09.DIC.21 | PostaPorteña 2251

Periodismo Servil uruguayo : Quiere encerrar a los no vacunados

Por Sarthou/GünterKampf/NO+M

 

 

Puglia, Madrid y los malos cálculos

 

 por Hoenir Sarthou voces 8/12/21

 

Dos comunicadores de Canal 10, Patricia Madrid y Sergio Puglia, usaron el espacio del programa “Polémica en el bar” para traslucir cuál es el verdadero espíritu que anida bajo el empalagoso discurso de “yo me vacuno” y “nos cuidamos entre todos”. Aprovecharon también para ejemplificar el patético pseudo periodismo que estamos padeciendo los uruguayos.

“Hay que aislar (a los no vacunados) en una camarita”, dijo Patricia Madrid, y agregó: “Por ser un peligro para la sociedad”. Fue secundada de inmediato por Puglia, que sugirió aplicar a los no vacunados una política de encierro “como en Austria”. Luego, los dos, muy sueltos de cuerpo, confesaron el motivo de sus deseos: que ellos y los otros vacunados puedan “andar libremente”.

Podrían escribirse varias bibliotecas con todo lo que estos dos individuos no han leído ni pensado acerca de la pandemia, las vacunas y el absurdo discurso con que se las promociona. Ese discurso que ellos reproducen sin el menor análisis lógico.

Veamos algunas de las fallas lógicas que reproducen los dos opinadores periódicos (que no periodistas):

Si las vacunas son eficaces, ¿cómo podrían los no vacunados contagiar a los vacunados?

Si las vacunas no son muy eficaces pero previenen las muertes y las formas graves de la enfermedad, como afirma la versión oficial, ¿por qué temen los vacunados a los no vacunados? ¿no debería ser al revés?  

Si las vacunas no son muy eficaces y no previenen las muertes ni las formas graves de la enfermedad, ¿por qué insistir tanto en la vacunación?

Según la información oficial, entre el 75% y el 80% de los uruguayos vacunables se vacunaron, ¿recuerdan que se nos dijo que la vacunación del 70% de la población generaría la “inmunidad de rebaño”. ¿Qué pasó?

¿Ningún periodista o pseudo periodista va a preguntarle al MSP, al ex GACH y al resto del gobierno si se equivocaron o mintieron?

Por último, ¿Puglia y Madrid no han leído absolutamente nada de la información científica que se ha publicado sobre las vacunas y sus efectos adversos? ¿No conocen los sospechosamente altos índices de contagio y de efectos adversos que presentan los países que tienen gran nivel de vacunación con Pfizer y otras vacunas basadas en ARN mensajero? No, nada de eso parece haber pasado por sus ligeras cabecitas antes de usar sus aun más ligeras lenguas

Quizá lo único bueno de esta desgraciada intervención sea desnudar de una buena vez la verdadera motivación de muchos de quienes, como Puglia y Madrid, adoptan y reproducen el discurso pandémico oficial: nada de responsabilidad, ni de solidaridad, ni de empatía.

El más crudo y miedoso egoísmo: “Encierren a todos los no vacunados así yo puedo vivir tranquilo”. Ese es el verdadero mensaje y el deseo profundo de los peores especímenes de miedosa obediencia pandémica. Categoría que nada tiene que ver con estar o no vacunado.

Pero quiero destacar algo que es común a muchos comunicadores cuando actúan en modo “autómata reproductor pandémico”. Es la actitud. Esa confiada soberbia que no proviene de investigar y conocer la verdad de cierto tema (tarea hoy riesgosa) sino de actuar como “caballo de comisario”, con el respaldo del interés farmacéutico transnacional y del poder político local, repitiendo como loros la monserga insustentable de científicos a sueldo del poder.

No es que esos periodistas crean estar diciendo la verdad. Es que saben, o creen, que mientras reproduzcan el discurso oficial no corren ningún riesgo. Y -se sabe- periodismo sin riesgo es periodismo servil.

No voy a desarrollar aquí -porque quiero decir algo más trascendente- el perverso efecto que ese tipo de instigación mediática a la discriminación y a la violencia puede producir en una sociedad ya tensa. Así como hay mucha gente con miedo, somos muchos también los que no estamos dispuestos a acatar encierros o que se experimente con nuestros hijos. Cualquier comunicador sensato evitaría derramar nafta sobre esas brasas. Pero supongo que esa es otra de las tantas cosas que Puglia y Madrid no han pensado o no les importa.

Me falta señalar el que quizá sea el más importante error de estos dos mediáticos. Ellos se creen impunes, respaldados por el poder, la pseudo ciencia alquilada y lo que suponen (porque es lo que dice el gobierno) una inmensa mayoría de uruguayos que confían en las vacunas y están dispuestos a inocularse hasta el fín de los días.

En eso se equivocan. La tercera dosis de las vacunas, con Pfizer, se la dio menos de un 40% de la población. Es decir que más de un 60% de los uruguayos no confió en la teoría del “refuerzo” y no se inyectó. En otras palabras, más o menos la mitad de los que recibieron las dos primeras dosis no confiaron en darse la tercera.

¿Qué se desprende de ese hecho?

Bueno, que gente como Madrid y Puglia, que ni averiguan ni entienden nada del asunto, podrían estar reclamando el potencial encierro de más de la mitad de la población del País. Porque, si la tercera dosis era necesaria, y dos tercios de los uruguayos no quisieron aplicársela, esas dos terceras partes son “un peligro” para los plenamente multipinchados, como supongo lo estarán Madrid y Puglia.

En suma, como suele ocurrir, hay adulones del poder que son más realistas que el Rey y corren riesgos por exceso de servilismo.

Sobre el final de esta nota, insisto en ese dato que es muy relevante: la mayor parte de la población se ha negado a recibir la tercera dosis, pese a que era gratuita y contaba con toda la promoción oficial.

Políticamente, es un dato muy significativo. Porque indica que, aunque no lo digan públicamente ni a voz en cuello, muchos uruguayos comienzan a desconfiar, tanto de las vacunas como de las explicaciones oficiales al respecto.

Eso augura varias cosas. Pero, sobre todo, una muy importante: es altamente probable que el intento de vacunar a los niños fracase. Porque nadie vacunaría a sus hijos con un producto con el que no quiere ser inoculado/a.

Hagan cuentas los Madrid, Puglia y los tantos repetidores mediáticos del discurso oficial. Piensen el asunto con astucia política, ya que no quieren hacerlo con información científica veraz. Es muy posible que el piso en el que se apoyan, ese respaldo oficial y esa supuesta conformidad masiva en los que confían, no sea tan seguro como creen.

Hay cosas que se están moviendo en la opinión pública. Aunque ciertos periodistas parezcan empeñados en ser los últimos en enterarse.

 

Patricia Madrid no sigue la ciencia

 

Una comunicación publicada en The Lancet (Regional Health Europe, 19 de noviembre de 2021, DOI:https://doi.org/10.1016/j.lanepe.2021.100272) resume los datos científicos reales y concluye lo contrario que la periodista: “La relevancia epidemiológica de la población vacunada contra el COVID-19 es cada vez mayor”

Esta semana la periodista Patricia Madrid dijo en la televisión: “Entonces, por un ínfimo porcentaje de la población que no se vacuna… A ver, los vacunados deberíamos andar libres. Y a los no vacunados que son los que realmente representan un peligro para el resto de la sociedad, aislarlos“.

Al contrario de lo que dice Madrid, la ciencia demuestra que los vacunados son la principal fuente de infección en sociedades con altas tasas de vacunación. Se enferman, contagian a otros, y mueren de Covid-19.

Y esto no es -como se pretende a veces a manera de defensa- el hecho de que a más vacunados, más casos entre los vacunados. Es que, mientras que la tasa de vacunación en Alemania entre mayores de 60 años alcanzó ya una meseta en setiembre, los enfermos dentro de ese grupo siguen subiendo. O sea, no es solo que la vacuna no protege como prometió (si lo hiciese debería haber siempre menos enfermos entre los vacunados), sino que al contrario, como lo muestra (sobre datos del Robert Koch Institut): es cada vez más probable enfermarse si uno se ha vacunado.

En esta comunicación recientemente publicada en The Lancet el autor reúne y documenta la situación que se está dando con los vacunados contra Covid-19 como creciente fuente de contagios, y demuestra que los completamente vacunados están muriendo en tasas cada vez mayores a medida que pasan las semanas.

No se ha cumplido la expectativa de que en poblaciones con altas tasas de vacunación fuesen a reducirse los contagios de la enfermedad.

En Alemania, entre los completamente vacunados de 60 años y más, se acelera intensamente la tasa de personas que se infectan (“infecciones por irrupción” o breakthrough infections): de 16,9% el 21 de julio de 2021, a 58,9% el 27 de octubre.

En el Reino Unido, para los de 60 años y más, de un total de 100.160 casos de COVID-19, 89.821 se produjeron entre los totalmente vacunados (89,7%), y solo 3.395 entre los no vacunados (3,4%).

El CDC de EE.UU. ha identificado que cuatro de los cinco condados con mayor porcentaje de población totalmente vacunada (99,9 – 84,3%) son todos condados “de alta transmisión” de la enfermedad.

En Israel, en un brote nosocomial de la enfermedad entre un grupo de individuos 96.2% totalmente vacunados, catorce de los totalmente vacunados desarrollaron enfermedad severa o murieron, mientras que los únicos dos pacientes no vacunados sólo tuvieron síntomas leves.

A continuación la comunicación completa traducida

 

 

Patricia Madrid quiere encerrar a los no vacunados

 

The Lancet demuestra lo contrario

 

Por Günter Kampf  / eXtramuros 7/12/21

 

Se esperaba que las elevadas tasas de vacunación contra el COVID-19 redujeran la transmisión del SARS-CoV-2 en las poblaciones al disminuir el número de posibles fuentes de transmisión y, por tanto, la carga de la enfermedad del COVID-19. Sin embargo, datos recientes indican que la relevancia epidemiológica de los individuos vacunados contra el COVID-19 está aumentando. 

En el Reino Unido se describió que las tasas de ataques secundarios entre los contactos domésticos expuestos a casos índices totalmente vacunados eran similares a la de los contactos domésticos expuestos a casos índice no vacunados (25% para los vacunados frente al 23% para los no vacunados). 12 de 31 infecciones en contactos domésticos totalmente vacunados (39%) se produjeron a partir de casos índice totalmente vacunados y vinculados epidemiológicamente. El pico de carga viral no difirió según el estado de vacunación o el tipo de variante

En Alemania, la tasa de casos sintomáticos de COVID-19 entre las personas totalmente vacunadas (“infecciones por irrupción”) se comunica semanalmente desde el 21 de julio de 2021 y en ese momento era del 16,9% entre los pacientes de 60 años o más Esta proporción está aumentando semana a semana y era del 58,9% el 27 de Octubre de 2021 proporcionando una clara evidencia de la creciente relevancia de los totalmente vacunados como posible fuente de transmisión. Se describió una situación similar para el Reino Unido. Entre la semana 39 y la 42, se notificaron un total de 100.160 casos de COVID-19 entre ciudadanos de 60 años o más. 89.821 se produjeron entre los totalmente vacunados (89,7%), 3.395 entre los no vacunados (3,4%)

Una semana antes, la tasa de casos de COVID-19 por 100.000 fue mayor entre el subgrupo de los vacunados en comparación con el subgrupo de los no vacunados en todos los grupos de edad de 30 años o más. 

En Israel se notificó un brote nosocomial que afectó a 16 trabajadores sanitarios, 23 pacientes expuestos y dos familiares. La fuente fue un paciente totalmente vacunado de COVID-19. La tasa de vacunación era del 96,2% entre todos los individuos expuestos (151 trabajadores sanitarios y 97 pacientes). Catorce pacientes totalmente vacunados enfermaron gravemente o murieron, los dos pacientes no vacunados desarrollaron una enfermedad leve

Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE.UU. identifican cuatro de los cinco condados con mayor porcentaje de población totalmente vacunada (99,9-84,3%) como condados de “alta” transmisión

Muchos responsables asumen que los vacunados pueden ser excluidos como fuente de transmisión. Parece que es una gran negligencia ignorar a la población vacunada como una fuente de transmisión posible y relevante a la hora de decidir sobre las medidas de control de la salud pública.

La nota completa

 https://extramurosrevista.com/patricia-madrid-no-sigue-la-ciencia/

 

ESPERPÉNTICOS COVIDIANOS

 

Jose Antonio Campoy - Discovery Salud 8/12/2021

 

Este artículo lo conocimos hace varios días, aunque no lo habíamos publicado. Pero después de un programa televisivo de "Polémica en el bar" con el triste protagonismo de Patricia Madrid y Segio Puglia incitando a la discriminación y represión hacia los ciudadanos no-vacunados, es el momento de difundirlo. Pues son un buen ejemplo de lo que el autor denomina esperpénticos covidianos  Por colectivo (NO+MENTIRAS)N+M : Fernando Vega Torrens, Gianina Prego, Flavia Pérez, Leonel Elola Verocay

El Diccionario histórico de la lengua española que elabora la Real Academia Española (RAE) define el término covidiano como «persona que sigue las normas sanitarias dictadas a causa de la covid y que no cuestiona la existencia de la enfermedad» y esperpento como «persona, cosa o situación grotescas o estrafalarias».

Pues bien, es obvio que los obedientes y creyentes covidianos asumen cosas absolutamente grotescas y estrafalarias. Vamos a reflejarlas para ver si alguno se da cuenta de que ha perdido el sentido común.

Cuando la farsa de la Covid-19 empezó se afirmó que la enfermedad la causaba un coronavirus que había saltado a los humanos desde un murciélago… y los covidianos se lo creyeron; luego se les dijo que a lo mejor no fue así sino un virus creado en un laboratorio que se había escapado inadvertidamente… y los covidianos también se lo creyeron. Como se creyeron que en realidad era un virus de escasa patogenicidad y no había de qué preocuparse; de hecho en España Fernando Simón declaró públicamente que en nuestro país habría como mucho unas decenas de casos… y los covidianos se lo creyeron.

Solo unas semanas después se achacaban al virus decenas de miles de muertes -especialmente de ancianos que vivían en residencias- pero el gobierno aseguró que con mascarillas y confinamientos puntuales podría controlarse todo… y los covidianos se lo creyeron. Y lo hicieron a pesar de que no se ha fabricado nunca en el mundo mascarilla alguna que proteja de algún virus, de que se aseguró que el supuesto SARS-CoV-2 no se transmite por vía aérea sino a través de las gotitas de quienes estando enfermos tosen o estornudan, de que para contagiarse es preciso estar a menos de un metro de la persona enferma durante como mínimo un cuarto de hora y de que basta una sola ráfaga de aire durante todo ese tiempo para que no haya suficiente carga vírica (cantidad de virus por milímetro cubico) para contagiarse. En otras palabras, que uno no puede contagiarse por cruzarse con alguien en la calle o compartir durante unos minutos un lugar cerrado.

Sin embargo, tras admitirse oficialmente todo eso, las autoridades instaron a la gente a ir a todas partes con esos inútiles, ineficaces y peligrosos bozales -se llenan a menudo de bacterias patógenas- y a mantenerse lejos de otras personas porque era socialmente «necesario»… y los covidianos se lo creyeron.

A continuación se machacó mediáticamente a la sociedad diciéndola que la única solución para la «pandemia» eran las vacunas y las autoridades -en un alarde de ignorancia y/o falta ética-, apoyadas por muchos periodistas -unos ingenuos, otros corruptos- instaron a los médicos y enfermeros a inocular vacunas experimentales cuya seguridad y eficacia se desconocían a personas sanas. Y el personal sanitario aceptó tamaño despropósito a pesar de saber que los propios laboratorios se aseguraron de no poder ser demandados ni tener responsabilidad por los efectos adversos de sus vacunas desvelando así la confianza real que tenían en su inocuidad: ninguna. Que los sanitarios de todo el mundo aceptaran eso es pues nauseabundo. La medida se justificó alegando que había millones de afectados y miles muertos por la Covid-19 porque así lo demostraban los test de antígenos y las PCR cuando lo cierto es que ninguna de ambas pruebas demuestra nada. No existe un solo test que detecte el virus del SARS-CoV-2 a pesar de lo que dice la propaganda oficial.

El caso es que para convencer a la gente de que se vacunara se la aseguró que solo haría falta inocular a un 30% de la población porque eso bastaría para alcanzar la llamada «inmunidad de rebaño»… y los covidianos se lo creyeron. Obviamente no fue así y entonces argumentaron que el porcentaje necesario era del 50%, luego del 70% y más tarde del 90%. ¿El resultado? No existe inmunidad de rebaño ni con el 90%.

Y encima se admite ahora que las vacunas no inmunizan y que los vacunados pueden seguir contagiando. Como la farsa se desmoronaba alegaron entonces que no inmunizan pero hacen que quienes se contagian sufran una enfermedad «más leve» y aunque no hay un solo trabajo clínico ni epidemiológico que avale tal majadería… los covidianos se lo creyeron.

Ahora bien, muchos médicos, enfermeros y biólogos empezaron a mosquearse ante tanta excusa así que las autoridades sanitarias se inventaron la trola de que la causa es que el virus muta mucho y las vacunas no son eficaces para las nuevas variantes… y los covidianos se lo creyeron.

En suma, los covidianos siguen todas las normas, continúan llevando bozales hasta cuando pasean solos por el parque o la montaña, mantienen la distancia social y se han vacunado pero siguen enfermando, llenando las unidades de cuidados intensivos y muchos de ellos muriendo. Es mas, cientos de miles han sido dañados por las vacunas y decenas de miles han muerto por su causa como oficialmente se admite ya. ¿Y qué se le dice ahora a tanto borrego irreflexivo? ¡Que la culpa es de los no vacunados y hay que confinarlos e incluso vacunarles a la fuerza porque son los culpables de todo! Y los covidianos se creen esa chorrada… y se creerán cualquier otra que les cuenten. ¿Es o no esperpéntico?

- Ver contenido original -

https://www.dsalud.com/revistas/numero-254-diciembre-2021/los-esperpenticos-covidianos


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