Con el paso del tiempo las mentiras, todas ellas, aun las más elaboradas y sofisticadas dejan paso a la verdad. Sin embargo, esta aún puede ser disimulada o distorsionada algún tiempo más. Pero, más tarde o más temprano, el velo de oscuridad con que se esconden los intereses que se privilegian en la mentira termina corriéndose y aparecen las cosas tal cual son. Eso es lo que está sucediendo con la “temible” pandemia de Covid.
DOS AÑOS DE PANDEMIA, DOS AÑOS DE MENTIRAS
Después de casi dos años de pandemia, las catastróficas cifras de muertes por Covid prometidas por el EVENT 201, Davos, Gates, Soros, Big Pharma y la OMS -80 millones de víctimas en 18 meses- han quedado reducidas a unos cinco millones de fallecidos. A pesar de las imágenes de terror, manipuladas, editadas, exageradas al infinito, de hospitalizaciones y muertes, de fosas abiertas y cementerios desbordados, en 18 meses el Covid ha demostrado ser una enfermedad que le ha quitado la vida solo al 0.012 % de la población y al 1 % de los que se han infectado. Y eso admitiendo veracidad en las “manoseadas” estadísticas de mortandad, que omiten nombres, datos de las víctimas y enfermedades pre existentes y que engloban en “muertos por covid” a miles de fallecidos cuyo deceso solo es explicable por dolencias previas. Durante 18 meses, en nuestro país y el mundo dominado por la oligarquía globalista, sólo se admitía la muerte si era por covid o accidentes de tránsito o hechos violentos. Desaparecieron las muertes por gripes comunes, neumonías, enfermedades respiratorias, insuficiencias cardíacas y simples muertes naturales. Todas ellas fueron subsumidas en la categoría viral de moda, la que premiaba a instituciones y autoridades médicas con fuertes compensaciones económicas por el “riesgo” asumido.
Los aterradores pronósticos elaborados y echados a circular por los alcahuetes del Big Pharma, el Foro de Davos y sus secuaces se estrellaron contra la realidad: el Covid es apenas una enfermedad viral muy contagiosa pero escasamente mortal. Este dato incontrastable no fue óbice para que, hasta el día de hoy, los innumerables cagatintas y sus medios al servicio de la oligarquía global, sigan intentando aterrorizar a la población con la repetición de sus agoreros pronósticos. El 22 de noviembre de este año, la OMS acaba de declarar, contra toda evidencia, que la ola de contagios de lo que llaman “variante delta” ocasionara sólo en la Unión Europea entre 800.000 y 1.000.000 de muertes el próximo invierno y que la única manera de evitar esa tragedia es aplicando nuevas dosis de refuerzos de las “vacunas”, usando máscaras, decretando nuevas cuarentenas y encierros y aislando y combatiendo a la población sana que se niega a vacunarse.
Un observador distraído podría pensar que la OMS tiene adicción por el ridículo y por proclamar tragedias que nunca se consuman (recordar la gripe del 2009, el Ébola, la gripe aviar, la del cerdo asiático, etc.). Pero no es así. Sólo se trata de una reacción desesperada para enfrentar con el terror la sublevación de los pueblos europeos que enfrentan en las calles y a los piedrazos las nuevas restricciones que se pretenden imponer. Es un intento de dar cobertura sanitaria al nuevo apriete totalitario que los pueblos, en su mayoría con los jóvenes a la cabeza, rechazan insurreccionalmente. Hace unos días, en la tranquila Holanda se registraron incidentes de un grado de violencia desconocidos para ese país, cuando una multitud tomo el control de Rotterdam derrotando a la policía, quemando sus vehículos, los centros de vacunación y oficinas públicas. No muy distinto es el panorama del este alemán, de Polonia, Serbia, Francia, Austria, Gran Bretaña, etc.
La ofensiva globalista hacia la vacunación total y compulsiva y su carnet “verde-nazi” está enfrentando serias dificultades en su avance hacia el disciplinamiento y control de la población y la instauración de la vacuna perpetua. Y esta batalla que se libra actualmente en Europa no tardará en llegar a nuestras tierras. Ya podemos afirmar que con el próximo otoño volverán los encierros y las restricciones, serán más estrictos aún que las anteriores y el progresismo kirchnerista solo admitirá la existencia civil de los “carneteados”.
LA BATALLA DEL PASE VERDE
Se trata de llevar hasta el fin el plan de la oligarquía globalista que incluye, como punto culminante de la “plandemia” la vacunación obligatoria y la exigencia de carnets digitales que segreguen a la población quitando derechos y avasallando garantías de los ciudadanos díscolos y rebeldes que se niegan a inocularse. El ataque a las libertades y a la organización social previa no ha concluido, sólo terminara con el control absoluto de la población y la eliminación de toda libertad y derechos previos. La imposición de la obligatoriedad de las vacunas debe ser interpretada en función de todos los objetivos, múltiples metas que ellos han trazado como pasos adelante en su plan general de reconfiguración del poder y la sociedad. Se trata de ganar fortunas inimaginadas y aseguradas por décadas, se trata de segregar vacunados de no vacunados, haciéndoles creer a los primeros que ellos serán ciudadanos sanos y de primera, incluidos en el nuevo ordenamiento social mientras los rebeldes serán declarados renegados, parias, antisociales y “sin derechos”, expulsados de la nueva organización social, incluidos en la nueva lista negra de enemigos del orden social.
Con el pasaporte verde se trata de crear un nuevo documento de identidad universal digital, el que deberá ser portado de manera obligatoria por todo ciudadano y en todo momento y que se utilizará como extractor y portador de toda información de las personas, no solo las referidas a la vacunación y su estado de salud sino de todos los comportamientos, ideas, planes y acciones, viajes, compras, elecciones, etc. etc. , que realice el portador. Ya en Austria se habla de vincular ese pasaporte verde a las bases de datos estatales para poder bloquear carnets de conducir, cuentas bancarias, beneficios sociales, permisos de viaje y visados, tramites de todo tipo que quieran realizar los no vacunados.
En algunos estados de la India quien no se ha vacunado deja de recibir loa 25 kg mensuales de arroz del programa alimentario y está condenado a morir de inanición. Dado que la obligatoriedad de la vacuna es difícilmente sustentable en criterios médicos y sería rebatida en todo tribunal apegado a la ley, se establece una obligatoriedad encubierta en el pasaporte verde-nazi: no obligan legalmente a vacunarse, ¡¡pero si no se vacunan se pierden todos los derechos sociales y cívicos!!
UNA VACUNA QUE NO SIRVE PARA LA SALUD, PERO QUE ES IMPRESCINDIBLE PARA DOMINAR
Lo más notable de la mentira en curso es que su vacuna “milagrosa” falla una y otra vez y se requieren tres y cuatro dosis para lograr una inmunidad pasajera que no supera los seis meses de efectividad. El mejor ejemplo de este fiasco lo constituyen, precisamente, los países donde más se ha vacunado a la población, con Israel y Chile a la cabeza. En el primer caso, con el 76 % de su población ya vacunada con dos dosis de Pfizer, se registraban, en septiembre pasado unos doce mil casos diarios, cifra que recién se redujo cuando volvieron a vacunar –tercera dosis- a la población, hasta ubicarse, en este momento en unos dos mil casos diarios, aunque - y esto confirma todas las desmitificaciones sobre la mortandad del Covid- casi sin fallecidos! Y es de destacar que al 20 de noviembre, el 65 % de los hospitalizados y el 78 % de los infectados son personas que ya recibieron dos dosis de Pfizer!
En el caso de Chile, con el 83 % de su población vacunada con dos dosis y casi el 90 % con una dosis su Ministerio de Salud informa, el 22 de noviembre, que registra 1700 nuevos casos diarios que, al igual que en Israel son escasamente mortales y mayoritariamente de chilenos ya vacunados. Los números hablan por sí solos, precisamente por eso es que no se divulgan. Las vacunas son, en el mejor de los casos ineficaces y, muy probablemente, están originando estas olas de contagios y nuevas cepas a la vez que no dejan de ocasionar indiscutibles daños colaterales que llegan a ocasionar muertes.
Mientras se multiplican las denuncias de accidentes cardiovasculares vinculados a la vacunación, daños neurológicos, trombosis, arritmias y otras secuencias que no eran padecidas por las victimas con anterioridad a la inoculación, el Big Farma sigue firme en su plan de vacunación global. Por eso mismo es que queda claro que el Plan Vacunación Total y su consecuente Pase Verde no tienen ninguna vinculación con la salud de la población, sino que son parte –el corolario- de un proyecto de dominación global que liquidara todas las libertades existentes.
El final de este proceso ya existe y es exitoso: los dictadores chinos, escudados en pisoteadas banderas rojas, han logrado establecer su Gran Hermano en la mayor parte de la población urbana del Imperio del Centro y, con el mismo cuento sanitario, van por toda la nación. Con mecanismos parecidos han transformado a la sociedad china en una gran colmena manejada por la reina burocrática, asesina y genocida de la casta dominante. Bajo su gran mirada penetrante, la vida pública ha desaparecido y cualquier persona queda expuesta al escarnio, la persecución y la miseria si algún acto de su vida privada, develada por los ciber espías, les resulta desagradable a los amos. Los jerarcas chinos han sido, hasta ahora, los mejores lectores de 1984.
Así se reordena la vida pública, se organiza la producción, se establece la distribución de recursos, se fijan criterios poblacionales, se aíslan y eliminan individuos indeseables o “defectuosos”, se vigila, controla y ordena toda actividad social en función de los intereses de un modelo colectivista-oligárquico, manejado por un pequeño grupo de aristócratas escudados, en este caso, en la ciencia y el saber médico.
EL DOMINIO SOBRE LOS MEDIOS Y LAS REDES SOCIALES
La oligarquía globalista occidental ha comprendido, desde hace décadas, que el control de la subjetividad de la sociedad es una herramienta imprescindible para ejercer el total dominio político y económico y desde allí resetear la estructura social y llevar a cabo su proyecto de eugenesia que implicara la destrucción de buena parte de la sociedad y la esterilización –en todo sentido- de otra gran parte para hacerla funcional a su esquema galtoniano.
Esos objetivos no son alcanzables por medios pacíficos ni graduales, es decir mediante la acción de gobiernos nacionales lacayos o afines. Ya no se puede obtener, para esos gobiernos títeres, los consensos populares que avalen el avance hacia el nuevo orden mundial de la oligarquía en nombre del progreso y la prosperidad. Tampoco resulta eficaz declamar poderes especiales y estados de excepción en nombre de la lucha antiterrorista. Los primeros resultan caros, insuficientes, lentos y no se mantienen en el tiempo. Los segundos han perdido credibilidad. Por eso –y sabiendo que están perdiendo la carrera frente a los pioneros chinos- han debido apurar el paso. Así se propusieron obtener el control de las sociedades mediante el dominio de todos los medios de difusión, graficas o virtuales, radios, canales de cable o aire, ediciones, internet y redes sociales, videos, cine, etc. como imprescindible paso previo al golpe de estado. Este proceso de control de las herramientas que forman opinión, sobre todo en las clases medias, fue vertiginoso y fue una de las primeras conquistas de la globalización económica.
Apenas una centena de grupos, vinculados todos ellos a la oligarquía globalista, se han hecho en unos pocos años con el dominio de todos los medios de comunicación social. Todo lo que digamos por telefonía o por internet, todo lo que escribimos en las redes o en las gráficas, todo lo que digamos en voz alta, todo lo que hagamos en las calles de pronto llenas de cámaras, todo está sujeto a control, revisión, juicio y supresión. Y, por supuesto, castigo y segregación. Con el control de la economía mundial, los globalizadores se lanzaron a apoderarse de las conciencias de las capas medias, a sembrar una nueva conciencia en una juventud digitalizada y alejada de la educación y del saber independiente.
EL PACIFICO SER HUMANO VIRTUAL
Esa transformación radical de la juventud, las capas medias y las nuevas generaciones implica su aceptación eufórica ante una nueva forma de relacionarse que destruye todo lo colectivo, todo lo social y callejero y lo reemplaza por un vínculo digital que está siendo observado y controlado desde su origen y que se derrumbara en el mismo instante en que los amos decidan bajar la perilla.
Pero, por ahora, de lo que se trata es de instalar como novedoso progreso la aceptación de unas formas de relaciones sociales donde tenderán a desaparecer los vínculos reales que hacen del hombre un ser social. En este esquema serán cosa del pasado el trabajo real, el dinero material (herramienta de libertad), la educación presencial (forjadora de pensamientos y comportamientos colectivos), la universidad como ágora, los sindicatos como trincheras de clase, los clubes de barrio, las asociaciones más territoriales y más insignificantes, las iglesias y los templos, y donde los partidos políticos se convertirán en vigilados (y permitidos) sitios de internet con la sola ambición de colar algún curul entre los privilegiados del régimen.
Es decir, al igual que en China, lo colectivo y lo social quedaran reducidos a lo que impongan y crean conveniente los amos. Todo lo demás, todo lo que tenga tufillo de ínfimo asociativismo, de solidaridad, de reflexión social, de pensamiento libre e independiente, de humanidad, hasta lo religioso y lo familiar, será subversivo y combatido.
Los mandamientos acordados en el EVENT 201 se impondrán apelando a la coacción, a la extorsión, a la usura y a la deuda externa, al chantaje y la violencia y sobre todo, al dominio que sobre las mentes –mayoritariamente mass medias- han logrado merced al control de los medios de comunicación y las redes sociales. El gobierno que se atreva a desoír las “recomendaciones” se convertirá en un paria en el concierto de naciones, perderá el acceso al financiamiento internacional, se verá acorralado por “los mercados” (ellos mismos), su existencia será comprometida por la extorsión usuraria y mediática y por “extrañas” protestas sociales y será condenado como un gobierno de genocidas en las mentes colonizadas de las capas medias. Si es necesario, los enjuiciaran en su Tribunal Penal Internacional acusados de genocidio sanitario. A los críticos, a los científicos serios e independientes, a los medios de difusión, periodistas y simples ciudadanos que procuren indagar sobre lo que hay detrás de la plandemia, a todos ellos y a todos los demás que los sigan, lean o difundan se los perseguirá, se los demonizara, se los eliminara de las redes, se borraran sus méritos y logros, pasaran a ser, como definía el “filósofo” Jorge Rafael Videla a los desaparecidos por su dictadura, con un “no están, no existen!”. Para todos ellos, en las recomendaciones de EVENT 201 se plasma la sugerencia, con otro nombre, por supuesto, de crear “Ministerios de la Verdad” que se ocupen de borrar la crítica y silenciar a los críticos y de ser necesario, de reescribir su historia y sus CV difamándolos, tarea asignada en nuestro país, a Miriam Lewin y su “NODIO” (un Observatorio de la desinformación y la violencia simbólica en medios de prensa y plataformas digitales ) Y eso se repetiría hasta el infinito en las redes, en las radios, en la tv, en los periódicos, en el discurso de los expertos científicos a sueldo, una y otra vez, día tras día, hora tras hora…hasta que el último de los más duros soberanistas y los más rigurosos críticos se rindan ante el amo globalista y se sumen a la receta.
Y así, como en un dominó, fueron cayendo todas –o casi todas- las fichas. Sólo les quedó por fuera el pequeño arco de las burguesías nacionalistas, mercado internistas y sus gobiernos soberanistas, derechistas, el brexit, Boris Johnson, Viktor Urban, Trump, Bolsonaro, casi todo el África “salvaje”, algunos espacios religiosos, honrosos filósofos como Giorgio Agamben, algunos líderes musicales juveniles, médicos y científicos independientes, ilustres investigadores como el premio Nobel Luc Montagnier, los movimientos anarquistas en Europa, algunos grupos trotskistas y estalinistas y el nacionalismo populista. No es aún un adversario poderoso, no está cohesionado más que por la decisión de resistir a la oligarquía globalista y carece de presencia mediática. Por eso –y con la miserable colaboración de la izquierda reaccionaria, el “fitismo” en nuestro país, izquierda del soberano- pudieron avanzar con tanta eficiencia, celeridad e impunidad. Los restos de la ya integrada social democracia europea fueron un coro de legitimidad para las medidas dictatoriales. El fracaso de la insurrección trumpista, a fines del 2020 y principios del 2021 y la entronización de sus sirvientes Biden, Clinton, Obama les hizo tocar el cielo con las manos.
2020 fue su año de gloria. El “gran reseteo”, como ellos llaman a su plan eugenésico, estaba al alcance de sus manos. Pero… “LA NATURALEZA DE LOS PUEBLOS ES MUY POCO CONSTANTE: RESULTA FÁCIL CONVENCERLES DE UNA COSA, PERO ES DIFÍCIL MANTENERLOS CONVENCIDOS MUCHO TIEMPO”. Maquiavelo
SE ESTA CONSTRUYENDO LA RESISTENCIA GLOBAL
Pero el 2021 se transformó en una guerra de guerrillas y trincheras, el avance globalista, su legitimidad, su discurso homogéneo, su uniformidad “científica” comenzó a estar en el centro de los cuestionamientos y su avance se hizo más dificultoso. Las cuarentenas son desafiadas, el dominio imperial aliado se desvanece como pompa de jabón ante los talibanes en una patética reedición de Vietnam, las vacunas son cuestionadas y rechazadas por amplios sectores, especialmente juveniles, y los gobiernos globalistas locales la pasan mal, pierden las elecciones ante cualquier resistente y deben soportar cotidianas marchas violentas de repudio que los desestabilizan…
Porque, pese lo que les pese, las luchas de las clases y las naciones en conflicto se comentan en las redes y en los celulares, pero se siguen librando y definiendo en las calles, palo a palo y cuerpo a cuerpo. Y lo que debiera haber sido una Blitzkrieg, guerra relámpago que no da espacio ni tiempo a imaginar ni organizar la resistencia, se está empantanando por la intransigencia popular, obstinada y ancestral enemistad social que aún es aislada, que no tiene identidad ideológica ni lideres templados pero que si tiene la claridad de descubrir al enemigo, de identificar y reconocer a los mismos de siempre, a los que hace 2.000 años fueron expulsados del templo ahora vestidos con trajes a la moda pero con la misma voracidad de antes. Esta resistencia está destacando el carácter universal y determinante de la guerra planteada y trata de unificar amplios sectores de resistentes que están en campos distantes del pensamiento político. Y esos nuevos espacios han comenzado a descubrir que lo que está en juego es la libertad, la autonomía, la soberanía, la identidad cultural, los lazos comunes, las historias afines que nos construyeron como pueblos libres, nuestros hábitos y nuestras costumbres, nuestras canciones, nuestros amores y nuestros odios. Todo lo que hace a un pueblo y una nación libres es lo que se encuentra en la mira de la oligarquía plutocrática y globalista, aplaudida por el “falso progresismo” internacional al que han asociado a su proyecto. Debe destruir cualquier signo de construcción y solidaridad social, porque el hombre mismo es una construcción social y solidaria y destruyéndola se destruye su sueño de libertad. En su lugar, se instaura el obediente, vigilado, regimentado, disciplinado y satisfecho ciudadano de la colmena, el hombre del “Mundo Feliz” de Aldous Huxley, convenientemente provisto de “soma”
Y esta es la virtud de esta etapa de la lucha: une extremos, une disensos, crea fuerza común en la diversidad que se amalgama en la certeza del carácter determinante de esta guerra. Como en las viejas guerras en la que nuestras naciones obtuvieron su libertad y establecieron sus derechos, no se trata de pensar igual sino de pensar y actuar juntos contra el enemigo común a la nación, a la clase de los desposeídos, a la libertad de los pueblos y a las soberanías de las naciones.
Y no es de esperar que la mayoría de la población se rebele pronto contra los designios de los amos. Ellos han hecho un largo, persistente y profundo trabajo de liquidación de la independencia del pensamiento, de desalfabetización del pueblo, de instalar referentes propios en todos los medios, de cooptar intelectuales y publicaciones y foros y artistas…Ellos han sido metódicos y prolijos porque sabían que el control mental de la población es un prerrequisito imprescindible para liquidar la sociedad. Por eso, más que por la fuerza material de la oligarquía, esta batalla será, al principio, ya lo es, una lucha de minorías rebeldes contra mayorías complacientes y esclavizadas, pocos y pequeños David’s contra múltiples Goliat´s. Pero la verdad emergerá en la lucha y torcerá el destino prefijado y afinará la puntería de multitud de hondas.
Como decíamos al principio, ningún secreto, ninguna mentira, ninguna confabulación puede ser preservada por mucho tiempo y ante tantos observadores. Por eficaces que sean los complotados siempre aparece una grieta. Entonces, las voces reprimidas y silenciadas reaparecen como hongos después de la lluvia, se esparcen, se legitiman, se enriquecen y destruyen el relato oficial y comienzan a construir la verdadera historia del mayor y más salvaje ataque que haya sufrido la humanidad en los tiempos modernos. Y desentrañan, con nombres y apellidos a sus autores. Es sabido que la verdad es el primer paso de la libertad y ese es el punto en el que nos encontramos ahora en esta larga lucha a la que nos someten. Es por eso que se apresuran a digitalizarnos y clasificarnos, para, como sus amigos chinos, contener la rotura del dique de mentira que han edificado. Empresa que les resultara muy difícil, porque el descredito de su discurso es ya universal. Vendrán tiempos de luchas muy duras y de salvajes represiones dictadas desde sus lujosas oficinas y ejecutadas por sus gobiernos títeres, pero también veremos la caída de muchos de sus gobiernos lacayos, desordenes crecientes, disturbios en las calles, protestas cada vez más violentas y la consolidación del gran frente de la resistencia anti globalista. Contra lo que los amos creen, nada está escrito, todo está por verse y no serán precisamente virtuales, las feroces batallas venideras.
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