Marcelo Marchese – UyPress 5/02/22
Es muy difícil negar el proverbio que dice que "el que paga, manda", y si algunas personas conocen a fondo las virtudes de este proverbio, son los que manejan el capital financiero, los hombres que mandan sobre las feministas.
Cuando hace unas décadas a las feministas le empezó a llegar de manera abundante este dinero, se preguntaron si los costos de dicha financiación no serían mayores que sus beneficios, habida cuenta que el dinero debía ser destinado para ciertos programas y no otros, lo que quiere decir que los señores, los hombres, del capital financiero, le dirían a las feministas qué programas desarrollar y cuáles no. No cuesta mucho imaginar quién ganó la discusión dentro del feminismo, pues si por un lado estaba la idea de independencia, y por el otro millones y millones de dólares, la cosa era meridianamente clara, ya que millones de dólares otorgan un glamour inconfundible.
No puedo asegurar la cifra pues no tengo el material a mano, pero creo recordar que en la década del 90, según Cotidiano Mujer, ese grupo recibía 200.000 dólares al año. Vaya a saber uno a cuánto asciende esta cifra hoy, y a cuánto asciende la cifra que reciben otros colectivos feministas, pero cuando alguien discute con una feminista y le plantea que "el que paga, manda", lo niega de manera furiosa antes de arremeter con los adjetivos que acostumbra el feminismo, y pienso que esta necedad no sólo es resultado de la evidente represión mental que deviene de otra represión más profunda y concluyente, sino que, si uno puede recibir un jugoso sueldo por decir ciertas cosas, tendrá evidentes motivos para decir ciertas cosas.
Sucede entonces que en la discusión de ideas necesarias para la República, hay un actor llamado capital financiero, que son unos pocos hombres que tienen el poder para hundir o rescatar economías enteras, y que tienen todo el dinero del mundo para financiar movimientos ambientalistas, feministas, animalistas, veganistas, y toda una serie de istas que han generado un hondo divisionismo y cuya tarea es atacar aquello que nos hace humanos.
Con los millones de dólares otorgados por los hombres que establecen las pautas de la política que instrumentan las feministas, se logra imponer una considerable presión en la Universidad, los medios de comunicación, los partidos políticos y la Justicia, lo que lleva a que cada vez que se denuncie a alguien de violación, sea automáticamente considerado culpable.
Hace un tiempo unos muchachos fueron acusados de violación en el camping de Santa Teresa, pero un video salvó a estos muchachos de un destino carcelario terrible. Luego fueron acusados unos muchachos en Valizas, y pasaron a la sombra ochos meses hasta que el tribunal de apelaciones observó que la acusadora se contradecía de forma evidente. Ahora tenemos la acusación de violación en manada en el Cordón.
Estos muchachos son culpables por el sólo hecho de la denuncia de la presunta víctima, por lo que hubo una marcha contra la cultura de la violación, y el Presidente de la República afirmó que el hecho es "asqueante y aberrante" y pidió una pena "contundente y ejemplarizante"
Que un colectivo que recibe millones de dólares de los hombres que detentan el capital financiero acuse sin pruebas, es entendible, pues los millones de dólares son millones de razones para acusar sin pruebas, pero que el Presidente de la República, que además es doctor en leyes, acuse sin pruebas y pida un castigo ejemplarizante cuando no se sabe si se cometió el crimen o no, es prueba concluyente de que los millones de dólares regados a lo largo de décadas en diferentes ámbitos, hacen mella incluso en un doctor en leyes que ha llegado a la categoría de Presidente, y hasta le hacen olvidar que conviene seguir el decoro en estos asuntos de la división de poderes.
No sabemos qué pasó exactamente en esa casa del Cordón, pero al menos sabemos, gracias a los audios, que los hechos no sucedieron como los relató la prensa, y según la prensa, la denunciante.
Argüir que difundir esos audios es una canallada violatoria de la intimidad de la denunciante, es una canallada propia de aquellas que pretenden hundir a los muchachos a toda costa, incluso si fueran inocentes.
Es una actitud repugnante y ayuna de racionalidad, ya que se difunden esos audios con el obvio objeto de frenar un linchamiento social, un linchamiento "de la manada".
Uno piensa que está hablando con personas desequilibradas, pues ni siquiera se sabe el nombre de la denunciante y la difusión no se hizo con el ánimo de escarnecerla, sino para evitar el linchamiento de la manada y la violación, por parte de la manada, de los derechos de los acusados.
Así que tenemos millones de dólares que llegan a las cabezas de estos movimientos y que llegan a ciertos periódicos para que desarrollen ciertas investigaciones, y resultado de esos millones de dólares aunados a un profundo disciplinamiento, se acusa de violación en manada a quienes en manda se les viola sus derechos.
Acaso sean violadores en manada, cosa que debe determinar la Justicia, y espero que no lo determine como hizo en primera instancia en Valizas, cobrando al grito de la tribuna, y me pregunto si los fiscales de estos casos están más preocupados por la Justicia que por sus carreras.
Ahora, si resulta que esos audios son fidedignos y no están editados, si resulta que la denunciante mintió y el acto fue consentido, si resulta que alguien estaba drogado con una de esas drogas que te lleva al desmadre sexual, si resulta que al mismo tiempo había alcohol haciendo un combo bravo, si resulta que la prensa fue una atrevida cuando trató de culpables a los inocentes, si resulta que se hizo una marcha "contra la cultura de la violación", tratándonos de violadores a todos los hombres, si resulta que hasta el Presidente, doctor en Leyes, se metió donde no debe y pidió lo que no debe creyendo lo que no debe, si resulta que todo esto es cierto ¿quién y cómo le devolverá los meses de cárcel a estos muchachos? ¿Los medios y todos los acusadores les pedirán disculpas, o a la primera de cambio (millones de dólares en juego) volverán a acusar de violación a personas sin que se demuestre que son violadores?
La síntesis de todo esto es sencilla: cuando alguien es acusado, hay que investigar y hay que darle el derecho a defenderse. Si no se entiende que el acusado tiene derecho a la defensa, hemos retrocedido a extremos inauditos, y si no se entiende que el que acusa es una presunta víctima y el acusado de violación es un presunto violador, simplemente no se entiende el significado de las palabras o se hacen trampas, ya que millones de dólares hacen que la moral camine renga.
Por otra parte, los que tratan a Nacho Álvarez de "Facho" Álvarez ¿no actúan al mismo tiempo como fachos adjetivando y denostando de esta manera?
¿Los que lo tratan de facho son los mismos que pidieron que nos encerraran a todos?
¿Son los mismos que dicen luchar contra las trasnacionales y luego firman a escondidas un contrato que le regalará miles de millones de dólares a UPM y que le permitirá a UPM redactar planes de estudio y evadir nuestras leyes y nuestros tribunales?
¿Son los mismos que se rasgan las vestiduras a causa de los atroces crímenes de la dictadura y luego homologan que su líder convertido en Presidente homologue un tribunal de honor que valida los crímenes de la dictadura?
¿No actúan como fachos al perseguir a Nacho Álvarez para amedrentarlo a él y a todos los periodistas?
¿No es propio de fachos recibir dinero del capital financiero para hacer cosas indignas?
Aquí hay demasiadas preguntas sin respuesta para que vengan a acusarnos a todos de violadores.
Aclaren cuánto reciben, de parte de quién y a qué las compromete ese dinero.
Ya sabemos que ustedes saben que el origen de ese dinero es espurio y ya sabemos que ustedes creen que usan al que les paga. Lo que ustedes no saben es lo mal que le fue al aprendiz de brujo.
Dígannos la verdad y libérense del patriarcado, esos hombres malvados que las mantienen.