03.AGO.21 | PostaPorteña 2223

Salarios, Consumo, Inversión y la CRISIS de la economía argentina

Por ASTARITA

 

En septiembre de 2020 la vicejefa de Gabinete de Ministros, Todesca Bocco, en una entrevista televisiva aseguró que veía “… una economía con una inflación en torno al 30% y una recuperación del salario real porque lo que explica el crecimiento es el consumo privado, es decir, que se recupera la masa salarial por recuperación del salario”

 

Rolando Astaruita 31 julio 2021

 

En su momento dediqué una nota al asunto (aquí)

Según Todesca Bocco, con la recuperación de los salarios se recuperaría el consumo y con este la inversión. Señalé entonces que esta idea ha calado hondo en la izquierda y el nacionalismo izquierdista. En oposición, sostuve que si bien el consumo es el mayor componente de la demanda agregada, la inversión (o la acumulación de capital, para ser más precisos) es la que lidera las recuperaciones.

Una idea que encontramos en Marx o en Keynes. En relación a este último, recordé que su teoría podía resumirse, en sus propias palabras, diciendo que “dada la psicología del público, el nivel del producto y del empleo depende del monto de la inversión”.

Y que esto ocurre no porque la inversión sea el único factor del que depende el output agregado, “sino porque es usual en un sistema complejo observar como la causa causans aquel factor que es más proclive a tener una fluctuación súbita y amplia”

En lo que concierne a Marx, señalé que su planteo es incluso más claro, “ya que el consumo de los trabajadores depende de que vendan su fuerza de trabajo al capital. Para que esto ocurra, el capitalista debe renovar, por lo menos, el ciclo productivo. Si no lo hace, no contrata obreros y estos no consumen”

Esto significa que, contra lo que dice subconsumismo (el ciclo económico es gobernado por el consumo), las recuperaciones de las crisis ocurren después de que los salarios tocaron fondo. Veamos ahora algunos datos recientes que actualizan lo discutido hace casi un año, y nos permiten caracterizar el carácter anémico de la actual recuperación de la economía argentina.  

 

Salarios, producto, demanda y otros datos

 

Un primer dato fundamental es que los salarios vienen en caída desde hace casi cuatro años, por lo menos. En 2018 el IPC (índice de precios al consumidor) aumentó 47,6%. Los salarios aumentaron, (promedio de empleo privado formal, empleo estatal y privado no formal) 29,7%. Diferencia en contra de los salarios 17,9 puntos porcentuales. En 2019 IPC 53,8%, salarios 40,9%, diferencia en contra de los salarios 12,9 puntos porcentuales. En 2020 IPC 36,1%, salarios 33%, diferencia en contra de los salarios 3,1 puntos porcentuales. En los cinco primeros meses de 2021 el IPC 21,5%, salarios 20,1%, diferencia en contra de los salarios 1,4 puntos porcentuales.

De manera que entre 2018 y 2019 los salarios perdieron 35 puntos porcentuales.

 La mayor parte de la caída ocurrió entre 2018 y 2019; en el año y medio del gobierno del FdT los salarios reales siguieron perdiendo, aunque a una tasa mucho menor. A su vez, la inflación sigue muy elevada, a pesar de que el Banco Central devalúa el peso a un ritmo menor que la suba de precios, y que muchas tarifas están congeladas.

Por otra parte:

a) entre 2020 y 2021 aumentó la tasa de empleo (proporción de personas ocupadas/población total). En 2020 fue 42,2% (1T); 33,4% (2T); 37,4% (3T); 40,1% (4T). En 2021 (1T) 41,6%;

b) la participación del trabajo asalariado en el ingreso pasó de 48% en 2020 a 46,1% en 2021 (81T); en 2018 fue 47,4% y en 2019 46,1%.

De manera que la caída de la participación del trabajo asalariado en el ingreso, y de los salariostiene como contrapartida, necesariamente, el aumento de la plusvalía (ganancias, intereses, rentas).

Con estos datos no debe asombrar que la pobreza pasara del 25,7% en 2017 (2T) al 43% en 2021 (2T). En el mismo lapso la indigencia aumentó del 4,8% al 10,5%.  

En cuanto al PBI, en 2018 tuvo una variación anual de -2,6%; en 2019 fue -2%; en 2020 -9,9%. En 2021 (1T) la variación interanual fue positiva en 2,5%. El estimador de actividad económica en el acumulado de los cinco primeros meses de 2021 fue positivo 9,5%.  

El consumo en 2018 varió -2,2%; en 2019 -6,3% y en 2020 -12,9%. En 2021 (1T) aumentó 2,5% (interanual). Por lo tanto, desde el punto más bajo de 2020 hubo una cierta recuperación del consumo, que no se debió a aumento de salarios (vimos que cayeron). Esa mejora obedeció en parte al aumento de la tasa de empleo, que está determinada por la contratación de fuerza de trabajo; y al consumo de sectores que reciben plusvalías.

Por el lado de la demanda otro ítem positivo fue el aumento de la formación bruta de capital fijo: pasó de -12,9% en 2020 a 38% (interanual) en 2021 (1T; (había sido - 5,7% en 2018; -15,9% en 2019).

Otro factor de demanda positivo la balanza comercial. El neto comercial fue positivo en 12.530 millones de dólares en 2020 y en 6739 millones de dólares en el acumulado a junio 2021 (contra negativo en 2018 y 2019). El balance de cuenta corriente fue positivo en 3313 millones de dólares en 2020 y en 690 millones de dólares en 2021 (1T).

En definitiva, no hay manera de explicar estas evoluciones con el enfoque subconsumista que predomina en la “heterodoxia” y entre los defensores izquierdistas del gobierno.  

 

Recuperación débil, fuga de capitales, deudas

 

La inversión, sin embargo, se mantiene débil. En términos de PBI, a precios corrientes, la formación bruta de capital fijo fue 16,6% en 2018; 15% en 2019; 14% en 2020; 14,2% 2021 (1T), a pesar del fuerte aumento interanual de este año. La recuperación de la economía ocurrió en buena medida vía aumento de la utilización de capacidad instalada. En la industria manufacturera fue 55,7% en 2020 y en el acumulado hasta mayo de 2021 es 61% (para comparación, 63% en 2018; 59,4% en 2019).

Destacamos, además, que continúa la salida de capitales. Según el Indec, hay unos 250.000 millones de dólares declarados, atesorados fuera del circuito económico, de argentinos. La posición neta inversora internacional (los activos en el exterior de argentinos menos los activos en Argentina de extranjeros) sigue aumentando: fue 129.094 millones de dólares en 2021 (1T) contra 121.514 millones en 2020 (y 65.630 millones en 2018).

En cuanto a la deuda pública, continúa aumentando. En 2021 (1T) su stock fue de 335.566 millones de dólares. El 65% títulos públicos, 21% con organismos internacionales (45.000 millones con el FMI, el 13,5% de la deuda total). En junio, y según informes preliminares, subió a 343.519 millones de dólares. Un incremento de 7953 millones de un trimestre a otro.

Una parte del aumento se explica porque se paga deuda contrayendo deuda.Otra parte es por financiamiento del déficit fiscal.

 A fines de mayo los Adelantos Transitorios (una forma en que el BCRA financia al Tesoro vía emisión) alcanzaron los 1,72 billones de pesos. Está cerca del tope legal. Aunque el BCRA de todas maneras transfirió ganancias contables (ficticias, se deben al aumento del precio del dólar) al Tesoro por 900 millones de dólares. Por otra parte, desde mayo se permite a los bancos integrar sus encajes con bonos del Tesoro en pesos, esto es, con títulos de deuda. Aumenta la fragilidad del sector financiero.

Sobre la situación del BCRA. En junio 2021 el stock de Letras y Notas del Central alcanzó 1,989 billones de pesos, y los pases pasivos 1,543 billones de pesos. Ambos instrumentos pagan tasas efectivas anuales de entre el 43 y 45%. Sirven para que los bancos remuneren a los depositantes (quedándose con la diferencia entre las tasas pasivas y activas). De esta manera –ganancias de los bancos sin que medie el trabajo productivo- se busca evitar que esos depósitos vayan a la compra de dólares. Subrayamos que se trata de operaciones que poco y nada tienen que ver con la inversión productiva.

En cualquier caso, la suma de estos dos pasivos es 3,532 billones de pesos. Casi igual al total de los pasivos monetarios (circulación monetaria, cuentas corrientes en el BCRA y depósitos) del BCRA: 2,735 billones de pesos.

Algunos llaman a esto “el modelo productivo”, opuesto al “modelo de valorización financiera”.  


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