22.AGO.22 | PostaPorteña 2304

Postalinas

Por posta

 

Comentarios: Sobre la duda "incomoda"


Juancito sangre dulce, el último Optimista. Era un personaje de Dante Ortiz y mi tía lo escuchaba en la radio allá por la década del sesenta.

Lamento pincharle el globo al optimismo de Sarthou pero la “espera para el reconocimiento de la realidad” lleva generaciones y no décadas.


Primeramente un análisis antropológico del “Hincha”, es decir del 99.99 por ciento de los uruguayos. 
Para el “Hincha” los del cuadro contrario son unos HDP, y aunque jueguen mejor que “nosotros”, con más técnica, con más belleza, aunque nos den el baile y se comporten como señores en la cancha, con más razón son unos reverendos hijos de puta

. El “Hincha” nunca va a cambiar de cuadro, juegue bien su cuadro o no. Puede cambiar la heladera, la mujer, la religión, el barrio pero siempre va a ser “Hincha” de.

No quiere y no puede hacer un “reconocimiento de la realidad”


Pasamos al segundo clavo para cerrar el cajón, ahora con un tema de semiótica.

 Resulta que muchas personas creen que basta decir la verdad sobre algo para que todo el mundo la vea y se desayune y a partir de allí todos tomen posesión de la realidad y colorín colorado.

Es decir, yo emito el mensaje correcto y todos se dan cuenta del error o la ignorancia en la que estaban.

Muchos “izquierdistas” bien intencionados caen en dicho error y creen (“en realidad se la creen”) que logrando llegar al parlamento y colocando un “correligionario” que “cante las verdades” o publicando con gran trabajo y gasto un periódico, las “masas” los comenzaran a seguir en multitudes (después no los vota nadie ni los lee nadie).


En la tapa del libro de la semiótica dice que entre el emisor y el receptor están, todas las creencias, los preconceptos, las idealizaciones, los modelos del mundo, los héroes y los villanos que tiene en su mente el receptor del mensaje. Por lo tanto el mensaje tiene que ir “dribleando” todas esas capas para llegar al hipotálamo o al lóbulo frontal o donde corno sea de la mente del receptor.

Pero casi siempre es “tacleado” antes de llegar. Si pasa es porque no agrega nada nuevo a lo que ya “daba por sabido” el receptor.


En resumen y como decía mi tía, “aunque digas la verdad nadie va a dar el brazo a torcer”


¿En occidente le creen a los rusos?,... imposible, si son rusos.


Seguiremos siendo “negacionistas-terraplanistas” para los “tragacionistas” por varias generaciones más.



AMÍLCAR



Enviado desde: http://infoposta.com.ar/notas/12590/el-otro-experimento/


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