11.MAR.22 | PostaPorteña 2270

EL NAUFRAGIO DE LA IZQUIERDA FRENTE AL COVID

Por AsambleasDelPueblo

 

La situación que estamos viviendo no tiene precedentes en la Historia reciente: el relato oficial ante las medidas políticas adoptadas durante la pandemia de Covid han supuesto un silenciamiento sistemático de las posturas críticas, dadas en gran parte desde el ámbito científico.

El intento de desacreditación, la persecución, silenciamiento y presiones de todo tipo se suceden contra quienes alzan la voz ante la falta de evidencias científicas y la vulneración de derechos sociales de manera sistemática.

El discurso crítico ha sido principalmente mostrado por medios no oficiales, muchos de ellos alineados con posturas de la derecha en distintos países del mundo y, excepcionalmente, en grupos anarquistas o independientes de izquierda. Esto ha dado pie a que algunos hayan querido identificar estos discursos con las derechas o la marginalidad política, cuando en realidad, uno de los problemas que se están dando es que la izquierda está cobardemente agazapada, algunos por formar parte de los gobiernos que están tomando las medidas más restrictivas de la historia reciente de la mano con la gran industria farmacéutica.

Otros por su creciente e innegable adaptación a la hegemonía global oligárquica y sus instituciones. Algunas voces comienzan a plantearse estas cuestiones. En este artículo que hoy rescatamos, Toby Green, profesor de historia en Kings College London, autor de «The Covid Consensus: The New Politics of Global Inequality”, y Thomas Fazi, escritor y traductor, autor de «Reclaiming the State», han analizado la situación de la izquierda ante esta crisis del Estado de Derecho que se está gestando durante la pandemia. A continuación, la transcripción de su pieza, publicada originalmente en Diario 16, España ( La Maza)

 Reflexión sobre "El naufragio de la izquierda política frente al Covid" - Diario16

 

Y POR CASA, COMO ANDAMOS??

 

Por Rubén Saboulard en La Maza

 

Después de compartir el artículo precedente, poco queda por decir sobre el triste papel de los tristes tigres rojos en nuestro país. Mientras el patético Nicolás del Caño se esmera en defenestrar a Milei y su popular sorteo de la dieta legislativa, el “anarco” derechista se queda con la mayor porción de jóvenes del electorado porteño y se proyecta a todo el país. Lo hace con un discurso básico pero contundente contra la política corrupta, transa y soporte de la dominación, contra el terrible peso de los impuestos en la vida cotidiana no de los ricos sino de los pobres trabajadores, aportantes de más del 80% del recurso tributario, contra el derroche en un sistema político ajeno al pueblo (del que Del Caño y el FIT son parte!) y en los pagos de deudas que nunca disfruto la población…

Apenas eso, condimentado con una oposición más o menos abierta a la plandemia, las vacunas y los encierros bastaron para poner en el centro de la escena política al estrafalario personaje. En épocas de crisis política fenómenos así suelen aparecer, no debería asombrarnos.

Lo que si asombra es el grado de cooptación y descomposición al que ha llegado la izquierda argentina siguiendo los patrones internacionales de adaptación al régimen y al Nuevo Orden Mundial y sus ONG.

Llama a sorpresa, sin embargo, el desparpajo capitulador de las corrientes trotskoides, exigiendo en las calles “Vacunas para todos!”, sin siquiera preguntarse acerca de qué son estas supuestas “vacunas”, sin hacerse cargo de los miles de muertes que ya han causado, sin inquirir sobre su composición ni sobre los beneficios del Big Pharma, ni de los convenios secretos de provisión de “vacunas”, avalando los carnets verdes, los pases sanitarios, la censura y las persecuciones, el encarcelamiento de opositores a la verdad oficial y el estado autoritario construido con la excusa del covid.

O silenciando la prohibición de las autopsias de los fallecidos para establecer científicamente la causa de muerte. O avalando implícitamente la exclusión de la vida social, económica, deportiva, cultural y laboral de quienes nos negamos a vacunarnos..

Esta capitulación de la izquierda del régimen tendrá sus consecuencias políticas y serán devastadoras.

 Pero no menos patética ha sido la conducta del diputado maoísta Juan Carlos Alderete, máximo dirigente de la Corriente Clasista y Combativa –CCC-, quien presentó un proyecto de ley para imponer el carácter obligatorio de la vacuna para toda la población, incluyendo niños. Pero lo suyo es más comprensible: es discípulo de una de las mayores y perversas tiranías que hayan existido, la del Partido Comunista Chino, que ejerce un omnímodo control dictatorial sobre sus pueblos.

Ni hablar de la izquierda “nac & pop”, kirchnerista, guevarista, chavista, etc., independiente o reclutada para el estado capitalista, con Pérsico y su pandilla a la cabeza. Tal vez ellos, como sus jefes Kicillof, Fernández, Vizzoti, Kreplak o Manzur reciban migajas en la nómina de Hugo Sigman y AstraZeneca…

No se quedó atrás el “anarco-caviar”!. El encuentro de grupos anarquistas (febrero 2022) nucleados en el portal “A las barricadas” (donde se enrola la Federación Anarquista de Rosario) publica una declaración firmada por una veintena de grupos donde putean, como siempre, contra el capitalismo explotador y predador del medio ambiente, enemigo de los pueblos, etc. etc. etc. pero no dicen nada acerca del terrible golpe que la oligarquía globalista nos asesto ni, mucho menos, llaman a luchar contra ella ni a hacernos cargo de la guerra que nos han declarado. Peor aún, coinciden con el resto de la izquierda globalizada en que las vacunas son la clave para erradicar la “plandemia” y, por supuesto, afirman con orgullo de sometidos que no se unirán a los movimientos anti confinamiento y anti plandemia!!

De todos modos, son tan marginales que nadie habría notado su ausencia… Aunque su capitulación quedará registrada en la lista de la izquierda de la corte. Como en agosto de 1914, la realidad se empecina en desnudar los compromisos ocultos, las lealtades furtivas, las pertenencias subrepticias, los rostros de los advenedizos ansiosos de demostrar su lealtad social.

De un lado está la mayoría de las organizaciones de la izquierda de la corte, convencionales, reglamentarios, protestones pero, al fin de cuentas, obediente. Es la oposición que ladra pero no muerde, aunque pellizque todos los privilegios que se les brinda. Cumplirán así el mandato que se les adjudico en el Nuevo Orden Mundial.

Del otro lado estamos los que somos minoría absoluta, los demonizados por los medios, los perseguidos por sus policías y gendarmes, los silenciados y procesados como “enemigos de la salud pública”, los que no callamos nuestra voz y que seguimos diciendo que nos han declarado la guerra y que es hora de hacernos cargo de ese desafío, enfrentarlos y derrotarlos. Y así lo haremos.

 

UNA CHISPA EN LA PRADERA SECA

 

Editorial de LA MAZA, publicación de Asambleas del Pueblo marzo 2022

 

En el interminable e irreversible proceso de decadencia de la hegemonía capitalista que estamos viviendo, el capital monopolista globalizado, anglo-sajón y sionista, sigue dando manotazos de ahogado en busca de esquivas bocanadas de oxigeno que le permitan, al menos, una negociación honrosa con sus rivales y herederos del bloque del Este, China, Rusia y sus aliados.

Pero el costo de esos manotazos es demasiado oneroso para la humanidad y genera violentos conflictos políticos, sociales y militares que solo pueden acelerar esa decadencia.

Después de la tentativa de esclavizar a los pueblos del mundo alineados con su esfera de poder mediante la “plandemia” y el Covid, ahora, sin solución de continuidad, nos vemos ante un conflicto armado que puede significar la destrucción de naciones y pueblos enteros.

Y todo esto, ambos frentes de combate y los que vendrán, son planeados en sus laboratorios de “cerebros”, desarrollados por sus expertos, vendidos por sus periodistas, certificados por sus analistas y bendecidos por sus respectivas “Big” Pharma en el caso del Covid, Complejo Militar y Estado Profundo en el caso Ucrania, “Data” en lo que hace a la pretensión de control digital total.

El peso de sus ataques desesperados se descarga sobre las espaldas de los pueblos y los oprimidos. Mientras los tanques de Putin se apoderan de Ucrania, el precio del trigo –la harina y el pan-, del gas y el petróleo, de la calefacción y la movilidad pegan una estampida que va a parar, invariablemente, a los bolsillos de los oligarcas de uno u otro bando. Su negocio es el rio revuelto.

Estamos viviendo tiempos de guerra, de otro tipo de guerra, distinta a la convencional pero exactamente igual en sus motivaciones. Se trata de dinero y poder, de dominación, de hegemonía, de esclavitud, de liquidación de las libertades. Y el conflicto en Europa puede ser la chispa en medio del pajonal que desate la ira de todos los fuegos.

Ese es el tiempo que estamos viviendo y ese es el desafío al que nos enfrenta la oligarquía global y su brazo armado, el eje EE.UU.- Gran Bretaña-Israel-OTAN.

En otras circunstancias históricas, con protagonistas políticos de otra envergadura, este gran conflicto inter imperialista –que está en sus inicios- significaría una gran e inmejorable oportunidad para desarrollar una política exterior soberana, para erradicar al FMI y sus usureros y comisionistas, para romper con la OMS, sus ONG, sus Bill Gates, Soros, BIG PHARMA y sus versos Covid, para denunciar los pactos secretos de cesión de soberanía y sujeción a los intereses imperiales.

En el caos desatado, en el actual y el que está por venir, por la lucha inter-imperialista se abre la oportunidad, para países como el nuestro, de desplegar estrategias de liberación nacional y social. Un escenario de ese tipo, con las salvedades del caso y la distancia, dio lugar a la independencia americana y agrandes revoluciones.

Sin ir tan lejos, el peronismo de la justicia social, el de las conquistas sociales, el de las grandes empresas nacionalizadas, el de la liberación, fue factible, en gran medida, por la existencia de un escenario de inestabilidad hegemónica que recién se salda en la post guerra y que determinó el derrocamiento de Perón.

Pero, si hablamos de nuestros protagonistas vernáculos, ese contexto y esos antecedentes no sirven para nada. Para estrellas de la mísera talla de los Fernández, no es una oportunidad de ser libres sino una exigencia de nuevas genuflexiones, de nuevos callos en las rodillas. No por casualidad, un tal “Guzmán” es el ministro delegado por el FMI para la economía.

“El que nace para pito nunca llega a corneta”, dice el refrán, y aunque no habla de presidentes lacayos que solo tocan -y de oído-la guitarra es ilustrativo de la mediocridad servil de nuestro gobierno y su frente de –como quedo claro en las últimas elecciones- muy pocos, cada vez menos…

Pero, menos mal, que en su epopeya de entrega al FMI, los Fernández son socorridos por el apoyo imprescindible de personajes como Emilio Pérsico (del “Evita” trabajar, “Evita” ser digno, “Evita” ser anti imperialista…), Menéndez (“Barrios de rodillas”), los dirigentes de la CGT y gobernadores como Insfran y el enano facho-progre de Kicillof (el ahijado de Hugo “Astra Zeneca” Sigman, el socio de su hijo Leandro) y la lealtad periodística de V.H.Morales y el enano Navarro.

En el año 1966, el genial Mario Monicelli dirigió un film memorable, “La Armada Brancaleone”. Es la zaga de una legión de desharrapados, mercenarios, cachivaches, mentirosos, estafadores e inescrupulosos aventureros dispuestos a saquear hasta el Santo Sepulcro para ligar algunas monedas. Vale la pena volver a verla. Lástima que Monicelli murió en 2010, de lo contrario podría recrear en nuestro elenco gobernante un tercer episodio de su “Armada” que resultaría imbatible.

 Recurriendo al viejo truco de poner la luz de giro a la izquierda para mandarse un volantazo a la banquina derecha, los Fernández, ambos, están pagando, ahora mismo, las obligaciones contraídas por la banda de Macri, Dujovne, Caputo y asociados y se aprestan a firmar un nuevo acuerdo colonial que nos reducirá, aún más -si eso es posible- al último escalón de la miseria.

Con el hambre del pueblo, con el exterminio de los jubilados, con la entrega del petróleo oceánico (Cabandié!!), con el litio (el futuro energético!) regalado, con nuevas concesiones a las mineras que desatan la guerra civil en los pueblos de montaña, con un tarifazo en ciernes que estremecerá la raquítica economía popular, en fin con cuanto recurso tengan a mano, los Fernández honraran la deuda fraudulenta de Macri y, de paso, renunciaran a una investigación que desnudaría el delito y a los delincuentes. Amigos son los amigos.

Pero, por abajo, en las raíces mismas de la sociedad, se va calentando el fundamento de un inevitable incendio, peor aún que los que están padeciendo los pueblos del litoral mientras Cabandié está ocupado entregando el petróleo oceánico o bañándose en el Caribe.

El gobierno ha anunciado que no habrá más planes sociales (el FMI exige!), que se revisara a la baja el miserable sistema jubilatorio y a la suba la edad para acceder a algún beneficio previsional, que habrá “ajustes” tarifarios, que los combustibles seguirán aumentando al ritmo de los precios internacionales, que el precio del trigo, la harina y el pan –en medio de la crisis internacional- lo determinara el “mercado” (eufemismo para decir Molinos y los suyos).

 El comisionado del FMI, Guzmán, hará malabares para explicar lo inexplicable. El payaso presidencial hará lo suyo. Sus cagatintas construirían un relato épico para encubrir una entrega obscena. Pero ni el enviado, ni el payaso ni el relato podrán ocultar que están aceptando alegremente ser sodomizados por el FMI, Davos, Black Rock, The Vanguard Group, los usureros y las Big Pharma.

Claro que tampoco les importa demasiado mientras el cuero lo pongamos los oprimidos. La pregunta es cuál será la gota que desborda, cual el disparate que enfurezca, cual la chispa que encienda la pradera.


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