05.DIC.22 | PostaPorteña 2323

Los tres pilares estratégicos de la hegemonía norteamericana

Por José Tejada Maury

 

Perfilamiento del discurso entregado por los “dueños del planeta” a Joe Biden en la cumbre de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) durante el mes de septiembre de 2022.

 

José de Jesús Tejada Maury,  1 dic 2022

 

Inicia su discurso con relato de hechos suscitados en el mundo como crisis, inseguridad alimentaria “calor sin precedentes”, sequías y guerra.

  Utilizando mecanismos de defensa de compensación psicológica mediante los cuales se le atribuyen a terceras personas conductas que son propias, como es el caso de afirmar que Rusia ha violado la carta fundamental de la Naciones Unidas “nada más claro que la toma de territorios de países vecinos por la fuerza”.

Haciendo referencia que Vladimir Putin ha amenazado de utilizar armas nucleares contra Europa, cuando se sobreentiende que han sido ellos los únicos que han utilizado armas nucleares en contra de civiles y de personas inocentes, eso no lo puede ocultar la historia y menos puede ignorarlo el mundo a través de toda su trascendencia.

Hablar del régimen de no proliferación nuclear. Qué ironías y descaro de este discurso mentiroso, quién va a creerles a estos señores que usan la violencia, terror, desolación y muerte para imponer su voluntad a países con gobiernos débiles e indefensos para saquearlos y destruirlos. Por supuesto que toda esta es una retórica eufemística y de doble rasero que no hace mella en el más incauto habitante del planeta.

Habla de sus “aliados y socios” cuando ellos mismos reconocen que no tienen “aliados ni amigos”, sólo intereses. La misma cantidad de arrodillados “más de cuarenta países” o como afirman los medios corporativos “medio centenar de países “y esa cifra de allí no pasa. Estados Unidos por la libertad, la soberanía y los principios de los signatarios de los Estados Unidos” (?), la verdad que hasta risa da.

Lo que vamos a interpretar dentro de este discurso, a pesar de hacer referencia a su no intervención en asuntos internos de ningún país, la nueva estrategia geopolítica de Washington está centrada en los tres pilares estratégicos fundamentales como lo son el sector de la alimentación, los energéticos y la salud.

Recordando las frases de Henry Kissinger.” si controlamos el petróleo, controlamos las economías y si controlamos los alimentos controlamos a la población”. La frase, aunque parece un poco ingenua es temeraria y hay que prestarle mucha atención ya que precisamente el discurso de Joe Biden corrobora que ellos jamás cambiarán sus intenciones y seguirán haciendo hasta lo imposible para imponer sus políticas a base de terror, miedo, sangre y destrucción.

Bien se ha explicado en publicaciones anteriores por qué eso de las energías limpias o energías alternativas es una estrategia neoliberal que aspira a producir sistemas frágiles en infraestructura eléctrica y de baja competitividad técnica, sobre todo sujeta a contingencias y a monopolios de imposición para adquisición de componentes para el sistema, que, si cualquier país decide democráticamente independizarse, ellos estarán allí para dejarlos en oscuras y regresarlo a la época de las cavernas.

Sin considerar que se estará utilizando este mecanismo como el plan “B” de los “agrocombustibles”, se detecta a simple vista el afán de utilizar el campo no para la producción de alimentos, sino para satisfacer la demanda energética para una infraestructura raquítica.

De cuándo acá Washington se ha interesado por el “desarrollo” de los pueblos que Joe Biden en su discurso fruslero manifiesta que ayudará a países a implementar las “energías alternativas” con dineros del presupuesto de su gobierno. Pareciera que está convencido que se dirigió a incautos feligreses sin sentido y sin razón.

El discurso se centra en sus tres estrategias geopolíticas y de injerencia hegemónica, dentro de su trasnochado discurso se refiere a aportar dineros para “fondo para combatir el sida”, otro para la crisis alimentaria en asistencia y en “semillas resistentes a las sequías” aportes para la “transición energética”.

Para no caer en la repetidera y en la redundancia de su fruslero discurso en atribuir responsabilidades a otros gobiernos por asuntos estratégicos, bien valdría la pena reflexionar sobre estos tres pilares hegemónicos de Washington.

Del Sida existe abundante material al respecto y de ese tema ya se ha expuesto en publicaciones anteriores; los desaciertos en materia de protocolos para diagnosticar esta condición. Lo que da a entender que sus tres pilares estratégicos dos de ellos como el de la salud y la alimentación se compaginan dentro de su causa y efecto.

Las semillas transgénicas  o genéticamente modificados que hasta el momento lo que han hecho es acentuar más la hambruna y la desnutrición debido a que forman parte del monopolio esclavizante de agriculturas de los países del mundo, si consideramos que dichas semillas ante todo no pueden producir alimentos para una segunda cosecha porque están esterilizadas y segundo debido a la baja y mala calidad de los nutrientes en los alimentos que se derivan de estas semilla, de eso hay sobrados estudios y una de las razones es que no sólo vienen con merma en sus nutrientes , sino que además vienen contaminadas con agrotóxicos para eliminar las bacterias Rhizobium.

Se presume que es para que la planta no realice el proceso de biocenosis para que no absorban el nitrógeno de la atmósfera ya que estas bacterias cumplen esta función y mediante esta estrategia genocida el alimento rompa su cadena de aminoácidos esenciales ya que dicho alimento no lleva el nitrógeno dentro de la cadena. Es decir; se rompa el eslabón del nitrógeno dentro de la cadena de aminoácidos esenciales y esto produce merma en el estado de salud y por ende los consumidores sufrirán de deterioros sobre todo a nivel de defensas que a la postre producirán inmunodepresión. La cual no se diagnostica con un piso o un techo de supuestos linfocitos T CD4+ (célula del sistema inmunitario) y menos con una escala aleatoria y por tanteo tal como lo han venido haciendo para engañar al mundo académico, el cual sigue dormido sin percatarse de ello, sino mediante exámenes de laboratorios que especifiquen las inmunoglobulinas A, G y M.

Es por ello por lo que las semillas nativas deben ser declaradas patrimonio de los pueblos debido a su tradición agrícola y no a productos que han sido alterados, ya que la naturaleza jamás se ha equivocado y cualquier país puede resolver su problema de agricultura con sistemas de riego y aprovechamiento del agua, con técnicas de regados y con materiales orgánicos de retención de agua en los lugares de sembrado, esto para mejor aprovechamiento del agua en la agricultura.

En cuanto a su pilar estratégico de la “transición energética”, se detecta que esta es muy apresurada, primero porque en el corto o el media plazo no hay ni habrá crisis energética por agotamiento de fuentes tradicionales ya que varios países del globo cuentan con suficientes reservas hasta para 250 y 300 años o quizás más si se hace un repoblamiento petrolero ya que este es un combustible biológico y natural, por ello ningún país debe seguir ese juego de la geopolítica en convertirse ingenuamente en sumiso por tradición o esclavitud económica y política, porque al hegemón sólo le interesa frenar el desarrollo de los pueblos de Latinoamérica por el celo de impedir que la Federación Rusa y la China le aventajen en posiciones estratégicas y con políticas más humanas y sensatas.

Estas estrategias son para que nuestros pueblos sigan arrodillados al policía o padre putativo de la geopolítica mundial y que sigan con la idea de que sin ellos no podemos progresar.

Una verdadera política contra la hambruna radica en que cada país sea autónomo e independiente, es decir; tenga soberanía alimentaria y produzca los alimentos que tradicionalmente han sido la base de su alimentación y no nos dejemos engañar con falsos argumentos o falsas promesas de libertad, debido a que la libertad y soberanía forman parte de la dignidad de nuestros pueblos.

 Una alimentación soberana es garantía para la salud de nuestros pueblos y que nuestros gobiernos amparen la productividad nacional agrícola con las semillas tradicionales.

Hay que derogar todas esas leyes y decretos que prohibieron almacenar y guardar las semillas orgánicas y nativas, que son naturales y la naturaleza jamás se equivoca para que no nos dejos imponer las basuras con las cuales han convertido al hambre en mercancía para que sigamos dependiendo de ellos y su “sabiduría torcida”.

Por último, tenemos que estar bien atentos a las falsas energías limpias o a la transición energética ya que eso convierte a nuestras infraestructuras en sistemas frágiles y dependientes de componentes e insumos que si no tenemos un plan B, podría estancar y retroceder nuestras economías ,ya que el plan es seguir controlando a las economías a través de los “energéticos” y a las personas a través de los alimentos con el fin de manejar la industria farmacéutica y hacer el binomio “enfermedad y  molécula química” .

Eso es lo que se vislumbra como plan estratégico porque se sienten amenazados en su hegemonía.

Nuestros gobiernos deben responder solidariamente a las necesidades y requerimientos de sus pobladores y no a los necios caprichos que sólo responden a intereses para beneficiar sus arcas y mantener su dominio global, de los que han mantenido al mundo enfermo, esclavizado y en la más absoluta miseria.

Notas:

Aminoácidos esenciales: Los aminoácidos esenciales son aquellos que el propio organismo no puede sintetizar por sí mismo. Esto implica que la única fuente de estos aminoácidos en esos organismos es la ingesta directa a través de la dieta. Los 9 aminoácidos esenciales son: histidina, isoleucina, leucina, lisina, metionina, fenilalanina, treonina, triptófano y valina. Ya con esta información podemos interpretar mediante elementos de juicio por qué el interés en seguir manejando nuestra soberanía alimentaria con sus basuras tóxicas. El sólo hecho de impedir la absorción del nitrógeno atmosférico a las, verduras, legumbres y cereales que a través de la biocenosis se convierte en orgánico para que lo asimile la planta a través de las bacterias (Rhizobium ) y pueda llegar a nuestra alimentación (aquí se detecta que el nitrógeno industrial ha sido implementado como negocio ya que la naturaleza lo tiene en abundancia: 78% y cumple su ciclo biológico). Además de químicos tóxicos como ingredientes adicionales los cuales producen afecciones hepáticas y renales. Se comprenderá fácilmente cuál es el objetivo de estas perversas estrategias que además de ello vienen esterilizados para que sólo sirva para una primera cosecha y haya que recurrir a los monopolios de las semillas basura a comprárselas todo el tiempo (esclavitud alimentaria bajo el lema de “soberanía alimentaria). El aminoácido esencial lleva rota su eslabón de nitrógeno ya no se formarán dentro del organismo las proteínas necesarias para su buen funcionamiento.  Ellos mismos nos han dado las pistas y si nosotros no queremos verlas ya el asunto es otro.

En conclusión, podemos manifestar que no se trata de un discurso demagógico y mentiroso, sino de una apología al bioterrorismo, porque los que entendemos la temática, bien comprendemos que sus fines no son nobles, altruistas y menos humanitarios porque a la postre sólo traerán enfermedad, hambre, miseria, destrucción, muerte y pobreza, mientras ellos se benefician de todas nuestras calamidades.

 Resulta irónico que cuando los precios del petróleo eran inferiores al costo de producción por barril, esto no les convenía y decretaron la pandemia COVID 19 para frenar la maquinaria mundial y tratar de estabilizar los precios del petróleo a su conveniencia, ahora que muchos países están estableciendo alianzas para liberarse del sistema de intercambio Swift pretenden imponer al mundo su  Teoría del Decrecimiento Económico o Bioeconomía para seguir socavando las economías de sus colonias o de las economías emergentes.

Lo que más le preocupa a ellos es el agotamiento de sus reservas estratégicas de petróleo y por cualquier motivo tratan de imponer a regañadientes sus “energías limpias” mientras por otro lado buscan desesperados el precioso oro negro, acudiendo a toda clase de desinformaciones académicas y “científicas” con el fin de que las reservas del mundo que existen en otros países diferentes al suyo le sigan siendo de su propiedad.


Comunicate