efectivo? Debe saber lo que sucede cada vez que paga con una tarjeta o aplicación.

Dr. Joseph Mercola 21 julio 2021

 

El dinero en efectivo ha sido la forma predominante de pago desde hace mucho tiempo, pero cada vez más personas han dejado de utilizarlo en favor de las tarjetas de crédito y otras opciones de pago digital sin contacto.

Durante algún tiempo, la tendencia ha sido hacia una sociedad sin efectivo, pero la pandemia de COVID-19 se ha convertido en un pretexto para acelerar el proceso.

Las enfermedades infecciosas se han vuelto tan omnipresentes en la consciencia colectiva, que de repente los billetes y monedas se consideran especialmente sucios, a pesar de que no se habían relacionado con la transmisión de enfermedades; mientras que el pago electrónico se percibe como una opción limpia, rápida y conveniente.

Pero, en el documental de la cadena alemana DW, titulado "Cash or Card — Will COVID-19 Kill Cash?", la productora, Kersten Schüssler, expone algunas preguntas importantes, como, ¿qué estaría en juego si ya no utilizamos dinero en efectivo?

La respuesta envuelve tanto la privacidad como la libertad.

https://youtu.be/RLFTEg6mfbE

 

Privacidad: el precio por hacer pagos sin dinero en efectivo

 

A lo largo de los años, el Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) ha expresado en su agenda la intención de eliminar el pago con efectivo y adoptar una moneda digital, incluso en los Estados Unidos. Pero en el último año, la pandemia ha provocado la drástica aceleración de este proceso. En Alemania, la población se ha mostrado renuente a aceptar el pago con tarjeta o aplicación móvil, pero ahora la cifra de personas que pagan con tarjeta aumentó en un 26 % desde el inicio de la pandemia.

El dinero en efectivo es su forma de pago predominante, e incluso es la única moneda que aceptan en muchos mercados y panaderías. Sin embargo, no sucede lo mismo en Dinamarca, Noruega y Suecia, donde el dinero en efectivo casi se ha convertido en una opción obsoleta. No encontrará muchos cajeros automáticos y, si va a una tienda o supermercado, es probable que le indiquen pagar con tarjeta.

En Suecia, podría ser poco favorable usar dinero en efectivo en una panadería y a los empleados no les gustaría recibir sus billetes y monedas. Un joven empleado de panadería entrevistado en el documental, indicó que es mucho más seguro no tener dinero en efectivo en la tienda porque reduce los robos.

Till Grune-Yanoff, profesor de filosofía en el Instituto Real de Tecnología de Estocolmo, también afirma que las aplicaciones de pago le permiten controlar con exactitud lo que compran sus dos hijos. Y este es un principio clave del sistema sin dinero en efectivo. Si bien, el dinero en efectivo es anónimo, el pago con tarjeta o aplicación deja un rastro digital.

Ya en Suecia, la mayoría de los bancos no proporcionan dinero en efectivo porque es demasiado complicado y está en auge el pago mediante aplicaciones de teléfonos móviles. Puede transferir dinero de un teléfono celular a otro tan fácil y rápido como enviar un mensaje de texto.

"El dinero se ha convertido en una mera cuestión de datos digitales", dijo Schüssler. Pero, hay una desventaja para esta conveniencia. "Esto también significa que los sistemas de pago electrónicos suecos pueden rastrear las transacciones financieras de la mayoría de las personas. El Gran Hermano los vigila".

¿Será este el fin del dinero en efectivo?

 

El documental cuestiona si Suecia es el ejemplo de lo que nos espera, "un futuro en el que el dinero en efectivo será algo obsoleto y en el que cada uno de nuestros pagos pueda rastrearse y localizarse". Marion Laboure, profesora de Harvard y analista de investigación en el Deutsche Bank, ha declarado que el COVID-19 podría ser el catalizador para convertir los pagos digitales en la tendencia principal:

"Aún no es el final del dinero en efectivo. Pero lo que hemos notado desde principios de este año y, en especial, desde el inicio de la crisis del coronavirus, es que en efecto la cantidad de dinero en efectivo en circulación ha aumentado porque se considera seguro, en términos de estabilidad de su valor.

Sin embargo, si consideramos el dinero en efectivo como forma de pago, se ha observado un menor uso. Cada vez menos personas pagan con dinero en efectivo. En diciembre, el 30 % de la población de Alemania realizó pagos sin contacto. Y hoy en día es casi el 50 %".

Laboure describió avances aún más sorprendentes en otros países, como Corea del Sur y China, que establecieron una cuarentena y destruyeron billetes bancarios. En Estados Unidos, "la reserva federal decidió poner en cuarentena los billetes procedentes de Asia para asegurarse de que fueran seguros". Laboure también expresó: "El riesgo es muy bajo. Pero, consideraron que era necesario".

La enfermedad y evasión fiscal como promotoras del desuso del dinero en efectivo

 

A lo largo de la pandemia, se ha dado a entender que los pagos sin contacto ni dinero en efectivo son la opción "más segura", que permite mantener la distancia y eliminar la necesidad del intercambio de dinero en efectivo "sucio". Pero ¿el dinero en efectivo podría ponernos en mayor riesgo de contraer COVID?

Johannes Beermann, miembro de la junta ejecutiva del Bundesbank en Berlín, no lo considera así, y tampoco cree que el dinero en efectivo pueda reemplazarse por aplicaciones o tarjetas en el corto plazo. "Yo diría que se ha refutado lo suficiente", dijo. "Si analizamos los billetes bancarios, como los billetes de cinco o diez euros, que tienen una mayor circulación, cuentan con un revestimiento especial. Gracias a las investigaciones, sabemos que los billetes y las monedas no están involucrados en la propagación de infecciones".

Además, se citó la preocupación sobre la corrupción y lavado de dinero cuando los bancos dejaron de emitir billetes de 500 euros en 2019, mientras que la organización llamada Alianza Mejor que el Dinero en Efectivo (Better Than Cash Alliance), la cual es una iniciativa con 77 miembros, entre ellos la Fundación Bill y Melinda Gates, Visa y MasterCard, que está "comprometida con la digitalización de los pagos", también ha solicitado que se suprima el dinero en efectivo debido a "los fondos secretos, dinero sucio, lavado de dinero y grandes sumas no declaradas a las autoridades fiscales o al Estado".

"Por supuesto, tenemos que combatir el lavado de dinero, evasión fiscal y financiamiento del terrorismo, y creo que el dinero en efectivo debe ser monitoreado, al igual que otros métodos de pago", dijo Beermann. "Tenemos que asegurarnos de eso. Pero, no creo que estos pagos digitalizados puedan vencer la economía informal".

Las huellas digitales después de cada pago

 

Las huellas digitales o rastros de datos financieros después de cada pago con tarjeta o aplicación móvil se monitorean con detenimiento.

Sarah Spiekermann, profesora de sistemas de información y sociedad en la Universidad de Economía y Negocios de Viena, investiga cómo se monitorean y analizan estos datos, y afirma que la información de tarjetas de crédito y datos de pago electrónico alimentan una industria de distribuidores de datos:

"Sabemos que las empresas de tarjetas de crédito transmiten estos datos. Mientras tanto, pueden monitorear a todos en tiempo real a través de los medios digitales que usan para crear perfiles a gran escala. Es casi normal tener entre 30 000 y 40 000 datos de cada persona. Y con este historial de alta resolución, conocen sus actividades, rutas, compras, pagos, ubicaciones de vacaciones y cuánto pagan por ellas. Cuentan con toda esa información".

Su información, así como cuanto consume de alcohol o lo que gasta en vacaciones puede rastrearse y "venderse al mejor postor". Hemos llegado a un punto en el que una vez que las nuevas empresas se convirtieron en inmensos imperios de la información, obtuvieron el control de nuestra información y privacidad.

La pandemia de COVID-19 ha expuesto lo valiosas que son las tecnologías digitales para activar una red de seguridad que permita que continúen muchas actividades, pero debido a que los gobiernos no han resuelto los problemas fundamentales para proteger la privacidad y los derechos digitales, estos imperios de la información continúan controlando y operando el Internet, así como los medios de comunicación globales.

Estos monopolios pueden favorecer un poder incontrolado que, a su vez, puede ocasionar que las personas estén aún más restringidas y que vivan en una sociedad cada vez más monitoreada, y los pagos digitales son una parte indispensable de este plan. Spiekermann explicó:

"Por ejemplo, hemos analizado cómo Oracle Blue Kai ha descrito la recopilación de 30 000 características de usuario de 200 proveedores de datos, lo que les permitiría crear los perfiles de 700 millones de personas. Es probable que se trate de toda la región occidental.

Y si investigáramos para saber quién proporciona esos datos serían: interfaces de Visa, Mastercard o Acxiom, Google, Facebook, Twitter. Eso es capitalismo de vigilancia. El capitalismo de vigilancia involucra a cientos y miles de empresas con acuerdos de intercambio de datos, que trabajan en colaboración tras bastidores".

Como resultado de estos datos, es posible que termine pagando precios diferentes a los de su vecino, por conceptos como vuelos y hoteles, o es posible que se le niegue el seguro o que lo rechacen en una oferta de trabajo.

Es posible que piense que estas circunstancias solo sean cuestión de mala suerte o destino, "cuando en realidad son el resultado de las bases de datos que hacen algún tipo de predicción relacionado con estas personas. Mientras tanto, los actores tras bastidores obtienen dinero por crear estos perfiles de personas. Es lamentable".

No hay leyes vigentes que restrinjan este nuevo tipo de capitalismo de vigilancia, y la única razón por la que ha podido desarrollarse en los últimos 20 años es debido a la falta de leyes que los regulen, porque realmente nunca han existido. La vigilancia se ha convertido en la industria más grande del planeta y ahora toda su existencia está siendo objeto de lucro.

Las tecnologías de pago se desarrollan a gran velocidad

 

Es probable que hayas utilizado uno o más tipos de pagos digitales sin contacto, pero este solo es el comienzo del advenimiento de las tecnologías de pago. En China, las empresas chinas y estadounidenses hacen pruebas de la tecnología de reconocimiento facial "sonría para pagar" (Smile-to-Pay), que asocia su capacidad para pagar bienes y servicios con su sonrisa.

Pero, eso no es todo. En última instancia, el plan es utilizar la exploración facial al ingresar a una tienda, que emplee inteligencia artificial para reconocer a la persona y su calificación crediticia. La IA también puede detectar emociones, afiliaciones sociales y si está estresado o enfermo.

Toda esta información personal es el precio a pagar por depender de este sistema digitalizado, que podría tener ramificaciones significativas tanto en la psicología como en la seguridad. Spiekermann, que espera se mantenga la opción de dinero en efectivo, expresó en el documental:

"Si pago con una sonrisa y empiezo a asociarla con transacciones económicas, entonces este hábito también dejará su huella en mi mundo real. En realidad, no creo que queramos que se desarrollen estas formas de asociación. Nuestra sociedad e interacciones sociales se comercializarían con sutileza… [También] el poder puede desaparecer con rapidez, al igual que los sistemas de TI. Es una cuestión de seguridad. Necesitamos un respaldo real. Aún requerimos dinero en efectivo, por razones de seguridad".

Si bien, ya existen bancos móviles que son totalmente digitales, también han sugerido opciones alternativas. La empresa berlinesa Barzahlen de ofrecer un moderno sistema de pago híbrido digital-analógico que utiliza códigos de barras cifrados para obtener dinero o realizar un pago.

El código de barras estipula la cantidad de ingresos y egresos. No se necesita hacer transferencia de datos de cuentas o tarjeta de crédito, y cada transacción obtiene un nuevo código de barras, lo que le permite usar efectivo en un contexto digital, pero sin dejar rastro de datos.

Además, si bien la ley federal de los Estados Unidos no exige que las empresas acepten dinero en efectivo como pago, las ciudades y los estados podrían promulgar leyes locales para hacerlo. Al menos 21 ciudades y estados, incluidos Massachusetts, Rhode Island y Nueva Jersey, han aprobado o consideran establecer leyes que prohíban a los minoristas rechazar el dinero en efectivo.

No está claro cuán restrictivas son las leyes, pero, por ejemplo, en la ciudad de Nueva York, las empresas pueden enfrentar fuertes multas por rechazar el dinero efectivo o por cobrar precios más altos a los clientes que pagan con dinero en efectivo.

Expresidente de la Interpol se opone a una sociedad sin dinero en efectivo

 

Bjorn Eriksson, ex presidente de la Interpol, también fue entrevistado para el documental. Está familiarizado con los ataques cibernéticos y el lavado de dinero, y afirma que el dinero en efectivo debería estar disponible como una opción para las personas, incluidos quienes no conocen bien la tecnología, una población que se estima es alrededor de 1 millón de personas tan solo en Suecia.

"Si los consideran poco rentables, solo déjenlos en paz", indicó. "No me gusta ese tipo de sociedad". La seguridad es otra preocupación importante para mantener la opción del dinero en efectivo. "¿Qué pasaría si los rusos, Putin o alguien, apagaran el sistema? No tendríamos como defendernos. ¿Cómo podríamos contrarrestar el ataque si solo contamos con una opción que no funciona? Por eso el dinero en efectivo es una opción perfecta".

No obstante, el hecho de interferir con la libertad y privacidad es lo que considera que impulsará a los jóvenes a presionar para que se conserve el dinero en efectivo:

"Lo que capta la atención de muchos jóvenes es lo que observan en China y en algunas otras naciones donde lo utilizan como una forma para controlar a sus ciudadanos. Porque si contamos con un sistema con tarjeta, tendríamos una tecnología con cámaras, una tecnología con inteligencia artificial, entonces podrían revisarnos. A los jóvenes no les agrada esa cuestión".

También, se considera que la pandemia se ha utilizado como pretexto para cambiar a una sociedad sin dinero en efectivo a pesar de que "no hay prueba alguna de que el dinero en efectivo conlleve ese tipo de amenaza del coronavirus".

La presión para eliminar el dinero en efectivo continuará, en especial porque los pagos electrónicos son muy lucrativos para los bancos y los proveedores de servicios de pago, mientras que la industria de distribuidores de datos también ha generado grandes ingresos, indicó Schüssler.

Aun así, el dinero en efectivo representa una forma de libertad, que debe transmitirse a la siguiente generación para mantener una mayor autonomía y privacidad, tanto como sea posible.


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