18.MAY.22 | PostaPorteña 2284

Tiempos de dolor; tiempos de aprendizajes… Memoria que fogonea el ¡”NUNCA MÁS”!

Por Álvaro Jaume

 

                                                            (I) 

                   

Eran los finales de 1975 Decenas de rostros femeninos y masculinos poblábamos el cuartel Boiso Lanza, de la Fuerza Aérea. Ya no me aturdían los gritos enardecidos de milicos ni los interminables ladridos de perros. El mes y medio de tortura permanente, de “perrera”, había quedado atrás. Aún incomunicado, mi nuevo “hábitat” eran los oscuros calabozos del fondo, tan pegados a la vía del tren, que en nuestros desvaríos, temíamos amanecer aplastados.

 

A pesar de la soledad propia de un calabozo individual, me sentía feliz de escuchar voces humanas, voces compañeras. Aquel inimaginable suplicio que me había costado 30 kilos de menos, negruras, quemaduras y mataduras por todo el  cuerpo, estaba momentáneamente detenido. Me rodeaban cros. del "MM"(movimiento marxista),en particular Julio Louis, para mí  el” flaco”.

 En tanto yo pertenecía a otro grupo político(los GAU, Grupos de Acción Unificadora) incluso desconocía su apodo de la clandestinidad. Pues bien, ese flaco, profe de historia, ese compañerazo, un verdadero “necio” según palabras de Silvio Rodríguez en su canción, hoy ya no está más físicamente entre nosotros,… ¡pero si lo seguirá estando entre los vaivenes de tantos y tantos recuerdos!

 

 Y en uno de esos calurosos días de diciembre, cae a mis manos un libro que resultó clave para el resto de mis días: EL PAÍS DE LAS SOMBRAS LARGAS, del suizo Hans Ruesch. Describe la vida de los esquimales. Cómo viven en medio de la nieve, de las inclemencias climáticas más increíbles, comiendo carne podrida, viviendo en colectividad, y sobretodo sin temor a la muerte. Privilegiando el PARA QUÉ se vive, y no CUANTO se vive.

 

¡Si me habrá ayudado ese “librito” a combatir mis miedos, mis cobardías, mis debilidades! Especialmente por la situación en que me encontraba.

Con su lectura, vine a confirmar una de mis más acendradas convicciones: de que el dolor, la capacidad de “bancaje” físico, en general los hábitos y costumbres, y en particular la forma de encarar la muerte, son construcciones culturales que nos determinan visceralmente.

En la novela, la figura de la abuela de la familia de los protagonistas, deja esto bien en claro: cuando ya no tiene más dientes, cuando ya su vida amenaza ser un estorbo para la comunidad familiar, se interna en el mar  y se auto elimina .¡Qué mejor ejemplo de que no es cuestión de vivir a cualquier precio!...tal como se pregona en esta sociedad posmoderna, individualista, blanda, consumista, y adicta a la comodidad.

 

 Ni qué hablar de que en aquellos tiempos sesentistas, por naturaleza subversivos, en los que hacer LA REVOLUCIÓN era nuestro emblema de vida, semejante percepción o definición debería haber estado clara….por algo habíamos sido formados políticamente con la inolvidable consigna histórica: ¡más vale morir de pie que vivir de rodillas!

Y varios de nosotros, que jamás olvidaremos, si habrán cumplido con ella. ¡Cumplieron con creces!

 

Hoy, a  casi  50 años de aquellos heroicos días de lucha, cada uno podrá  hacer su  propio balance de cómo supimos o  pudimos resolver ese dilema tan tiránico entre instinto de supervivencia y la coherencia con principios e ideales de vida, de lucha por un MUNDO NUEVO y no solo “MEJOR”(como se acostumbra decir en esta época).

Lo cierto es que cuando el 13 de marzo del 2020 se declara la “pandemia” y se paraliza el planeta entero como nunca antes en la historia de la humanidad, lo que acabo de relatar me marcó el camino presente: ni burbujas convertidas en solitarios calabozos, ni mascarillas convertidas en capuchas, ni miedos convertidos en parálisis, ni vidas convertidas en muertes anticipadas.

¡Una vez más era cuestión de decirle NO al plan político de los poderosos!

 

Y junto al núcleo duro de estos pagos canarios, arrancamos a todo trapo con la OLLA POPULAR de Toledo!!

Porque justamente oriundo de Toledo lo era Hugo Méndez, el “Negro”, con quien compartimos no solo la misma organización política(los GAU),sino largas y difíciles horas de clandestinidad, y quien fuera asesinado en Argentina en el año 1976

En su homenaje-¡Qué Mejor!-fue que le salimos al cruce a la peor pandemia de todas: al hambre, la discriminación y la exclusión social…

Olla que se coinvirtió en “territorio liberado” de miedos e insolidaridades, que gestó cercanía humana en lugar de “distanciamiento físico social”, que sigue en pie(vamos para el tercer año) y que éste último 1º. de mayo, en homenaje a los tantísimos mártires trabajadores como el “Negro”, congregó más de un centenar de “vulnerables”(¡tá tan de moda decirlo así!) toledanos, coreando:

¡ARRIBA LOS QUE LUCHAN!

 

                                                           (II)

 

Transcurrían prácticamente dos meses de máquina. Además de la golpiza y el vapuleo generalizado (picana, submarino, “potro”, y una larga lista de “chiches”…) como era obvio, permanecía absolutamente aislado e incomunicado.

Exactamente era el 11 de octubre de 1975.Se abre la puerta de mi calabozo en el Boiso Lanza, y un oficial del TAC (tropa aérea de combate/fuerza especial preparada para la contrainsurgencia) con lacónica voz me ordena: “prepárese que tiene una visita. Lo van a dejar ir al baño a higienizarse”…

.No salía de mi asombro y perplejidad. ¿Visita? ¿Visita a mí, de quién? Si estaba en pleno proceso de tortura, sin conexión alguna con el mundo exterior. El duelo era total entre “ellos” y yo, ellos apostando a quebrarme, yo a joderlos con cero información ¿Entonces, qué significaba esto?

Además, ¿higienizarme? ¿Emprolijarme?

Hecho pelota como estaba, tal como lo describí en el punto(I),¿qué podía mejorar de mi aspecto o mi vestimenta, si entre barba y ropa con olor a perrera y rastros de sangre, no tenía escapatoria?? .Sencillamente, entre tensión nerviosa y curiosidad, quedé a la espera.

Sentado en el camastro…Pasaban los minutos, y la intriga me carcomía. Sin lugar a dudas situaciones nada aptas para cardíacos…pero mis 25 “pirulos” jugaban a mi favor!!

Llegó el traslado. Un despliegue inusitado. Varios oficiales del TAC rodeándome, más un pelotón de soldados, poco menos como si fuera el peor de los talibanes, todo ese dispositivo para conducirme al sector de administración del cuartel.

 Hasta allí me llevaron con capucha y esposado con las manos hacia atrás. Una vez en la “oficina”, que por lo que pude apreciar en ese momento solo contaba con un escritorio de hierro, me liberan la visual, me esposan hacia adelante, y quienes me esperaban?

 Dos oficiales que eran como mi sombra diabólica; que habían estado en el operativo de mi detención, que jamás faltaron a una sola sesión de tortura, que destilaban sadismo y neurosis anticomunista, los tenientes Fresia y Urban.

Ambos tan retorcidos y maquiavélicos que siempre me pregunté si serían o no seres humanos…Bien ,allí estaban estos dos señoritos estudiándome, gozando porque captaban hasta qué punto estaba intrigado de quien me visitaría, y sin perder detalle de todos mis gestos y movimientos. ¡La pulseada era indiscutible!

 

Pasaban los minutos y la tensión iba en aumento hasta que de pronto se abre la puerta y: ¿quién aparece también rodeado de milicos? Nada más ni nada menos que EDUARDO, el primero de nuestros hijos, con apenas TRES AÑOS!!

Confieso que hasta el día de hoy, sigue siendo uno de los mayores impactos que recibí en mi vida. Por dentro me corrían todos los escalofríos inimaginables, pero por el propio Eduardo y por estos hijos de “la madre” que precisamente buscaban mi destrucción emocional, no podía dejar traslucir la menor señal de debilidad o desesperación. Lo que allí ocurrió en esos escasos minutos en que el pichón y yo estuvimos juntos, enseguida lo comprenderán cuando lean lo que al día siguiente, ya solo en el calabozo y antes de volver a la “perrera”, escribí.

 Tan solo les adelanto el final: ya sin Eduardo ,se lo habían vuelto a llevar, me encara el Teniente  Urban  y literalmente me dice: ”Bueno hijo de puta, se te acabó!! Nos venís cagando a mentiras. De aquí en más si querés volver a  ver algún día tú hijo, hablás o hablás...Esta noche nos vemos en la perrera!” ….Y así fue!! Yo no contesté nada. Contenía el dolor y empezaba a prepararme para la batalla que se avecinaba.

 

 Transcribo textual lo que escribí al día siguiente, después de la fenomenal paliza que me dieron esa noche. Con una salvedad: en aquel entonces,  lo hice con un lenguaje lo suficientemente encubierto como para que sorteara la censura del cuartel, ya que una vez levantada la incomunicación, al cabo de tres meses, se lo entregué a Magola en una tarjeta con un dibujo que intentaba representar al papi con su pibe.

 Aquí va:

“Eduardo: ayer te vi. Dos meses de distancia. Allí estabas con tus enormes y diminutos años. Me miraste; estabas temeroso…Parecías hombre. ¿Qué pensarías adentro tuyo? Qué mundo el tuyo y qué sentimientos se agolparían después de tantos días separados?...Jamás podré convertir en palabras lo que sentí al verte .De los impactos más grandes de mi vida. Había temido no verte más…Y allí estabas…Se me anudó la garganta; el llanto casi pudo más! En segundos alegría y tristeza se confundieron en una simbiosis infinita….Conversamos. Me mirabas serio; preguntabas. Palpé tú esfuerzo por comprender quizás lo incomprensible, lo indescifrable. No ha sido esta una experiencia más. Nunca como allí te sentí tan mío; me sentí tan tuyo. Hasta donde había llegado a quererte….Recién lo comprendía. La trascendencia de nuestra pareja se hacía vida en ti. Hablamos de Diego. Me sentí profundamente padre.

Hablamos de Mami…Maternidad y paternidad conjugadas en seres como vos y Diego….Eduardo, al cabo de unos minutos nos separamos. Ya en el calabozo me invadió el llanto. Hijo, me cubrí de amargura sintiéndome responsable de ese sufrimiento que trasuntaban tus ojos, tú mirada.

¡Tan solo EN TUS TRES AÑOS!!¿Había derecho? Para calmar mi desesperación pensé que la vida depara sus sorpresas y quizás algún día pudieses perdonarme comprendiendo LA RAZÓN DE LA SINRAZÓN, el porqué de un camino que sabe de muchos tragos amargos. Mientras escribo con la angustia brotando desde cada poro de la piel, añoro el día que te acerques a leer estas líneas. Ahora me apronto como nunca para ¡SEGUIR LUCHANDO POR TI Y JUNTO A TI!!” 

Y así fue ¡Una lucha sin treguas!

Hoy releo lo escrito en aquella instancia, y nuevamente me emociono, me conmuevo hasta los huesos, y ya con Eduardo rayando sus 50,y viendo al mundo como está, tan lejos de una revolución social emancipadora, me pregunto:¿VALIÓ LA PENA?

La respuesta está en el sentir profundo de cada uno de nosotros. Al menos para mí :¡SI HABRÁ VALIDO LA PENA!!

 

No sé si serán pocos o muchos los arrepentidos o renunciantes, dejando de lado a los traidores de ayer y de hoy, pero sin lugar a dudas aún quedamos necios que dormimos con la conciencia tranquila, que seguimos “CREYENDO EN LA LOCURA”, en que “TODO CAMBIA”, y que VALE LA PENA VIVIR SOÑANDO CON UN MUNDO SIN EXPLOTADOS NI EXPLOTADORES!!

 

Los Urban o los Fresia podrán transitar las calles de Medellín o Montevideo; cientos o miles de ellos, gozando de la impunidad que ha reinado en nuestro querido “paisito”, podrán andar sueltos y creerse libres, pero dudo mucho que puedan dormir tranquilos.

En cambio los que descansan en paz pero están más presentes que nunca, son los queridos Tambero (Jorge Z) y la “Negra”(Xenia I.) …

Mis mejores recuerdos para con los dos: por todo lo que vivimos juntos en muchos territorios o escenarios de lucha; por todo lo vivido aquí en este pedazo de tierra canario bautizado “La Chacra”; y por sobre todas las cosas, por la coherencia de  vida  y la entrega militante por la causa de los pueblos.

¡Salud ambos!, Nada ha sido en vano. Son memoria viva y son fuerza para que otros tantos continuemos recorriendo el camino del ¡NUNCA MÁS!

 

Álvaro Jaume 

La Chacra, 8 de mayo 2022   


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