05.NOV.21 | PostaPorteña 2244

Paraguay: EL STRONISMO VIGENTE

Por José Antonio Vera

 

A 67 años de la toma del poder, y a 32 de su expulsión y el comienzo de su exilio dorado en Brasil, la realidad paraguaya confirma que Stroessner ha triunfado en su propósito, presuntamente planificado desde afuera, de desnaturalizar el pueblo, destruyendo el viejo tejido social cooperativo y solidario, que caracterizó a esta nación hasta la mitad del siglo pasado

 

José Antonio Vera, desde Paraguay- UyPress - 03.11.2021

 

El régimen de Stroessner forjó la desmoralización de vastos sectores de la población, inculcando una mentalidad de sujeto asistido, sin voluntad productiva, sin orgullo profesional, sin un pensar crítico, buscando la fortuna personal y familiar fácil, mediante los más bajos recursos.

Prueba inequívoca son las numerosas familias que se apropiaron de inmensos territorios fiscales, para nada producir y especular, vueltas multimillonarios con el contrabando, el narcotráfico, el tráfico de armas, de órganos, medicamentos y la improvisación profesional. Organizó una reforma agraria oligárquica.

Stroessner aventajó a todos los tiranos de Suramérica en dejar herederos implantados en la hampona administración de este país, casi protectorado estadounidense, secuestrado por contratistas, estimulados por la estafa política que se produjo en las tres décadas de transición, y de forma extrema bajo el actual presidente Mario Abdo Benítez, hijo de quien fungió durante años, de secretario privado del tirano.

La aparición de "Marito", como le llamaba mucha gente que veía en él un posible surgimiento de jóvenes que renovaran el hastío político, ha resultado una estafa cívica, sepultando desde la presidencia, todas sus promesas de cortar sus negocios con el Estado y nada hacer para beneficiar a sus amigos.

Abdo Benítez ha ido más lejos aún. Aparte que su propia esposa es o ha sido una fuerte empresaria asociada al Estado, con contratos multimillonarios en dólares, el mandatario no pierde oportunidad para elogiar al tirano, con quien sólo se registra la diferencia del sometimiento del país vía deuda externa.

Stroessner dejó una cifra manejable pero su admirador en sólo tres años la ha multiplicado por diez, superando los 13 mil millones de dólares, bajo el manto mentiroso de la lucha contra la pandemia del coronavirus.

Stroessner encabezó un desembozado gansterismo oficial de extorsionistas, contrabandistas, empaquetados en el papel de funcionarios de alto rango del Estado, que legalizaba todo lo ilegal que aparezca, siempre que engorde a la corona y a sus lacayos y familiares, en una práctica de prostitución política que se ha intensificado hasta hoy.

En la vereda de enfrente, el panorama es poco alentador, pues a la mísera formación filosófica y política, que se observa en todo el escenario nacional, lo que debería ser la oposición, está sin norte y sin convicciones claras, en constantes guerritas intestinas, divisionistas, caciquescas, sin ningún planteo serio, y esperando la aparición de algún líder, algún mesías salvador.   

Vértice rastrero fue la tiranía estronista en la "Operación Cóndor", elaborada y dirigida en toda Latinoamérica, por la Central norteamericana del espionaje (CIA), utilizando a todas las tiranías cívico-militares en la represión, torturas, asesinatos y desapariciones de cientos de miles militantes políticos y sociales.

Desde 1954 hasta 1989, el régimen se basó en una simple ecuación: la paz social es igual a corrupción, prohijada por la impunidad de un Poder Judicial sometido, que utilizaba o dejaba utilizar el ingreso al país de toda clase de vehículos, artefactos electrónicos o productos farmacéuticos.

El tirano robó mucho y permitió robar algo a todos sus allegados, con la condición de que no hicieran oposición política a su cruzada anticomunista, que le ordenaba Estados Unidos, en plena Guerra Fría.

La tiranía se consolidó utilizando como nexo con la sociedad civil al funcionariado público, puesto bajo la batuta del  Partido Colorado, cuyo color pasó a ser el dominador común, en una alianza que integraron las Fuerzas Armadas, la policía y las agremiaciones profesionales  y sindicales, en especial todo el poderoso mundo de las importaciones y exportaciones.

El asistencialismo a la masa obediente corrió parejo en esa tramoya que, en buena medida, dejaba comer a los marginados, dando tranquilidad y consiguiendo el apoyo incondicional de los cuatro grupos de nuevos empresarios de entonces.

Algunos continúan en el mismo papel de socios inescrupulosos del Estado, ocupando cargos en el Ejecutivo, las dos cámaras parlamentarias, los órganos judiciales y las empresas de comunicación, verdaderas fábricas de la frivolidad y la alienación mental.

El destrozo de la naturaleza, con la contaminación de los cursos de agua y la masiva deforestación, con participación de numerosos jerarcas públicos y privados, se ha constituido en un ecocidio y un etnocidio, que ha convertido en parias a los pueblos nativos, y enriquecido aún más a inversionistas locales y, en particular a las compañías transnacionales de la agricultura industrial, con sus venenosos paquetes de rociados tóxicos.

Paraguay, según cifras oficiales, ha tenido buen crecimiento en los últimos años, pero el desarrollo social y cultural está ausente, al tiempo que se desconoce la suma de la astronómica fuga de capitales que ha perdido el país en las últimas siete décadas.

Stroessner, quien habría cumplido años este tres de noviembre, fue un suboficial semianalfabeto, al igual que su antecesor, el General Morínigo, pero con un fuerte instinto político que utilizaron asesores extranjeros en inteligencia dañina, lanzándolo a eliminar opositores y forzar al exilio, durante años, al 90 por ciento de sus opositores.


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