25.JUL.21 | PostaPorteña 2221

MEDICALIZACIÓN DE LA SOCIEDAD

Por Luis E. Sabini Fernández

 

CÓMO ESTABLECER UN RÉGIMEN TOTALITARIO INVOCANDO LA MEJOR DEMOCRACIA IMAGINABLE

 

(y con las mejores intenciones, claro)

 

Luis E. Sabini Fernández

https://revistafuturos.noblogs.org/ 24 julio 2021

 

BAJO UNA CAMPAÑA PLANETARIA DE MIEDO

 

Tirios y troyanos, neoliberales y populistas, conservadores y críticos comparten cifras y enfoques provistos por un único consorcio informacional, pivoteado desde la Johns Hopkins University, la OMS y su presidente Tedros Adhanom Ghebreyesus, Bill Gates y los think tanks a su servicio, y lo que se llama genéricamente el  Big Pharma.

Desde el mismo inicio la pandemia fue declarada por la OMS y respaldada por prácticamente todo el establishment político-institucional y mediático (¿o tal vez habría que invertir el orden  de los términos?), pese a que desde el primer momento hubo también observaciones y gravísimos reparos al curso de los acontecimientos; observadores, incluso dentro del ámbito sanitario, como epidemiólogos, virólogos, médicos, bioestadísticas, epistemólogos, que han sido ignorados.

El caso del epidemiólogo  John P. A. Ioannidis expresa este divorcio abismal entre la realidad sanitaria y las medidas emprendidas: en un informe suyo, encargado por la mismísima OMS, Ioannidis establece la letalidad del Covid 19 en 0,14%. Y poco después complementa su investigación y estima la letalidad para mayores de 70 años en 0,15-0,20 % y para menores de esa edad en 0,03-0,04%.

Covid 19 se presenta así con cifras de mortalidad equiparables a las de la gripe común e incluso más bajas (en 2018 las gripes comunes afectaron a 26 millones de estadounidenses y murieron por ello 14.000 habitantes; 0,5%)

El comportamiento institucional y mediático, en cambio, ha sido radicalmente distinto, con un significativo plus: no sólo se ha erigido una situación de peligro, alarma y miedo planetario sobre los efectos del Covid 19, y a la vez: supresión radical del diálogo con los que veían  de otro modo la situación, objetaban la política establecida: “Todos los científicos y médicos excepto los asociados con las grandes farmacéuticas, no pueden estar equivocados[1]

Las objeciones, empero, existen. Veamos algunas: [2]

“Estamos ante una epidemia masiva de miedo. Si no hubiésemos sabido del virus y no hubiésemos testeado a población con PCR, la mortalidad por gripes infecciosas de este año no habrían sorprendido a nadie.” John P. A. Ioannidis.

La idea falsa que teníamos es que el Covid 19 creó una situación sanitaria catastrófica con miedo irracional ante una enfermedad como tantas que tenemos. “ Scott Atlas, radiólogo y asesor sanitario renunciante de D. Trump.

Si usted atemoriza a la población, puede hacer lo que quiera con ella.” “Tratar al Covid 19 como un coronavirus más.” Pablo Goldschmidt, virólogo.

Y en eso estamos: una opinión pública bombardeada las 24 horas del día, los 7 días de la semana, por “periodistas” repetidores de las usinas pandémicas que jamás encuentran una objeción o una interrogante para hacer o hacerse.

Pero si hacemos una rápida recorrida  “saliendo del repollo”, la situación toma otro color. En el Reino Unido, uno de los países con más alto índice de vacunación, los últimos casos empiezan a repartirse por mitades entre vacunados y no vacunados, cuando uno tendería a creer “ingenuamente” que los no vacunados podrían enfermarse y los vacunados ya no…

 

¿VACUNAS SEGURAS?

 

Un equipo de abogados liderado por Reiner Fullmich del cual forman parte, bajo firma, un puñado colegas; Antonia Fischer, Justus P. Hoffmann, Marcel Templin, Cathrin Behn, Viviane Fischer y otros, que aclaran que tienen el respaldo de mil colegas más que evitan identificarse por miedo a represalias –el dato en sí es preocupante, tratándose de sociedades que se declaran abiertas o democráticas– ha tratado de iniciar demandas judiciales contra la OMS (la principal acusación; genocidio) y otras instituciones vinculadas a la declaración de pandemia, enfrentando públicamente la versión oficial y dominante. El proyecto de iniciar tal demanda a comienzos de julio no ha prosperado; está al menos retrasado; imaginamos los vericuetos judiciales para impedir que prospere tamaña causa, que inevitablemente pondría la cuestión a la luz pública.  En la “conspiración de silencio” vigente, vemos el efecto del control mediático asegurando la falta de debate.

Pese al alcance mundial de la situación, existen como dos versiones separadas, cada cual en su trillo. Lo que más necesitamos es la confrontación para ver algo de luz, y no estar cegados por una verdad única (sea ésta la oficial o alguna de sus opuestos).

¿Qué pasa, por ejemplo, con la seguridad de las vacunas puestas en el mercado a altísima velocidad salteándose las etapas que procuran cumplirse y que, aun salvados todos estos pasos, pueden generar desagradables sorpresas, como ha pasado asimismo con probados medicamentos que, luego de años incluso, tienen que ser retirados prestamente del mercado porque finalmente, es mucho más el daño que el beneficio ofrecido?

En primer lugar, algo que ya ha sido reiteradamente aclarado, recordemos que estas llamadas vacunas son en rigor terapias génicas por cuanto carecen del elemento capital de las vacunas de los dos últimos largos siglos: el virus o la bacteria atenuada que desafía, estimula el sistema inmunitario del receptor.

La batería de recursos basados en los manejos génicos no tienen antecedentes y esta inoculación generalizada, masiva, se lleva adelante sin los pasos verificadores que toda vacuna ha tenido, para aminorar al menos, ya que es imposible eliminar, todo riesgo iatrogénico.

Se reconoce que a la velocidad en que se han puesto las “vacunas” antiCovid 19 en el mercado, están de hecho verificando la etapa 3 de estudio con la vacunación propiamente dicha (y con un detalle material no menor), cobrándose como buena. Dando por demostrado lo que hay que demostrar.

 Y con un segundo detalle, menos olvidable: las empresas que han puesto en el mercado las vacunas antiCovid 19 no se hacen responsable por daños eventuales, secuelas inesperadas; dada la urgencia supuesta, serán los estados del sitio donde se administren, los que se harán finalmente responsables. Una verónica en toda la línea…

Ya hay muchos estudios que están revelando una inusual cantidad de secuelas y trastornos, a veces graves, en una proporción incomparablemente mayor que en vacunas anteriores, con la etapa 3 debidamente cumplida. El consuelo de que se trata “apenas” de cientos o miles de casos en millones de  inoculados (un porcentaje notoriamente bajo), pasa por alto que con las vacunas anteriores se verificaba trastornos de este tipo en decenas o unidades por millón de casos (la frecuencia con esta inoculación es brutalmente mayor, y conste que estamos hablando de una historia corta; nada sabemos si podrán surgir nuevas secuelas con las mismas inoculaciones… Pero de cualquier modo, lo que ya tenemos es una frecuencia de secuelas problemáticas incomparablemente mayor que con vacunas hasta hoy aprobadas.

En Uruguay, se registraron unas 600 muertes atribuidas al Covid 19 en el primer año, antes de iniciar la vacunación. Desde entonces, 4 meses, la cantidad de muertos se decuplicó. Hasta el ministro de Salud mandó “frenar” vacunaciones sin averiguar antes el estado sanitario del candidato. Uno tiene la impresión que la inoculación es más mortífera que el Covid 19…

Pero los medios masivos de incomunicación de masas parecen construidos de soberbia y narcisismo; como si estuviera totalmente fuera de lugar que desde allí se contesten y descarguen (si pueden) los planteos de tantos objetores y críticos (apenas cito algunos sitios-e que dan cabida a tales críticas: eXtramuros, posta porteña, ecotropía, unz review, alai.amlatina…)

El periodismo adocenado, tanto el que es manifiestamente reaccionario, conservador, como el que se siente progresista (tipo peronismo K en Argentina o Frente Amplio en Uruguay) jamás rozan las delicadas cuestiones planteadas, sino que sistemáticamente optan por referirse a conspiranoicos y terraplanistas. 

 

ALGUNOS PORQUÉS QUE LA OMS OMITE

 

¿Por qué la OMS recomendó abolir autopsias, impidiendo llegar a conocer la etiología de un desenlace fatal?

¿Por qué la OMS definió como muerte por Covid 19 a todo paciente que registrara en su cuerpo ese virus (aceptando que esta localización sea correcta y no sujeta a error)? El resultado ha sido, necesariamente, confundir en una misma bolsa a muertos CON Covid 19 y muertos POR Covid 19.

¿Por qué la OMS postula terceras dosis cuando se había diseñado que  dos dosis iban a otorgar una inmunidad segura? El contraargumento aquí ha sido que el diseño de (todas) las inoculaciones fue hecho sobre la base de una cepa inicial. Pero este coronavirus, como todos los virus, adopta, proteicamente, incontable cantidad de  variantes (la ignorancia mediática se llevó tamaña sorpresa con la aparición de la variante de Londres, inglesa, y luego la de Manaos y luego la india… ante la considerada inicial, de Wuhan). Pero a esta altura ya se acepta, se sabe, que hay decenas de miles de variantes.  Y como sostiene Covid Crim: hacer vacunas contra un virus que está modificándose permanentemente carece de sentido médico. Particularmente, si no se puede definir la frecuencia de cada cepa  [3] ¿O se pretende hacer miles de “vacunas” por variantes?

¿Por qué fue considerado el Covid 19 enfermedad más seria sobre población de la tercera edad y se desestimó inicialmente cualquier daño sobre jóvenes y ahora se habla de proteger a los adolescentes contra el peligroso flagelo, en rigor ampliando la aplicación de estas inoculaciones a decenas o centenares de millones de humanos más, ampliando así ¿qué? ¿Protección sanitaria o aumento de la tasa de ganancia?

En lugar de buscar el remiendo tecnológico ante cada agente patógeno, lo más sensato es contar con las defensas con las que siempre han contado los organismos vivos contra los ataques patógenos. Y en el caso de quienes tienen dificultades para ensayar sus propias defensas (por ejemplo, por comorbilidades de mucho peso), ahí sí tiene que actuar el servicio médico para luchar por la vida del paciente, asistirlo. Nada nuevo. Es lo que siempre ha hecho la medicina.  Salvo en esta peculiar secuencia donde se ha afirmado que no existe ningún remedio salvo la inoculación ofrecida, aunque sí existen (según las fases de la enfermedad, aspirinas, Ivermectina, Hidroxicloroquina, entre otros)

Sucharit Bhakdi (especialista en microbiología y epidemiología) y Karina Reiss (docente e investigadora en bioquímica, biología celular y medicina) analizan los métodos de muestreo aplicados a las vacunas y demuelen su presunta calidad estadística mostrando cómo se invocan, mediante sesgadas presentaciones, miles de casos, cuando en realidad se extraen conclusiones de decenas (universos que, si fueran explicitados, disminuiría o arrasaría el valor de las conclusiones). Remitimos a su elaboración [4] 

Una penosa demostración del nivel científico de estas soluciones impuestas por la urgencia (e intereses inconfesables). Escribieron un libro; Corona: ¿falsa alarma?

Me permito reproducir un párrafo de Bhakdi y Reiss que me resulta sugestivo: “¿Sabía que el 90% de los alemanes son portadores del virus del herpes sin darse cuenta? Los virus sólo se hacen visibles cuando el sistema (inmunitario) está debilitado, por ejemplo, durante otras enfermedades infecciosas, fiebre o estrés. En sentido estricto, todos llevamos un número asombroso de posibles patógenos sobre y dentro de nuestro cuerpo, y sin embargo estamos sanos. También se sabe que los coronavirus son portados por las personas durante décadas sin causar síntomas. En el pasado, a estas personas se las llamaba «sanas» y nadie les prestaba atención. Hoy en día, se les considera «infectados asintomáticos» y, por tanto, muy peligrosos.

Esto último que nuestros autores destacan nos da, a mi modo de ver, la intoxicación mental en que hemos sido introducidos: lo que hasta ayer era salud, estar sano, es ahora motivo de medicalización y persecución. Con las mejores intenciones, claro, como siempre. Y con un ojo puesto por el Big Pharma en la billetera… ajena.

 

PASAPORTE SANITARIO. ¿CONQUISTA O SERVIDUMBRE?

 

Hay un run run creciente acerca del nuevo pasaporte sanitario.

Sabemos que no hay forma de establecerlo sobre la base de vacunas en fase de experimentación (es un “detalle” que los más ansiosos por implantar dichas medidas intentan eludir u obviar); hay incluso una legislación que exige dos años para que una vacuna, que ya pasó todas sus fases experimentales pueda devenir obligatoria, pero el miedo es mal consejero y aunque de jure no resulte hoy factible semejante imposición, siempre tenemos a más realistas que el rey que proclaman que tal restaurante o tal medio de locomoción no aceptará a quienes no estén vacunados.

Puede estar a la vuelta de la esquina el momento en que el miedo habilite no sólo la arbitrariedad sino la prepotencia y el abuso. En  otras palabras, la antesala de un fascismo (ni siquiera político; más bien una dictadura sanitaria), eso sí, siempre al servicio del pueblo.

Afanes dictatoriales están precisamente en los antípodas del análisis y la discusión, el debate, un debate científico; estos afanes están cada vez más presentes; son los que escuchamos en todo el coro mediático principal que elude datos de la realidad si no se adaptan a su política de miedo.

Por eso, enterarnos de testimonios como el de Sandra Dodera, uruguaya, afectada directamente por la inoculación, o el del mismísimo ministro de Sanidad uruguayo reconociendo la torpeza de vacunar indiscriminadamente sin verificar previamente si el candidato no está cursando la enfermedad, nos muestran lo nefasto de una política movida por el miedo.

Desestimar datos como los que se registraron en Australia, que las muertes por embolias relacionadas con la vacunación han sido en lo que va del año más que las muertes por Covid 19, [5] revela lo direccionada que está la información masiva que la población recibe a diario desde el consorcio médico-institucional.

 

Mucho se ha escrito tratando de desoír todas las críticas lo cual no hace sino abonar la convicción que esta pandemia ha sido manufacturada con fines no explícitos, como el de un deterioro generalizado de las condiciones de vida (cada vez más, de sobrevida).

En la enorme profusión de notas y materiales preguntando y cuestionando la versión oficial de esta pandemia construida e implantada, remito a “autores para pensar”; Aldo Mazzucchelli, Hoenir Sarthou, Alma Bolón, David E. Martin, Joseph Mercola, Máximo Sandín, Jeremy Hammond, para mencionar apenas algunos. Hay todo un universo crítico, cuestionando la pesadillesca historia del Covid 19 (mis notas sobre la cuestión están electrónicamente en https://revistafuturos.noblogs.org)

La falta de discusión racional sobre la necesidad o la supresión de autopsias, sobre el valor y sentido de ya no solo barbijos sino también las mamparas móviles que van separando, al menos simbólicamente, el rostro del entorno, y eso al aire libre y en la mayor soledad; la ausencia sistemática de comparación de casos de enfermedad y muerte de Covid 19 con los de pulmonías y gripes que generalmente, año a año, tienen una participación significativa en el porcentaje general de decesos (1% de muertos de toda población) y su contracara;  la virtual desaparición en el registro y las estadísticas de qué pasa ahora durante, la “pandemia”, con tales afecciones; la influencia corruptora que sobre el número de casos presentados tiene el “estímulo” pecuniario de otorgar dinero por “casos Covid 19”…

¿Cómo puede volver la salud en un mundo enfermo, enfermado gracias al manejo de una psicosis masiva? Que a mí me parece tan cierta y obvia. Una penosa interrogante.

 

CONSPIRACIÓN O HISTORIA NATURAL: SOBRE HIPÓTESIS INTERPRETATIVAS

 

El castigo del establishment informático a todo sesgo conspirativo, escarnecido y ridiculizado públicamente como terraplanista, conspiranoicos, se ha basado en algunas reacciones insensatas. Ante la presencia arrolladora del Covid 19 y sus dramáticos resultados sanitarios, enfermos y muertos cada vez más numerosos, hubo quienes negaron la existencia del virus, de la enfermedad, de los hospitalizados, de los muertos. Esta negativa absolutista hizo muy incómoda la situación de quienes consideramos que efectivamente hay una enfermedad, una epidemia generalizada, aunque sospechamos de su origen y carácter.

Muchos críticos de la verdad oficial han apostado ver en las zoonosis, la causa de episodios pandémicos como el actual” [6]

Es cierto que enfrentamos cada vez más frecuentes casos de zoonosis, porque la especie humana ha ido ocupando más y más territorios naturales, cercando (cuando no exterminando) los hábitat silvestres y desplazando y arrinconando los menguados espacios naturales por más y más emplazamientos de la sociedad humana con establecimientos, por ejemplo, ganaderos. Lógicamente, el contacto de especies silvestres con el hombre y “sus” especies domésticas, se ha acrecentado. Analistas, entonces, consideran a las zoonosis como la causa de esta pandemia (y otras, como las recientes, solo que de mucho menor alcance; en 2002, la llamada gripe aviar, H5N1, y  la H1N1 en 2009, bautizada gripe porcina).

No tengo nada contra ese análisis que entiendo capta con precisión los estragos de la industrialización a gran escala con actividades humanas, como la ganadería. Y tiene una virtud táctica: se sustrae al sambenito del conspiracionismo, sabiamente administrado a derecha e izquierda por el pensamiento institucionalizado.

El conspiracionismo omniexplicativo es muy insuficiente e intelectualmente perezoso. Y es algo que parece ha campeado con la falta de límites propia de esa herramienta proteiforme que es internet.

Pero las conspiraciones existen a lo largo de la historia humana. La etimología de la palabra lo refleja: conspiradores son los que, reunidos, juntitos, más bien a escondidas, respiran un mismo aire. Conspiradores. No suena muy covídeo; pero la palabra, el concepto, tiene sus buenos siglos.

Las conspiraciones existen. Eso no habilita todo conspiracionismo.

Analistas de mucho fuste, como Nicholas Wade, [7] que ha conmocionado el mundo entero con sus investigaciones ante esta coyuntura histórica, ha hecho un servicio enorme recordándonos la historia más elemental. Los tejes manejes desde laboratorios a la búsqueda de biología sintética. ¿Tenemos que recordar que fue el orgullo militar estadounidense en los ’60 y ’70, con su test tube war?

La secuencia de esta pandemia, los pasos previos, el movimiento de los “actores principales”, dificultan la pretensión del ojo ingenuo que procura decirnos que esto ha sido una pandemia natural, ni buscada  ni imaginada por nadie.

Pasos previos que ponen a uno en guardia: los discursos premonitorios de Bill Gates, el financista de la OMS; los de Klaus Martin Schwab, el presidente del Foro Económico Mundial (de Davos) y toda una serie de secuencias, tan sincronizadas; un simulacro de pandemia, justo en octubre de 2019. Y una deliberada campaña de miedo. Muy exitosa. Invocando ciencia.

A mi  ver, si se tratara de una zoonosis disparada por la hybris capitalista, no habría una reacción tan afiatada para disparar ideas de gran alcance, como el Gran Reset, casi de inmediato, como sucedió.

Tampoco estaríamos viviendo este clima de asfixia ideológica planetaria, tan uniformemente asumido.

Ni viviríamos esta fiebre vacunatoria absolutista como si no existiera otra medicina.

Por otra parte, el trámite habido con billonadas de ampolletas, generando tal vez el negocio del siglo del Big Pharma, tampoco nos permite ver el comportamiento de estos titulares del poder como algo natural, espontáneo: nos están reconstruyendo el mundo… y a su manera.

 

 

 


[1]   Paul Craig Roberts, “How the Covid pandemic was orchestrated”, Unz Review, 15 jul. 2021.

[2]  Provienen de la presentación liderada por un abogado alemán Reiner Fullmich, titulada Covid Crim.

[3] Ibíd.

[4]  http://infoposta.com.ar/notas/11847/la-locura-de-la-vacunaci%C3%B3n/

[5]  https://www.usatoday.com/story/news/health/2021/06/21/covid-vaccine-variant-afghanistan-canada-mexico-delta/7765857002/

[6]  Silvia Ribeiro, de ETC (Erosión, Tecnología y Concentración); Jorge Zabalza, entre mis conocidos más cercanos y, recientemente toda una lista de laureados Nobel.

[7]  https://www.infobae.com/america/mundo/2021/05/11/la-teoria-de-que-el-coronavirus-escapo-de-un-laboratorio-en-wuhan-no-solo-es-muy-plausible-es-la-mas-probable/


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