05.MAY.22 | PostaPorteña 2281

El conflicto RUSIA-UCRANIA y la NECESIDAD del NUEVO ORDEN MUNDIAL

Por José Eulícer Mosquera Rentería

 

Como dije en un artículo anterior, casi todos los países que integraron la desaparecida Unión Soviética fueron creados por los bolcheviques a partir de la Revolución Socialista de Octubre de 1917. Pues hasta ese momento, esos territorios solo figuraban como posesiones del Imperio Zarista. Sin embargo, algunos grupos étnicos y nacionales no quedaron satisfechos con su ubicación como parte de determinado país. Particularmente, en los casos de Donetsk y Lugansk, Región del Donbass, siempre reclamaron pertenecer a Rusia y no a Ucrania, reclamación que se exacerbó a partir del golpe de estado fascista que promovió el Gobierno de Estados Unidos en Kiev, en el 2014, es cuando estas dos poblaciones mediante referéndum, decidieron separarse de Ucrania, convertirse en Repúblicas Populares e integrarse a la Federación Rusa, al igual que Crimea, Odesa y Járkov.

 

Es importante recordar, que el nazismo/fascismo como corriente política/militar hace presencia en la parte occidental de Ucrania desde la Segunda Guerra Mundial, liderado por un grupo de ucranianos que militaron en el partido de Hitler en Austria y Alemania en los años de 1930, y que luego fueron enviados a la URSS como espías y promotores de esa corriente, reclutando a muchos hombres y mujeres ucranianos que posteriormente se integraron a los ejércitos de Hitler y sirvieron de guías para golpear las infraestructuras vitales de ese país y para eliminar selectivamente grupos poblacionales fieles al bolchevismo y a connotados líderes soviéticos, operaciones con las cuales los ejércitos nazis mataron a más de 20 millones de soviéticos y destruyeron más del 40% de la infraestructura del primer Estado Socialista de la Humanidad.

El grupo nazi de Ucrania, hoy denominado “Ejército de Azov”, lo lideró Stepan Bandera, que había sido condenado por terrorismo, por haber tenido participación en el asesinato del Ministro del Interior de Polonia, Bronislaw Pieracki, en 1934, fue condenado a muerte pero la sentencia fue conmutada por cadena perpetua, y en 1939, tras la invasión de los ejércitos de Alemania a Polonia, Bandera y otros de sus compinches fueron puestos en libertad y se volvió a unir a las tropas nazi-alemanas que continuaban invadiendo Cracovia, para posteriormente regresar a Ucrania.

El objetivo fundamental de los nazi-fascistas ucranianos era separar a Ucrania de la URSS e integrarla a la Alemania nazi como república federada, porque han considera que los ucranianos igual que los alemanes constituyen la pervivencia de la “raza blanca pura o aria” y que los rusos fueron contaminados con la “inferiorizante sangre oriental”. Cuestión que no debe sorprender, dado que el nazismo, el fascismo y el apartheid, son primos hermanos y constituyen la máxima manifestación del racismo, de la discriminación racial y de la antidemocracia, son supremacía racial pura.

Precisamente, seguidores de Bandera -quien murió en Múnich, entonces Alemania Occidental, en 1959- y actuales integrantes del Gobierno Ucraniano, fueron quienes, al disolverse la URSS, derribaron las estatuas de Lenin y de otros héroes ucranianos y soviéticos, para en su lugar colocar la de este ideólogo nazi-fascista y la de otros nazis, en los cuales se inspiran para cometer sus atrocidades contra la población rusa y de ideología socialista.

Es importante anotar, que entre 1935 y 1943, Estados Unidos, Inglaterra y Francia, apoyaban a Hitler, bajo el compromiso secreto que destruyera a la Unión Soviética, por ser el primer Estado Socialista del mundo y para que con sus logros, ejemplo y apoyo material, no influyera en la generación de procesos similares en otras partes del mundo, sin importarles que estuviera exterminando a los judíos, y por orden del gobierno estadounidense la Ford, la General Motors y otras grandes empresas de Norteamérica no solo le construyeron los primeros vehículos militares al gobierno de Hitler, sino que también lo dotaron de la infraestructura necesaria para producirlos, instalándoselas en la propia Alemania.

Solo después que Hitler promueve el fascismo en Italia y España; convierte al régimen militarista del Japón en su más importante aliado del Pacífico; se toma posesiones coloniales del norte de África en alianza con la Italia de Mussolini; ataca e invade a Francia, ataca a Inglaterra y empieza a merodear por las Américas, es cuando entienden que el objetivo irrenunciable de Hitler era dominar y esclavizar al resto de la humanidad, y USA decide participar en la guerra contra la Alemania nazi, atiende la propuesta de la URSS de hacer parte de la alianza militar contra el nazi-fascismo y de las Tropas Aliadas.

Pero Estados Unidos y las potencias colonialistas europeas nunca renunciaron a su aspiración de destruir al primer Estado socialista de la humanidad, y en mayo de 1949 se tomaron la parte occidental de Alemania que ocupaban con sus tropas y crearon la República Federal de Alemania o Alemania Occidental, al tiempo que constituían el bloque militar Organización del Atlántico Norte, OTAN, con el fin de mantener el control de esa parte de Alemania, de detener los avances del socialismo y de la URSS, y de conspirar contra el Campo Socialista que acababa de emerger, según sus estatutos.

En respuesta, la URSS y los líderes socialistas y comunistas de la parte oriental, crean la República Democrática de Alemania, RDA, en octubre de 1949, y los países socialistas de Europa Oriental, liderados por la URSS, en mayo de 1955 crean el Tratado de Amistad, Colaboración y Asistencia Mutua, bloque de cooperación militar denominado, Pacto de Varsovia.

Pues la URSS, hasta última hora se mantuvo fiel al compromiso establecido con los países de las Tropas Aliadas, de que cinco años después de la toma de Berlín, de mayo de 1945, y de haber ayuda a reconstruir Alemania, se citaría a elecciones para que el pueblo alemán restaurara su gobernanza democrática y recuperara su soberanía territorial.

En 1952, la Central de Inteligencia Americana, CIA, crea la Liga Internacional Anticomunista bajo el liderazgo de Chiang Kai-shek, un militar y dictador que gobernó a China con despotismo entre 1928 y 1949, aliado de USA, y que fue derrocado por la insurrección del pueblo chino liderada por Mao Tse-tung y el Partido Comunista de China; y Charles Andrew Willoughby, un general de división del Ejército de los Estados Unidos, de origen alemán, que se desempeñó como jefe de inteligencia del general Douglas MacArthur durante la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea. El objetivo de esa liga ha sido eliminar a los más destacados comunistas/marxistas y cualquier foco de socialismo en el mundo.

Posteriormente, la CIA integra a esta macabra organización a militantes sobrevivientes del nazismo alemán, entre los cuales se contó con Stepan Bandera y Mykola Lebed - de quien ya tenía información que había participado en el asesinato del Ministro del Interior de Polonia en 1934 y que había sido uno de los sádicos utilizados por el nazismo pata torturar y asesinar judíos, polacos y rusos -; y otros integrantes de la Organización Nacionalista Ucraniana.

A finales de los años de 1950, la CIA pone en contacto a los integrantes de esa liga con los nazis alemanes refugiados en América del Sur al final de la Segunda Guerra Mundial, y a partir de ese momento se dedican a asesorar los ejércitos de esos países, a fomentar la represión y el crimen contra las fuerzas de izquierdas, dirigentes populares y sindicalistas, a promover las dictaduras militares y de ultraderecha que se proliferaron hasta los años de 1980.

Esa organización en 1990 cambió su nombre por el de Liga Mundial por la Libertad y la Democracia ( WLFD ), tiene sucursales y representantes en más de 100 países y ocho divisiones regionales, con sede principal en Taipéi, Taiwán, y sucursal principal o sede alterna en New York. 

En los últimos 30 años, la CIA ha integrado a esta organización a líderes políticos ucranianos continuadores del proyecto nazi-fascista de Bandera, tales como: Vitali Volodymyrovych Klitschko, exboxeador profesional y actual alcalde de Kiev, exlíder del bloque ruso fóbico de Petro Poroshenko y ex miembro del Parlamento de Ucrania;

Mikel Saakashvili, jurista georgiano nacionalizado en Ucrania, el tercer presidente de Georgia durante dos mandatos consecutivos, de 2004 a 2013, durante los cuales fomentó conflictos mortales con Rusia, comportamiento que finalmente el pueblo georgiano rechazó y le tocó huir inicialmente hacia Estados Unidos, y entre 2015 y 2016, fue gobernador de Odessa, todo esto maquinado por USA; Petro Oleksiyovych Poroshenko, un empresario y político ucraniano que se desempeñó como quinto presidente de Ucrania, producto del golpe de estado, de 2014 a 2019, se desempeñó como Ministro de Relaciones Exteriores de 2009 a 2010 y como Ministro de Comercio y Desarrollo Económico en 2012; Volodymyr Oleksandrovych Zelenskyy, es el sexto y actual presidente de Ucrania, promovido y respaldado abiertamente por USA, es un actor y comediante, que en los últimos años se movía entre Londres, New York y París; entre otros.

Todos los cuales se apoderaron del patrimonio estatal construido durante la URSS y han saqueado las arcas estatales, guardando la mayor parte de sus fortunas en bancos europeos, de USA y paraísos financieros, mientras sumen al pueblo ucraniano en la pobreza.       

Por otra parte, Henry Kissinger, Consejero y Secretario de Estado de USA entre 1969 y 1977, y quien continuó jugando un papel sumamente transcendental en la geopolítica de occidente, junto a la denominada Escuela de Chicago, desde esas fechas conceptuaron que no solo había que procurar la disolución de la URSS sino también el desmembramiento de Rusia, porque no era conveniente que ese país siguiera disponiendo de tan enorme territorio y sus recursos naturales.

Cuestión que ratificaron después de los sangrientos conflictos interétnicos provocados en la antigua Yugoeslavia, de la invasión de sus territorios y su desmembramiento en siete países, que se ha denominado “balcanización”, que hoy controlan y expolian USA y sus grandes aliados europeos de la OTAN, bajo el pretexto de “prevenir el resurgimiento nazi”.

Todo lo anterior viene a confirmar las nuevas estrategia y táctica desarrolladas por USA después de la Segunda Guerra Mundial y de sus crueles guerras de Corea y contra Vietnam, de provocar odios, desestabilización y enfrentamientos entre grupos de la misma nación o país, y entre vecinos, dividir y desmembrar a los países para desgastarlos y debilitarlos, a objeto de poderlos dominar y expoliar. Cuestión que tiene bien claro Vladimir Putin y que ha demostrado no estar dispuesto a permitir que se haga con su país.

Hay que reconocer que Putin fue prudente en el manejo de las relaciones de Rusia con Ucrania, pues, cuando los líderes de la Región del Donbass, después del sangriento golpe de estado fascista promovido por el Gobierno USA en 2014, decidieron separarse de Ucrania y solicitaron su reconocimiento y adhesión a la Federación Rusa, les dijo que no lo consideraba conveniente porque podía llevar a un conflicto mortal con Ucrania y que consideraba mejor que continuaran haciendo parte de Ucrania como territorios autónomos, para lo cual se propuso como mediador en una posible negociación y en efecto, se convocaron las Negociaciones de Minsk, de donde salió un acuerdo donde el Gobierno de Ucrania se comprometió a aceptar esta propuesta autonómica, que no cumplió, y al contrario, intensificó las incursiones criminales de las bandas fascistas, los bombardeos sistemáticos de su y permanentes de su ejército sobre las poblaciones de habla y cultura rusas del Donbass, con misiles y otras armas pesadas, al tiempo que se les exige a los moradores que emigren hacia Rusia, es decir, que desocupen sus territorios históricos, en otras palabras, desplazamiento forzado.

Las permanentes agresiones, masacres y violaciones del Ejército de Ucrania y de sus bandas fascistas conllevaron, a que los líderes de la Región del Donbass crearan su grupo armado de autodefensa que hoy actúa conjuntamente con las tropas del Ejército de Rusia.

Como producto de los bombardeos e incursiones armadas, y de las permanentes violaciones a las mujeres por parte de las bandas fascistas, de 2014 a la fecha han muerto más de 15 mil personas, incluidos centenares de niños, de raíces rusas y se ha refugiado en Rusia cerca del 20% de la población del Donbass, según denuncias de sus gobiernos y registros de Naciones Unidas.

La mayoría de estas atrocidades las han gravado periodistas independientes que las han presenciado, y las han remitido a la ONU, ya que los grandes medios occidentales se niegan a transmitirlas. Sin embargo, este organismo tampoco hace nada al respecto, solo está presto a publicar lo que direccionen USA, la OTAN y el gobierno fascista de Ucrania, y sobre esta base se promueven sanciones contra Rusia. Comportamientos que pueden conducir a una Tercera Guerra Mundial, que pondría en riesgo la supervivencia de la humanidad.

Frente a esta difícil situación y a pedido de la absoluta mayoría del pueblo ruso, del Partido Comunista de Rusia y de su ejército, Putin el pasado mes de febrero reconoció a las repúblicas populares del Donbass y se comprometió con sus líderes ayudárselas a limpiar de las bandas nazis-fascistas del Ejército de Ucrania.

Sin embargo, como desde Kiev han continuado enviando refuerzos, abasteciendo a esas bandas, y bombardeando con cohetes facilitados por Estados Unidos y la OTAN – que incluye numerosos asesores militares - e incursionando contra la población civil del Donbass, al Ejército de Rusia le ha tocado proceder a golpear militarmente a Kiev y otras ciudades desde donde disparan e incursionan.

En relación con este conflicto, vienen jugando un papel demasiado nefasto los grandes medios hegemónicos de información al servicio de los intereses imperialistas de Estados Unidos y las potencias colonialistas europeas. Pues, mientras esos países bloquean y silencian a los medios rusos y de periodistas independientes e imparciales, de diferentes nacionalidades, a la vez manipulan y tergiversan la información relacionada con el conflicto a favor de Ucrania y los intereses de los miembros de la OTAN.

Por ejemplo:

1. Recién inició la operación de las tropas rusas, un tanque ucraniano persigue y aplasta un automóvil que conducía un empresario ruso. Sin embargo, lo hacen pasar como una acción cometida por miembros del Ejército de Rusia contra un ucraniano.

 2  Muchos de los edificios y unidades residenciales que muestran en escombro, han sido bombardeados por el Ejército de Ucrania y sus bandas fascistas desde 2014, pero los presentan como si fueran producto de ataques indiscriminados contra la población civil de parte de las tropas rusas.

3 Las bandas fascistas de Ucrania vienen utilizando a la población civil como escudos humanos en sus combates con tropas rusas, y una de las modalidades es amarrar a personas de raíces rusas y gitanas a postes y árboles alrededor de la zona donde se atrincheran a dispararles. Como es de esperarse, mucha de estas gentes mueren en medio del fuego cruzado o porque sus cuerpos colapsan después de muchas horas de sometimiento a estas difíciles e inhumanas condiciones, y sus cadáveres son diseminados por las bandas fascistas ucranianas y bajo la orientación del comediante Zelensky, por las calles de los poblados que van abandonando las tropas rusas, para luego convocar a representantes de los grandes medios occidentales y de la ONU, para que lo publiciten como atrocidades y crímenes de lesa humanidad cometidos por las tropas rusas, y justificar sanciones contra Rusia, como ocurrió la semana pasada con su expulsión del Comité de Derechos Humanos de la ONU.

 4 Difunden entrevistas a mujeres ucranianas que dicen haber sido violadas por militares rusos, pero no las múltiples violaciones que vienen cometiendo desde hace más de ocho años los integrantes de las bandas fascistas contra mujeres rusas. Para poner algunos ejemplos.

Es posible que ambos bandos vengan cometiendo delitos y crímenes de lesa humanidad, pero lo honesto es denunciarlos y condenarlos todos, como se debe condenar a toda guerra o conflicto armado, porque constituyen actos inhumanos y de crueldad. De allí, la necesidad que las diferencias y disputas entre pueblos y países se resuelvan a través de negociaciones y en ambientes de respeto al derecho humanitario, a la autodeterminación y la coexistencia pacífica.

Por otra parte, USA, quien provocó el sangriento golpe de estado de 2014 en Ucrania y el actual conflicto con Rusia, conjuntamente con sus grandes aliados de la OTAN, al tiempo que le entregan más y más armamentos a Ucrania y la incitan a confrontar a Rusia, recurren a más y más sanciones políticas,  económicas y comerciales con el objeto de asfixiarla, llegando hasta la confiscación de sus reservas internacionales de más de 600.000 millones de dólares, la expropiación y confiscación de sucursales de sus empresas; al bloqueo de sus empresas y de la comercialización de sus productos, en especial sus combustibles fósiles.

Lo cual ha llevado a que Rusia estreche y amplíe cada día más sus relaciones con China, India e Irán, y con unos 130 países más que contemplan aproximadamente el 40% de la población mundial, redireccionando su comercio y hasta establecimiento nuevos mecanismos y sistemas de pagos basados en el rublo y en el yuan, dejando de lado el sistema impuesto por Estados Unidos basado en el dólar y según el cual, de toda transacción internacional se le debe pagar un porcentaje sobre su monto por el uso de su moneda, lo cual constituye una forma de expoliación permanente sobre los demás pueblos y países del mundo.  

Frente a la estrategia opresora del imperialismo USA y de sus aliados de Europa Occidental, los últimos acontecimientos conflictivos, la frecuente aparición de pandemias virales como la covid 19 y la grave situación humanitaria que está viviendo la mayoría de pueblos del mundo, se hace urgente transitar hacia un sistema socioeconómico y un nuevo ordenamiento internacional basados en la solidaridad, el beneficio mutuo, la autodeterminación, la coexistencia pacífica y sin hegemonismos. Realidad que a su vez exige la refundación de la Organización de Naciones Unidas, como lo propuso en gran Muhammad Gadafi y por lo cual fue vilmente asesinado, masacrado y destruido su país por Estados Unidos y sus aliados mayores de la OTAN.

En relación con este conflicto, el papel que debería estar jugando la ONU es de mediar, a objeto de pararlo y que las partes lleguen a acuerdos justos que garanticen la convivencia pacífica, no de andarse parcializando con una parte y produciendo condenas, sanciones y expulsiones contra la otra, que en realidad no fue quien inició el conflicto armado. Pues así la ONU da la sensación de que se ha convertido en un organismo subordinado a los intereses de Estados Unidos y de la OTAN.

De hecho, con las respuestas que vienen dando Rusia y China a los ataques y sanciones de Estados Unidos y sus socios mayores de la OTAN, se está acelerando el advenimiento de ese nuevo ordenamiento mundial, lo cual multiplica la desesperación de la bestia imperial llevándola a promover más y más conflictos, como el de Ucrania, Taiwán, Yemen y los de Oriente Medio, que ponen en riesgo la pervivencia de la humanidad.

Como han dicho varios habitantes de las zonas bombardeadas e involucradas en el conflicto en Ucrania, entrevistadas por diferentes medios: “Durantela  existencia de la Unión Soviética todo anduvo muy bien entre nosotros, nos tratábamos con cariño de hermanos y nos asegurábamos muy buenos niveles de vida para todos, en un ambiente de solidaridad y convivencia pacífica, pero tan pronto se disolvió la URSS, todo ha sido odio, crueldad y sufrimientos”

 

Por: José Eulícer Mosquera Rentería

AZABACHE, abril de 2022-  Boletín Ideoteórico del Centro de Estudios e Investigaciones Sociales Afrocolombianas, CEISAFROCOL, Medellín, Antioquia, COLOMBIA


Comunicate