04.NOV.22 | PostaPorteña 2317

Aportes teóricos de Immanuel Wallerstein (Va)

Por Rodolfo Crespo

 

El capitalismo es una mezcla de todo, pero fundamentalmente "un sistema que da prioridad a la incesante acumulación de capital"

 

Al sitio web https://espai-marx.net, que tanto contribuye a la divulgación de la obra de Marx y sus estudiosos.

A Xabi, que se dio cuenta primero de la diferencia entre los refugiados de la II Guerra Mundial y los refugiados ucranianos del 2022 hacia Europa occidental: “éstos últimos venían con olor a Armani

“Si todos los seres humanos tienen los mismos derechos, y todos los pueblos tienen los mismos derechos, no podemos mantener el tipo de sistema desigualitario que la economía-mundo capitalista siempre ha sido y siempre será. Pero si se admite esto abiertamente la economía-mundo capitalista no tendrá legitimación a los ojos de las clases peligrosas (es decir, las clases desposeídas). Y un sistema que no tiene legitimación no sobrevive”*

                                                                         Immanuel Wallerstein

“El hecho es que la economía-mundo capitalista sobrevive sobre la base de no cumplir con la retórica de lo que predica”**

                                                                          Immanuel Wallerstein

“Sé quiénes son, sé dónde están, sé de dónde vienen, sé a dónde van”***

                                                Grupo de música gallego Siniestro Total

 

Uno de los grandes problemas que ha afrontado la izquierda anticapitalista es la conceptualización de qué es el capitalismo, ya que el sistema ha creado un correlato no solo para engañarnos, sino para justificarse y ganar legitimidad, de ahí la importancia de esclarecer en qué consiste y desbaratar los mitos que lo sustentan.

Aunque abordaremos extensamente la respuesta a la interrogante planteada, citaremos un largo párrafo de un artículo de 1988, publicado en la revista New Left Review nº 167, titulado La burguesía: concepto y realidad donde, a modo casi de resumen, Wallerstein plantea la gran diferencia que hay entre lo que dice del capitalismo y lo que éste realmente es, “una vez que se examina, se descubre con sorpresa que el burgués, en su práctica histórica, resulta ser casi todo lo contrario de lo que se afirmaba”

“El problema básico reside en la imagen que nos hacemos de cómo funciona el capitalismo. Dado que el capitalismo precisa que los factores de la producción –trabajo, capital y mercancías– fluyan libremente, suponemos que los capitalistas desean una libertad de circulación total, cuando en realidad lo que desean es una libertad de circulación parcial. Como el capitalismo funciona a través de los mecanismos del mercado, basados en la ‘ley’ de la oferta y la demanda, suponemos que requiere, y que los capitalistas desean, un mercado perfectamente competitivo, cuando lo que requiere y los capitalistas desean realmente son mercados que puedan utilizarse y eludirse al mismo tiempo, una economía que combine de forma adecuada la competencia y el monopolio. Como el capitalismo es un sistema que recompensa el comportamiento individualista, suponemos que requiere, o que los capitalistas desean, que todos actúen basándose en motivaciones individualistas, mientras que en realidad requiere y los capitalistas desean que tanto burgueses como proletarios incorporen una fuerte dosis de orientación social anti individualista a sus mentalidades. Como el capitalismo es un sistema construido sobre la base jurídica del derecho a la propiedad, suponemos que requiere y que los capitalistas desean que la propiedad sea sacrosanta y que el derecho a la propiedad privada se amplíe cada vez a más aspectos de la interacción social, mientras que en realidad toda la historia del capitalismo ha supuesto un constante declive, no una ampliación, del derecho a la propiedad. Como el capitalismo es un sistema en el que los capitalistas siempre han defendido el derecho a adoptar decisiones económicas por razones puramente económicas, suponemos que esto significa que son alérgicos a la injerencia política en sus decisiones, cuando en realidad siempre han pretendido, con toda coherencia, utilizar la maquinaria del Estado y han acogido con agrado la idea de la primacía de lo político (1

Lo anterior explica el enorme derroche intelectual y mediático que el sistema despliega a todos los niveles para mostrar, como que es lo que verdaderamente no es, asegurando así las premisas que garantizan la continuación de la reproducción ampliada del mismo (2

De la misma manera que se ha considerado a un país socialista cuando el Estado controla la mayor parte de los medios de producción o al menos los fundamentales, el capitalismo se ha asociado históricamente a la existencia de una numerosa clase obrera explotada por una avara clase de empresarios capitalistas, pero aquí también, parafraseando a Engels, “los árboles impiden ver el bosque”; entonces, qué es el capitalismo, cómo definirlo, qué es lo que tiene que darse y no puede faltar, según el profesor Immanuel Wallerstein, para encontrarnos en un sistema que merezca llamarse como tal.

En su libro Análisis de sistemas-mundo. Una introducción es donde, tal vez, mejor lo sintetiza:

“El capitalismo no es la mera existencia de personas o compañías produciendo para la venta en el mercado con la intención de obtener una ganancia. Tales personas o compañías han existido por miles de años a lo ancho y largo del planeta. Tampoco es definición suficiente la existencia de personas asalariadas. El trabajo remunerado ha sido conocido por miles de años. Nos encontramos en un sistema capitalista sólo cuando el sistema da prioridad a la incesante acumulación de capital. Frente al uso de tal definición, sólo el sistema-mundo moderno ha sido un sistema capitalista. La acumulación incesante es un concepto relativamente simple: significa que las personas y las compañías acumulan capital a fin de acumular más capital, un proceso continuo e incesante. Si decimos que un sistema ‘da prioridad’ a tal acumulación incesante, significa que existen mecanismos estructurales mediante los cuales quienes actúan con alguna otra motivación son, de alguna manera, castigados, y son eliminados eventualmente de la escena social, mientras que quienes actúan con la motivación apropiada son recompensados y, de tener éxito, enriquecidos (3

¿Qué consecuencias trae consigo el accionar de esta particular y sui géneris forma de funcionamiento del capitalismo?

Lo primero es que si no se crece se perece, Marx lo dice así: crecer, crecer e incesantemente crecer como único “…medio de conservación y so pena de perecer…” (4

En segundo lugar, salta a la vista lo absurdo e irracional de dicha forma de funcionamiento, por cuanto presupone el consumo infinito de todo, pero utilizando para ello un organismo (nuestro planeta) que es finito también en todo.

En tercer lugar, la crisis ecológica y climática no tiene solución mientras exista el capitalismo, dado que su accionar conlleva el consumo siempre creciente de todo sometiéndolo a la lógica de valorización, sin respetar para ello los ciclos naturales y biológicos de los procesos en los que interviene para asegurarse la incesante acumulación de capital. De ahí que, dentro de los marcos del capitalismo, ni ecologismo ni decrecentismo, el capitalismo es el que es, el capitalismo realmente existente (5

Sobre la enredada y complicada polémica de si puede haber capitalistas sin que ello pruebe la existencia de un sistema capitalista, en una entrevista con el también profesor mexicano Carlos Antonio Aguirre Rojas, realizada en 1999, decía esto:   “Cuando preguntas si no habría existido un proyecto de modernidad capitalista en el seno del mundo mediterráneo, diría que sin duda alguna si existía este proyecto. Pero existió porque, en verdad, hemos tenido diversos proyectos de crear esta modernidad capitalista a lo largo de cinco milenios y en muy diferentes partes del mundo, en el sentido en el que ha habido capitalistas siempre, a lo largo de toda la historia de la humanidad. Aunque es cierto que ellos no fueron nunca capaces de crear un sistema que les garantizara, a ellos mismos, el dominio sobre la sociedad. Así que ha habido ese tipo de proyectos en el Mediterráneo, como los ha habido también en Grecia, o en China y en la India, igual que los ha habido en África. Es decir que ha habido capitalistas en todas partes, que han querido siempre crear un sistema que pudiera garantizarles la obtención de un beneficio a partir de la actividad de la producción, a partir de la actividad del comercio y creando una sociedad que tuviese sus valores. Pero es verdad que ellos han sido siempre una minoría, que siempre han estado en una condición dominada, comprometida, e incluso es cierto que durante mucho tiempo fueron robados por parte de los reyes, etc...

Aunque existía todo esto, sin embargo no había existido nunca antes un verdadero sistema capitalista. Pero como había individuos que tenían un punto de vista capitalista, y que poseían empresas, etc., entonces ha sido muy fácil decir que siempre ha habido capitalismo. Pero creo que esto es un error, porque no había entonces capitalismo, lo que había en realidad, desde entonces y siempre, era capitalistas. Ahí reside toda la diferencia fundamental: en mi opinión no ha habido realmente capitalismo antes de la existencia de un sistema que daba la prioridad a la acumulación incesante de capital, un sistema que entonces hace prevalecer a aquellos personajes que llevan a cabo esta misma acumulación, es decir a los propios capitalistas. De tal modo que creo que existieron sin duda capitalistas en los siglos XIII, XIV y XV, por ejemplo en Italia, pero pienso también que esos capitalistas fueron incapaces de crear el sistema capitalista. Fueron capaces de ganar dinero y todo eso, pero eso no es la misma cosa que crear el capitalismo (6

De tal forma que, los ingredientes del capitalismo (capitalistas, obreros, dinero, mercancías, mercados, etc.) son antiquísimos, acompañan a la sociedad humana casi desde sus orígenes, aunque el vuelco fundamental se produjo a partir del momento en que, la incesante acumulación de capital se hizo preponderante. “Todos los valores de la civilización capitalista son milenarios, pero también otros valores contrarios lo son. Lo que queremos decir cuando hablamos de capitalismo histórico es de un sistema en el que las instituciones construidas permitieron que los valores capitalistas adquirieran prioridad, a tal punto que la economía-mundo tomó por el camino de la mercantilización de todo a fin de que hubiera acumulación incesante de capital por sí misma (7

“El capitalismo histórico es, pues, ese escenario integrado, concreto, limitado por el tiempo y el espacio, de las actividades productivas dentro del cual la incesante acumulación de capital ha sido el objetivo o ‘ley’ económica que ha gobernado o prevalecido en la actividad económica fundamental. Es ese sistema social en el cual quienes se han regido por tales reglas han tenido un impacto tan grande sobre el conjunto que han creado las condiciones, mientras que los otros se han visto obligados a ajustarse a las normas o a sufrir las consecuencias. Es ese sistema social en el cual el alcance de esas reglas (la ley del valor) se ha hecho cada vez más amplio, los encargados de aplicar estas reglas se han hecho cada vez más intransigentes y la penetración de estas reglas en el tejido social se ha hecho cada vez mayor, aun cuando la oposición social a tales reglas se haya hecho cada vez más fuerte y más organizada (8

Por último señalar que, cuando la incesante acumulación de capital se hace “dueña” y “gobierna” todo el mecanismo económico (“sujeto automático”, según la expresión de Marx) ella lo subordina todo y todo se subordina a ella, por muy irracional que sea dicho mecanismo, “un modo de producción capitalista implica mecanismos que penalizan en forma específica un comportamiento que no es sensible a los constantes cambios de las modalidades óptimas para llevar la acumulación de capital al máximo. Quienes controlan las operaciones económicas y no ejecutan acciones para llevar la acumulación de capital al máximo terminan quebrando y son eliminados como participantes. Por otra parte, no hay mecanismos (como los que podría haber en un imperio-mundo) que penalizan los modos irracionales de consumir el producto mundial. De hecho tampoco hay manera de imponer los valores antimercado de manera sistemática y persistente en las tomas de decisiones. Por consiguiente, no hay una base donde asentar con eficacia la oposición a la expansión geográfica, una vez que quedó demostrado que servía a los intereses de la acumulación de capital (9

Como la incesante acumulación de capital es una condición que necesariamente ha de cumplirse para que un sistema sea capitalista, requisito indispensable para su existencia, sin la cual no existe este sistema, el mismo crea, busca y favorece la presencia de una serie de circunstancias que sirvan a este magno objetivo.

¿Cuáles son estas condiciones sin las cuales no puede transcurrir la incesante acumulación de capital? Son varias y atañen a diversos campos (económicos, políticos y sociales), es decir, lo abarca todo.

1. Un sistema interestatal 10 y no un imperio-mundo.

“(…) un sistema capitalista no puede existir dentro de cualquier marco, sino sólo dentro de una economía-mundo. (…) un sistema capitalista requiere una relación muy particular entre los productores económicos y quienes detentan el poder político. Si estos últimos son demasiado fuertes, como en el caso de un imperio-mundo, sus intereses se impondrán sobre el de los productores económicos, y la acumulación incesante de capital dejará de ser una prioridad. Los capitalistas necesitan de grandes mercados (de aquí que los minisistemas sean demasiado estrechos para ellos) pero también necesitan de una multiplicidad de estados, para poder obtener las ventajas de trabajar con los estados pero también para poder evitar estados hostiles a sus intereses a favor de estados amistosos a sus intereses. Sólo la existencia de una multiplicidad de estados dentro de la división total de trabajo asegura dicha posibilidad (11

“Un imperio-mundo, por otra parte, paralizaría de hecho al capitalismo, porque significaría la existencia de una estructura política con capacidad para imponerse a la acumulación incesante de capital. Esto es por supuesto lo que ha sucedido repetidamente en todos los imperios-mundo que han existido antes del sistema-mundo moderno. Por ello, cuando algún estado parece empeñado en transformar el sistema en un imperio-mundo, encuentra que se enfrenta eventualmente a la hostilidad de las mayores empresas capitalistas de la economía-mundo (12

El sistema interestatal para el capitalismo cumple también otra importante función, la que se deriva de su estructuración en áreas económicas diferentes, de tal forma que, cuando aumentan los costos de la mano de obra en el/los Estado/s de una de ellas, a consecuencia de acciones sindicales de algún tipo y/o de las leyes (medioambientales, laborales, antimonopolio, etc.) del Estado correspondiente y las mismas perjudican el nivel de ganancias obtenido por la empresa en cuestión, limitando su accionar, pues la existencia de otros Estados localizados en otras áreas que faciliten la continuación en su territorio de las ventajas perdidas, se convierte en una “válvula de escape” para mantener la continuidad de la incesante acumulación de capital que, como se ha dicho, es la condición sine qua non de la existencia de este sistema. Una síntesis muy clara al respecto la expresa Immanuel Wallerstein desde el primer tomo de la obra cumbre donde da a conocer la “perspectiva de sistemas-mundo”El moderno sistema mundial, argumentando porque a pesar de haber existido capitalistas (como se ha dicho anteriormente) en Grecia, China, Persia, India, África y Roma, etc., en ninguno de ellos floreció el capitalismo, “el capitalismo no puede sobrevivir en el marco de un imperio-mundo. Esta es una razón por la cual jamás emergió en Roma. Las diversas ventajas que los capitalistas tenían en una economía-mundo [constituida por múltiples estructuras políticas]eran políticamente más fáciles de obtener que si hubieran sido perseguidas en el seno de un Estado único [característica de un imperio-mundo], cuyos gobernantes tendrían que responder a múltiples intereses y presiones. Por eso el secreto del capitalismo estuvo en el establecimiento de la división del trabajo en el marco de una economía-mundo que no era un imperio, en lugar de hacerlo en el marco de un único Estado nacional (13

Es decir, para el sostenimiento de la incesante acumulación de capital es esencial el “componente geográfico de la diferenciación estructural [que brinda un sistema interestatal], el hecho que la actividad económica tiene lugar en una economía-mundo, mientras que la autoridad de los dirigentes políticos, sino su poder, estaba limitado a áreas menores que las comprendidas por la actividad económica. Esta disparidad estructural crucial fue lo que marcó el derrotero de los capitalistas (14

Lo anterior demuestra porque el capitalismo, que nació sin una vocación por los lindes, acudió muy pronto a dividir el espacio en el cual se asentaba dando origen dicho fraccionamiento a un articulado sistema interestatal.

“¿Por qué el capitalismo, un fenómeno que no conocía fronteras, habría sido sustentado por el desarrollo de Estados fuertes? Esta es una cuestión que carece de una respuesta única. Pero no es una paradoja; todo lo contrario. La característica distintiva de una economía-mundo capitalista es que las decisiones económicas están orientadas primariamente hacia la arena de la economía-mundo, mientras que las decisiones políticas está orientadas principalmente hacia las estructuras menores que tienen control legal, los Estados (naciones-Estados, ciudades-Estados, e imperios), en el seno de la economía-mundo (15

La cuestión que tratamos es cardinal y ha enrarecido a tal extremo el funcionamiento estructural del capitalismo que, posiblemente, haya sido la causa principal que hasta nuestros días, no haya podido establecerse por parte de las fuerzas anticapitalistas que luchan contra el mismo de una adecuada estrategia de enfrentamiento a este sistema (16

En la ya mencionada primogénita obra que inaugura la “perspectiva de sistemas-mundo” plantea que “esta doble orientación, esta ‘distinción’, si se quiere, entre lo económico y político, es la fuente de la confusión y la mistificación concernientes a la identificación apropiada de los grupos, a las manifestaciones razonables y razonadas de los intereses de grupo” de ahí los “agudos problemas analíticos( 17 que plantea, algo que en 1991 lo reitera: “Esta organización de la vida social donde las presiones ‘económicas’ predominantes son de carácter ‘internacional’ (un término poco apropiado, pero el único de uso común) y las presiones ‘políticas’ predominantes son ‘nacionales’, señala una primera contradicción en el modo en que los participantes pueden explicar y justificar sus acciones. ¿Cómo puede uno explicarlas y justificarlas nacional e internacionalmente a un tiempo ?(18

El sistema interestatal del sistema-mundo capitalista camufla la operativa siniestra del mismo, a tal extremo que sus dueños no pierden la más mínima oportunidad de reforzarlo con buenas dosis de nacionalismo, que contribuyan a afianzarlo cada vez que la oportunidad se les presenta. Así, por ejemplo, cada día los noticieros y sitios web de noticias de todo el mundo abren sus espacios deportivos de noticias exaltando el desempeño de sus connacionales, aunque éstos lo hagan defendiendo los colores no de sus banderas nacionales, sino de verdaderas empresas transnacionales como equipos de fútbol (al estilo del Real Madrid), ciclismo (como el Movistar o Astana), básquet (como Los Ángeles Lakers) o beisbol (como Los Yankees de New York). Y en el empeño no se “escapa” nadie: desde los brasileños jugando en ligas europeas, españoles en la NBA de EE.UU., o cubanos en ligas profesionales japonesas.

Las extensiones de las cadenas mercantiles atravesando varios Estados no solo aportan “eficiencia", al constituir “un método que minimiza los costos en términos de producción, sino que también son ‘opacas’ (para emplear el término de Braudel). La opacidad de la distribución del plusvalor en una cadena de mercancías larga es la forma más efectiva de minimizar la oposición política, porque oscurece la realidad y las causas de la polarización aguda de la distribución que es la consecuencia de la acumulación interminable de capital, polarización que hoy es más aguda que en cualquier sistema histórico previo (19

De aquí se desprende que para el estudio del capitalismo, la verdadera unidad de análisis (la que aporta cientificidad a su saber) es el sistema-mundo y no los estados nacionales que componen su sistema interestatal que, como se ha dicho, son necesarios para disfrazar el auténtico proceder del mismo (20

Notas.

* Wallerstein, Immanuel. Después del liberalismo. Editorial Siglo XXI. Sexta reimpresión. 2011. p. 163. Primera edición en inglés 1995 y primera en castellano 1996.

** Wallerstein, Immanuel. La decadencia del imperio. EE UU en un mundo caótico. Editorial Txalaparta. Primera edición. 2005. p. 255. Primera edición en inglés 2003.

*** Este es el estribillo de la canción Sé del grupo de música punk-rock gallego Siniestro Total, su autor es el músico y cantante español, fundador y líder del grupo, Julián Hernández Rodríguez-Cebral.

1. Wallerstein, Immanuel. Capitalismo histórico y movimientos antisistémicos. Un análisis de sistemas-mundo. Ediciones Akal, S. A., 2004. Madrid. p. 300 y 310. Esta edición no se encuentra en inglés, es solo para lengua española.

2. En el libro, de sugestivo título, Impensar las ciencias sociales, Wallerstein recalca lo difícil que resulta para todos (hasta para él mismo) deshacerse de viejos conceptos establecidos y definiciones que se encuentran muy enraizadas,  “me parece que quienes critican la actual epistemología, aun si sus críticas son formales y pertinentes, siguen ligados a la Weltanschauung o cosmovisión a la que renuncian; incluso confieso que ni yo mismo estoy exento de esta reincidencia, lo que confirma mi opinión respecto a lo arraigadas que están en nosotros estas suposiciones metodológicas y lo ‘importante’ que es que las ‘impensemos’”. Wallerstein, Immanuel, Impensar las ciencias sociales. Editorial Siglo XXI. Segunda edición. 1999. p. 3. Primera edición en inglés 1991 y en castellano 1998.

3. Wallerstein, Immanuel. Análisis de sistemas-mundo. Una introducción. Editorial Siglo XXI. Segunda edición 2006. p. 40-41. Primera edición en inglés 2004 y en castellano 2005. Negritas y subrayado nuestros.

Aunque esta definición del capitalismo está presente y recorre toda su obra, agregaremos algún otro lugar donde también define al mismo, para que el lector aprecie los matices.

“este sistema al cual llamamos capitalismo… es un sistema basado en una falta de lógica peculiar, que hace de la acumulación un fin en sí mismo…”. Dinámica de la crisis global. Editorial siglo XXI. México. 1983. p. 15. Esta obra compendia artículos, además de Wallerstein, de Samir Amin, Giovanni Arrighi y André Gunder Frank.

“¿Qué es lo que define a un sistema, este sistema, como capitalista? Me parece a mí que la differentia specifica no es la acumulación de capital sino la prioridad acordada a la acumulación incesante de capital. Es decir, éste es un sistema cuyas instituciones están organizadas para recompensar a mediano plazo a todos los que dan primacía a la acumulación de capital y castigar a mediano plazo a todos los que tratan de aplicar otras prioridades. El conjunto de instituciones establecidas para hacer posible esto incluye la elaboración de cadenas de mercancías que vinculan geográficamente actividades de producción distintas operando para optimizar la tasa de beneficios del sistema en su conjunto, la red de estructuras estatales modernas unidas en un sistema interestatal, la creación de unidades domésticas con ingresos comunes como unidad básica de la reproducción social, y eventualmente una cultura geopolítica que legitima las estructuras e intenta contener el descontento de las clases explotadas”. Wallerstein, Immanuel. Conocer el mundo, saber el mundo: el fin de lo aprendido. Una ciencia social para el siglo XXI. Editorial Siglo XXI. 2007. p. 148. Primera edición en inglés 1999 y en castellano 2001.

4. Marx, C. El Capital. Tomo III. Capítulo XV. Desarrollo de las contradicciones internas de la ley. Epígrafe 1. Generalidades. Aquí y en las citas siguientes de Marx en El Capital, dada la amplia variedad de ediciones que existen del mismo, optamos por no poner las páginas contribuyendo de esta forma a su mejor localización por los lectores. Fidel Castro lo parafrasea de esta forma en 1994: “Por dondequiera que se analice, se saca la conclusión de que esa sociedad es insostenible, esa sociedad que tiene que crecer, crecer y crecer so pena de perecer; y es imposible, las condiciones objetivas del mundo no lo permiten” http://www.fidelcastro.cu/es/discursos/discurso-pronunciado-en-la-clausura-del-iv-encuentro-latinoamericano-y-del-caribe

5. Rojas Ferro, Diosdado. A los decrecentistas y ecologistas: ni decrecimiento ni ecologismo, el capitalismo es el que es, el capitalismo realmente existente. https://laguarura-impresa.blogspot.com/2013/10/a-los-decrecentistas-y-ecologistas-ni.html

6. Aguirre Rojas, Carlos Antonio. Immanuel Wallerstein: crítica del sistema-mundo capitalista. Editorial Era. 2003. (negritas en el original, subrayado nuestro). El autor utiliza como fuente una copia digital del libro, regalo del profesor Aguirre Rojas, al que agradecemos.

7. Wallerstein, Immanuel. Conocer el mundo, saber el mundo: el fin de lo aprendido. Una ciencia social para el siglo XXI. Editorial Siglo XXI. 2007. p. 90.

8. Wallerstein, Immanuel. El capitalismo histórico. Editorial Siglo XXI. Segunda edición 2012. p. 14. Primera edición e inglés 1983, y en castellano 1988.

9. Wallerstein, Immanuel. Impensar las ciencias sociales. Editorial Siglo XXI. Segunda edición. 1999. p. 253.

10. El sistema interestatal es la “superestructura política de la economía-mundo capitalista” Wallerstein, Immanuel. Capitalismo histórico y movimientos antisistémicos. Un análisis de sistemas-mundo. Ediciones Akal, S. A., 2004. p. 132. En otro lugar dice “El sistema interestatal no es una variable exógena, creada por Dios, que limite o interactúe misteriosamente con la acumulación incesante de capital, sino simplemente su expresión en el terreno de la política”. Ibídem p. 248.

11. Wallerstein, Immanuel. Análisis de sistemas-mundo. Una introducción. Editorial Siglo XXI. Segunda edición 2006. p. 41. Negritas nuestras.

12. Ibídem p. 84.

13 y 14. Wallerstein, Immanuel. El Moderno Sistema Mundial. Tomo I. La agricultura capitalista y los orígenes de la economía-mundo europea en el siglo XVI. Editorial Siglo XXI. 2010. p. 180. Primera edición en inglés 1974 y en castellano 1979. Negritas de Wallerstein y corchetes del autor para facilitar la comprensión. En la última sección de este tomo dedicada a un Repaso teórico de lo tratado expresó “Lo que defiendo es el que el capitalismo como modo económico se basa en el hecho de que los factores económicos operan en el seno de una arena mayor de lo que de lo que cualquier entidad política puede controlar totalmente. Esto les da a los capitalistas una libertad de maniobra que tiene una base estructural. Ha hecho posible la expansión económica constante del sistema mundial, aunque con una distribución muy desigual de sus frutos. El único sistema mundial alternativo que podría mantener un alto nivel de productividad y cambiar el sistema de distribución supondría la reintegración de los niveles de decisión políticos y económicos. Esto constituiría una tercera forma posible de sistema mundial, un gobierno mundial socialista” Ibídem p. 491.

15. Wallerstein, Immanuel. El Moderno Sistema Mundial. Tomo I. Editorial Siglo XXI. 2010. p. 93. Negritas de Wallerstein.

16. “la izquierda no ha desarrollado todavía una teoría social clara que explique la prolongada resistencia del sistema social existente en el mundo o que indique claramente qué hay que hacer para transformarlo” Wallerstein, Immanuel. Capitalismo histórico y movimientos antisistémicos. Un análisis de sistemas-mundo. Ediciones Akal, S. A., 2004. p. 53.

17. Wallerstein, Immanuel. El Moderno Sistema Mundial. Tomo I. Editorial Siglo XXI. 2010. p. 93.

18. Wallerstein, Immanuel. Geopolítica y geocultura. Ensayos sobre el moderno sistema mundial. Editorial Kairós. Primera edición 2007. p. 225. Primera edición en inglés 1991.

19. Wallerstein, Immanuel. Conocer el mundo, saber el mundo: el fin de lo aprendido. Una ciencia social para el siglo XXI. Editorial Siglo XXI. 2007. p. 68.  Constituye el discurso principal pronunciado en la Conferencia “State and Sovereignty in the World Economy”, Universidad de California en Irvine, 21-23 de febrero de 1997.

20. “Mi preocupación por el método me llevó a considerar como cuestión clave la ‘unidad de análisis’, que es por lo que se habla de ‘análisis de sistemas-mundo’. Se supone que la unidad de análisis apropiada es un sistema-mundo, con lo que, al menos en principio, aludía a algo diferente del Estado-nación moderno, más amplio, y definido por los límites de una división del trabajo real” Immanuel. Capitalismo histórico y movimientos antisistémicos. Un análisis de sistemas-mundo. Ediciones Akal, S. A., 2004. p. 151.

Rodolfo Crespo

Primera parte de la entrega de este aporte V


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