05.JUN.22 | PostaPorteña 2288

Postalinas

Por posta

 

Comentario: El Enfriamiento Global Es Una Realidad Científica

 

Entiendo el punto de vista del artículo Pero se equivoca al considerar que el calentamiento global significa calentamiento del planeta cuando en realidad solo se refiere al calentamiento de la atmósfera

Fernando Gadea

La nota aquí

http://infoposta.com.ar/notas/12457/el-enfriamiento-global-es-una-realidad-cient%C3%ADfica/

 

 

Bajo el poncho de Raúl Sendic

 

El poncho que usaba Raúl Sendic irá a un museo

 

Se nos han ido físicamente en estos años muchos queridos compañeros. Voy a concentrarme en tres de ellos con quienes me unen lazos que no desparecen con el tiempo, ni con la muerte.

Porque anduvimos mucho tiempo tratando de esquivar a la muerte y años quizás, tratando de que esa muerte viniera a buscarnos para romper la angustia de una existencia miserable en los agujeros de la dictadura. Me refiero ahora a Raúl Sendic, a Xenia Itté y al Tambero Zabalza.

Con Xenia y Raúl anduvimos en esa etapa en la que decidimos no irnos del país y tratar de sacar a todos los tupamaros que aún estaban en el país. Para después irnos al monte del Queguay y ver cómo hacer para reorganizarnos. Pero nos capturaron.

Con Raúl, el Tambero y seis más, anduvimos penando por el brutal camino del aislamiento durante 12 años. Lo que pasamos en esos periodos, cauterizó faltas y errores y nos dejó al final templados, como se tiempla el acero, a puro fuego.

A los tres los marca y los une la solidaridad. La verdadera. El amor por los demás, especialmente por los desposeídos y el desprecio al poder, la gloria, la fama y la vanidad de los hombres.

Hoy duele ver a la izquierda uruguaya, sucumbir por la ambición de los sillones, de los cargos, del poder y convertirse en los mismos mercachifles que antes querían erradicar.

Hoy el amor por los semejantes, en la izquierda, se ha transformado en hacerse reclames para obtener posiciones, puestos de mando y realizar cosas materiales que se vean, pero que no tienen mucho que ver con ayudar a los desprotegidos.

No es extraño entonces que los señores feudales (léase militares) hayan retomado el poder y con arrogancia y maldad, señalen únicamente a los tupamaros asesinos y escondan 197 asesinatos con desapariciones, encubran y abracen a los canallas. A los genocidas.

Y la llamada “izquierda” parece haber aprendido del avestruz, a meter la cabeza en un agujero y no ver lo que sucede. Los distraídos en la nueva izquierda miran para otro lado si cualquier acontecimiento puede amenazar sus sillones.

El espíritu renovador, el afán de hacer el bien, que caracterizó a la mayoría de los ministros allá por el 2004, se transformó en una arrogancia de pasión por un sillón bonito y la sensación de estar formando parte de una aristocracia nueva.

Muchos, muchísimos se convirtieron en “políticos”.

Siempre recuerdo la definición de Raúl: “No soy ni seré un político, soy un luchador social”.

La diferencia es enorme. Sendic, el Bebe, Jorge el Tambero y Xenia Itté, nunca fueron políticos, vivieron y murieron como luchadores sociales.

Que el recuerdo de estos luchadores sociales nos inspire para llevar adelante las profundas reformas que el país necesita para erradicar la pobreza y proporcionar trabajo a quienes lo necesitan.

Raúl, Xenia y Jorge: nosotros desde este lado del universo, tenemos que luchar por la tierra y contra la pobreza. Idea fundamental que aún no se ha cristalizado.

¡Hasta Siempre queridos!

 

Henry Engler

Luchador Social

 

 

Putin: Rusia atacará objetivos que no atacó hasta hoy si Ucrania recibe misiles de largo alcance

 

 

MOSCÚ (Sputnik 5/6/22) — Rusia atacará objetivos que ha evitado atacar hasta ahora en Ucrania si esta recibe de Occidente misiles de largo alcance, advirtió el presidente Vladímir Putin.

"Si llegan a suministrarlos, sacaremos las debidas conclusiones y usaremos nuestros medios de destrucción, que no nos faltan, para atacar las instalaciones que hemos evitado atacar hasta la fecha", dijo Putin en una entrevista con el canal de televisión Rossiya 1.

Al mismo tiempo, Putin supuso que Occidente planea enviar a Ucrania misiles con un alcance de 45 a 70 kilómetros, equiparables a los de sistemas de fabricación rusa Grad, Uragán y Smerch, "nada novedoso", según el presidente.

"Partimos de que esos suministros desde Estados Unidos y algunos países más son para compensar las pérdidas de material bélico. No suponen ninguna novedad ni cambian nada en el fondo", dijo.

El mandatario también afirmó que Occidente busca prolongar al máximo el conflicto armado en Ucrania.

"Todo ese ajetreo en torno al suministro de armas adicionales persigue a mi modo de ver un objetivo único, prolongar al máximo el conflicto armado", dijo Putin.

El 1 de junio, el presidente de EEUU, Joe Biden, anunció oficialmente la entrega de un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania, que incluye lanzacohetes múltiples HIMARS, tipo de armas con largo alcance que Kiev lleva meses solicitando a sus aliados, diciendo que son esenciales para poder hacer frente a la operación militar de Rusia.

El subsecretario de Defensa para la Política, Colin Kahl, comunicó que el Gobierno ucraniano ha asegurado a Washington "a múltiples niveles" que no usaría los sistemas HIMARS para atacar objetivos en el territorio ruso.

 

Lo que aprendimos de odiar a los no vacunados

 

Susan Durham eXtramuros 5/06/22

 

El campo de batalla sigue caliente, tras la guerra de Canadá contra los no vacunados.

Los mandatos han cedido, y ambos bandos vuelven a tropezar con algo que se parece a la antigua normalidad, salvo que hay un daño reciente y presente hecho a las personas a las que intentamos doblegar. Y nadie quiere hablar de ello.

Hace sólo unas semanas, el objetivo admitido por nuestros propios líderes era hacer la vida invivible para los no vacunados. Y como colectivo delegado, multiplicamos a la fuerza ese dolor, llevando la lucha a nuestras familias, amistades y lugares de trabajo.

Hoy, nos enfrentamos a la dura verdad de que nada de esto estaba justificado – y, al hacerlo, descubrimos una preciosa lección.

Fue un rápido deslizamiento de la rectitud a la crueldad, y por mucho que podamos culpar a nuestros líderes por el empuje, somos responsables de caer en la trampa a pesar de nuestro mejor juicio.

Sabíamos que la disminución de la inmunidad ponía a un gran número de personas totalmente vacunadas a la par de la cada vez más reducida minoría de los no vacunados, y aun así los marcamos para una persecución especial. Dijimos que no habían “hecho lo correcto” al no entregar sus cuerpos al cuidado del Estado, aunque sabíamos que la oposición por principios a tal cosa es algo inapreciable siempre.

Y realmente nos dejamos convencer de que entrar en otro encierro ineficaz sería culpa de ellos, no de la política tóxica.

Y así fue por la ignorancia intencionada de la ciencia, el civismo y la política, que exprimimos a los no vacunados hasta el punto que lo hicimos.

Inventamos una nueva rúbrica para el buen ciudadano y -al no serlo nosotros mismos- nos complacimos en convertir en chivo expiatorio a cualquiera que no estuviera a la altura. Después de meses de bloqueos, tener a alguien a quien culpar y quemar simplemente nos sentó bien.

Así que no podemos mantener la cabeza alta, como si creyéramos que tenemos la lógica, el amor o la verdad de nuestro lado, mientras deseamos viciosamente la muerte a los no vacunados. Lo mejor que podemos hacer es concentrarnos en la conciencia de nuestra rabiosa inhumanidad por haber dejado de lado a tantos.

La mayoría de los que pusimos en la picota a los incumplidores lo hicimos porque parecía una victoria segura, como que los no vacunados nunca saldrían indemnes.

De hecho, la nueva normalidad prometida parecía imbatible, por lo que nos pusimos de su lado y convertimos a los rezagados en sacos de boxeo.

Pero apostar en su contra ha sido una vergüenza mordaz para muchos de nosotros, que ahora hemos aprendido que los mandatos sólo tenían el poder que les dimos.

No fue gracias a un acatamiento silencioso que evitamos el dominio interminable de las empresas farmacéuticas y los controles médicos en cada puerta. Fue gracias a la gente que intentamos derribar.

Así que para aquellos de nosotros que no estamos entre los pocos desesperados que rezan por el regreso de los mandatos, podríamos encontrar algo de gratitud interior por los no vacunados. Hemos mordido el anzuelo odiándolos, pero su perseverancia nos ha dado tiempo para ver que estábamos equivocados.

 

Ahora parece que los mandatos volverán, pero esta vez hay esperanza de que más de nosotros los veamos como lo que son: un autoritarismo creciente que no se preocupa por nuestro bienestar.

Si hay un enemigo, es el juego confiado del poder estatal, y el intento transparente de desgarrarnos. Hacer frente a eso parece ser nuestra mejor oportunidad de redención.


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