06.OCT.22 | PostaPorteña 2312

Uruguay - UNA REFORMA EDUCATIVA PARA CREAR ZOMBIS

Por Marcelo Marchese

 

No puede asombrarnos que la Reforma Educativa que se pretende imponer en nuestro País, sea la misma que se pretende imponer en el resto del mundo globalizado

Marcelo Marchese  Uy Press 5/10/22

 

Ya lo sabemos, hay especialistas criollos que dicen liderar esta Reforma, pero estos especialistas criollos no lideran nada: siguen los dictados de afuera, de igual manera que los intendentes, legisladores y presidentes siguen los dictados de afuera.

 

Nos quieren hacer creer que esta reforma pretende preparar a los jóvenes para un mundo vertiginoso y cambiante, y habida cuenta que el mundo cambia vertiginosamente, se pretende educar en competencias, en saber resolver lo que sea que cambie vertiginosamente.

La verdad es que todo ese discurso son puras patrañas. Lo que quieren hacer es desarmar al estudiante para que acepte el futuro que se le está presentando: un mundo sin trabajo, controlado por la inteligencia artificial

¿Qué harán los hombres del futuro si no tendrán trabajo? Absolutamente nada.

Estarán con el chupete electrónico del Metaverso, que hará creer al sujeto que tiene una vida real, pues la vida virtual hace que gastemos en ella las fuerzas anímicas que luego no se usarán en la vida real.

Acaso el lector no crea que vayamos derecho al fin del trabajo y considere que cada vez que la tecnología descarte a un trabajador, creará una nueva área laboral. La dinámica de la tecnología es elocuente, la desocupación es un mal global en ascenso y los guardianes de la humanidad nos advierten que no tendremos nada y seremos felices. Podés dudar de ese futuro sin trabajo, pero no se puede dudar que esta reforma moldea a los estudiantes para que sean personas acríticas.

Os voy a poner un ejemplo de la educación del futuro, que no es otra cosa que la educación que se practica hoy en China.

El profesor entra a clase con una tarjeta electrónica que coloca en una computadora. La tarjeta tiene incluido el tema a tratar, la metodología a utilizar y la evaluación a procesar. Todo está digitado.

La tarjeta actúa como un tutor, que son esos palos que se clavan al lado de las plantas cuando las plantas crecen torcidas. Pero este tutor es inteligente de verdad, y detecta, según las expresiones del rostro de los estudiantes, si la metodología del docente es correcta, pues si el estudiante se rasca la pera, eso indica que no piensa igual que el profesor (que la tarjeta del profesor) y si se rasca la cabeza, eso indica que no entiende un adarme de lo que dice el profesor (de lo que dice la tarjeta del profesor) entonces, habida cuenta del porcentaje de rascadas de peras y de cabezas, el profesor debe cambiar la metodología. Supongo que si no cambia su metodología, suena una alarma, se prende una luz roja, se abre el techo en dos y el docente es arrancado del aula por una nave espacial que lo deposita en una celda llena de ratas para que aprenda lo que es bueno.

Como se ve, la libertad de cátedra termina siendo devorada por las ratas.

Estas reformas educativas globales que pretenden crear zombis, tienen otro maravilloso rasgo en común: la neurociencia, una disciplina maravillosa

¿En qué andan los neurocientíficos?

Estos genios han descubierto que cuando pensamos cosas tristes, se mueven ciertas neuronas; cuando pensamos cosas alegres, otras; cuando aceptamos órdenes sin chistar, las neuronas de allá; y cuando planificamos una revolución socialista que ponga todo patas para arriba, las neuronas de acullá.

La conclusión que han sacado estos científicos es que manipulando las neuronas de las personas, podremos hacer que sean alegres, que sean tristes, que obedezcan sin chistar y que eviten a todo lugar pensar en revoluciones socialistas que pongan todo patas para arriba ¿No es una delicia?

Van a enchufarnos una educación donde estas maravillas de la neurociencia estén en el ajo.

¿Cuándo empezó en Uruguay este camino que lleva a la educación para zombis? Apenas recuperada la democracia.

Casualmente (el azar que todo lo gobierna) coincidió con la ley de puertos, la ley de inversiones, la ley de zonas francas y la ley forestal. Terminada la dictadura, y con el terreno preparado por el destrozo del tejido social que generó la dictadura, el capital financiero diseñó la manera de que Uruguay se abra al mundo, es decir, de que el capital extranjero tenga los suficientes privilegios para destrozar a la economía nacional. Justo ahí comenzó este proceso de intentar crear zombis.

Ahora ¿qué debería hacer un modelo educativo? Si los que diseñan el modelo educativo son ciudadanos que aman a su patria, el modelo educativo debería crear ciudadanos que amen a su patria. Uno protege lo que ama, y como este asunto de la ciudadanía implica comprometerse con la patria, el modelo educativo debe enseñar a proponer, a criticar, a discutir, en suma, a pensar la patria. Si uno genera seres acríticos, está formando personas obedientes, todo lo contrario a la idea de un ciudadano, pues un ciudadano, en rigor, es el que gobierna junto a otros ciudadanos.

Esa es la idea de la República: gente formada para tomar las mejores decisiones para la República, que es la forma en que nos organizamos para gestionar las cosas de nuestra patria.

Todo este asunto de la patria y la República (nos lo está diciendo la reforma para crear zombis) es algo que debemos tirar al bote de basura, ya que debemos crear personas para que se adapten a un mundo que cambia vertiginosamente

¿Y si estos cambios vertiginosos nos conducen al abismo?

No es nuestro problema, nosotros debemos crear personas funcionales a la máquina, aunque la máquina nos arroje a todos y cada uno a un abismo lleno de cocodrilos

¿Pero un proceso de enseñanza no debería crear a las personas que cambien un mundo que conduce a un abismo de cocodrilos?

Sí, antes se pensaba así, pero ahora no, ya que al parecer, vivimos en el mejor de los mundos posibles, donde se encierra a la gente para que pierda sus trabajos y se suicide, y donde luego les dan una vacuna que no es una vacuna, una vacuna que desembarcó en todo el mundo mediante contratos secretos, y por su condición secreta, no sabemos a qué cosas nos comprometen.

¿En que se basa el poder de una nación? En sus recursos naturales, pero obviamente, en su capacidad de gestionar sus recursos naturales, por lo que la riqueza de una nación se basa en sus recursos naturales y en sus recursos intelectuales y espirituales, es decir, en su cultura, en el sentido antropológico de la palabra “cultura”.

¿Dónde anida el futuro de nuestra Patria? En nuestra capacidad de desarrollar al máximo el talento natural de nuestros estudiantes.

Los que definen cómo es el mundo (el capital financiero que gobierna hace siglos) ya saben hacia dónde vamos, que es hacia donde ellos quieren que vayamos. Ahora, lo que a ellos les conviene, casualmente no es lo que a nosotros nos conviene, ya que ellos vienen por nuestros recursos, de los cuales ya se han apoderado unos cuantos, cosa que hacen deteriorando nuestra cultura. He ahí el problema.

Todo este asunto refiere a una batalla por la cultura. O la destrozan, o la defendemos y enriquecemos. Todo el resto es paparrucha.

En algún lugar, muy lejos de aquí, alguien ha diseñado una educación para hacer zombis. Veremos si aplican la misma receta para los ricos que para los pobres. Seguramente no. Seguramente los ricos tengan otro tipo de educación que los haga zombis pero diferente tipo de zombis

¿Podrán imponer los globalistas su modelo?

No todo les está saliendo a pedir de boca.

La reforma constitucional globalista perdió por destrozo en Chile. El partido menos globalista ganó en Italia. Los estados brasileros que sufrieron el encierro globalista, acaban de no votar por el candidato globalista, justo en esos lugares donde los globalistas tenían su fuerte en el pasado.

Nadie sabe lo que puede ocurrir, pues el futuro está en movimiento con cada uno de nuestros pasos. Si en vez de estar hablando de lo que importa, el modelo de educación de nuestros hijos y la pérdida de nuestra soberanía, nos dejamos engañar por la estupidez de los pasaportes, estaremos fritos. Eso es seguro.

Lo que caracteriza a la agenda política es siempre hablar de lo intrascendente para ocultar lo esencial. Precisamente por eso debemos generar estudiantes que sepan discernir lo intrascendente de lo esencial. Hasta ahora, el modelo educativo no ayudó de mucho. La pregunta es la siguiente ¿debemos empeorarlo o debemos mejorarlo?

Decidir este asunto es algo que refiere a nuestra soberanía, es decir, a nuestra identidad


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