05.MAY.22 | PostaPorteña 2281

BioNTech reconoce “no poder demostrar” eficacia de la vacuna Pfizer y “su preocupación por los efectos adversos graves”

Por Beatriz Talegón/Sarthou

 

INFORME CONTABLE ANTE COMISIÓN DE BOLSA Y VALORES DE EEUU

 

El informe contable revela las preocupaciones de la compañía que no habían sido conocidas por el público hasta ahora

 

Beatriz Talegón,  Diario16, 25 abril 2022

 

El informe anual que la compañía BionTech ha presentado ante la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos, fechado en el pasado 30 de marzo, revela cuestiones interesantes que tienen que ver con las cuestiones relevantes para los accionistas. Una información que no se ha facilitado de cara a los usuarios.

En el documento, que puede consultarse íntegramente aquí, se señala que BioNTech ni siquiera sabe si podrá llegar a recibir la aprobación permanente para su vacuna de ARNm en la UE, EEUU y otros países porque «quizá nunca se pueda demostrar suficiente eficacia y seguridad a través de estudios».

El informe muestra a la compañía muy dudosa ante el futuro a pesar de haber firmado contratos para la venta de estas vacunas hasta el año 2029.

En la exposición de los factores de riesgo a nivel empresarial, se señalan distintos apartados.

Se indica que los ingresos futuros provenientes de la venta de la vacuna contra la covid «son inciertos» y lo relaciona con una serie de puntos tales como: que los ingresos comerciales informados se basan en estimaciones preliminares de las ventas y los costos de la vacuna y apuntan a que es posible que no puedan demostrar suficientemente eficacia o seguridad de la vacuna así como formulaciones específicas para variantes nuevas.

Además, apuntan que «pueden ocurrir efectos adversos significativos durante nuestros ensayos clínicos o incluso después de recibir la aprobación regulatoria, lo que podría retrasar o terminar los ensayos clínicos, retrasar o impedir la aprobación regulatoria o la aceptación en el mercado de cualquiera de nuestros productos candidatos».

En la página 6 del informe, puede leerse que «Es posible que no podamos demostrar suficiente eficacia o seguridad de nuestra vacuna COVID-19 para obtener la aprobación regulatoria permanente en jurisdicciones donde se autorizó para uso de emergencia o se le otorgó una aprobación de comercialización condicional».

Apuntan que «es posible que los datos posteriores de estos ensayos clínicos no sean tan favorables como los datos que enviamos a las autoridades reguladoras para respaldar nuestras solicitudes de autorización de uso de emergencia,  comercialización o aprobación de comercialización condicional o que surjan inquietudes con respecto a la seguridad de nuestra vacuna contra el COVID-19 para su uso generalizado (…)»

Más adelante, se apunta al hecho que podría darse al descubrirse problemas de seguridad con sus productos, «incluida nuestra vacuna COVID-19» que no se conocían en el momento de la aprobación. Apuntan en este sentido que «los esfuerzos de comercialización de nuestros productos podrían verse afectados negativamente, los productos aprobados podrían perder su aprobación y las ventas podrían suspenderse,  podríamos estar sujetos a reclamaciones de responsabilidad del producto y nuestro negocio y reputación podrían verse seriamente dañados».

Apunta también la compañía que «es posible que no podamos demostrar suficiente eficacia y seguridad de nuestra vacuna Covid-19 para obtener la aprobación regulatoria permanente en las jurisdicciones donde se autorizó para uso de emergencia o se le otorgó una aprobación de comercialización condicional».

El texto también muestra preocupación por los efectos adversos graves que no se detectaron a los que no se les dió la suficiente importancia en las fases iniciales de ensayo de las vacunas. «Por lo tanto, se pudieron observar efectos secundarios y otros problemas con el uso generalizado que no se observaron ni se esperaban, o que no fueron tan comunes o graves durante los ensayos clínicos«.

«Con el uso de una vacuna por parte de una amplia población de pacientes, de vez en cuando pueden ocurrir eventos adversos graves que no ocurrieron en los ensayos clínicos del producto o que inicialmente parecían no estar relacionados con la vacuna en sí y solo se reconocieron a través de información posterior.»

Esto es algo que preocupa a la compañía, especialmente en lo que tiene que ver con su efecto en las ventas: «El descubrimiento posterior de problemas previamente no reconocidos podría afectar negativamente la venta comercial del producto, dar lugar a limitaciones del producto o provocar que el producto sea retirado del mercado».

A lo largo del documento también puede leerse que «la durabilidad de la respuesta inmune generada por nuestra vacuna contra el COVID-19, que aún no ha sido demostrada en ensayos clínicos» es otro factor que preocupa a la compañía.

Un planteamiento que hace ahora dudar de quienes han afirmado lo que la propia compañía productora pone en duda.

Por si estos datos no fueran suficientes para hacer que los inversores se hagan preguntas, hay más:

«Hemos identificado una debilidad material en nuestro control interno sobre los informes financieros en el pasado y podemos identificar debilidades materiales adicionales en el futuro que pueden hacer que no cumplamos con nuestros requisitos de información o cometamos una incorrección material en nuestros estados financieros. Si identificamos nuestras debilidades materiales y no lo solucionamos, es posible que no podamos informar con precisión nuestros resultados financieros o prevenir el fraude«.

 

MENTIRAS Y SUSTOS GLOBALES

 

¿En qué se basaron nuestros gobernantes, nuestras autoridades sanitarias y sus asesores técnicos, para comprar millones de dosis de las “vacunas Covid 19” de Pfizer-BioNTech y “recomendar” (en realidad, imponer por medios directos o indirectos) su aplicación a toda la población, incluidos los niños?

 

Hoenir Sarthou voces  4 mayo 2022

 

La pregunta siempre fue pertinente, pero lo es mucho más desde que un medio de prensa español, “Diario16”, difundió hace pocos días el texto del  informe anual que la empresa BioNTech presentó el pasado 30 de marzo ante la “Comisión de Bolsa y Valores” de los EEUU.

 

El documento, publicado (en esta página de posta) y en inglés por Diario16, el 25 de abril, y reproducido en Uruguay por Montevideo Portal, fue republicado, ahora en castellano, bajo la firma de la periodista Beatriz Talegón, en la edición de “Diario16” del 4 de mayo (disponible hasta el momento en Google).

 

En esencia, el informe, orientado a dar información relevante para los accionistas de la propia empresa, realiza una valoración de su producto “vacuna Covid 19” que contradice todo lo que la misma empresa y su asociada, Pfizer, le habían informado y asegurado al mundo, y muy en particular a la OMS, a la FDA, a los gobiernos adquirentes y a la población mundial. El mensaje para los accionistas tiene tono de preocupación y hasta de fracaso técnico y financiero.

 

“Es posible que no podamos demostrar suficiente eficacia o seguridad de nuestra vacuna COVID-19 para obtener la aprobación regulatoria permanente en jurisdicciones donde se autorizó para uso de emergencia o se le otorgó una aprobación de comercialización condicional.”, dice el informe.

 

Más adelante, reconoce la falsedad o inexactitud de los estudios en base a los cuales solicitó autorización para el uso de emergencia: “Es posible que los datos posteriores de estos ensayos clínicos no sean tan favorables como los datos que enviamos a las autoridades reguladoras para respaldar nuestras solicitudes de autorización de uso de emergencia.”.

 

Finalmente, al considerar las condiciones de seguridad de la vacuna COVID-19, se refiere a problemas “…que no se conocían en el momento de la aprobación… los esfuerzos de comercialización de nuestros productos podrían verse afectados negativamente, los productos aprobados podrían perder su aprobación y las ventas podrían suspenderse, podríamos estar sujetos a reclamaciones de responsabilidad del producto y nuestro negocio y reputación podrían verse seriamente dañados.”.

 

No son necesarios muchos comentarios para entender la situación. Los directivos de BioNTech, una de las dos empresas que conforman “Pfizer- BioNTech” abren el paraguas ante sus accionistas, en un doble sentido. Por un lado, los ponen en conocimiento formal de la falsedad y manipulación de los datos que usaron para conseguir las autorizaciones de uso. Por otro, les advierten que tanto los nuevos ensayos como los resultados reales de la aplicación de la vacuna no demuestran su efectividad y que incluso se registran efectos desconocidos o imprevistos que pueden aparejar demandas e incluso (lo anuncia expresamente más adelante) la imposibilidad de seguir comercializando “el producto”.

 

Es muy significativo que esa información nos llegue por boca de los directivos de la misma empresa, a los que no les tembló el pulso para mentirle al mundo entero, pero no se animan a engañar a sus accionistas.

 

Por si alguien tenía dudas de que el poder y el dinero siempre tuvieron un papel mucho más importante en la pandemia que cualquier cuestión sanitaria.

 

Reitero entonces la pregunta: ¿sobre qué bases nuestras autoridades compraron, recomendaron e inyectaron esas vacunas, incluso a los niños?

 

¿Sobre qué bases las recomendaron los “expertos” científicos asesores? ¿Y en base a qué información los medios de prensa de alcance nacional se dedicaron a publicitarlas acríticamente como gran solución?

 

El informe de BioNTech no ha sido desmentido ni rectificado por nadie, en más de un mes. Nuestras autoridades, nuestro sistema político, el resto de nuestra prensa, ¿lo desconocen?

 

Se nos está debiendo una explicación a todos los uruguayos.

 

A la luz de esta información, no sólo debería suspenderse la vacunación, sino que el Presidente de la República, el Ministro de Salud Pública, y los técnicos que los asesoraron deberían explicar su decisión.

 

 El Parlamento debería intervenir para investigar lo ocurrido. El Poder Judicial debería asegurar las garantías que no dio durante la emergencia sanitaria. Y la prensa debería disculparse y buscar la información que ignoró durante toda la pandemia.

El tema es vital, porque la política de caos global no terminó con la pandemia, sino todo lo contrario.

No sabemos con exactitud lo que nos deparará el futuro en materia sanitaria, financiera, ambiental, energética, comunicacional y hasta de suministros. Pero todos sospechamos que vienen tiempos difíciles.

Por eso es imprescindible el sinceramiento y la revisión pública de lo actuado.

Porque no podemos arriesgarnos a reaccionar otra vez como marionetas ante el próximo “susto global”.


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