25.MAY.22 | PostaPorteña 2285

MENSAJE A LOS QUE ENFRENTARON LAS MEDIDAS PANDÉMICAS

Por Marcelo Marchese

 

Quienes hemos levantado la voz para enfrentar las medidas que con excusa sanitaria socavaban nuestras libertades, hubimos de pasar una prueba de fuego: fuimos tildados de conspiranoicos, negacionistas, nazis, antivacunas, delirantes y otras lindezas.

 

Marcelo Marchese 19 mayo 2022 UyPress

 

Hemos perdido amistades, espacios radiales y televisivos, algunos hemos perdido nuestros trabajos, otros se han tenido que vacunar a la fuerza, se nos ha censurado a mansalva y cayó el peso de la condena social sobre nosotros, y sin embargo, todo aquello que no mata, fortalece, y las denuncias que en su momento hicimos, luego se comprobaron verdaderas.

 

Dijimos que una cosa era morir con coronavirus y otra por coronavirus, y el Ministerio de Salud Pública terminó dándonos la razón.

Dijimos que el PCR era un test inadecuado para detectar el virus, y se terminó asumiendo que daba resultados erróneos.

Dijimos que los encierros masivos iban a generar atroces consecuencias económicas, sociales y psicológicas, y la realidad nos ha dado la razón en toda la regla: aumento de los suicidios de jóvenes, perjuicios severos en la educación, niños que han sido aterrorizados, ancianos que fueron recluidos y sometidos, una democracia que llegó a su nivel más ínfimo de expresión y un aumento del costo de vida que, sumado a los millones de desocupados, amenazan generar una explosión social.

 Dijimos que la vacuna de Pfizer era dudosa, pues si llegaba por contrato secreto había que desconfiar de ella, si te hacían firmar que limitarías tu acceso a la justicia había que dudar de ella, y si venía a caballo de una operación, la más fraudulenta de la Historia, había sobrados motivos para dudar de ella, y hoy es el día que la mismísima Pfizer reconoce ante sus accionistas que la vacuna fue ineficiente, que generó efectos adversos y que se le mintió olímpicamente a los gobiernos para que la adoptaran.

Si miramos hacia el 13 de marzo del 2020, tenemos las ideas más claras, somos muchos más y salimos fortalecidos, pues nuestras predicciones fueron acertadas.

En ocasiones, la ausencia de metas claras hace que un colectivo se vuelva hacia sí mismo en conductas autodestructivas. Pensamos que la "pandemia" no terminó, desde que lo que importa son las políticas pandémicas y el espacio que ha ganado el autoritarismo y la economía digital en nuestras sociedades.

Se pretende imponer un nuevo orden social, y para impedirlo nos parece necesario dar una serie de batallas.

 

1- El contrato secreto con Pfizer continúa secreto, y ese contrato es un cáncer en el cuerpo de la República. La lógica de la empresa privada no puede prosperar sobre la lógica del beneficio común, y una democracia representativa no puede tolerar que sus representantes firmen condiciones y obligaciones secretas.

2- Los organismos internacionales negocian mandatar a la OMS para desembarcar con sus políticas, en caso de emergencia sanitaria, sin la necesidad de la anuencia de las autoridades nacionales. Tal como en el caso del contrato secreto con Pfizer, UPM y Katoen Natie, se pretende erosionar las soberanías nacionales en aras de la creación de un gobierno global.

3- El reconocimiento de Pfizer de que fraguó la información sobre su vacuna para que los gobiernos la adoptaran, no ha generado una disculpa pública por parte de los gobiernos, y tampoco ha generado el inmediato congelamiento del proceso de vacunación hasta que se evalúe la conveniencia de seguir o no este misterioso tratamiento médico.

4- La censura se impone en el mundo en un proceso que viene de larga data y desde antes de la creación de los organismos dedicados a chequear "la información verdadera". La censura se ha venido imponiendo desde que se instala la corrección política y desde que se premian los discursos que promociona la corrección política. El mecanismo de la censura es un mecanismo perverso: cuando uno empieza a reprimir lo que dice, termina reprimiendo lo que piensa. La censura se impuso siempre que fue necesario acallar la verdad, pues la verdad no precisa de la censura: le alcanza con presentarse sin raros artificios.

5- Los dos años de encierro y esta guerra extraña, han generado una acelerada suba de los precios de los alimentos, que aumentaron un 37% a nivel global desde el inicio de la pandemia. Estos precios, así como el precio de los fertilizantes y de la energía, seguirán aumentando, lo que nos lleva a considerar que la hambruna inminente forma parte de una estrategia del caos, que ante el hartazgo de guerras, hambre, epidemias y catástrofes climáticas, la gente se harte y exija orden, que no sería otra cosa que un nuevo ordenamiento político global, con menos libertades y menos control sobre la autoridad por parte de las poblaciones.

6- A medida que las religiones del pasado se marchan en retirada, se instaura una nueva fe, una confianza ciega en la verdad de los técnicos, la voz de la sacrosanta ciencia infalible. El conocimiento necesita de preguntas, de debates, de libertad de opinión para llegar a las necesarias certezas, y en la ciencia, como en los demás ámbitos, existe una lucha de ideas que tiene, como todo en este mundo, variadas influencias, incluyendo influencias financieras. Existen muchas formas de conocer y ante esa cosa en ocasiones elusiva que es la verdad, pensamos que ninguna sería desechable a priori, pero esos saberes debemos abordarlos sin sacrificar el sentido común que hace que la vida tenga sentido.

 

Asistimos a un nuevo tipo de guerra, una guerra que opera en las mentes. Es necesario estar despiertos, seguir informándose y debatiendo. No es momento de desesperar sino de ver con esperanza el futuro. Después de todo, siempre que una verdad ha sido dicha fue perseguida, arrojada al potro de tormento y a la hoguera, pero tarde o temprano se labró su camino entre los hombres. Esa ha sido la constante de la Historia humana y nada indica que eso cambie jamás.

Vaya nuestro abrazo y nuestro compromiso con el hombre para todos, y especialmente, para los que no han temido las consecuencias de animarse a pensar con sus propias cabezas.


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