22.AGO.22 | PostaPorteña 2304

Categorías científicas y “Política Práctica”

Por ASTARITA

 

En el día de ayer, 17 de agosto, se realizó la marcha al Congreso convocada por la CGT y las CTA, las organizaciones sociales oficialistas y los partidos que integran el Frente de Todos. En oposición, el FIT-U convocó a una contramanifestación en Plaza de Mayo, crítica del Gobierno y de las direcciones sindicales.

 
Rolando Astarita 18 ago 2022

 

Como han destacado muchos observadores, los convocantes de la marcha al Congreso dejaron en el limbo su postura de conjunto frente al Gobierno. Algunos dijeron que participaban en apoyo de Massa y Fernández, pero otros se diferenciaron con algunas críticas (suaves).

 En consecuencia, quedó como única prenda de unidad la denuncia de los “formadores de precios”, caracterizados por los dirigentes sindicales como los principales responsables de la inflación.

En entradas anteriores he criticado esta explicación de la inflación (véase aquí).

También traté críticamente otras explicaciones afines a la anterior: que la inflación se debe a la elevada concentración de la economía; que tiene su origen en las ganancias de los grandes capitales; o es causada por la especulación (véase aquíaquí)

 

En este marco, ahora destaco la relevancia política que tienen estos debates.

Lo planteo en oposición a una tendencia, muy extendida en la izquierda, a minusvalorar el rol de la teoría (la teoría marxista del valor y el plusvalor; de la acumulación capitalista; el materialismo histórico) en la elaboración de consignas y programas.

 “¿Para qué discutir cuestiones teóricas si lo que importa es la política práctica, movilizar al pueblo, a los obreros?” es, palabras más o menos, el razonamiento que parece dominar.

Y agregan: “Llamamos a una “verdadera” lucha contra los “formadores de precios” y así también desenmascaramos a los dirigentes oportunistas y traidores”

 Una táctica en apariencia muy astuta. Pero el problema con este argumento es que la misma demanda, centrada en los “formadores de precios”, carece de sentido, dada la interdependencia entre ramas (como hemos explicado en la nota referida).

 Para verlo incluso de la manera más tangible: dado su grado de participación en el PBI, el Estado sería el mayor “formador de precios” (salarios de los millones de trabajadores estatales; impuestos; tasas de interés de los bancos oficiales; empresas estatales de servicios; etcétera).

Por lo tanto, y para ser consecuentes, los voluntariosos luchadores contra los “formadores de precios” deberían exigir al Estado que establezca alguna “formación de precios”, “nacional y popular”, alternativa a la existente.

 

 Pero en realidad la demanda es abstracta (y absurda). Es lo que Marx llamaba una “consigna lógicamente imposible”.

Por lo cual la exigencia de aplicar la demanda “en serio” tampoco desenmascara a nadie. Su agitación es un engaño, y conduce a la frustración de las masas explotadas (y permite el reciclaje de oportunistas y reformistas varios, dicho sea de paso)

En definitiva, no se trata de adoptar cualquier consigna para quedar bien con “los amigos del pueblo”. No hay que vender humo.

 Es necesaria una crítica que vaya a las raíces. Y para esto es necesario basarse en categorías científicas.      


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