08.SEP.21 | PostaPorteña 2230

Número, Letra, País

Por Leonel Elola Verocay

 

El 42° Presidente uruguayo nos prometió recibirnos y esperamos que además cumplir con el gesto, nos de algunas respuestas. La letra Y, que representa en genética a los cromosomas masculinos, da nombre a una nueva serie televisiva inquietante. Dinamarca suprimirá casi todas las medidas restrictivas por Covid -19, a partir del 10 de setiembre.

 

Leonel Elola Verocay - Licenciado en Psicología.

NO+MENTIRAS 3 septiembre 2021

 

 

¿El N° 42 nos dará las respuestas?

 

Si bien para mi siguen siendo una incógnita los vaivenes internos del Presidente Luis Lacalle Pou, que lo llevaron a suspender su discurso protocolar en el acto por la declaratoria de la independencia el 25 de agosto en Florida, lo que sí está a la vista es que sus sentimientos no lo inmovilizaron. En días siguientes acudió muy bien dispuesto, a un vacunatorio en la ciudad de Montevideo.

Según relata en su cuenta de Twitter recibió una tercera inoculación contra Covid-19, en dicha oportunidad con la “vacuna” de Pfizer. La evidencia presentada son dos fotografías, una de ellas mostrando sus ejercitados bíceps y poniéndole el brazo a la jeringa, aunque no es mucho lo que se deja ver del acto sanitario en sí mismo.

En una columna pasada realizamos la hipótesis que las personas ocupantes de altos cargos estatales, entre otras esferas de poder, posiblemente tuvieran opciones que no se le presentan al ciudadano común. Él sabrá lo que hizo, porque sin duda alguna conoce que inyectarse una dosis de vacuna experimental génica tiene riesgos bien distintos que surfear algunas olas de tamaño moderado en el océano Atlántico, con un traje de neopreno, a la altura de La Paloma.

Sin embargo, lo más curioso lo encontré en la segunda fotografía  Allí se muestra al vacunado junto a varias funcionarias técnicas, con sus uniformes laborales y otra dama en ropa de calle. ¿Por qué presentan las palmas de sus manos abiertas con los dedos separados?

La mayoría, incluyendo al Presidente, muestra ambas manos, pero hay dos personas que presentan sólo una y por último, otra de las “vacunadoras” adopta una postura acorde, pero solo dejando erguidos los pulgares de cada extremidad superior.

Sumando todos los dedos bien separados, de todas las manos a la vista obtenemos el número 42. ¡No me digan que Uds. no los contaron!

Si la suma hubiese sido 30 como el nuevo número de la camiseta de Leo Messi en el PSG francés, la conclusión sería obvia y nos facilitaría la interpretación, pero el cuarenta y dos no lo es tanto. Pero tampoco es tan difícil, recién consulté Wikipedia y vi que Lacalle Pou es el 42 Presidente de la República Oriental del Uruguay. O sea que la escenografía, como era previsible, no ha sido espontánea.

Pero que tendrá que ver su numeral en el orden histórico presidencial con haberse dado una tercera dosis de vacuna experimental. ¿Podría ser una orientación para hacer una jugada de quiniela? (no puedo asegurarlo, ni sé si siguen existiendo los tradicionales sorteos).

Por cierto que personas tan sagaces como yo y la gran mayoría de los lectores, no nos vamos a quedar con una explicación tan sencilla y superficial.

Yo supongo que podría ser una referencia a la novela “The hitchniker’s guide to the Galaxy” (“Guía del autoestopista galáctico”) escrita por Douglas Adam y publicada por vez primera en 1979. En ella el N° 42 es la escueta y sorprendente respuesta a “la última pregunta de la vida, el universo y todo”. Así como lo leen, la supercomputadora más potente del cosmos, denominada “Pensamiento Profundo”, del tamaño de una ciudad y luego de algunos millones de años de cálculos, responde “42” a la pregunta universal.

Entonces cabe preguntarse en un análisis numerológico del críptico mensaje presidencial uruguayo mediante su tuit: ¿Podría ser una señal al mundo que en Uruguay estamos próximos a dar respuesta a todos los enigmas del universo?

No se enojen, este último despliegue especulativo solo es un divague, que podría llegar a tener algo de gracia, lo cual no es nada seguro. Incluso el mismo escritor de la obra citada, Douglas Adam, a posteriori confesó que el haber elegido ese número no fue producto de ninguna revelación y solo era una broma.

La moraleja de este ejercicio es que no deberíamos dejarnos llevar por explicaciones ni demasiado simples ni demasiado fantasiosas y retorcidas. Aunque este período histórico excepcional y dramático que estamos viviendo, en el cual es muy posible que se esté jugando la continuidad en las próximas décadas, de la especie humana tal como la conocemos, nos lleva a una avidez por formular preguntas y tratar de comprender.

Es grande la tentación de abrazar una “Todología” que tenga una explicación alternativa para cada acontecimiento histórico pretérito y que a su vez permita llegar a penetrar el trasfondo del presente, abriéndonos los ojos de manera definitiva a un conocimiento exhaustivo y absoluto.  Pero tener todas esas expectativas en lo inmediato no es nada realista y solo puede conducirnos a frustraciones. Más vale seguir investigando y desentrañando el mundo, con determinación y amor hacia la verdad, pero también con matices de humildad y dejando de lado la soberbia.

Cuando el 42 Presidente de la República cumpla su palabra y reciba a nuestros representantes, no vamos a pretender tener todas las soluciones a los grandes interrogantes del momento, ni exigirle las claves universales que ese número mágico poseería, según la “guía del viajero a dedo intergaláctico”.

Lo que sí es más esperable, es que le reclamemos por las libertades constitucionales que se han visto recortadas por medidas sanitarias y políticas, de dudosa armonía jurídica y también cuestionable eficacia en sus pretendidas finalidades.

También le podremos presentar cálculos y gráficas hechas con datos oficiales por científicos y técnicos independientes y de gran competencia en sus dominios, que muestran el aún inexplicado aumento de la mortalidad en Uruguay (al igual que en muchos otros países del mundo) luego del comienzo de la campaña vacunatoria contra Covid-19. Las nuevas sustancias utilizadas aún en fase experimental no nos merecen confianza y su posible relación causal con lo antes expresado nos causa desasosiego y alarma.

Luis Lacalle Pou, además de ocupar la primera magistratura, es un ciudadano uruguayo adulto y en pleno uso de sus facultades y si decidió vacunarse en las condiciones conocidas, está en su pleno derecho. 

Esperamos que en el ejercicio de su alto cargo, también garantice los derechos de quienes fundamentadamente elegimos no vacunarnos y simultáneamente proteja los derechos y la vida de los niños y adolescentes, que son el futuro del país. Para no someterlos a riesgos innecesarios por efectos adversos de la vacunación contra Covid-19, que según numerosas y calificadas referencias científicas de todo el mundo, son mayores que los que la enfermedad supuestamente combatida, podría causarles.

Letra Y

Entremos sin preámbulos a la cuestión; la letra “y” mayúscula se refiere al campo de la genética. Es el símbolo que designa a los cromosomas masculinos y es en ese carácter que figura en el título de una nueva serie de próximo estreno en Netflix: “Y: El último hombre”.

Así es presentada: “En esta adaptación del cómic homónimo, una epidemia misteriosa ha diezmado toda la población masculina de la tierra. Un solo hombre ha sobrevivido (…)”.

La historieta original fue publicada en varios tomos entre 2002 y 2008, pero la serie es bien reciente, aunque se viene produciendo desde comienzos de 2019. Su estreno mundial será el próximo 13 de septiembre.

No es mi intención hacerle publicidad y no seguiré abundando en informaciones, dejo para los expertos en primado negativo desmenuzar hasta los más mínimos detalles.

Pero si voy a destacar un par de aspectos que me parecen relevantes.

– Quienes han sido diezmados son solo los hombres (excepto uno), por lo tanto todas las mujeres han sobrevivido y ese mundo pos apocalíptico imaginado, es radicalmente femenino.

– Pese a que la presentación de la serie (que traduje del francés) menciona una epidemia, creo que el redactor del resumen usó esa palabra por su resonancia asociativa a la realidad actual de la Plandemia. Pero lo que sucede en el argumento original del cómic y que según se deja ver es fielmente adaptado, no es eso

Lo que está planteado en el desarrollo es un evento de exterminio masivo, selectivo e instantáneo. El resumen del sitio especializado en inglés “ComiXology” lo describe así: “Escrita por Brian K. Vaughan (Lost, EX MACHINA), esta es la saga de Yorick Brown, el último sobreviviente humano de una plaga planetaria que mata instantáneamente a todos los mamíferos con un cromosoma Y.”

Sin interrupción reflexiva, ni bien leí las informaciones precedentes por primera vez, hice la asociación con un film que he visto hace bastante tiempo, pero que sigue figurando actualmente en un lugar destacado de catálogos de sitios de streaming: “Hijos de los hombres” (“Children of Men”) de 2006, dirigida por el mexicano Alfonso Cuarón, pero no por eso menos hollywoodiana.

Recordé perfectamente que en esa película el centro del guión es el descubrimiento y protección de una mujer joven embarazada. Porque en el contexto que se desarrolla eso era un hecho extraordinario y la madre gestante se había convertido, por esa sola condición biológica, en motivo de persecución por fuerzas poderosas y malintencionadas.

Al buscar más referencias que las de mi memoria, encontré en el sitio enciclopédico de la industria cinematográfica occidental IMDb el siguiente extracto: “En 2027, en un mundo caótico donde las mujeres de alguna manera se han vuelto infértiles, un ex activista acepta ayudar a transportar a una mujer milagrosamente embarazada a un santuario en el mar”.

Nótese que ambas producciones audiovisuales, la nueva serie y la película tienen sus orígenes creativos en los años de la primera década del siglo XXI. En aquel momento faltaban todavía unos cuantos años para el inicio de la tercera década, que estamos comenzando a transitar ahora. 

Pero no olvidemos que se trata y no dejan de ser, obras de ficción. Si por una grandísima casualidad llegara a suceder algo más o menos parecido en un tiempo no muy lejano, siempre estará a mano el conocido descargo: “Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia”.

Dinamarca

El 4 de mayo pasado escribí en mi muro de Facebook: “Dinamarca anunció ayer que renuncia a la vacuna de Johnson y Johnson a causa de los posibles efectos secundarios graves, pese a la luz verde de los reguladores europeos y la OMS. Me gusta ese país nórdico”

Hablando de países, no solo fueron los daneses que se desmarcan con bases científicas confiables, prudencia y actitud independiente; también los escandinavos Suecia y Noruega tuvieron políticas sanitarias enaltecedoras por su ejercicio de soberanía en tiempo de Plandemia.

Por conocido ya no es novedad ahora destacar el ejemplo de Suecia, que jamás aplicó medidas de cuarentena rigurosa o “cierres” compulsivos (lockdown) y donde las mascarillas faciales son “rara avis”.

 Los Estados mencionados, reconocidos en el selecto grupo de los más prósperos y de mejor calidad de vida del mundo, también expresan esas cualidades en el área de la Salud Pública. Todos ellos poseen sistemas de vigilancia farmacológica serios y confiables; es por esto que Noruega fue el país que detectó tempranamente efectos adversos graves, incluso con varios desenlaces fatales por trombosis en personal de salud vacunado. 

Hicieron lo que por lógica científica hay que hacer, investigaron a fondo caso por caso y llegaron a conclusiones indiscutibles. Fueron las vacunas de AstraZeneca las causantes de los trombos, como efectos adversos de gravedad.

Actuando en consecuencia, no sólo suspendieron y luego desecharon el uso de dicha vacuna, sino que sus constataciones influyeron en la mayoría de los países europeos, que también las suspendieron por varias semanas y a la postre condujeron a criterios más restrictivos en su utilización.

Retornando la atención hacia Dinamarca, el 17 de junio la selección de fútbol de Bélgica jugó ante su similar de ese país por la Eurocopa, en el Parken Stadium de Copenhague, capital danesa. Me sorprendió gratamente ver un estadio lleno de público, casi sin mascarillas ni distanciamientos: la gente se aglomeró y disfrutó del partido sin miedos, mientras en otros países europeos continuaban, como todavía ahora en algunos, una cantidad de medidas restrictivas y cercenadoras de la libertad ciudadana.

Pues bien, ya comenzamos el mes de septiembre y Dinamarca fijó la fecha para el levantamiento casi total de las medidas relativas a la “pandemia”. El 10 de septiembre, dentro de una semana, se efectuará la supresión de las últimas restricciones, por considerar ya controlada la epidemia. No más tapabocas en espacios interiores (que nunca fueron obligatorios en exteriores), ni más “pasaporte Covid”, que iba a desaparecer el 1 de octubre y cuya eliminación se hará por adelantado.

Dinamarca tiene un 72,7 % de su población ya completamente vacunada con dos dosis, aunque las decisiones de levantamiento de medidas fueron adoptadas bastante antes de llegar a esa cifra e incluso, como lo ya lo consignamos, serán puestas en práctica con antelación a lo previsto. 

Según la fuente de información internacional “Our World in Data”, Uruguay ya tendría un 72,8 % del total completamente vacunados. Usamos la misma base de datos para hacer la comparación y décimas más o menos, el porcentaje de la población vacunada es casi igual en ambos países. 

Evito entrar en una danza de cifras comparativas de tests, contagios, internaciones hospitalarias y muertes, solo constato que la población danesa actual es de 5.813.302 habitantes, por lo que aunque un poco mayor, en ese valor demográfico es de una escala similar a Uruguay.

Si en nuestro país los números estadísticos de lo que es Covid-19 tienen una tendencia a ir descendiendo y la supuesta protección vacunal ya es elevada en porcentaje, no es imposible pensar en medidas de política sanitaria que vayan en el sentido de países evolucionados como Dinamarca y los europeos nórdicos.

Dinamarca va a declarar controlada la epidemia, pero no por ello descuidará el seguimiento y control, vislumbrando un futuro cercano de enfermedad covidiana endémica manejable con prevención y tratamientos.

Uruguay bien podría inspirarse de esto y en lugar de seguir obsesionadamente poniendo energía en 3ras dosis de vacunas, combinando diferentes tecnologías agregando incertidumbres a la experimentación, podría dedicar esfuerzos a establecer un cronograma cercano, de levantamiento de la mayoría de las restricciones que coartan las libertades ciudadanas, que incluya por supuesto, la supresión total de las medidas discriminatorias del “pase sanitario” que tanta división y daño social está causando.

 ¿Será una utopía aspirar a que se cumplan tan modestas proposiciones en el Uruguay actual?


Comunicate