09.NOV.21 | PostaPorteña 2245

Masiva marcha por crimen del kiosquero en Ramos Mejía: hubo incidentes y la policía tiró gases lacrimógenos

Por Juan Giglio

 

Ramos Mejía y la izquierda que se abstiene

de responder a la inseguridad

 

Por Juan Giglio Convergencia Socialista 9/11/21

 

Un kiosquero muerto a balazos por lúmpenes que intentaron robarle provocó la reacción, comprensible, de cientos de vecinos y vecinas que ganaron las calles de Ramos Mejía repudiando lo sucedido y cuestionando al gobierno y su aparato policial. La movilización, que fue reprimida por los uniformados de Berni, Kicillof y Alberto, motivó todo tipo de debates y declaraciones, que fueron desde la oposición patronal hasta la izquierda.

Los opositores patronales de derecha aprovecharon las circunstancias para cargar las tintas sobre el gobierno y reclamar más policía y represión.

Lamentablemente, ninguno de los representantes parlamentarios de la izquierda se hizo presente en Ramos Mejía, para solidarizarse con los familiares y amigos del pequeño comerciante asesinado y presentar una propuesta alternativa.

La izquierda debe disputar la consciencia de los sectores obreros y populares que se movilizan por la inseguridad. ¡Si no lo hace será responsable de que ocupen su lugar los Blumberg, Bullrich, Berni o Espert, que agitarán, como representantes reaccionarios de la burguesía, consignas al servicio del reforzamiento del aparato represivo, que los de arriba utilizan para mantener en línea a la clase trabajadora y el pueblo pobre!

Un ejemplo de la ausencia de este tipo de políticas, es el PTS, que en su artículo destinado a cubrir los hechos de Ramos Mejía, no sólo no parte de solidarizarse con las víctimas y de repudiar la represión policial, sino que se centra en denunciar el peligro del crecimiento de la “derecha”, coincidiendo con el sector más “progre” del gobierno, que se expresa a través de Página 12.

La única propuesta del PTS, si es que se la puede considerar como tal, es atacar de raíz un sistema completamente decadente como el capitalista.

La indignación de muchos familiares es comprensible. Han perdido seres queridos. Pero también se escuchan o ven declaraciones que piden pena de muerte o hablan de “cortar manos”. Son declaraciones fascistizantes, que terminan convirtiendo a los sectores más pobres en parias sociales, en enemigos a los que prácticamente hay que borrar. Que alientan a la Policía -aunque hoy la critiquen- a disparar contra los jóvenes pobres. Que habilitan un discurso de derecha que propone solucionar todo con cárcel y condenas más duras.

Ese discurso reaccionario no es solo de la derecha de Espert o Santilli. Es también el de Sergio Berni y sectores del oficialismo muchas veces. De hecho, la principal campaña del intendente Fernando Espinoza pasa por este tema, publicitando nuevos patrulleros, más gendarmes y más cámaras. Es el discurso de criminalización de la pobreza y de la protesta. Un discurso represivo que, muchas veces, también va dirigido contra los inmigrantes.

Si se permiten estos discursos se habilitan salidas aún más reaccionarias. De esta locura derechista solo se puede salir atacando los intereses de los más poderosos. Poniendo en cuestión la riqueza de una clase capitalista que amasa fortunas mientras millones se hunden en la miseria y la crisis social aguda. Atacando seriamente los intereses del gran empresariado. Algo que ni el macrismo ni el peronismo quieren hacer, más allá de los discursos diferenciados.

Para salir de esta locura hay que ir más allá de los discursos sensacionalistas y la demagogia derechista. Hay que atacar de raíz un sistema completamente decadente como el capitalista. La historia -reciente y no tanto- demuestra que las recetas de mano dura que se proponen y aplican siempre han fracasado. Solo acabando con una sociedad desgarrada y desigual se puede enfrentar seriamente este agudo problema social. (La Izquierda Diario, 9 de noviembre)

Con el criterio del PTS, cuando los trabajadores luchan por aumento de salarios o contra los despidos, desde la izquierda habría que decirles que no existe ninguna salida dentro del actual sistema, que sólo peleen por el Socialismo. ¡Aunque esto es cierto, en términos estratégicos, cualquier militante de izquierda sabe que, mientras peleamos contra el Capitalismo proponemos luchar contra el deterioro del poder adquisitivo de los sueldos o para evitar las cesantías! 

Lo mismo debemos hacer cuando nos dirigimos hacia las capas medias, no proletarias de la sociedad, especialmente cuando se movilizan por cuestiones tan sentidas como es el tema de la “inseguridad”. Debemos tratar de ganarlas para que vean que la salida no es por derecha y con los representantes de la patronal, sino por izquierda y con la clase trabajadora al frente.

Desde CS decimos, que para enfrentar la delincuencia, el narcotráfico, la trata y otras lacras producidas por la decadencia del capitalismo, hay que organizar piquetes de defensa obreros y populares.


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