28.MAY.22 | PostaPorteña 2286

EL PASADO ES UNA ILUSIÓN (LA VIOLACIÓN DE DERECHOS CONTINÚA)

Por Marcelo Marchese

 

He visto que se discute el número de desaparecidos en Uruguay. Ese número no sólo es correcto, sino que implicó un gran trabajo poder construirlo en plena dictadura.

 

Marcelo Marchese - UyPress -25/05/22

 

Los beneficios de la desaparición forzada los descubrió el simpático ejército francés en una de sus guerras coloniales: no entregar el cuerpo del asesinado generaba en la familia un efecto devastador. Luego los norteamericanos tomaron la brillante idea y se la pasaron a los ejércitos latinoamericanos que la aplicaron con buen método en los años setenta. Hay desaparecidos en toda América Latina.

 

Hay un segundo motivo por el cual no entregaban a los familiares los cuerpos de los asesinados, y es que esos cuerpos estaban deshechos. Llegaron incluso a castrar gente.

No quedaba muy prolijo dejar una prueba del sadismo a cargo de Los Guardianes del Orden.

Hay gente que discute si hubo violaciones y castraciones durante la dictadura, pues por cuestiones internas de esas personas, por una elemental economía psíquica, necesitan negar la verdad, algo para nada inusual, y en un plano u otro, a todos nos pasa: la mente busca un equilibrio y sólo ve las verdades que le conviene ver.

 

Esto nos lleva a otra verdad, y es que las violaciones de nuestros derechos se siguen perpetrando, sólo que de forma más eficiente y masiva que en la década de los setenta.

Antes de la pandemia se violaban nuestros derechos a troche y moche, pero las medidas pandémicas fueron la apoteosis de la violación de derechos en la Historia: se violó el derecho al trabajo, a la educación, a la salud, a la movilidad y se violó el derecho a hablar y a pensar, con miles de artículos, videos y personas censurados a nivel global.

Algunos, como el presidente Magafuli de Tanzania, murieron de forma misteriosa. Hay cuatro personas presas en Uruguay por resistirse a la policía cuando los quiso expulsar de una plaza. Muy dudoso episodio. Es bueno recordarlo, no se podía ir a plazas ni se podía bajar a la playa, amén de que no podíamos ir a bailes, recitales, teatros y en suma, no podíamos hacer nada que significara contacto humano.

Pero esto no es todo.

Luego de aterrorizar a la población, vino la vacuna salvadora. Lamentablemente, fue cualquier cosa menos una vacuna salvadora. El día previo al inicio de la vacunación hubo dos muertos, supuestamente "por covid".

Fue empezar a vacunar, y arreciaron las muertes, y sin embargo ¿qué se nos dice?

Que las vacunas nos salvaron. Los violadores de nuestros derechos violan nuestro derecho a la verdad y nos mienten a cara de perro, dando vuelta la verdad como si fuera una media. Los datos están ahí, pero insisten.

Podría seguir con la violación de derechos.

El derecho a saber es violado día a día en tanto permanece secreto el contrato para la vacuna ¿A qué cuernos nos compromete ese contrato? ¿Cuánto pagaremos, ante la hambruna inminente, por las dichosas vacunas inservibles? ¿Qué sucederá a partir de la propia confesión de Pfizer ante sus accionistas de que le mintieron al mundo entero?

Así que hay dos maneras de concebir las violaciones de derechos en las dictaduras.

Haciendo como que fue una cosa del pasado, pero que ahora somos gentes razonables que no dejaremos que tamañas barbaridades vuelvan a ocurrir; o encarar la continuidad de la violación de derechos por más terrible que sea en un principio asumir la verdad.

La primera medida es un maldecir las violaciones de derechos del pasado para permitir de manera más eficiente que se violen los derechos en el presente.

A esta condena se suben incluso los que justifican la tortura en Palestina y la venta de córneas de presos palestinos. Nada más vamos a agregar sobre este asunto.

La segunda medida significa defender en verdad nuestros derechos y defenderlos ahora mismo, cuando se nos está amenazando con acentuar la violación de nuestros derechos.

La primera medida responsabiliza al Estado de la violación de los derechos. Sí, desde los Estados se persiguió y se torturó, pero pregunto ¿quién le enseñó a esos Estados a perseguir y torturar? ¿Quién decidió en verdad que hubiera dictaduras en todo el continente al mismo tiempo? ¿Cada uno de los Estados, independientemente?

Vamos, ya estamos grandecitos ¿Me van a decir que fue nuestro Estado, y el resto de los Estados del mundo los que decidieron al mismo tiempo, independientemente, las nefastas políticas pandémicas que nos llevarán a una hambruna de proporciones bíblicas?

No son los Estados los que deciden nada de esto, sólo son los instrumentos que aplican, unos más y otros menos, las políticas diseñadas por otros que usan de los organismos internacionales para propulsarlas.

Ahora mismo se empieza a negociar, para resolver en el 2024, mandatar a la OMS a aplicar sus políticas en los territorios sin la anuencia de los Estados. Esto significa, con toda evidencia, que los Estados son barreras que los que aplican las políticas mundiales quieren destruir.

Precisamente como esa es una parte del plan global, inventaron el concepto "derechos humanos".

No hay ningún derecho humano, lo que hay, son derechos constitucionales, y para aprobar las constituciones, se requiere del voto popular. De lo que se trata es de arrasar con las constituciones para establecer un gobierno mundial, y de lo que se trata, por nuestro lado, es de defender lo que los violadores de nuestros derechos quieren arrasar.

Ya los ves, la maquinaria estatal se retrajo durante la pandemia ¿No es obvio cuál es el plan? Sistemáticamente destruyen la educación pública y la salud pública, en tanto tercerizan una y otra función de nuestro Banco República. Si querés imponer una dictadura global, tenés que barrer con los poderes locales y tenés que destruir todas las construcciones culturales regionales.

De eso se trata y hay que estar muy atentos, no sólo con los que tienen puestas orejeras para sólo mirar el pasado y pedir alegremente que nos encierren en el presente, sino incluso con los que se opusieron a que nos encierren en el presente pero propugnan la eliminación de los Estados y sus constituciones, como pretende la OMS y los que usan a la OMS como instrumento.

Hay muchas cosas sobre las cuales dudar en este mundo.

Una de ellas es la histeria de los ciegos que nos acusaron de conspiranoicos cuando denunciábamos las torturas atroces en la dictadura y cuando denunciamos que la pandemia es un capítulo de un golpe de Estado global.

Otra es la noción de pasado y futuro, cuando el pasado y el futuro son cosas que construimos a nuestra conveniencia. No existe ni pasado ni futuro. Sólo existe un presente eterno.

Otra cosa sobre la cual dudar es la noción de que vos sos una cosa y yo soy otra cosa. Sí y no. Por la parte del no, somos la misma cosa, y lo que te pase a vos me pasará a mí, pero la cosa más importante sobre la cuál dudar es la noción de que somos una peste sobre el planeta y que lo vamos a destruir. No vamos a destruir ningún planeta ni somos ninguna peste. Somos la creación más compleja de la Naturaleza, y precisamente por nuestra complejidad se cierne una gran amenaza sobre nosotros. Alguien pretende quedarse con todo, y el que pretende quedarse con todo, nos llena de culpas para disminuir nuestro poder.

Este es el problema, el problema del poder.

Los que pretenden quedarse con todo son muy pocos, con una buena cantidad de empleados a su servicio. Del otro lado somos ocho mil millones.

Nos dominan pues controlan nuestras mentes. Apenas nos liberemos de sus engaños, las cadenas saltarán por los aires.


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