ÓSCAR GUTIÉRREZ - El País Madrid - 17 AGO. 2021 -
El expresidente afgano Hamid Karzai, el hombre fuerte en el Gobierno de transición desde la caída de los talibanes a finales de 2001 hasta las elecciones de 2014, será uno de los que negocie con la milicia integrista el traspaso de poderes en Kabul estos días. No hace mucho que Karzai y líderes talibanes se vieron las caras. En marzo de este mismo año, en Moscú, en una conferencia sobre Afganistán, junto a representantes estadounidenses, chinos, rusos y paquistaníes, Karzai compartió mesa con dos de las caras más visibles de la actual cúpula de los talibanes. A tres sillas del expresidente se sentaron el mulá Abdulghani Baradar y Sher Mohammad Abbas Stanikzai, ambos miembros de la shura de Quetta (Pakistán) o shura de Rahbhari, principal órgano de liderazgo del grupo insurgente. Estos son los principales líderes y rostros de la actual dirección de los talibanes:
Abdulghani Baradar. La historia del mulá (líder religioso) Abdulghani Baradar, nacido en la provincia de Uruzgan en 1968, sirve para conocer el auge, caída y resurrección de los talibanes. Baradar es uno de los fundadores de este movimiento fundamentalista nacido a finales de los años ochenta de entre los seminarios religiosos en la frontera afgano-paquistaní. Bajo la dirección del mulá Mohamed Omar, el más buscado por Estados Unidos junto a Osama Bin Laden tras el 11-S, Baradar ocupó varios puestos en el aparato militar talibán hasta la invasión norteamericana. Interpol le situó como viceministro de Defensa.
Tras la derrota de los talibanes a finales de 2001, Baradar mantuvo siempre una posición de liderazgo y un perfil propicio para las negociaciones entre las partes. En febrero de 2010, las fuerzas de seguridad paquistaníes detuvieron al líder talibán en la ciudad de Karachi, un golpe celebrado por EE UU. En octubre de 2018, ocho años y medio después, Baradar fue puesto en libertad. Según publicó el diario paquistaní The News el día de su liberación, el preso vio la luz gracias a una petición del Gobierno de Qatar, país que acogería las negociaciones de paz entre el Gobierno afgano y los talibanes.
Actualmente, Baradar es el líder político de los talibanes y uno de sus rostros más conocidos. No obstante, en lo más alto de la cúpula talibán está Maulaui Hibatullah Akhundzada, nacido en 1961 en Panjwayi, en la provincia de Kandahar. Akhundzada es considerado el emir al muminin, esto es, el líder o príncipe de los creyentes, máximo responsable político, religioso y militar de los talibanes y sus fieles. De este modo, cuando se confirme el traspaso de poderes a los fundamentalistas tras abandonar el país el presidente Ashraf Ghani, Akhundzada sería el principal dirigente de esta suerte de emirato islámico que el grupo armado quiere instaurar en Afganistán.
De Akhundzada se conoce menos. Veterano de la guerra contra la URSS de los años ochenta como la mayoría de los líderes talibanes, su papel ha estado más vinculado al aparato religioso, al frente de los tribunales de la sharía, órganos que aplican de forma estricta la ley islámica, y de escuelas coránicas en la provincia paquistaní de Balochistán, en la frontera sur con Afganistán. El veterano muyahidín tomó las riendas de los talibanes tras la muerte en 2016 en ataque de EE UU del mulá Akhtar Mohamed Mansur, sucesor del mulá Omar, fallecido en 2013 a causa de una enfermedad en un hospital de Karachi (Pakistán).
Ninguno de los anteriores aparece en la lista de los más buscados del Departamento de Estado estadounidense. Sí lo hace, bajo una recompensa de 10 millones de dólares por información sobre su paradero, Sirajuddin Haqqani, líder de la red Haqqani, organización considerada terrorista por Washington desde 2012 y vinculada estrechamente a los talibanes. Muchos de los miembros de esta organización familiar armada están entre los objetivos de la guerra contra el terrorismo aún desarrollada por EE UU.
Sirajuddin Haqqani, cuya edad se encuentra entre los 40 y 50 años, lidera la red desde hace precisamente 20. Los servicios de inteligencia estadounidenses sitúan a esta organización en Waziristán, en la frontera entre Pakistán y Afganistán, desde donde ha atacado a fuerzas afganas y de la coalición liderada por EE UU. Se lo ha responsabilizado de intentar matar al hasta ahora presidente afgano, Ashraf Ghani.
Según ha trascendido de entrevistas concedidas por uno de los portavoces de los talibanes, Zabihullah Mujahid, Sirajuddin Haqqani tendría a su mando la zona este del país, la que colinda con Pakistán. Junto a Baradar y Haqqani, el mulá Mohamed Yaqoob completaría el trío de lugartenientes bajo las órdenes del emir Akhundzada en el organigrama talibán. Yaqoob, de unos 30 años, es el hijo del fundador de los talibanes y primer emir, mulá Omar. Educado en Karachi, Yaqoob estaría al frente de las operaciones militares del grupo integrista.
En aquella reunión de marzo en Moscú estaba Sher Mohammad Abbas Stanikzai, nacido en la provincia de Logar en 1963, responsable de la oficina política de los talibanes en Doha (Qatar), aunque no de las negociaciones. Veterano también de la yihad armada contra los soviéticos, Stanikzai es una de las caras más retratadas del aparato político del grupo armado por su actividad diplomática en el extranjero y por haber hablado en inglés con medios occidentales durante el Gobierno de los talibanes (1996-2001). Stanikzai ocupó entonces diferentes cargos en los ministerios de Sanidad y Asuntos Exteriores de los talibanes.
Al frente del equipo negociador talibán en Doha, sede de las conversaciones entre el grupo armado y el Gobierno afgano, se encuentra desde el pasado mes de septiembre Maulaui Abdul Hakim Haqqani, de unos 53 años. Antiguo responsable de justicia en la organización, autor de varias fetuas (edictos religiosos) durante los últimos cinco años, Hakim Haqqani es considerado un dirigente duro, cercano al emir Akhundzada y uno de los referentes religiosos más respetados entre los talibanes.
Finalmente, dos nombres están empezando a sonar como portavoces habituales de los talibanes, en este esfuerzo del grupo insurgente por dar una cara más amable hacia la comunidad internacional: Suhail Shaheen, portavoz en Doha ?que ha llegado a ponerse en contacto con la BBC para explicar en un programa en directo cuáles son los planes de los talibanes en esta transición de poder—, y el representante de la oficina política del grupo, Mohamed Naeem.
Por Yossi Schwartz, Tendencia Internacional Comunista Revolucionaria (RCIT), 17 de agosto de 2021
No hay duda de que miles de afganos están tratando de escapar de Afganistán mientras los talibanes se apoderan de Kabul. ¿Quiénes son esas personas? ¿Por qué creen que van a sufrir bajo el gobierno de los talibanes?
En este momento, no está claro, pero no debería sorprendernos si se trata de personas que sirvieron al gobierno títere de Estados Unidos como civiles o en funciones militares. Estados Unidos afirma que construyó un ejército de 300.000 efectivos. Primero está claro que este ejército se derrumbó como si estuviera hecho de papel y sin duda a algunos de ellos les gustaría escapar a los Estados Unidos por miedo, no necesariamente de los talibanes, sino por miedo de los pobres aldeanos afganos.
"El funcionario de defensa dijo que el objetivo de Estados Unidos es sacar de Afganistán a decenas de miles de afganos en riesgo que trabajaban para el gobierno estadounidense y que estaban buscando albergarlos temporalmente en Fort McCoy en Wisconsin y Fort Bliss en Texas”. (1)
"Cientos de soldados afganos han huido a Uzbekistán con 22 aviones militares y 24 helicópteros el fin de semana pasado, incluido un avión que chocó con un avión de combate uzbeko que los escoltaba, lo que provocó que ambos se estrellaran", dijo Uzbekistán el lunes”. (2)
Un estadounidense que estaba en Afganistán y ahora enseña en la Universidad de Iowa escribe: "Después de 20 años de apoyo directo de Estados Unidos, incluida la muerte de 2.373 militares estadounidenses y las heridas de otros 20.320, el gobierno afgano no ha logrado construir la legitimidad y apoyo interno necesario para sobrevivir. ¿Cómo sucedió esto? La respuesta multifacética incluye un hecho muy destacado: Afganistán es el principal narcoestado del mundo, y su gobierno es uno de los más corruptos del mundo (el duodécimo más corrupto para ser exactos). La economía de Afganistán se basa en las drogas.
Cuando los talibanes gobernaron Afganistán, se volvieron anti-amapola. En 2001, la producción de opio fue cercana a cero. Después de la invasión estadounidense y el establecimiento del gobierno de Karzai, las amapolas de opio brotaron por todo el país. Estados Unidos comenzó a presionar a Kabul para que redujera la producción de opio mediante la sustitución de cultivos, la reducción de la demanda y la erradicación de los campos de adormidera. Con la región de origen del presidente Karzai e incluso su hermano en el tráfico de narcóticos, el esfuerzo fue poco entusiasta. La administración posterior de Ghani es quizás incluso más corrupta... Los funcionarios afganos reciben comisiones ilícitas, roban dinero destinado a proyectos de desarrollo y solicitan sobornos descaradamente. Los altos funcionarios del gobierno compran su entrada a los puestos superiores: los puestos superiores de aduanas en Jalalabad eran los más caros de comprar, dados los lucrativos narcóticos y el comercio regular que atraviesa esa ciudad hasta el paso de Khyber y Pakistán… Si bien los talibanes probablemente no se apoderarán de todo Afganistán este mes, el país podría caer fácilmente en una guerra civil multifacética en la que los señores de la guerra y los narcotraficantes luchen contra los talibanes y entre ellos mientras la administración central se derrumba. "(3)
Bajo el gobierno títere estadounidense, la mayoría de los afganos han sufrido una pobreza extrema: "Es digno de mención que tres décadas de guerra continua en Afganistán han causado una pobreza generalizada en el país. Toda la infraestructura del país destruida por la guerra ha causado pobreza en el país. La pobreza se ha extendido hasta tal punto que las personas no tienen acceso ni siquiera a las necesidades básicas”. Aproximadamente 9 millones de afganos no pueden satisfacer sus necesidades básicas. En promedio, los pobres solo pueden consumir a un nivel equivalente al 78 por ciento del costo estimado de las necesidades básicas. Si bien el 36 por ciento de la población no puede satisfacer las necesidades básicas de consumo, hay muchas más personas que son altamente susceptibles de convertirse en pobres (Ministerio de Economía, MoE, 2010). La pobreza en Afganistán existe de acuerdo con diferentes dimensiones como bajos ingresos, desempleo, analfabetismo, discapacidades, falta de servicios públicos básicos y problemas de seguridad. "(4)
El corrupto gobierno afgano y la fuerza aérea estadounidense mataron a más civiles que los talibanes. " Entre el 1 de enero y el 30 de septiembre de 2019, las muertes de civiles causadas por el gobierno afgano y las operaciones estadounidenses superaron las causadas por los talibanes por primera vez durante los primeros seis meses de 2019, en gran parte debido a un fuerte aumento de los ataques aéreos estadounidenses" ... El gobierno avanzó en la reducción de la tortura en algunos centros de detención, pero no responsabilizó a miembros de las fuerzas de seguridad y figuras políticas prominentes por abusos, incluida la agresión sexual "... Los talibanes atacaron a civiles que trabajaban con el gobierno afgano o con fuerzas extranjeras. El 8 de mayo, combatientes talibanes atacaron la sede en Kabul de Counterpart International, una organización no gubernamental (ONG) estadounidense que implementa proyectos de USAID. Murieron tres civiles en las instalaciones adyacentes de Care International. Los talibanes mataron e hirieron a cientos de civiles en ataques contra el gobierno afgano y las instalaciones militares extranjeras. Un ataque suicida de los talibanes el 17 de septiembre cerca del Ministerio de Defensa afgano en Kabul mató a 22 civiles e hirió a 38. Un ataque suicida con bomba del 5 de septiembre contra soldados de la OTAN mató al menos a 10 civiles. "(5)
Así, Afganistán es casi el espejo de Siria, pero donde en Siria es el imperialismo ruso y Assad el Carnicero, en Afganistán es el imperialismo estadounidense y su gobierno títere. En Siria, el régimen y sus partidarios afirman que Assad es un antiimperialista, mientras que en Afganistán la propaganda es la defensa de los derechos humanos.
El embajador afgano ante las Naciones Unidas, Ghulam M. Isaczai, dijo durante la reunión del Consejo de Seguridad del lunes que la ONU debe pedir el fin de la violencia en Afganistán. “Ya no hay tiempo para un juego de culpas. Tenemos la oportunidad de prevenir más violencia, evitar que Afganistán caiga en una guerra civil y se convierta en un estado paria. Por lo tanto, el Consejo de Seguridad y el Secretario General de la ONU deben utilizar todos los medios a su alcance para pedir el cese inmediato de la violencia y el respeto de los derechos humanos y el derecho internacional humanitario ”, dijo Isaczai." (6)
“El secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, inauguró la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Afganistán el lunes expresando su preocupación por los informes de violaciones de derechos humanos, en particular contra mujeres y niñas. “Hago un llamamiento a los talibanes ya todas las partes para que respeten y protejan el derecho internacional humanitario y los derechos y libertades de todas las personas. Estamos recibiendo informes escalofriantes de severas restricciones a los derechos humanos en todo el país”, dijo Guterres. “Me preocupan particularmente los relatos de las crecientes violaciones de derechos humanos contra las mujeres y niñas de Afganistán que temen un regreso a los días más oscuros. Es fundamental que se protejan los derechos adquiridos con tanto esfuerzo por las mujeres y las niñas afganas”, añadió. "(7)
Podemos esperar que los talibanes impongan la ropa tradicional, el burka, a las mujeres a las que, por supuesto, nos oponemos. Pero hablar sobre el abuso sistemático de los derechos humanos mientras se olvida la miseria de la mayoría de las mujeres bajo el gobierno títere es una declaración hipócrita de un político imperialista.
El líder de derecha del partido laborista británico Keir Starmer, un verdadero socialimperialista, dijo: "la situación en Afganistán es" impactante y trágica Starmer dijo a los periodistas el lunes que el mundo está viendo "el desmoronamiento de 20 años de progreso y de enormes sacrificios”. (8) ¡Lo que él llama "progreso" es tortura, bombardeos y violaciones!
"Si bien Biden aparentemente no hizo llamadas, el secretario de Estado Antony Blinken estaba hablando por teléfono con sus homólogos australianos, franceses, alemanes y noruegos sobre los esfuerzos para llevar" a los ciudadanos a un lugar seguro y ayudar a los afganos vulnerables ", según un portavoz del Departamento de Estado”. 9) Por "afganos vulnerables" se refiere a los sirvientes del imperialismo estadounidense.
El cuadro que pintan los imperialistas rusos es muy diferente: "Rusia está siguiendo de cerca los acontecimientos en Afganistán, dijo el lunes el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia en un comunicado. El Ministerio de Relaciones Exteriores agregó que la transferencia de poder a los talibanes se produjo" como resultado de la ausencia casi total de resistencia de las fuerzas armadas nacionales entrenadas por Estados Unidos y sus aliados ". "Según la información disponible, la situación en Kabul y en Afganistán en su conjunto se está estabilizando", se lee en el comunicado. "Los talibanes comenzaron a restaurar el orden público, confirmaron las garantías de seguridad de los residentes locales y las misiones diplomáticas extranjeras”... "Esperamos que las fuerzas militares afganas, preparadas por los estadounidenses y la OTAN, Durará al menos un tiempo y controlará al menos parte del país, lo que nos permitirá mantener negociaciones sobre un gobierno de tránsito de coalición. Aparentemente, sobrestimamos el talento de nuestros colegas estadounidenses y este ejército se rindió sin luchar”, dijo Kabulov. “Cuando la Unión Soviética abandonó Afganistán, el régimen al que apoyaron se mantuvo firme durante tres años. El régimen que los estadounidenses habían estado creando durante 20 años, ni siquiera duró hasta que los estadounidenses se fueron por completo”, agregó... " (10)
Lo que podemos esperar de los talibanes en el poder lo podemos aprender más o menos del período en que los talibanes estuvieron en el poder. ”Durante su gobierno anterior, los talibanes prohibieron a las mujeres trabajar fuera del hogar o asistir a la escuela. Las mujeres debían usar el burka y tenían que estar acompañadas por un pariente masculino cada vez que salían a la calle. En estos días, los líderes talibanes dicen que está abierto a la educación de las mujeres, pero los grupos de derechos dicen que las reglas varían según los comandantes locales y las comunidades mismas. Afganistán sigue siendo un país abrumadoramente conservador, especialmente fuera de las grandes ciudades” (11)
A falta de una revolución socialista, Afganistán seguirá siendo una semicolonia que será controlada por China y tal vez también sea Rusia. No damos apoyo político a los talibanes, pero la derrota del imperialismo estadounidense es algo bueno, ya que alentará a las clases populares de las naciones oprimidas a luchar contra los imperialistas.
Notas al pie
2) Ibíd.
4) Farid Ahmad Farzam Rahimi Ritsumeikan: El impacto de la seguridad y la integración regional en la reducción de la pobreza en Afganistán, Universidad de Asia Pacífico (APU), Japón 2015
5) https://www.hrw.org/world-report/2020/country-chapters/afghanistan#
6) https://edition.cnn.com/world/live-news/afghanistan-taliban-us-news-08-16-21/index.html
7) Ibíd.
9) Ibíd.
10) Ibíd.
11) https://apnews.com/article/afghanistan-taliban-13304940ec709865ca52aae2d832b96
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20 de agosto de 2021 · Barbara Boyd LaRouchePAC /extractos)
Durante la semana pasada, estuve cautiva de mi televisor e Internet mientras caía la humillación pública de los Estados Unidos de América, aparentemente de la mano de nuestro gobierno actual, por lo que se desarrolla en Kabul, Afganistán, en vísperas del 20 aniversario del 11 de septiembre de 2001.
No está claro en la actualidad si rescatar a los miles de rehenes creados por la retirada deliberadamente incompetente de Joe Biden resultará en nuevas guerras en Afganistán o en la mayor parte de Eurasia.
Como muchos, encontré una serie de narrativas sobre por qué lo que se llama erróneamente la campaña de 20 años de Estados Unidos en Afganistán que colapsó en unos días, convirtiéndose en lo que el presidente Trump dijo acertadamente que era la peor humillación televisada de nuestra historia . Todas estas narrativas presentan hechos veraces, pero cuando los sumas, no dan cuenta de lo que estamos viendo.
Estamos siendo alimentados con algo parecido a las sombras en la pared de la famosa cueva de Platón. La periodista Lara Logan señala que en la guerra de información de espectro completo que los ciudadanos de los Estados Unidos han experimentado desde las elecciones de Trump en 2016, existe una técnica llamada "aumento de la ambigüedad" donde se reparten verdades parciales para distraer a la población del objetivo, llevándola lejos de las verdades simples y crudas que surgen al hacer preguntas simples.
Si realmente va a haber un Gran Reinicio y una Cuarta Revolución Industrial bajo el patrocinio de la oligarquía globalista del mundo, entonces las ideas de soberanía, honor estadounidense y patriotismo, particularmente como lo exhibe la insurgencia del movimiento Trump en los EEUU, deben ser desacreditados de una vez por todas.
Ya en Gran Bretaña, el belicista Tom Tugendhat sugiere que Gran Bretaña y la OTAN pueden continuar con el Gran Reinicio sin los poco confiables Estados Unidos , burlándose y provocando a Estados Unidos como de costumbre, para que retome su postura como gendarme mundial.
Nuestra respuesta, si vamos a enfrentar y superar este momento, debe ser nada menos que reemplazar la totalidad de las élites de guerra para siempre totalmente corruptas de nuestra nación mientras reconstruimos nuestra economía en una infraestructura moderna y una plataforma de energía. Eso significa combustibles fósiles y energías de fusión y nucleares y grandes proyectos, y crecimiento de la población, no el regreso del Green New Deal de Biden al feudalismo y al tribalismo.
Eventos de la semana
Nadie en nuestras fuerzas armadas o en el Departamento de Estado puede decir cuántos estadounidenses están atrapados en el suelo ahora, detrás de las líneas de los talibanes, mientras nosotros "negociamos" con los talibanes para permitir que los estadounidenses atraviesen los puestos de control para llegar al aeropuerto de Kabul, el único lugar donde ahora están nuestras tropas. Renunciar a la embajada y a todo el sector bancario y hospitalario significa que los registros de todos los que trabajaron con Estados Unidos están ahora en manos de los talibanes. Mientras Gran Bretaña y Francia envían fuerzas especiales y paracaidistas para reunir a sus ciudadanos y ponerlos en aviones, nuestro secretario de Defensa, Lloyd Austin, y su compañero, el general Mark Milley, mienten que no tenemos la capacidad para hacer eso.
Biden y su ejército inventaron un nuevo plan catastrófico: abandonar el aeródromo de Bagram fortificado y con capacidad de transporte aéreo, abandonar miles de millones de dólares por adelantado. Al abandono de armas, el abandono de las bases construidas con miles de millones de fondos de los contribuyentes — entregue todo eso a los talibanes — y retire a todos los militares antes de atender a miles de civiles varados detrás de las líneas de los talibanes en Kabul y otros lugares.
Hacer la retirada, no al final del duro invierno en mayo, como planeó Trump, sino al final de la temporada de combate normal de los talibanes, mientras retira el apoyo a los combatientes afganos durante esa temporada de combate, incluida la retirada del apoyo aéreo en el centro de su estrategia.
La elección ingeniosa de un presidente senil es parte de la humillación deliberada de los ciudadanos de los Estados Unidos. El mundo y esta nación deben demostrar que esta nación y su idea de libertad ya no merecen una pelea.
El senil Biden ni siquiera pudo mantener sus líneas rectas en el transcurso de un mes. En julio, soltó airadamente que no había forma de que el gobierno afgano o las fuerzas armadas afganas colapsaran. Esta mentira descarada contradecía el hecho de un rápido avance de los talibanes que había comenzado en abril y estaba siendo denunciado públicamente, así como capturado en informes clasificados al presidente por la NSA, la CIA y el Departamento de Estado.
En agosto, cuando la realidad se hizo obvia para todos, Biden declaró que el colapso había sido inevitable, que los afganos que perdieron más de 70.000 soldados en esta guerra, sin mencionar los que quedaron mutilados permanentemente o cuyas familias fueron ejecutadas, eran cobardes corruptos que no pelearían. Afirmó, ahora, que lo había sabido todo el tiempo. Además, dijo, que todo esto fue realmente culpa de Trump.
Biden se puso tan loco en su entrevista con George Stephanopoulos de ABC el miércoles que su colectivo lo sacó de todas las apariciones públicas y lo envió a un fin de semana largo en Wilmington mientras ABC editaba la transcripción para que pareciera un poco coherente. Esto hizo que incluso los demócratas murmuraran sobre la 25ª Enmienda. Invirtiendo el rumbo a medida que los números de su encuesta se derrumbaron, programó un discurso para la nación hoy, que consistió en una presentación continua de la realidad alternativa de Biden. Jennifer Griffin de Fox News tuteó: "No se pudo verificar los hechos en tiempo real porque hubo muchas declaraciones erróneas hechas por el presidente".
Durante años, nos dice el Inspector General de Afganistán para la Reconstrucción, John F. Sopko, los contratistas de defensa de Beltway Bandit (es un término para las empresas privadas ubicadas en o cerca de Washington, D.C., cuyo principal negocio es proporcionar servicios de consultoría al gobierno de los Estados Unidos., o sea son parte de la Banda) se han estado deleitando con los casi u$s 144 mil millones del Congreso designados sólo para la “reconstrucción” afgana. Poco dinero se quedó en el suelo en Afganistán, y fue a parar a los bolsillos de los contratistas de defensa o de los lugareños. Se completaron pocos proyectos designados. Es probable que Sopko haya realizado el recorte de estimaciones necesario para mantener su trabajo y dice que un tercio completo de los fondos se destinó a "fraude, despilfarro y abuso".
El dinero alimentó el canal de Beltway, al igual que los miles de millones gastados en los contratistas de defensa que apoyan a los afganos que luchan por su país. El total gastado ahora está oficialmente cerca de u$s 2 billones. Eso no cuenta el dinero que Washington gasta en financiar la agencia de inteligencia ISI de Pakistán, que dirige a los talibanes. Oh, sí, ya ves, financiamos a las personas con las que luchan nuestros soldados. Esta fue una táctica favorita de la Administración Obama / Biden,desplegando neonazis en el gobierno de Ucrania, empleando a Al-Qaeda y yihadistas similares contra Assad en Siria. Ahora las vías respiratorias están llenas de referencias a la línea directa de National Suicide, por lo que los veteranos de Estados Unidos no hacen lo que 18 de ellos hacen todos los días, basándose en la aparente futilidad de todo.
The Washington Post cuenta aproximadamente el mismo tipo de historia en los Afganistán Papers . Los generales a cargo de la guerra de Afganistán mintieron una y otra vez. Se les dijo, comenzando en la administración Bush bajo la estratagema globalista Responsabilidad de Proteger de Tony Blair, para librar una guerra larga para construir la “democracia” en este cementerio de imperios. El terreno es geográficamente enorme, montañoso y, por lo demás, implacable. La sociedad era feudal y tribal, con antiguos odios y lealtades actuales intercambiadas y cambiadas en un instante sobre la base de un cálculo primitivo de supervivencia.
En lugar de reírse de George W. Bush o de los gamemasters británicos (GM: maestros de juegos) que organizaron esto, los generales simplemente saludaron y se inventaron, mintiendo repetidamente que estaban haciendo "progresos". Engañaron a los afganos para que los respaldaran, y esos afganos llevaron la peor parte de todos los combates desde la retirada de Obama en 2014 en adelante. Habiendo seguido la línea del partido,los generales se apresuraron a regresar a Washington para sacar provecho de su experiencia de “combate” retirándose con muchas cintas y yendo a trabajar para los mismos contratistas de defensa.
Si cree que despedir al general Milley resolverá el problema, el coronel Doug MacGregor nos recordó la otra noche en Laura Ingraham , hay toda una generación de farsantes de guerra eternos similares que ocuparían su lugar.
El hecho de que los talibanes y quienes se oponen a ellos formen parte de la operación de cultivo de opio más grande del mundo, produciendo cerca del 90% del suministro, dependiendo del año, mientras que recientemente se diversificaron hacia la fabricación de metanfetamina, arroja más luz sobre las realidades centrales.
Detrás de las sombras
La guerra civil afgana no comenzó el 11 de septiembre de 2001. Antes estuvo Zbigniew Brzezinski y sus patrocinadores británicos, quienes crearon las condiciones para el 11 de septiembre desde Londres, Afganistán, Pakistán y Arabia Saudita.
Brzezinski, un aspirante a noble polaco con características satánicas y salvajes que lo acompañan, se hizo un nombre al liderar la destrucción de los Estados Unidos por la Comisión Trilateral de los años setenta. Desde ese puesto, eligió y patrocinó la carrera de Jimmy Carter, convirtiéndose en Asesor de Seguridad Nacional del presidente Carter.
Brzezinski era un devoto de la geopolítica británica de Halford Mackinder y Nicolas Spykman y estudia el perfil de la ira musulmana creada por Bernard Lewis, otro agente de inteligencia británico. Con esa perspectiva enfermiza, diseñó un complot en el que el gobierno afgano respaldado por los soviéticos fue socavado violentamente para atraer a los soviéticos a invadir Afganistán.
Brzezinski dijo que su operación encubierta tenía la intención de crear un"Vietnam soviético". Desde el inicio de la guerra en 1979 hasta el colapso del gobierno respaldado por los soviéticos en 1992, la guerra de Brzezinski mató a más de 2.000.000 de afganos. Otros millones huyeron del país. También creó los grupos terroristas que atacaron a los Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001.
Estados Unidos subcontrató gran parte de su proyecto de guerra afgana muyahidines al ISI paquistaní, mayormente controlado por los británicos, que pagó e importó yihadistas musulmanes de todo el mundo para luchar contra los rusos en Afganistán. Estos yihadistas incluían a Osama bin Laden. El ISI también creó, patrocinó y financió a los talibanes, un grupo que no se distingue de Al-Qaeda o Isis, aunque los grupos luchan entre sí.
Durante esta guerra, el vicepresidente George HW Bush, en colaboración con Walter Raymond de la CIA y John Train, el banquero de Wall Street de Bush, apuntó a la población estadounidense para operaciones de guerra de información de espectro completo que antes estaban reservadas para operaciones de cambio de régimen en el extranjero. Estas operaciones consiguieron el apoyo popular para el yihadista afgano y las igualmente perversas operaciones de la Contra en Centroamérica. Las dos guerras híbridas de Bush fueron financiadas principalmente por el tráfico de drogas.
Brzezinski, después de haber creado las células terroristas que atacaron a los Estados Unidos, proclamó que no se arrepiente, al igual que Biden ahora dice que no se arrepiente. “Zbig” contrastó la existencia de “unos pocos mulás enloquecidos” con su pretendido triunfo estratégico en la caída del régimen soviético. De lo contrario, implementó el "plan" Trilateral que, según dijo, pedía la "convergencia gradual de Oriente y Occidente, que en última instancia conduce hacia la meta de un gobierno mundial". La soberanía nacional ya no es un concepto viable”. Postuló una próxima "era tecnotrónica" que estaría dominada por una élite y expertos científicos "sin restricciones por los valores tradicionales", supervisando un estado de vigilancia continua.
Estos son los mismos temas y misión ahora bajo la bandera del Foro Económico Mundial, promocionando un imperio corporativista mundial emergente bajo los lemas gemelos de "Gran Reinicio" y "Reconstruir mejor". Estos, por supuesto, son los mismos lemas adoptados como marca de Biden y otras campañas demócratas 2020-2022.
No es sorprendente, dada esta historia, que Joe Biden, en octubre de 2017, fuera recompensado con el segundo premio Zbigniew Brzezinski en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales , que dirigió Brzezinski.
Tampoco es sorprendente que el "canto del cisne" de Biden como jefe de política exterior de Barack Obama fuera un discurso en Davos , anunciando el "orden basado en reglas" globalista, ridiculizando amargamente a Trump y el populismo, y promoviendo la Cuarta Revolución Industrial globalista.
Si bien Biden ya no funciona mentalmente, la tripulación que lo rodea ha estado con él durante mucho tiempo. Están tratando de contener militarmente a Rusia y China. Pakistán y Afganistán ahora son simplemente piezas de ajedrez en ese nuevo "gran juego" euroasiático. En su cambio de atención militar y degradación de nuestro país, están tratando patéticamente de mostrar su utilidad a los oligarcas financieros globales que ahora están operando una versión abiertamente fascista del “gran juego” imperial británico.
Muchos señalan que Biden ha estado presente y en posiciones clave durante toda la desindustrialización deliberada y el colapso de Estados Unidos. Eso también es cierto para todos en el unipartidismo de Washington que no pueden pensar fuera de los supuestos fundamentales fijos y decadentes del "consenso de Washington"