08.SEP.21 | PostaPorteña 2230

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Astrología y el silencio de los K-intelectuales

 

Rolando Astarita 8/9/21

El lunes pasado, en el programa “Intratables”, la candidata oficialista Tolosa Paz sostuvo que los movimientos sociales y las crisis en Argentina se pueden explicar con la carta astral del país. Argentina es cáncer, precisó, por el 9 de julio, día de la independencia. De la misma manera, la Gran Depresión del 30, o el ataque a las Torres Gemelas, se explicarían por la carta astral de EEUU.

Rápidamente desde la oposición se señaló la paradoja de que el gobierno de Fernández y Fernández se considera a sí mismo un “gobierno de científicos”. Pero no hubo casi reacción de parte de los intelectuales K.

La cuestión, de todas formas, no debería minimizarse. Como han señalado astrónomos y otros científicos, la astrología carece de cualquier fundamento científico: es imposible establecer, lógica o empíricamente, alguna relación entre el movimiento de los planetas, el día del nacimiento de un individuo, y sus características psicológicas. Menos todavía hay forma de pasar de esas características personales, “astrológicamente determinadas”, a la historia concreta de una comunidad nacional.

Solo desde un alto nivel de ignorancia y especulación abstracta se pueden establecer semejantes conexiones.   

Lo de Tolosa Paz también es profundamente reaccionario. Es que al negar la objetividad de las leyes naturales y sociales, invita a aceptar lo existente.

Si las clases sociales y la explotación; las crisis y depresiones económicas; la polarización de ingresos y riqueza; el racismo y la xenofobia; y la degradación creciente del medio ambiente, entre otras cuestiones, son el resultado del orden cósmico, ¿qué objeto tiene intentar cambiar las cosas hasta que ese orden cósmico no sea favorable a los explotados?

Peor todavía es lo que ocurre cuando pasamos a las cartas astrales “nacionales”. Argentina tendría “su” carta astral, EEUU la suya, Uruguay la suya, etcétera; cada país una mónada determinada por los astros. Por lo cual cualquier inferencia xenófoba y hasta racista sería posible. ¿Esto es “ciencia para la liberación nacional”?

Agrego que en las sociedades contemporáneas el reaccionarismo intelectual parece estar bastante extendido. Alan Sokal (Más allá de las imposturas intelectuales) puntualiza: el 36% de los norteamericanos cree en la telepatía (comunicación entre mentes sin recurrir a los cinco sentidos tradicionales); y el 25% no está seguro de que no sea cierta. El 49% piensa que “personas de carne y hueso son a veces poseídas por el demonio”; y el 16% no está seguro de que eso no sea cierto. El 25% cree en la astrología, esto es, que la posición de los astros puede influir en la vida de las personas; el 25% no está seguro. El 11% cree en el espiritismo; el 22% no está seguro. El 7% cree en el poder curativo de las pirámides; el 26% no está seguro. El 47% cree que dios creó a los seres humanos en algún momento del período comprendido en los últimos 10.000 años, aproximadamente.

Para terminar:

no hay manera de sostener una crítica social progresista (simplemente progresista, no hablo ya de revolucionaria) si se ensalza la superstición, y se pasa por alto la evidencia y la argumentación razonada. Como dice una cita reproducida por Sokal, “la irracionalidad ha contado históricamente entre las armas más poderosas del arsenal ideológico de los opresores”. Es el significado de fondo del discurso “astrológico” de la candidata. Ante esto, aturde el silencio de la K-intelectualidad progresista

 

 

Argentina / Chile, no al patriotismo

 

Rolando Astarita 3/9/21

En los últimos días se ha planteado un incipiente conflicto entre Chile y Argentina en torno a la delimitación del área marítima y de los hielos continentales. La cancillería argentina sostiene que Chile “pretende apropiarse de una parte de la plataforma continental argentina y de una extensa área de los fondos marinos y oceánicos”, y de una parte de los hielos continentales. Organizaciones nacionalistas –incluso varias que se califican a sí mismas defensoras de “La Patria Grande”- apoyan este discurso. También los medios, como La Nación (véase el Editorial de hoy, 3/09, del que reproduzco pasajes citados más arriba).

Pues bien, pienso que es obligación de los socialistas internacionalistas decir que rechazamos toda forma de alineamiento de los trabajadores argentinos o chilenos con los gobiernos de Argentina o Chile, y sus respectivas burguesías.

Es necesario oponerse a toda forma de exacerbación nacionalista de un lado y otro de la frontera. La clase obrera argentina no debe apoyar los reclamos del Gobierno argentino. La clase obrera chilena no debe apoyar los reclamos del Gobierno chileno.

Todo aliento al fervor patriótico va en detrimento de la clase obrera y perjudica la lucha por la independencia de clase. Los obreros chilenos o argentinos no ganan nada por el hecho de que tal o cual recurso natural lo exploten capitalistas chilenos o argentinos.

El criterio básico fue planteado por Lenin: los socialistas de cada país deben poner el acento en criticar el patriotismo y chovinismo reinantes en sus países. Es central que las masas explotadas tomen distancia con respecto a sus burguesías. Máxime cuando se trata de dos naciones igualmente dependientes y atrasadas, como son Chile y Argentina. 

El eje de la política socialista es que no hay unidad nacional posible entre explotados y explotadores. Por el contrario, los nacionalistas, incluso los que se llaman a sí mismos socialistas, o progresistas, ponen en primer plano la unidad nacional.  Con la excusa de no perder el apoyo de las masas trabajadoras, renuncian a los puntos de vista de clase, y adoptan los puntos de vista de la burguesía o de la pequeña burguesía de “su” nación.

Los socialistas, en cambio, sostenemos que la clase obrera no tiene patria (véase El Manifiesto Comunista). Este mensaje no tiene que quedar en eslogan “para los Primero de Mayo”; debería ser el punto de partida desde el cual se articulan todo el resto de los argumentos. En especial, los internacionalistas deberían defender este principio en los mensajes que envían al conjunto de la población cuando concurren a los grandes medios de comunicación (en otras palabras, no debería quedarse en un discreto mensaje, políticamente correcto, escrito en la prensa partidaria, para disimular oportunismo electoralista)

Nuestro esfuerzo es para fomentar los lazos fraternales con los trabajadores chilenos y de cualquier otro país. Nuestro norte es acabar con las fronteras nacionales. La superación del atraso y la miseria de las masas trabajadoras chilenas, o argentinas, no pasa por la exaltación de las rivalidades nacionales, sino por estrechar la colaboración y solidaridad entre los explotados, en la perspectiva del triunfo del socialismo en ambos países.

 

Covid-19: “Esto No Es Una Teoría Conspirativa, Es Una Conspiración”

 

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Sobre la descripción del proceso iniciado en marzo de 2020, tropezamos con variadas manifestaciones en el enjuiciamiento del falso discurso del elemento denominado coronavirus y sus consecuencias, argumentando "invocaciones" para rectificar errores manifiestos en sus cambios de actitud.

Es y ha sido inútil participar en tentativas de "comprender", el falso discurso del elemento denominado coronavirus, pero podemos preguntarnos porque la corporación medica estatal y privada se conduce tan incorrectamente con la población.

Los "adversarios", que no reconocen el falso discurso del elemento denominado coronavirus, como la corporación medica estatal y privada, se permiten obrar no solo contra toda lógica científica, sino en una situación como realmente se daba en la Edad Media cuando un adversario no afín, era expuesto en la picota y abandonado a los vejámenes de la plebe.

No existe idea en esta situación a partir de marzo de 2020, hasta donde alcanza y se permiten los integrantes de la corporación medica estatal y privada, excluyendo de lo social a quienes se niegan a ser objeto del experimento siniestro denominado vacunación, hasta llegar al extremo de aplicarles una medida perversa, como hisoparlos por el ano.

Resalto como falso, el discurso del elemento denominado coronavirus, pues, aunque falso y ambiguo, encierra también verdades: Reducción de la población mundial, entre otras.

Cuando pronunciamos o escribimos una palabra hemos olvidado, ya hace mucho tiempo la imagen concreta que le ha dado origen, siéndonos, por tanto, imposible reconocerla cuando en su lugar se nos presenta dicha imagen.

El poder mundial globalizado ha logrado con aquello que le aporta lo científico técnico, inducir a través de lo "manifiesto" con los medios de “información”, celulares, películas, espectáculos masivos deportivos recitales y de todo orden, anular ideas, palabras y conceptos de racionalidad sobre la población mundial, irreversiblemente.

Es decir, al desambiguar el falso discurso del elemento denominado coronavirus, arribamos a la particular importancia, que esta relación posee sobre lo inconsciente, creando toda una serie de pensamientos abstractos e imágenes sustitutivas nada incompatibles con la latencia en que, dichos pensamientos deben ser conservados.

La aplicación del narcisista paranoico poder mundial nos mantiene sometidos absolutamente y debemos asumirlo o seremos sancionados severamente de no cubrirnos el rostro. Ya hemos perdido totalmente la categoría de humanos. Proclamar resistencia es una estúpida argumentación, pues jamás debíamos haber permitido este sometimiento.

Hemos seguido el juego de repugnantes criminales profesionales de la corporación médica estatal y privada, que mediáticamente aterrorizan con el falso discurso del elemento denominado coronavirus y sus consecuencias psicopatológicas desquiciadas destructivas autoritarias irreversibles sobre nosotros.

Esta "exitosa" metodología, prosigue con el "juego" de las nuevas olas, rebrotes, vacunación, etc. La población esencialmente infradotada y que jamás debió permitir ni someterse a esta genocida situación, es la misma donde el repaso de la historia nos indica y explica que la masa humana es idiota. Estamos agonizando en este programa de eliminación, independientemente de las variadas estúpidas "ilusiones y esperanzas" que se puedan concebir.

Mientras tanto sigamos con el barbijo, respetando la distancia social, en reuniones acotadas, pedir permiso para circular, someternos a los hisopados, cumplir con el juego de la vacunación masiva mundial para la continuidad experimental de los discípulos mengelistas.

En fin, prosigamos evolucionando en nuestra estupidez. La reducción de la población mundial, permite a los integrantes del poder globalizado recrear un mundo de exclusividad, donde el trabajo humano de todo orden y clase es reemplazado por la robótica e inteligencia artificial. La pulsión de muerte no es un hecho biológico, pues el aparato psíquico humano está subordinado a un automatismo de repetición ciego como “un animal enfermo de muerte.

Osvaldo V. Buscaya (OBya)

Psicoanalítico (Freud)29 de agosto de 2021 CABA Argentina


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