Rusia está ganando en Ucrania, pero el deseo de evitar la movilización significa que el avance avanza lentamente
El fin de semana pasado, el territorio de la República Popular de Lugansk fue completamente liberado del control ucraniano. Esta no es solo una etapa simbólica en toda la batalla por Donbass, sino también la finalización de una operación militar significativa: la aglomeración de Rubezhnoye - Severodonetsk - Lisichansk es la segunda más grande después de Mariupol entre aquellas por las que se han producido serios combates.
Los resultados son contradictorios.
Por un lado, los éxitos son mucho más modestos de lo que esperábamos en la primavera: el enemigo (las Fuerzas Armadas de Ucrania) no ha sido derrotado, y el grupo de Donetsk no está completamente rodeado.
Además, no hubo ningún intento de tal cerco.
En cambio, el ejército ruso, combinado con las fuerzas de las repúblicas de Donbass, así como con los soldados contratados, ha adoptado la táctica de empujar lentamente a través de las líneas defensivas con una dependencia de la artillería. Esto podría llamarse una reiteración moderna del principio de la Primera Guerra Mundial: "la artillería devasta, la infantería se inunda".
La razón es la escasez de personal, que es el resultado de la negativa de Rusia a implementar la movilización masiva.
Los ejércitos de las Repúblicas Populares de Lugansk (LPR) y Donetsk (DPR), la milicia Wagner y la Guardia Rusa desempeñan el papel de mano de obra de infantería, pero aún así la densidad de los rangos de avance es de tres a cinco veces menor que la regla normal, en tales situaciones, que no pueden sino afectar el tempo.
La principal consecuencia es la incapacidad del lado que avanza para romper la línea del frente con ataques rápidos y rodear al enemigo.
Esto permite a los ucranianos mantener una posición defensiva en un asentamiento particular hasta el último hombre, y luego retirarse con las unidades más capaces, dejando la "carne" mal entrenada de la defensa territorial para cubrirla. La táctica tiene sus defectos: al retirarse, el equipo pesado debe abandonarse parcialmente, además de que hay más pérdidas por ataques de artillería y aviación durante la retirada en sí.
Por otro lado, Rusia está perfeccionando y perfeccionando sus acciones de asalto, como se puede ver por el ritmo de la ofensiva: la más pequeña de las tres ciudades, Rubezhnoye, fue combatida durante dos meses; Severodonetsk fue tomado en un mes, mientras que Lisichansk fue siezado en una semana y media. En el camino, al sur de Lisichansk, un anillo alrededor de Gorskoe - Zolotoye también se cerró libremente.
El comando ruso parece ser consciente del problema, por lo que en los primeros días de julio, cuando el destino de Lisichansk ya se había decidido, se centró no en crear un estrecho anillo de cerco, sino en empujar lo más al oeste posible después de la retirada del enemigo. Como resultado, el frente se acercó a la siguiente línea defensiva ucraniana: en Seversk-Soledar-Artemovsk (Bakhmut).
Estas son tres ciudades densamente construidas, entre las cuales hay asentamientos más pequeños a lo largo de un ferrocarril y un río. El extremo norte de esta línea descansa sobre el río Seversky Donets, que es difícil de cruzar para Rusia, mientras que al sur limita con el área fortificada del ejército ucraniano, que se estableció a lo largo de la línea de contacto en años anteriores.
Este es probablemente el final de la operación en esta área y seguirá una pausa para el descanso y los refuerzos.
Entonces, ¿dónde ocurrirá la próxima gran ofensiva?
Hay varias opciones.
En primer lugar, es posible desarrollar el éxito en la parte norte de la RPD rompiendo y diseccionando la mencionada línea Seversk-Artemovsk.
En segundo lugar, es factible moverse de Izyum y Bogorodichnoe a la retaguardia de Slavyansk-Kramatorsk, el último bastión importante de los ucranianos en esta área. Las Fuerzas Armadas rusas crearon una buena cabeza de puente aquí en abril y mayo en la orilla sur del Seversky Donets. Las fuerzas de Kiev entienden la vulnerabilidad de su posición y están constantemente hostigando a las fuerzas rusas con acciones de sabotaje, facilitadas por los densos bosques de Izyum.
En tercer lugar, el bombardeo constante de Donetsk está obligando a Moscú, y a sus socios, a actuar aquí en primer lugar. El objetivo es mover la línea del frente al menos a 20-30 kilómetros de distancia de la ciudad, más allá del alcance de la masa principal de artillería. Hasta ahora, Rusia ha tenido poco éxito en esta dirección: en la primavera, la línea del frente fue exprimida, y se creó una cabeza de puente al norte de Donetsk, cerca de Verkhnetoretskoye, mientras que al sur de la ciudad, un punto de apoyo similar en Marinka tuvo que ser abandonado.
Cuarto, el área de Kherson-Nikolaev parece tentadora, donde los ucranianos tienen comparativamente pocas fuerzas y el premio principal (la ciudad de Nikolaev) está a tiro de piedra.
Qué pasa con el enemigo? En este momento, el ejército ucraniano es completamente incapaz de una acción ofensiva, a pesar de las constantes conversaciones de un contraataque inminente, pero a medida que se acumulan armas y se entrenan reservistas movilizados, puede tratar de tomar la iniciativa. El norte de la región de Kherson y la propia ciudad de Kherson parecen ser las áreas más preferibles para que Kiev monte una operación de este tipo.
Hasta ahora, todos los intentos anteriores de ataque han fracasado para los ucranianos, pero la debilidad y el estiramiento de las tropas rusas en la región de Kherson (a unos 20 kilómetros por batallón-grupo táctico) ofrecen la oportunidad de crear una ventaja local en esta dirección y un dolor de cabeza para las fuerzas de Moscú.
Otra área operativa es la región norteña de Járkov, donde Kiev está tratando de alejar la línea del frente de la ciudad y Rusia está tratando de evitar que las tropas ucranianas lleguen a la frontera. Es en este sector donde tiene lugar el bombardeo más frecuente del territorio ruso; las primeras víctimas se reportaron recientemente en Belgorod.
Al intentar una ofensiva, Ucrania enfrentará los mismos problemas que Rusia, solo que a una escala mucho mayor. Kiev tiene una ligera ventaja en infantería, pero la columna vertebral de la guerra terrestre, la artillería, es muy deficiente, y se estima que los suministros occidentales no cubren ni siquiera una fracción de las pérdidas. Esto impide avances rápidos, mientras que el ritmo lento permite a Rusia levantar rápidamente su artillería y detener la crisis. La superioridad total de Rusia en la aviación exacerba aún más el panorama.
Sin embargo, incluso los suministros actuales de artillería occidental de alta precisión, combinados con la inteligencia occidental, son suficientes para bombardear las áreas de retaguardia rusas. Por ejemplo, el número de depósitos de armas alcanzados con éxito por el ejército ucraniano está creciendo, una respuesta débil pero tangible al "restablecimiento" diario de rusia de los suministros de Kiev.
En ausencia de victorias tangibles, Kiev una vez más debe limitarse a las aperturas virtuales. Hay que decir que Moscú está jugando. Por ejemplo, el 30 de junio, Rusia evacuó la isla Snake, que había sido tomada el primer día de la operación especial.
El pequeño territorio era un vestigio de un intento en febrero de atacar en todas partes a la vez, y es sorprendente que Moscú haya logrado retenerlo durante tanto tiempo. De hecho, la guarnición rusa en la isla estaba bajo bombardeos constantes y no podía controlar las aguas a su alrededor: no había forma de desplegar las baterías costeras mientras estaba bajo fuego.
La dirección de la campaña se puede rastrear hasta el otoño: Rusia continuará retomando Donbass, mientras que Ucrania intentará responder con al menos una ofensiva real, en lugar de virtual. Los resultados de ambos trazarán una línea bajo la primera campaña militar.
¿Será este el final de la lucha y seguirá una tregua?
Gran parte de esto depende de la posición de la UE y los Estados Unidos, que no parecen querer retroceder y se preparan para enfrentar el invierno en un estado de guerra económica con Rusia.
Pero ese es un tema para otra conversación.