22.JUN.22 | PostaPorteña 2292

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Por posta

 

Una peligrosa fascinación por el poder planificar a escondidas

 

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http://infoposta.com.ar/notas/12482/una-peligrosa-fascinaci%C3%B3n-por-el-poder/

 

 

Considerar que la economía no puede planificarse debido a los cambios que puedan plantearse con la evolución de la tecnología, se basa aparentemente en el supuesto de que cualquier planificación es rígida, que abarca totalmente y por completo la sociedad, y que nada en ésta es predecible en ningún nivel.

Y peligrosamente coincide con posturas liberales que prefieren dejar todo libre a las circunstancias, que generalmente terminan siendo los designios del mercado (es decir, neoliberales) y por lo tanto de los tanques de pensamiento detrás de éste, que promocionan la no planificación, pero planifican a escondidas.


Decir que es malo planificar porque requiere un aumento del estado y puede derivar en corrupción, por un lado pretende que la disminución del estado elimina la corrupción en los individuos y las corporaciones internas de la sociedad, y por otro es como decir "mejor no acumular comida para que no vengan las ratas".


El problema puede no ser la planificación sino la no discusión sobre qué debe planificarse.

Debe planificarse o no la investigación en tecnologías clave?

¿Debe dejársela a los Elon Musk, los Gates y las corporaciones armamentísticas, a los consorcios industriales mercantiles?

Siguiendo el ejemplo del artículo: ¿Debe planificarse una migración hacia la supuesta energía verde de acumulación de hidrógeno, mega granjas electroeólicas y producción de baterías y todo ese negocio centralizado?

 ¿O debe planificarse la producción de motores seguros de hidrólisis a nivel de usuarios, sin acumulación centralizada de nada que no sea ingeniería de mantenimiento? O ni eso...


Pero seguramente, a riesgo de suicidio o de vocación de colonia, difícilmente se pueda evitar planificación y regulación.

Ese sueño anarquista coincide demasiado (y huele a) derecha rancia.

 Y eso porque de un tiempo a esta parte las oficinas de inteligencia de centro han subvertido, ni siquiera muy a escondidas, las bibliografías anarquistas de periferia y hoy todo es un plato de pasta enredada con arroz y albóndigas de sorpresas, en el que aparecen paradojas como libertarios con esvásticas.


La cosa no es eliminar el estado ni la planificación, lo que dejaría todo a la ley del más fuerte, sino entender que el estado es la empresa de todos, pero no para lucro ni para defender el mercado, sino para defender el buen vivir y la factibilidad concreta de los sueños de todos, para eliminar el control sobre lo que no debe regularse, que es la pulsión íntima de vocación (en su sentido más amplio de orientación como ser humano).

Para regular y controlar los acumuladores y su capacidad generativa de división y aumento de brechas de clase.


La cosa es entonces, no eliminar la planificación y regulación sino todo lo que se pueda (que cada vez va a ser más) de la representatividad en la democracia al momento de la planificación, para llegar a ser nosotros mismos estado horizontal, y hacia ahí caminar acompasados con el devenir de ciencia, tecnología y humanidad toda.



Fernando Gadea

 

 

EL PELIGROSO CULTO AL BARBIJO

 

Lejos de brindar protección contra el covid, dos recientes estudios encontraron una asociación entre el uso de este implemento y mayores tasas de mortalidad por la enfermedad. “Expertos” y autoridades sanitarias perpetúan la mentira, mientras un llamativo número de ciudadanos se aferra a su inútil uso.

 

POR AGUSTINA SUCRI La Prensa Bs As 19.06.2022

 

 

Aunque los “expertos del covid” insistan en lo contrario, los barbijos no funcionan. Esto, en realidad, siempre se supo. Ahora hay cada vez más estudios que lo ratifican. Y lo peor no es que se ha mentido descaradamente a la población sobre la protección que brindan frente a un virus respiratorio como el SARS-CoV-2, sino que lejos de proteger, los barbijos o tapabocas son capaces de causar distintos tipos de daños. Incluso aumentar la tasa de mortalidad por covid, tal como lo revelaron dos nuevos estudios.


Los argumentos que se dieron al momento de levantar la obligatoriedad del uso de barbijos en algunos puntos del país son tan equivocados como la supuesta protección que dijeron que conferían frente al SARS-CoV-2. Así lo hace notar el periodista Scott Morefield en una reciente columna publicada en el sitio Townhall, en la que escribe: “Si sus dirigentes se han esforzado por aclarar que los mandatos de los barbijos sólo se han levantado porque las tasas de covid han bajado o incluso porque las últimas variaciones del virus se han vuelto menos mortales, están pasando por alto a propósito el panorama general y se aferran astutamente al pretexto que invitará a la locura de volver en cualquier momento: que los barbijos ‘funcionan’ para detener o frenar la propagación de los virus respiratorios altamente contagiosos”.


Tal como lo manifiesta también Ian Miller, autor del libro "Desenmascarado: el fracaso global de los mandatos de los barbijos ante el covid", las inexactitudes difundidas por los "expertos" y sus aliados en los medios de comunicación han calado permanentemente en una parte importante de la población, que se rehúsa a dejar de usarlos aunque ya no exista obligación de hacerlo y aunque la evidencia científica les demuestre que no hacen la diferencia o -incluso peor- que son perjudiciales.


"La creencia en el poder y la eficacia de los barbijos se ha convertido en una religión de facto para estos locos del culto, y están deseando que llegue la próxima oportunidad para imponer su ‘fe’ al resto de nosotros”, remarca Morefield, quien agrega: “Si crees que estoy exagerando, considera que los Centros para el Control de Enfermedades (CDC) acaban de recomendar de nuevo el uso de barbijos al viajar, basándose en la propagación de... la viruela del mono” (un virus que hasta ahora se ha propagado principalmente en los clubes nocturnos gay a través del contacto directo con las pústulas abiertas de las personas infectadas).


Para Morefield, la insistencia descarada en que los barbijos "funcionan" se ha convertido en una de las mentiras más insensatas y perversas de toda la historia de la humanidad. “No sólo creó una falsa sensación de seguridad que, sin duda, dio lugar a más infecciones de las que se habrían producido de otro modo, sino que también provocó años de retrasos en el habla y el desarrollo de los niños, trastornos incalculables en la cohesión de la sociedad, millones de toneladas de residuos médicos inútiles y sin sentido en nuestros océanos y vertederos, problemas psicológicos masivos en innumerables personas que todavía se embarbijan en los lugares y situaciones más absurdos hasta el día de hoy, e incluso daños médicos reales que se están descubriendo”.


Basándose únicamente en el sentido común, Morefield se pregunta: “Si los barbijos o la obligatoriedad de uso de barbijo funcionaran, ¿no veríamos ya pruebas contundentes de ello, más de dos años después? Si hubiera tales pruebas, ¿no estarían los poderes fácticos gritándolo a los cuatro vientos? En lugar de ello, han estado bastante callados debido a gráficos como los que utilizan los propios datos de los CDC para comparar la propagación del covid en los condados que tenían mandatos de uso de barbijo frente a los que no los tenían. ¿El resultado? Ninguna diferencia discernible”.


Morfield se alegra de que la marea esté cambiando, ya que se están llevando a cabo y publicando investigaciones y datos clave “que siguen poniendo una estaca en el corazón del embarbijamiento forzado”.


Como ejemplo, cita un estudio de la Universidad de Louisville publicado en mayo de 2021 que descubrió que la obligatoriedad de uso de barbijo y el mayor cumplimiento resultante de ella "no predijeron tasas de crecimiento más bajas cuando la propagación en la comunidad era baja (mínima) o alta (máxima)". El estudio, que utilizó datos de los CDC a lo largo de varias temporadas, descubrió que el uso de mascarillas y los mandatos "no están asociados con una menor propagación del SARS-CoV-2 entre los estados de EE.UU".


Tampoco en las escuelas la utilización de barbijos es útil. En ese sentido, Morefield menciona la investigación de Ambarish Chandra, de la Universidad de Toronto, y la Dra. Tracy Hoeg, de la Universidad de California, publicada en The Lancet bajo el título: "Revisión de los casos pediátricos de covid-19 en condados con y sin requisitos de barbijo escolar-Estados Unidos, del 1 de julio al 20 de octubre de 2021". En los resultados de ese estudio, las autoras concluyen que “no hay relación significativa entre los mandatos de barbijos y las tasas de casos".


Según señala Morefield, más preocupante todavía es que la evidencia emergente confirma lo que muchos de nosotros sospechamos todo el tiempo: la posibilidad de que los barbijos pudieran estar dañando activamente a la gente. Como ejemplo, apunta al estudio observacional publicado en febrero último en la revista ‘Medicine’, en la que se comparan las tasas de mortalidad por covid-19 en los condados de Kansas durante el punto álgido de la pandemia en 2020. Titulado "El efecto Foegen: Un mecanismo por el que los barbijos contribuyen a la tasa de mortalidad por covid-19", el trabajo liderado por el médico alemán Zacharias Fögen, analizó "si el uso obligatorio de barbijo influía en la tasa de mortalidad en Kansas".


La conclusión más importante del documento es la siguiente: "... en contra de la idea aceptada de que mueren menos personas porque las tasas de infección se reducen gracias a los barbijos, esto no fue así... Los resultados de este estudio sugieren firmemente que los mandatos de los barbijos causaron en realidad alrededor de 1,5 veces el número de muertes o un ~50% más de muertes en comparación con la ausencia de mandatos de barbijos".


El estudio teorizó que el llamado "efecto Foegen", por el que las gotas hipercondensadas atrapadas por los barbijos se vuelven a inhalar y se introducen más profundamente en las vías respiratorias, podría ser el responsable del aumento de la tasa de mortalidad por covid.


Morefield también cita otro estudio revisado por pares, publicado en abril en la revista Cureus, en el cual se comparó el uso de barbijos en toda Europa durante la pandemia y no se encontró ninguna correlación negativa entre el uso de barbijos y los casos y muertes por covid-19. Esa investigación admitió haber encontrado una "correlación positiva moderada entre el uso de barbijos y las muertes en Europa Occidental", lo que "sugiere que el uso universal de los barbijos puede haber tenido consecuencias perjudiciales no deseadas".


El periodista interpela: ¿Por qué no hay tasas de mortalidad e infección discerniblemente más bajas en los lugares que se embarbijaron durante años frente a los que apenas hicieron nada? “No las hay, porque esto ha sido un gigantesco castillo de naipes que sigue cayendo. Asegurémonos de que no se vuelva a construir”, finaliza.


¿CUESTIÓN IDEOLÓGICA?


Por su parte, Miller considera que, en el fondo, el debate sobre los barbijos gira en torno a la ideología. En ese sentido, recuerda que durante años los "expertos" han criticado la importancia de los barbijos y se han reído literalmente de las sugerencias de que pudieran suponer una diferencia significativa. “La ideología y el pensamiento de grupo se han convertido en algo tan importante y omnipresente entre los ‘expertos’ que abandonan fácilmente sus posiciones previamente declaradas para ajustarse a lo que se espera de ellos políticamente”, remarca.
Miller asegura que cuando no había presiones ni tribalismo en relación con las intervenciones conductuales, los ‘expertos’ eran honestos a la hora de embarbijar.

 “Ahora ha sido sistemáticamente lo contrario. Y la investigación adicional confirma que sus afirmaciones previas al tribalismo eran correctas. Lejos de ‘la ciencia’, cambiante, sus acciones post-covid se explican por la señalización política y la mentira para satisfacer sus necesidades”, enfatiza.


El autor de "Desenmascarado: el fracaso global de los mandatos de los barbijos ante el covid" resalta que la ciencia real siempre ha confirmado que los barbijos no sirven para detener la transmisión de los virus respiratorios“Sin embargo, los expertos, los medios de comunicación y los políticos de todo el mundo entraron en pánico e impusieron el uso de barbijos a la población. Hicimos el experimento, probamos los barbijos en todas partes. Y todas las pruebas disponibles siguen confirmando que no funcionan”, escribe.


Por eso, Miller sentencia que las jurisdicciones y los distritos escolares que siguen imponiendo el uso de barbijo basándose en la desinformación y el miedo están participando en un teatro vergonzoso. “Los ‘expertos’ que siguen impulsando el uso de barbijo permanente son peligrosos, incompetentes o intelectualmente deshonestos. Por mucho que lo sigan intentando, todas las pruebas demuestran que no importa cuántas personas lleven barbijo, realmente no consiguen nada”, concluye.

Comentario

 La "aplicación" del siniestro poder mundial globalizado, utiliza el espectro caduco de lo biológico, dónde la confusión y desconocimiento de los "asesores científicos" y su carencia de preparación intelectual atascados en la medicina clásica, es una excelente manipulación, para éste "juego" de confinamiento, cercenamiento de la libertad, reglas de protección, barbijos inútiles y peligrosos “suministrándoles”, el propio poder mundial globalizado, reglas y orden de testeos a costo de la población (otro de los “negocios”), hisopados, posibles vacunas, etc.

Psicológicamente la “realidad” del siniestro falso discurso del elemento denominado coronavirus está en su diseño programado como tabú, es decir, en otro lugar de pertenencia, que “ignoran” los “asesores científicos” de la medicina clásica, y en lo personal, científicamente es una experiencia única por su imposición mundial globalizada, para un análisis psicoanalítico (Freud) en la continuidad y desarrollo de este proceso gestado por el siniestro poder mundial globalizado, utilizando a los gobiernos con sus clases políticas/seudocientíficas para incentivar el siniestro discurso del elemento denominado coronavirus.

“Experimentamos así la impresión de que la civilización es algo impuesto a una mayoría contraria a ella por una minoría que supo apoderarse de los medios de poder y coerción.” (Freud)

Quienes se adjudican representar el psicoanálisis en el orden mundial y local, no evaluaron ni evalúan el proceso iniciado al comienzo del año 2020, del programa del poder global sobre la reducción de la población planetaria y sólo se limitan en considerar medidas paliativas, apartándose de la Ciencia psicoanalítica (Freud).

Osvaldo Buscaya Psicoanalítico (Freud)

Aspectos esenciales e inéditos del Siglo XXI22 de junio de 2022

 

Los silenciados en tiempos de covid

 

La Prensa 19.06.2022

En las ciudades modernas todo está perfectamente moldeado por los dueños del poder que quieren poner luz pero no tanto sobre algunos temas, que se vea pero no tanto. Solo una parte para que de ese modo sigan teniendo la sartén por el mango.

Algo así como el estenopo en la fotografía, este foco sí, este foco no. Más luz menos luz, más tiempo menos tiempo, para controlar la masa en su eterna ceguera.

Derriban fronteras, crean otras, rompen muros y levantan otros miles, eliminan esclavitudes y reinventan nuevas formas de tiranías. Condenan a caníbales ancestrales y crean neocanibalismos modernos. Es una clara sustitución de barbaridades en diversas formas pero el fondo sigue siendo el mismo. Nada ha cambiado. ¿Ha crecido el bien? Sí. ¿Ha crecido el mal? Sí. Es un empate técnico dirían los futboleros. 

¿Médicos de cabecera sí o no?

Esta ambivalencia para con el rol de los médicos de conducción y guía de los pacientes, esta figura médica, la del médico de cabecera es por momentos imprescindible al decir de muchos, pero en algunas situaciones son pasados a la condición de médico marginal del sistema. Como si molestara su presencia, son desaparecidos de escena por un tiempo hasta que se lleve a cabo la labor especial del grupo de expertos en "tareas” sanitarias. 

Claro que necesitan unificar la voz de mando en un grupo chico que dicta normas incuestionables. Para entonces, el médico de cabecera pasa a ser médico de tobillera. Con algunos médicos mediáticos en tv es suficiente para hacer cumplir una cuarentena ASPO o aplicar sustancias apresuradas. No hizo falta la firma de ningún médico de cabecera. La gente iba solita y voluntariamente siguiendo las órdenes gubernamentales sean o no constitucionales.

Otro tanto pasa con los médicos epidemiólogos, por momentos fundamentales y apreciados en sus opiniones, y en otros silenciados para así poder actuar en la población a gusto y piacere de los poderosos lobbies. Por momentos epidemiólogos de poblaciones, en otros, epidemiólogos de personas y chito la boca. Si no, serán perseguidos.

Entiendo que esta situación no es exclusiva de estas dos disciplinas sino que se extiende a todo el espectro de profesiones y campos laborales donde una mayoría obediente va danzando la danza de la oportunidad en una sociedad de oportunidades, sin caer en cuenta que van directo al embudo que los atrapará tarde o temprano.

Es lo que nos toca vivir, pero aquí estamos para defender las costumbres que heredamos de nuestros ancestros. Vivir y dejar vivir, honrar la vida, la luz, la creación la naturaleza. Curar, aliviar, acompañar, más nunca dañar.

 

Dr. Ramiro Salazar
Médico epidemiólogo

 

Comentario 

 Hoy, ya no sabemos adónde vamos; Solo vamos y creemos lo que impone el Nuevo Orden Mundial paranoico y psicótico patriarcal y jamás sabremos lo que somos; Hemos perdido hasta nuestra sombra; Forma siniestra de desaparición, forma simbólica y enigmática en que el Nuevo Orden Mundial paranoico y psicótico patriarcal, nos une y nos desune;

Hoy, ya no somos capaces de creer y de saber sino lo que nos impone el Nuevo Orden Mundial paranoico y psicótico patriarcal “OMICRONADO y UCRANIANO”

El Nuevo Orden Mundial paranoico y psicótico patriarcal llevó, irreversiblemente, a la población mundial a un punto de no – retorno en la simulación, en una repetición inmutable de su historia; Metástasis cancerosa en su fórmula de base, con la aplicación de cuarentenas planetarias en su proliferación; Estrecha relación entre la idea directriz del código genético y la patología del cáncer designado en la proliferación al infinito de las inyectaciones “vacunadoras”;

Ya no confrontamos con el otro, nos enfrentamos consigo mismos, donde nuestros propios anticuerpos mediante la inversión ofensiva y destructiva de las infinitas “vacunaciones”, desarregla nuestro propio código genético destruyendo nuestras propias defensas; Sociedad planetaria total alérgica a sí misma en la resurrección del proceso destructivo.

Osvaldo Buscaya

Comunicate