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Cuba | Manifiesto contra el silencio, por la justicia

Por LaJovenCuba

 

escrito por Redacción 21 marzo 2022 -  LA JOVEN CUBA

 

A la Comunidad Artística e Intelectual cubana:

 

Los días 11 y 12 de julio del 2021 Cuba fue sacudida por un estallido social, que tuvo como respuesta un despliegue represivo de las fuerzas militares del Estado. Estos sucesos desembocaron en el uso desmedido de la violencia que trajo como consecuencia inmediata la muerte del ciudadano Diubis Laurencio, allanamientos de moradas, golpizas a manifestantes y detención de más de mil ciudadanos. A este episodio de desobediencia civil le han seguido procesos judiciales a más de quinientos ciudadanos, donde se han dictado penas ejemplarizantes que, en varios casos, superan los veinte años de cárcel.

En Cuba el derecho a manifestación continúa, pese al anuncio de las autoridades, pendiente de regulación. Y ante los sucesos del 11/12J el Estado responde con una   violencia política y jurídica desproporcionada y metódica, que rebasa con mucho los episodios puntuales y espontáneos de violencia cometidos durante el estallido por algunos ciudadanos. No son equiparables las responsabilidades de un manifestante que daña un objeto o bien ajeno, con las de quien agrede —siendo agente del orden o civil— a otro ciudadano.

Por todo lo anterior, los abajo firmantes declaramos:

I- Esos cubanos y cubanas solo han ejercido su derecho a tener derechos, del mismo modo que cotidianamente se manifiesta la ciudadanía en nuestra región latinoamericana y en el mundo. Y en cualquier república, cuando se cometen excesos en las manifestaciones, los implicados —sean ciudadanos o agentes estatales— deben ser procesados de modo proporcional y conforme a derecho, jamás punitivamente.

II- Las penas dictadas son escarnios públicos contra toda la sociedad cubana —más allá de simpatías ideológicas o militancias políticas— para impedir cualquier intento de protagonismo activo de las personas en los destinos de su país. En su mayoría, los jóvenes procesados provienen de barrios vulnerables, afectados por la aguda crisis económica y por la mala gestión gubernamental. Hay desproporción de las condenas, vulneraciones en los estándares procesales vigentes —según la legislación cubana e internacional— y una exhibición ejemplarizante de los procesos por la prensa estatal nacional.

III- Es un deber intelectual general de académicos y artistas, en cualquier época y sociedad, condenar la violencia y la arbitrariedad sin dobles raseros; sin dispensas ideológicas o subterfugios de realpolitik. Condenarlo, además, porque las víctimas de esta violencia casi siempre son aquellos sujetos cuya vida, necesidades e intereses son objeto de nuestras investigaciones y obras.

IV- Es un deber humanista concreto acompañar a las víctimas de la violencia de Estado si entendemos que lo sucedido entre el 11 y el 12 de julio fue, como en toda Latinoamérica, un estallido social expresado mediante la desobediencia civil,   resultado de la mala gestión gubernamental de la economía y de modos autoritarios de gestionar el conflicto y participación socio-políticos en Cuba.

V- En este momento inédito y triste de la historia cubana, llamamos a nuestros colegas intelectuales y artistas a acompañarnos. Los presos son —o pueden ser— nuestros familiares, vecinos, amigos. Nosotros mismos. En esta era de conectividad digital, todos sabemos lo que está ocurriendo. Nadie es ajeno en la actualidad a los acontecimientos, los testimonios y los desenlaces.

Desde cualquier ideología es posible condenar o avalar la violencia del poder. Las posturas de disimulo, silencio o complacencia ante el procesamiento punitivo a los manifestantes del estallido social, en lugar de defender a la ciudadanía vulnerable y hacer rectificar a las autoridades, solo perpetuará y ampliará los abusos y los conflictos. Y nos convertirá a cada uno de nosotros, personas de ideas y palabras, en cómplices, conscientes o disimulados, de la violencia y la injusticia.

Por ello, dada la prolongación y vicio de los juicios, la connotación punitiva de los mismos y las lecciones de procesos similares en nuestra región, exigimos la excarcelación de nuestr@s compatriotas. Y la delimitación ulterior, precisa, proporcional y estrictamente apegada a Derecho, de las responsabilidades privadas y públicas ante la violencia asociada al estallido. La forma concreta de iniciar tal proceder —por una Amnistía o fórmula similar— puede ser objeto de debate; su sustancia no. El Derecho no puede subordinar a la Justicia.

Adriana Ortega Normand, Alberto Abreu Arcia, Alejandro Pérez Díaz, Alex Fleites Rodríguez, Alexander Hall Lujardo, Alexei Padilla Herrera, Alfredo López de la Rocha, Alina Bárbara López Hernández., Amaury Pacheco Del Monte, Armando Chaguaceda Noriega, Boris González Arenas, Camila Rodríguez, Carmelo Mesa-Lago, Carolina Barrero Ferrer, Dany Roque Gavilla s.j, Eloy Viera Cañive, Fernando Pérez Valdés, Gladys Marel García Pérez, Harold Cárdenas Lema, Haroldo Dilla Alfonso, Helen Ochoa Calvo, Ivette García González, Jorge Fernández Era, José Manuel González Rubines, Juan Pin Vilar, Juliette Isabel Fernández Estrada , Julio Antonio Fernández Estrada, Leonardo Manuel Fernández Otaño, Leonardo Romero Negrín, Mario Valdés Navia, Marta María Ramírez García, Mauricio de Miranda Parrondo, Miguel Alejandro Hayes, Omar Everleny Pérez Villanueva, Pedro Manuel Monreal González, Rafael Rojas Gutiérrez, Raudiel Peña Barrios, Raúl Prado Rodríguez, Rolando Díaz, Sandra Ceballos, Tania Bruguera, Teresa Díaz Canals, Uva de Aragón y Hernández-Catá

También firman y respaldan está exigencia cívica:

Abdiel González Maimó, Adriana Fonte Preciado, Aíxa Negrín Ortueta, Alberto Hernández Osorio, Alejandra Pino Díaz, Alfredo Castellanos Collazo, Álvaro Tejeda Sardiña, Aminta D” Cárdenas, Ariel Hidalgo, Arnaldo Simon Casanova,Aydana Hernández Febles,Camila Ramírez Lobón, Carlos Antonio Amador Rodríguez, Carlos Ricardo Molina Rodríguez, Carmen Corella, Carolina Sansón Aguiar, Claudio Gaitan Garmendia, Daína Chaviano, Daniel Triana Rubio, Danilo Pompa, Danny Echerri Garcés, Elaine Acosta González, Flavio Garciandía de Oraá, Gerardo Mosquera, Giselle González García{ Hamed Oriol Toledo Torres, Iván de la Nuez, Jorge Dalton, Jorge Ferdecaz, Jorge Gómez de Mello, José Alejandro Estévez, José Leandro Garbey Castillo, Juan Carlos Sáenz de Calahorra, Juan Manuel Tabío, Julio Llopiz Casal, Laideliz Herrera, Luis Cino Álvarez , Magdiel Jorge Castro, Marcela García Olivera  , María Antonia Borroto Trujillo, Marta Castillo, Massiel Carrasquero Ramos, Miguel Augusto Gómez Fernández, Miguel Coyula, Pedro Pablo Bacallao, Rachel Alfonso, Remy Ramses Hernández Lois, Ricardo Figueredo Oliva, Rodolfo Gómez Schlittler, Rosario María Cruz Matos, Royma Cañas, Serguei Martínez Castillo, Víctor Manuel Viera Potestad, Yanet Rodríguez, Yelanys Hernández Fusté, Yosniel García

* La redacción de La Joven Cuba ha recibido este manifiesto que ponemos a disposición de los lectores. Varios de los miembros del equipo decidieron acompañarlo con su firma.

 

Acerca de las desproporcionadas condenas contra un grupo de manifestantes del 11 de julio, los ataques contra La Joven Cuba y el manifiesto publicado en La Joven Cuba

 

 Comunistas condena las desproporcionadas e injustas sanciones lanzadas contra parte de los manifestantes del 11 de julio. Solo es comprensible que se condene con tamaña severidad a quienes hayan atentado contra la vida de otra persona y no lo haya hecho en defensa propia. Sobre estas condenas solo se ha informado de manera general, sin aclarar los motivos de las sanciones dictadas a cada detenido, ni sus respectivas edades. Por otra parte, desconocemos si han sido sancionados por la ley los civiles amparados por el Gobierno cubano que durante las protestas del 11 de julio ejercieron la violencia contra otras personas. Sobre ellos también debe caer el peso de la ley.

Es evidente cada vez más que con estas condenas desproporcionadas se trata de disuadir todo intento de nuevas protestas similares a las del 11 de julio

. La crisis económica que sufre Cuba no se solucionará en 2022. La guerra ruso-ucraniana ha venido a agravar aún más la terrible situación económica cubana. Por tanto, no es de extrañar que sucedan otra vez protestas similares a las del 11 de julio de 2021. No serán las condenas excesivas contra manifestantes del 11 de julio lo que contenga nuevas protestas reivindicativas ¿Cómo reaccionará el poder ante otro 11 de julio? Hay que evitar un Tiananmen cubano o Cuba colapsará.

Quienes continúan creyendo que las protestas del 11 de julio fueron organizadas y dirigidas por la contrarrevolución están ignorando completamente el actual escenario político y socioeconómico cubano.

Ya sabemos que ignorar la realidad de la clase trabajadora fue uno de los más importantes factores en la caída de la Unión Soviética y el resto de los Estados de Europa del Este supuestamente socialistas. En noviembre de 1989, el máximo dirigente de Rumanía, Nicolae Ceacescu celebró el congreso del Partido Comunista Rumano bajo la consigna “El Congreso de las grandes victorias, del triunfo del socialismo y de la plena expresión de la independencia y soberanía”.

En diciembre de 1989 el gobierno de Ceacescu caería tras un levantamiento popular provocado por la aguda crisis económica y la represión a un grupo de estudiantes en la ciudad de Timisoara -contra quienes el ejército rumano disparó durante manifestaciones pacíficas-. El 25 de diciembre Nicolae Ceacescu sería fusilado.

No deseamos que Cuba sufra una situación similar a la vivida por Rumanía en diciembre de 1989, pero este es el ejemplo más radical de qué puede suceder si se ignora la realidad de la clase trabajadora.

Por otra parte, Comunistas condena los graves y peligrosos descalificativos lanzados ayer contra el medio de prensa cubano La Joven Cuba, al cual desde un programa televisivo oficial tildaron de “contrarrevolucionario y fascista”. Emplear ambos descalificativos contra la Joven Cuba es o desconocer la trayectoria y obra de La Joven Cuba o ser ignorantes políticos.

Que en Cuba un medio de prensa sea señalado como “contrarrevolucionario y fascista” por parte del gobierno, es dar la orden de destruirlo y perseguir a los miembros de su comité editorial y colaboradores.

La Joven Cuba es un medio de prensa abiertamente de izquierdas. Si la burocracia cubana está imposibilitada de comprender los diferentes espectros de las izquierdas y considera que por oponerse a la política oficial un medio de prensa es “contrarrevolucionario y fascista”, entonces estamos viviendo un peligroso retroceso a los más oscuros tiempos del estalinismo.

El supuesto motivo que sirvió de pretexto a estos ataques contra La Joven Cuba –el real motivo es destruir toda voz crítica- es el "Manifiesto contra el silencio, por la justicia", el cual Comunistas no suscribe; ni adherimos a ningún otro manifiesto que llame a suscribirlo. No lo suscribimos porque Comunistas no pide la liberación de los presos políticos en abstracto, pues nunca estaremos en defensa de miembros de la contrarrevolución quienes abiertamente son apoyados por Estados Unidos.

No empleamos el término contrarrevolución en el sentido propagandístico que lo utiliza la burocracia. Si estallara en Cuba una segunda revolución socialista, la oposición de derecha no dudaría en enfrentar a esta revolución -incluso, por la violencia-. No solo lo haría en un hipotético caso cubano, sino que la derecha lo ha hecho y hará a lo largo de la historia. La derecha es, lo ha sido siempre y será contrarrevolucionaria. La derecha es la representación política de la burguesía, el sistema capitalista y el imperialismo. Decir que la derecha y la izquierda no existe es o de ingenuos, ignorantes o ultraderechistas.

Comunistas tampoco puede adherirse a un documento que emplea y hace énfasis en la consigna “derechos a tener derechos”, lema del derechista y anticomunista Movimiento San Isidro.

En consecuencia, nuestro reclamo es contra las condenas injustas lanzadas sobre un grupo de manifestantes del 11 de julio; y por tanto contra la represión a la clase trabajadora, no por la liberación de todos los presos políticos.

Hoy en Cuba la lucha de clases es cada vez más compleja. Si nunca funcionó la lógica de “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”, aplicarla hoy en Cuba es perder la perspectiva política marxista y se puede terminar apoyando a la derecha, es decir, a la contrarrevolución. Nuestro reclamo de liberación inmediata va por las trabajadoras y trabajadores que espontáneamente se manifestaron el 11 de julio.

Al mismo tiempo consideramos que entre los firmantes -hablamos de la primera lista que se hizo pública- del "Manifiesto contra el silencio, por la justicia" existen valiosos intelectuales y socialistas quienes nunca formarían parte de la contrarrevolución. Nos referimos a Fernando Pérez, Alex Fleites, Teresita Díaz-Canals, Alexander Hall, Alina Bárbara López, Mario Valdés y Miguel Hayes. A ellas y ellos nuestro más profundo respeto y solidaridad. La lista inicial de los firmantes del Manifiesto contra el silencio y por la justicia" fue presentada detalladamente en el programa de televisión donde se calificaba a La Joven Cuba de “contrarrevolucionaria y fascista”.

Si intelectuales del tamaño de Fernando Pérez o Alex Fleites son perseguidos por firmar el mencionado manifiesto, entonces estaremos viviendo un punto de no retorno en lo que respecta a la represión y la censura.

En resumen: condenamos las injustas y desproporcionadas sanciones contra parte de los manifestantes del 11 de julio; condenamos los ataques contra La Joven Cuba y mostramos nuestra solidaridad con los intelectuales honestos que firmaron el "Manifiesto contra el silencio y por la justicia" a la vez que no suscribimos dicho documento, ni ninguno donde se convoque a firmarlo. Al mismo tiempo exigimos la liberación de las trabajadoras y trabajadores detenidos durante las protestas del 11 de julio.

Desde algún lugar de Cuba, 23 de marzo de 2022

Comité Editorial de Comunistas

 

 

Artistas cubanos: entre la cobardía y el silencio cómplice

 

Descontando las respetables excepciones, el gremio de los artistas e intelectuales cubanos ha sido siempre un semillero de chivatos, traidores y cobardes escudados tras una aparente neutralidad

 

JAVIER PRADA VIERNES, 25 DE MARZO, 2022 CUBANET

.- La plataforma Joven Cuba ha publicado un “Manifiesto contra el silencio, por la justicia”, dirigido a los intelectuales y artistas cubanos que se han acomodado en la indiferencia ante los graves acontecimientos que sacuden al país. Un puñado de firmantes, muy respetados por su compromiso con la nación y su actitud moderada en el terreno de la política, ha dejado en evidencia el escaso decoro de un gremio que la revolución cubana moldeó en el oportunismo y la cobardía.

Casi 1900 años suman las condenas de los manifestantes del 11 de julio en Toyo y La Güinera, pero por ningún lado se aprecian el interés y la solidaridad que fueron noticia    la noche del 27 de noviembre de 2020, cuando más de trescientas personas, en su mayoría jóvenes artistas e intelectuales, se plantaron frente al Ministerio de Cultura en apoyo a los acuartelados de San Isidro, exigiendo libertad de expresión y creación.

Los fallos judiciales que hoy atormentan a centenares de familias cubanas han puesto tras las rejas esas libertades que con tanta pasión reclamaban aquellos jóvenes.

Todavía hoy los cubanos recordamos que el plantón frente al MINCULT estuvo acompañado por figuras de prestigio como Fernando Pérez, que ha firmado el Manifiesto de Joven Cuba, y Jorge Perugorría, que después de esa noche abandonó la solidaridad y días después apareció apoyando el paripé del castrismo en San Isidro, el barrio de Luis Manuel Otero y Maikel Osorbo, encarcelados arbitrariamente desde hace meses.

La mayoría de los artistas e intelectuales cubanos ha reaccionado como Perugorría, protegiendo sus intereses con silencios, complicidades o indolencia. Muchos están fuera de la Isla, porque desde más lejos se oye más bonito, y hasta se atreven a poner en duda las causas de las cosas. Prefieren no meterse en política porque quieren regresar a Cuba, porque su obra no es nada si no se construye sobre los traumas nacionales; aunque luego resulte cuando menos hipócrita no sensibilizarse con el dolor de los oprimidos.

No solo el castrismo y los inversionistas foráneos han lucrado con el sufrimiento de los cubanos. También lo ha hecho cada artista, ensayista y escritor que ha abordado la realidad del país con sentido crítico, para en los momentos cruciales despojarse de su responsabilidad como sujeto político, echar mano de su pasaporte y desaparecer; o quedarse en su escondrijo sin decir esta boca es mía.

Artistas como Leoni Torres, Yuliet Cruz, el fallecido maestro Adalberto Álvarez, Samuel Formell, Nelda Castillo y Mariela Brito fueron de los pocos que desde dentro de Cuba rechazaron la violencia con que las fuerzas policiales arremetieron contra la población civil durante el estallido del 11 de julio. El resto hizo silencio, miró hacia otro lado y continúa haciéndolo. Saben que cientos de jóvenes pasarán años en prisión y que sus madres claman apoyo ante tanta injusticia, pero se fingen sordos para no perder carrera y patrimonio.

Las hijas de Edith Massola son más importantes que todos esos chamacos de origen humilde que se van a podrir en la cárcel; por eso su archiconocida madre se ha mantenido punto en boca con respecto a las condenas, y no ha tenido reparos en vincularse como presentadora estrella al polémico Festival de San Remo, organizado por la Primera Dama, Lis Cuesta. En el corazón de San Isidro el bar de Perugorría sigue facturando y los videoclips de la banda “Nube Roja”, donde tocan sus hijos, aparecen frecuentemente en los espacios musicales de la televisión cubana. Seguimos colaborando. Aquí no ha pasado nada.

Igual de sinvergüenzas son los amanuenses con ínfulas de intelectuales que aguantan callados porque de vez en cuando reciben sus migajas o cae un viajecito, con el viático salvador, y eso hace que valga la pena permanecer ajenos a la catástrofe nacional.

Así de mal anda este país, y hará falta mucho más que el Manifiesto de Joven Cuba para remover las conciencias de quienes ya han aprendido a medrar sin inmutarse por los excesos de una dictadura.

Descontando las respetables excepciones, el gremio de los artistas e intelectuales cubanos ha sido siempre un semillero de chivatos, traidores y cobardes escudados tras una aparente neutralidad.

La crisis moral y ética los cercó desde la llegada misma de Fidel Castro al poder, y a partir de entonces no han hecho sino dejarse asfixiar progresivamente a cambio de una vivienda, un cargo institucional, viajes académicos, exposiciones en galerías de renombre, contratos con editoriales o disqueras, y bastante infladera, que de eso también viven muchos especímenes.

Poco puede el honroso texto de Joven Cuba contra el cinismo de un tipo como Silvio Rodríguez, ejemplo clarísimo de lo que cabe esperar de las figuras más prestigiosas del panorama artístico cubano. Si lo que a Silvio le importa es la zafra que pueda hacer “el enemigo” gracias a estas farsas judiciales, y no la tragedia de que un adolescente sea condenado a 20 años de cárcel por haber lanzado piedras contra el cristal de una tienda que le recuerda cuán miserables son él y sus padres por no tener dólares, sobran las palabras, los manifiestos y todo lo demás.

Javier Prada : La Habana, 1979. Graduado de Lengua Inglesa por el Instituto Superior Pedagógico “Enrique José Varona”, durante ocho años fue maestro en los niveles de enseñanza Medio y Superior, donde también debió impartir clases de Historia de Cuba debido al déficit de personal docente. Desde 2014 se desempeña como profesor particular de inglés. En su tiempo libre se dedica a la pesca y el dibujo. Actualmente incursiona en la prensa independiente.


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