28.DIC.21 | PostaPorteña 2255

El modelo de producción uruguayo y sus controversias

Por La Mañana

 

Forestación: MALA POLÍTICA, PEOR ECONOMÍA

 

por La Mañana , Uruguay   24 de diciembre de 2021

 

La aprobación del proyecto propuesto por Cabildo Abierto y su posterior veto ofreció una oportunidad para que algunos actores intenten mejorar su imagen ante la ciudadanía.

Los más audaces se lanzaron a una brancaleónica batalla para disputarse el podio del “socio más leal” de la coalición. Otros, exudando ese elitismo monacal del que hacen gala, cayeron en valoraciones sobre si es mejor plantar árboles o sandías. Su dispensa claramente se limita a los eucaliptus, y no incluye ni melones ni rabanitos, al menos por ahora. Al blitz político, comandado desde Helsinski, se sumó el sábado pasado el exinterventor de la AUF, quien, en prosa frondosa, salió a tacklear a Cabildo Abierto.

Pero a pesar de todos los esfuerzos por desviar la atención, el apurado decreto del gobierno parecería ser un reconocimiento de que Cabildo Abierto va en la dirección correcta. La gran pregunta que se hace la ciudadanía es cómo no se dio la oportunidad dentro de la coalición para allanar diferencias que a priori no parecían insalvables. ¿Será que Helsinki se encargó de dinamitar toda posibilidad de acuerdo? ¿O será que las promesas de la coalición a sus votantes no eran más que “chasquibunes”, como lo sugiere un analista político este fin de semana en El Observador?

Pero el ruido político sí sirvió para ocultar la pobreza de algunos de los argumentos esgrimidos para no tocar el marco regulatorio de la forestación.

Desde la altisonante admonición de que se trata de “una política de Estado”, como si un marco regulatorio que lleva más de tres décadas de vigencia no pueda ser modificado.

Lo absurdo de este discurso se hace evidente cuando nos percatamos de que no estamos discutiendo sobre un principio, sino sobre una actividad económica que, como cualquier otra, se encuentra sujeta a cambios tecnológicos, de patrones de consumo, y por qué no, a la voluntad de los ciudadanos que habitan esa geografía sobre la cual se asienta la actividad.

La apelación empalagosa a la “libertad” va en el mismo sentido, y tampoco resiste mucho análisis. Es verdad que, ante la duda, la plena libertad económica es deseable antes que la imposición de restricciones. En un simple modelo matemático con una sola variable objetivo, y sin incertidumbre, cualquier restricción reduce el máximo asequible. Si esa variable fuera la producción, y nuestro mundo se comportara como el modelo, evidentemente una restricción en el uso de la tierra sería “no óptima”.

Quizás también aplicando ese modelo nos conviniera sustituir al pabellón nacional por una bandera con una cruz azul. ¡Seguramente solo con el anuncio los campos se multiplicarían de precio!

Siguiendo el mismo criterio podríamos argumentar las bondades de cocinar drogas pesadas en el garaje de nuestros hogares, extremo al cual los libertarios locales todavía no se animan a proponer. Y así podríamos continuar con varios ejemplos de “libertad” económica. Eso sí, ¡todo convenientemente subsidiado por la COMAP!

Más concretos son los que aducen que a pesar del crecimiento en la actividad forestal, el resto de la agropecuaria siguió creciendo. “Se vende más carne, se planta más”, fue un argumento esgrimido por el participante de la tertulia de En Perspectiva el jueves pasado, a quien tocó defender el veto. “Todo siguió creciendo” parecería ser el argumento que demuestra que el resto de las actividades, lejos de perjudicarse, se vieron favorecidas por el efecto “desparrame”.

Ergo, no toquemos nada, y dejemos todo como está.

¿Dónde radica la esencia del problema entonces? Para comprenderlo, conviene recorrer un poco la trayectoria de esta industria desde la Ley Forestal de 1987, cuyo objetivo era incentivar la plantación de árboles en tierras poco aptas para la producción agropecuaria tradicional, y que se encontraban subexplotadas.

Tratándose de una inversión a largo plazo y cuyo resultado era incierto, el Estado ofreció subsidios para incentivar al sector privado. De esta manera, cada hectárea subexplotada que se convirtiera a tierra forestada pasaba a producir y a generar empleo, y años más tarde habilitaría la instalación de una primera planta de celulosa, inversión que fue recibida con los brazos abiertos por la mayoría de los uruguayos. Los fondos invertidos por el Estado uruguayo en esta primera etapa produjeron una importante rentabilidad social, y que nadie niega. En efecto, el proyecto de Cabildo Abierto deja un amplísimo margen para expandir las plantaciones en este tipo de tierras de “prioridad forestal”.

Lo que Cabildo no está dispuesto a seguir permitiendo es que se recorra el camino inverso, esto es, a que tierras que perfectamente pueden ser utilizadas para la producción de alimentos de alto valor agregado se conviertan en tierras forestadas.

Resulta paradójico que la misma ley que fue diseñada para promover la conversión de las peores tierras en campos forestados, sirva hoy de amparo para hacer lo mismo con las mejores tierras del país. El cambio de dirección es de 180 grados, por lo que resulta sorprendente que quien fuera el principal impulsor de la ley hoy no lo advierta.

Cuando el Estado otorga un subsidio para que un tambo en Colonia se transforme en un monte de eucaliptus, lo que está haciendo es expulsar mano de obra, ya que la lechería es de las actividades que más empleos genera, según surge de un estudio reciente de CERES.

Es evidente que en las condiciones actuales ese campo vale más forestado que como tambo, de lo contrario no tendríamos este problema. Pero esto no es el resultado del libre juego de las fuerzas del mercado, sino del accionar sesgado del Estado, que distorsiona el equilibrio ofreciendo subsidios a la forestación no disponibles al resto de las actividades.

¿Pero, qué pasa con los empleados de un tambo que cierra en Conchillas? ¿Cuál será su nueva actividad? ¿Qué hace el Estado para ayudar a que se reinserten en el mercado laboral? ¿La familia deberá migrar a la periferia de Montevideo? ¿Quién va a pagar los impuestos para solventar los planes sociales en caso que no encuentren empleo para sustentarse?

Claramente no será el complejo forestal-celulósico el que pague la cuenta.

¿Quién piensan entonces que va a pagar la cuenta?

Resulta sorprendente que, encandilados detrás de la sustentabilidad de la deuda externa, no nos percatemos que este modelo de producción no es solo insostenible fiscalmente, sino también social y políticamente

 

Carta abierta a Pedro Bordaberry. Las raíces de nuestro árbol

 

 

por Marcos Methol  22 de diciembre de 2021 La Mañana

 

Sin ánimo de polemizar, me gustaría intercambiar con vos algunas ideas a razón de tu última publicación sobre Cabildo Abierto.

No es la primera vez que leo de tu parte algunas descalificaciones que apuntan contra este partido, con alusiones explícitas o implícitas sobre mi padre o incluso sobre mí. No lo voy a tomar personal, porque nunca nos hemos tratado personalmente. De modo que voy a realizar solamente algunas reflexiones.

Decís que la irrupción de nuevos actores y partidos es “saludable para la democracia”, y la llegada de Cabildo Abierto y de Guido Manini te pareció “buena”, pero que te resulta “difícil descifrar los fundamentos e ideas del nuevo Partido”. No sos el primero que puede estar confundido. Todavía hay ciertos politólogos procurando alguna fórmula que se los explique.

Ya que tu comenzaste con las alusiones familiares, me voy a permitir tan solo una. Tu abuelo, Domingo Bordaberry, fue un lúcido gremialista y destacado empresario rural. Cuenta Raúl Iturria en su libro sobre Benito Nardone, que Chico Tazo se vinculó a Bordaberry colaborando como periodista en “El Pueblo” en la década del ‘30, dirigido por Ghigliani y luego en “Tribuna”. Pero fue en “Diario Rural” primero y después en la radio CX4 que logró convertirlo en un referente de la clase media rural.

Esa valiente prédica en defensa del pequeño y mediano productor rural les hizo ganarse algunos enemigos. Describe Iturria que se fue gestando en el tiempo un distanciamiento entre miembros de la Federación Rural con Nardone y Bordaberry.

Estaban iniciando un ruralismo “de masas”. En 1951, los delegados de 122 sociedades y agremiaciones eligieron las autoridades de la Liga Federal de Acción Ruralista, presidida por Nardone e integrada por tu abuelo en el consejo directivo.

El primer acto de difusión de ese movimiento ruralista se denominó ‘Cabildo Abierto’, fue un 24 de abril de 1954 en Montevideo. Uno de los oradores fue el historiador Washington Reyes Abadie. “El carácter innovador del movimiento ruralista que tanto alarma a la reacción va al contrario de la mayoría de las organizaciones gremiales que se encontraban sumidas en reivindicaciones económicas. Tendía el ruralismo al bien común de la sociedad”, definía Reyes.

Y seguía: “La Liga Federal es una agremiación y un movimiento popular, una institución dinámica, una columna de pueblo en marcha. Un movimiento que confedera las energías económicas de la campaña pero también sus aspiraciones sociales y sus inquietudes cívicas”. “El Movimiento Popular toma su doctrina política, social y económica de la historia de nuestro pueblo en el momento que se constituía como tal, en su primera Revolución por la independencia política, la libertad económica y la justicia social. La doctrina del Movimiento Popular es la doctrina del Artiguismo”, sentenciaba Reyes en ese discurso.

Finalmente, remarcaba: “El Artiguismo no fue un sistema de ideas nacido de las cavilaciones de un pensador, sino una conducta histórica, nacido de nuestra condición peculiar de tierra americana –pradera, río y mar- gestora de una economía y de un estilo de vida social. Por eso es que el Artiguismo derrotado en su hora por una oscura confabulación de fuerzas externas y la traición interna, como conducta histórica esencial del pueblo uruguayo, solo puede ser demorada, torcida en su orientación primitiva”.

Tu abuelo y mi padre formaron parte de ese movimiento, cuyo nombre evocaba el proyecto federal del Prócer, esa Patria Grande de la que tanto vos renegás.

En efecto, un joven veinteañero Alberto Methol Ferré se integró al Centro de Estudios Económicos Artigas, con figuras como Zunin Padilla, J.J. Gari, J.C. Williman, Raúl Abadie Aicardi, Pedoja Riet, Menes García, Carlos Real de Azúa y Alberto Manini Ríos, el padre de Guido.

Hace algunas semanas escribiste una carta abierta al Presidente de la República en la que hiciste mención a mi padre. No se si habrás leído alguno de sus trabajos alguna vez, al ver tus referencias tengo mis dudas, aunque te dirigieras a él por su apodo “Tucho”.

En el año 2011 en un homenaje nos envió unas palabras el entonces arzobispo de Buenos Aires, Jorge Bergoglio. Allí decía que Methol Ferré tenía un “pensamiento agudo y creativo” que “sabía mirar con perspectiva tanto las raíces como las utopías, y eso lo convertía en un hombre fiel a la realidad de los pueblos”. Si acaso en tu mente está que el kirchnerismo y el chavismo penetraron en la Santa Madre Iglesia entonces tu lógica tiene sentido, aunque me permito discrepar con semejante idea.

 

El Movimiento Social Artiguista

 

Así se llama el grupo inicial que dio origen a Cabildo Abierto. Recordarás que la Corte Electoral no permitió que el lema partidario se denominara de aquella forma porque entendió que Artigas es un patrimonio nacional. Lo cierto es que fuimos muchos los artiguistas que confluimos en este espacio en el año 2018, provenientes de todos los partidos, del Partido Colorado, del Partido Nacional y en mi caso del Frente Amplio, pero también los había del incipiente movimiento Un Solo Uruguay.

Todos nosotros teníamos en común ese artiguismo social, que veíamos extinguirse o al menos menguar en los tres partidos mayoritarios. No nos unió ir contra nadie, ni copiar alguna ola política de otro país, sino el sentido de pertenencia a una corriente de acción y de ideas muy arraigado en el ADN de los uruguayos.

Al igual que el Partido Colorado, el Partido Nacional y el Frente Amplio, el primer líder de Cabildo Abierto es un militar. Es un dato de la realidad.

Cuando entramos a la arena política, se nos cuestionó duramente tanto desde la izquierda que nos acusaba de “ultraderechistas” como de colorados y blancos que veían una “invención frenteamplista” destinada a dividir a los partidos tradicionales.

Muy por el contrario, desde Cabildo Abierto nos propusimos escuchar el sentir de la gente y fue entonces que interpretamos que el ánimo mayoritario era de cambio.

La irrupción de Cabildo Abierto hizo historia al tratarse del primer partido fundacional (no formado por escisiones o fusiones de otros) en más de un siglo.

Eso trajo un aluvión de adhesiones provenientes de todo el espectro político, sumando casi 270.000 votos en la primera vuelta. En el balotaje, su apoyo al candidato Lacalle Pou es determinante para la victoria de la nueva coalición.

A diferencia del 2014, esta vez lo que unió no fue el odio contra el adversario sino un programa común, serio y equilibrado.

Más de dos años después, esa coalición en el gobierno marcha a paso firme, a pesar de los múltiples vaticinios. Atravesó con éxito la gestión de la pandemia, la discusión por la ley de urgente consideración, el presupuesto, la rendición de cuentas, un pedido de desafuero, interpelaciones varias, renuncia y remoción de ministros, comisiones investigadoras, etc.

Habrás notado, Pedro, que el cumplimiento de esa hoja de ruta que es el Compromiso por el País, no obstó a que cada socio de la coalición marque su impronta. El Partido Nacional votó la ley de aeropuertos que legó Tabaré Vázquez. El Partido Colorado promueve hoy la eutanasia y parece dispuesto a tomar prestados los votos del Frente Amplio. Cabildo Abierto presentó su proyecto de ley sobre suelos de prioridad forestal y consiguió esos mismos votos en ambas Cámaras.

Se han quebrado los brazos de yeso y eso es saludable para la coalición, pero también para la democracia, después de la pésima experiencia que fue la imposición de la mayoría automática en las administraciones del FA.

El proyecto de ley forestal apunta al ordenamiento territorial, sobre la base de una situación que vos mismo reconocés en tu columna, que es la proliferación de plantaciones de eucaliptus en zonas cercanas a las plantas de celulosa aprovechando la ventaja logística, pero afectando las mejores tierras del país y desplazando actividades como la agricultura o la lechería. Ya hay una vasta normativa en distintos departamentos que establecen criterios semejantes a los de la ley de Cabildo Abierto, el problema es que las intendencias no tienen suficiente peso frente a grandes capitales y terminan estableciendo “excepciones”.

También hay un aspecto tributario, que no aparece en el proyecto de ley, pero que es impostergable atender. Como señaló este lunes el economista Eduardo Ache “nadie está en contra del desarrollo forestal” pero “es el momento de analizar y replantear si es lógico y justo que haya propietarios que tienen 250.000 hectáreas y no paguen patrimonio”.

Cuando vos acusás de dirigismo económico deberías plantearte en qué definición entran los subsidios a la forestación luego de treinta años del impulso a esta actividad. ¿Dónde está la libre competencia con los otros rubros productivos?

El mundo está atravesando muchos cambios y hasta las grandes potencias están modificando las reglas de juego para las multinacionales. La pandemia está acelerando los procesos de transformación tecnológica y tenemos que saber avanzar sin dejar a la gente tirada en la vía. El desafío es grande y si estás dispuesto a sumar serás bien recibido. No creo que hayas empezado por buen camino, intentando hacer daño para demostrar tu punto de que otros hacen daño.

No pretendo convencerte de nada, solamente aprovechar esta ocasión para tratar de pensar. Si finalmente decidís volver a la política no es necesario hacerlo a los codazos, hay otra forma que es a través del diálogo y sobre todo de la coherencia en el decir y el hacer. Mucha suerte

_______

 

esta es la nota  a la que se refiere Marcos Methol

 

 

¿Kabildo?

 

Pedro Bordaberry, El País  18 dic 2021

 

Cabildo Abierto se prestó a que el Frente Amplio clavara una cuña de discordia en la coalición del Gobierno

La irrupción de nuevos actores y partidos es saludable para la democracia. En ese sentido, la llegada de Cabildo Abierto y su líder, el general Manini, pareció buena. Traía una perspectiva distinta, asociada quizás más al estamento militar, pero todo nuevo aporte siempre es bienvenido.

A los observadores de la realidad política nos fue difícil descifrar los fundamentos e ideas del nuevo Partido. Conviven en él ciudadanos identificados con la familia militar, otros independientes y un grupo de una fuerte vinculación con la lista 711 del ex vicepresidente Sendic, el peronismo y la patria grande latinoamericana.

Las enormes diferencias entre todos estos dificultó entender las bases e ideas de la nueva propuesta.

¿Quién era Cabildo Abierto?

¿El Ex Comandante en Jefe del Ejército y los ex militares que lo acompañan con una fuerte prédica en contra del Frente Amplio?

¿Los diputados que se cortaban un día sí y otro también con propuestas contra UPM, el tren y otras cosas?

¿Los que acompañaron a Sendic en sus equipos y redactaron su plan de gobierno? ¿Los cercanos al kirchnerismo y la Patria Grande?

En su notable novela “El Extraño Caso del Dr. Jeckyll y Mr. Hide”, Robert Louis Stevenson plantea un problema que a veces se da en los seres humanos y que lleva a que una persona tenga dos o más personalidades con características opuestas entre sí. El Dr. Jeckyll es un científico respetado que luego de beber una pócima se convierte en su opuesto, el Sr. Hyde.

Es lo que de a ratos parece suceder con Cabildo Abierto.

¿Es un partido de fuerte representación militar que presenta un proyecto de ley de prisión domiciliaria para los mayores de 65 años?

Sí.

La militar parece ser su gran base organizacional y electoral y lo enfrenta muy especialmente al Frente Amplio. Este último, incluso fogoneó el desafuero de Manini del Senado (lo salvaron sus socios blancos y colorados de la Coalición Republicana).

¿Es un partido populista que esta semana se unió al FA para votar juntos un proyecto de ley que limita la actividad forestal? ¿El que se unió con quien era su enemigo más acérrimo, el FA, contra sus socios en la coalición de gobierno?

También lo es.

Es difícil entender esa sociedad de Cabildo Abierto con el FA que, durante el gobierno de Mújica, pactó con Montes del Plata llevar a cabo políticas para acercar bosques a 200 km de su Planta en Conchillas (lo que incluye Colonia, San José, Soriano, parte de Flores y Florida). Hoy le da los votos a Cabildo Abierto para una ley que va exactamente en sentido contrario. Una norma que, de prosperar, incluso puede implicar responsabilidad del Estado por incumplimiento de ese contrato.

No hay que ser un observador muy agudo para darse cuenta que lo que está haciendo el FA es clavar una cuña de discordia en la Coalición de gobierno. Cabildo Abierto se prestó a ello.

Desde 1987 cuando se aprobó la ley de forestación con el trabajo de los entonces senadores Jorge Batlle y Alberto Zumarán y del ministro de Ganadería Pedro Bonino, la misma fue una política de Estado. Política que dio seguridades a quienes eligieron nuestro país y no Argentina para realizar multimillonarias inversiones.

Se aprobó la ley en el gobierno colorado del Dr. Sanguinetti, se impulsaron las plantaciones durante las presidencias del nacionalista, Dr. Lacalle Herrera y la segunda del Dr. Sanguinetti, se inició la etapa de producción de celulosa con el presidente colorado Jorge Batlle y el frenteamplista Tabaré Vázquez, se llegó a la segunda planta durante el de José Mújica y a la tercera en el segundo mandato de Vázquez.

En 1987 la industria maderera uruguaya exportaba unos 50 millones de dólares. Hoy son más de 2 mil millones y pronto serán 3 mil millones. Ello habla del valor que agregó la forestación.

La propuesta de Cabildo Abierto, contenida en la ley aprobada el miércoles, va en la línea de las políticas populistas y de desarrollismo mágico que tanto daño hicieron a la economía de varios países sudamericanos bajo el slogan de la Patria Grande Latinoamericana.

Por esa ley el Estado le dice a los particulares que no pueden plantar más en sus tierras si no son de prioridad forestal, por más que cumplan con los requisitos ambientales. El Estado decide qué es lo que debe hacer el productor o el ciudadano. Lo que fracasó en todos lados. En Argentina, en Venezuela o dónde sea. Termina provocando escasez y falta de inversión.

Lo que ayuda a interpretar al nuevo partido. Ese en el que algunos de sus integrantes fueron parte hasta hace poco del grupo del ex vicepresidente Sendic, disertaban en el Centro de Estudios Nuestroamericano Chavez-Kirchner, y cuyas ideas, ocultas en la campaña electoral, afloran ahora en proyectos de ley como este.

Dirigismo económico, restricciones a la libertad de comercio, cambios que atentan contra la seguridad jurídica son los caminos populistas que postulan. Empiezan fijando cuotas, luego intentan establecer lo que los privados deben o pueden hacer. Como si la economía fuera un cuartel en el que se ordena que se produzca esto o aquello.

Los une el factor K y sus errores.


Comunicate