05.SEP.22 | PostaPorteña 2307

Uruguay - Guía introductoria al periodismo Peppa

Por acontrapelo/actualidad,cultura

 

Rancio, vaginal, hipersensible, complaciente –de acuerdo a sus creadoras–, “empoderante”; no me cabe la menor duda: el periodismo Peppa es hoy por hoy la nueva corriente periodística en boga en Montevideo. Y en la siguiente nota reproduciremos un pequeño adelanto de nuestra guía introductoria, la cual se publicará de manera íntegra y en formato papel a principios de marzo del año que viene. Prepárense para leer ahora sobre algunas de las voces y artículos más importantes de este movimiento de “chicos biaaannn” que se pasan TODO EL Día escribiendo de pijama y pantuflas:

 

ACONTRAPELO - Josemaría Escrivá de Balaguer Jr. – septiembre 01, 2022#4.

 

#4. TU CURIOSIDAD SE REMITE PURA Y EXCLUSIVAMENTE A TU CONCHA

 

“Se armó, entonces, un chai latte (en realidad, es té con leche). Le puso azúcar, canela, lo preparó para que le levantara los ánimos contra el frío, para seguir caminando por, por lo menos, media hora más. Hicimos media cuadra y María sostenía el café entre sus manos, calentándose, hasta que la vio.

Encontró, a su izquierda, una mujer durmiendo en la calle, entre cartones. Se acercó en silencio, se lo ofreció con su voz dulce, y se lo dejó. Cuando volvió, me miró y pasó lo que yo sabía que iba a pasar. María soltaba lágrimas.

Tomá, acá tenés..., una pala,  mirá que no muerde.

Dejame que adivine: Sos la nena de papá. “La luz de sus ojos”. Su preferida. A la hora de estudiar siempre fuiste lo que se dice un relojito. De chica asististe a algunos de los colegios y universidades bilingües más prestigiosas del país. Tu viejo pagó la matrícula sin pensárselo dos veces. Para él sólo fueron un par de moneditas. Él es político, dotor, abogado, escribano; en fin…, el tipo viene de una familia con guita. ¡VOS venís de una familia con guita! Y nunca te faltó nada en la vida... NADA. Lo más jodido que te pasó fue una vez de chica que te quedaste sin acondicionador para el pelo. ¿La crisis del 2002? ¿What's that?T e preguntás a veces con un perfecto british accent.

Lo más importante para vos es “el arte y la cultura”. Escribís, editás y das talleres de diario íntimo. Te gusta Buenos Muchachos y Cristina Peri Rossi. Vas a cumplir veintipico de años y todavía no sabés lo que es un despertador. Te pasás todo el día de pijama y pantuflas, excepto a veces, cuando no te queda otra que tomarte un Ubere ir a la redacción a marcar tarjeta un par de horitas.

(Pobre…, Qué vas a hacer? Era eso o administración de empresas...)

Cuando no llegás a fin de mes, el contador de papi te gira la plata del alquiler y algo más para que te hagas todos los gustos.

Sos linda, agradable, en general caés bien. Tenés lo que se dice “roce social”.

No te gusta desentonar del resto de tus colegas. Y es de esperar: porque tenés la cabeza completamente vacía, ni una sola idea. CERO.

Sos lo que tu editor llama una “auténtica profesional de la cultura”. Te gusta el chivito vegano, tomás el té en Escaramuzay te codéas con músicos y fotógrafos cuyo único interés es cogerte y después irse a la mierda.

Vas a psicóloga, pero no te estaría dando resultado. Cuando te sentís “down” te gusta decirte a vos misma que te si no te toman en serio debe ser por el hecho de “ser mujer y tener plata”. En tu bio de Tinder te definís como una “piba cosmopolita”. Como una chica de mundo. Viajás a Europa cuantas veces querés.

En tus ratos libres, influida por Cristina Peri Rossi y Sylvia Plath, planeás escribir una novela sáfica y lacrimógena en la que relatás en clave autobiográfica lo muy distinta y poco querida que te sentías de chica. Obvio: también vas a incluir entre sus páginas tu primera experiencia lésbica con una cantante de cumbia cheta. Cuando la termines le vas a mandar el borrador a la tortillera de Criatura Editora. Ella te lo va a publicar encantada. Tus viejos lo van a leer. Se van a sentir orgullosos.

Pese a recibir elogios y aplausos por doquier (hasta por la más mínima pavada), nunca vas a poder librarte de la sospecha de que en el fondo es todo una vil mentira. Cartón pintado. Una farsa. De que vos en realidad no sabés un carajo de nada. Nunca te dijeron que no, siempre sí y que vos podías. No sabés lo que es perder un laburo o no llegar a fin de mes. Desde chica todo te lo han dado servido en bandeja de plata y como resultado tus ambiciones “artísticas” son inauténticas, pueriles, maculadas siempre por el yoísmo y la autocomplacencia más burda.

#3. VIVÍS EN UNA BURBUJA DE PEDOS

twitter

Ana Laura Pérez @perez… Que daño me hace en la juguetería la pregunta: ¿para nena o varón?

facuss @FFacuss 14 ma No vayas a una juguetería , andá a un sex shop boluda!

Ana Laura Pérez: Gerenta de Innovación @elpaisuy, Conductora de @relatostvciudad, @tvciudaduy Docente en @comunicacionort -  Siempre feminista, factchecker y habitante de matices

“Las guerras culturales que han convulsionado América desde los años sesenta, se entienden mejor como una forma de lucha de clases en la que una élite ilustrada (como se considera a sí misma) no intenta tanto imponer sus valores a la mayoría (una mayoría percibida como incorregiblemente racista, sexista, provinciana y homofóbica), y mucho menos persuadir a la mayoría mediante un debate racional público, sino crear instituciones paralelas o alterativas en las que ya no sería en absoluto necesario enfrentarse a los ignorantes.”

El infierno son los otros”, dicen que Sartre dijo una vez, y en tu caso en particular, dicho aforismo es una verdad GRANDE como una casa. Para vos, auténtica periodista peppa, cualquier contacto con la realidad es nocivo, perjudicial y corre el riesgo de embrutecerte;a vos, privilegiada hermosa, la sola idea de saludar al portero de tu edificio o bajar a abrirle la puerta al delivery te genera un asco TREMENDO.

(–!PUAJJ!– No vaya a ser que de un día para el otro dejes de pronunciar las ese...)

En un hipotético ranking de experiencias traumáticas, esas que según tu terapeuta te produce un pico de ansiedad, ir a la juguetería o al supermercado se cuentan entre los primeros puestos:

“Cómo se atreve esta pendeja de color humilde a preguntarme si el juguete que voy a comprar es para nena o nene”, twitteás desde tu i-Phone 13 al borde de un ataque de nervios. Y enseguida pedís para hablar con el supervisor y le soltás una perorata enrevesada repleta de palabras en jeringoso que el pobre loco nunca oyó en su puta vida.

Tenés un programa de entrevistas en TV Ciudad, tu marido sufre de disfunción eréctil y estás empezando a plantearte la posibilidad de abrir la pareja y “explorar nuevos horizontes sexuales

En el fondo vos sabés muy bien lo que te hace falta, pero yo no te lo voy a dar y correr el riesgo de que después me denuncies...

 

#2. CREÉS EN EL PODER DE LA LUNA Y EN LOS MUCHOS BENEFICIOS ECOLÓGICOS DE LA COPITA MENSTRUAL

De chica siempre te sentiste distinta al resto. Fuiste lo que se dice una oveja negra.

En el liceo te conocían por ser rebelde, combativa, transgresora. Militaste en el IAVA y después en algún sector feminista del FA. Mientras tus compañeras se pasaban todo el día escuchando a Tan Biónica, vos curtías en tu celu la música de Perotá Chingó y Los Cuatro Pesos de Propina. Te llamás Stephanie, María Pía, Matilde, Federica o cualquiera de esos nombres raros que tu madre hippie te quiso poner para pasar por distinta. Tu apellido es directamente impronunciable (Zijnagog, DeeMirdjyian, Ivztjdkovichj, etc, etc.)

Tu viejo, sabiendo lo que se le venía venir (acabar adentro de una loca de mierda tiene sus consecuencias, nunca lo olvidéis chicos), muy sensatamente se fue de mochilero a Europa apenas se enteró de la noticia.

Desde entonces nadie lo ha vuelto a ver.

Te creés distinta. Interesante. Profunda. Pero sos de manual. En las paredes de tu cuarto cuelga un póster de Mafalda. Dice una de esas frases tipo “paren el mundo que me quiero bajar”.

Perdiste el virgo a los catorce con un pibe un poco más grande que vos. Desde ese momento odiás profundamente a todos los “onvres” y cuando cogés, lo hacés en nombre de la revolución y en contra del heteropatriarco blanco y opresor.

Sí, es cierto, egresaste de la UM y vivís en Pocitos, pero eso no te impide tener consciencia de clase. Porque vos sos una mina libre, empoderada. Creés en el poder de la luna y en los muchos beneficios ecológicos de la copita menstrual. Escribís artículos para la sección feminismos de La diaria en los que das tips sobre cómo sacarte los pelos de la concha sin que ello te signifique ser menos sorora que el resto de tus amigas privilegiadas hermosas.

Tenés buen culo, pero las tetas caídas y llenas de estrías y eso te atormenta porque, si bien por fuera no parás de despotricar contra la mirada masculina y los estándares de belleza heteropatriarcales, en el fondo sos vanidosa y superficial y ponés el deseo por encima de todas las cosas.

#1. SUFRÍS DE BAJA TESTOSTERONA

"Vas a ver que el tiempo no perdona/ Al que malgasta su testosterona" O vas a misa Bersuit Vergarabat

(Por favor, el siguiente fragmento léanlo en voz alta impostando acento carrasquence) "La Cretina es uno de los lugares más eclécticos, variados e inclusivos, en donde he estado en mi vida. Hay todo tipo de público y, en consecuencia, suena de todo. Porque hay varios momentos en la noche y una música para cada uno. Cuando estás cenando, cuando estás bebiendo entre amigos, cuando salís de la sala de ver una función de teatro o un show musical, o cuando se arma baile. Y ahí nunca puede ser siempre lo mismo. Una noche pasás música disco y la otra rock latino, hits de los 80 y 90, o cumbia y plena. Lo mismo en la pantalla sobre la pared del patio. En poco más de un año se han proyectado más de mil películas, a razón de cuatro por noche. Desde cine de culto y experimental a cine bizarro, animaciones under, los goles del campeonato uruguayo del 91 o el móvil de Omar Gutiérrez en Canelones con La Palacio en vivo."

Un trolazo bárbaro.

Puede sonar raro, pero hubo una época en la que el periodismo no era una carrera que se hacía por descarte o, qué sé yo, porque te daba paja anotarte en administración de empresas. Hubo una época en la que el periodismo te exigía salir afuera a ver qué pasa. El periodista de antes no era un licenciado o un máster o un dotor, sino más bien un individuo curioso, un tipo inquieto que no se podía dar el lujo de pasarse el día entero en pijama y pantuflas. Su profesión muchas veces la ejercía en alternancia con otro tipo de trabajos (estos más bien de tipo manuales, cosa que en nuestros licenciados de hoy es algo imposible, ya que es sabido que estos últimos carecen de toda habilidad práctica y manual) y hasta podía llegar a conllevarle algún riesgo.

Sí: lo que oíste. Hubo una época en la que la escritura era peligrosa. Claro, en aquel entonces el periodismo no era un círculo cerrado y endogámico, un pasatiempo de niños ricos a los que papi pone a dedo en MVD Portal, en Brecha o La diaria. El periodismo era otra cosa. El periodismo tenía huevos. El periodismo de antes era Gustavo Escanlar, Raúl Forlan Lamarque, Homero Alsina Thevenet. Y hoy es Juanchi Hounie, Federica Bordaberry y para qué seguir contando...

la nota original :

https://www.acontrapelorevista.com/post/guía-introductoria-al-periodismo-peppa


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