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Henry Kissinger a los 100 años: "La Segunda Guerra Fría será todavía más peligrosa que la primera"

 

El veteranísimo diplomático da un recital sobre política en su nuevo libro, 'Liderazgo'. "Putin ha perdido el sentido de la proporción", alerta en esta charla con Niall Ferguson

 extractos 25/3/23 El Mundo ( España)

A punto de cumplir 100 años, este 27 de mayo, el exsecretario de Estado de EE.UU., Henry Kissinger, sostuvo que "la Segunda Guerra Fría será todavía más peligrosa que la primera".

Kissinger, responsable de procesos dictatoriales durante la Guerra Fría en Iberoamérica, explicó en una entrevista con el periódico español El Mundo, que el nuevo conflicto mundial se dará entre las dos mayores potencias: China y Estados Unidos: "Dos países con capacidad para dominar el mundo -Estados Unidos y China- se enfrentan como últimos contendientes. Se rigen por sistemas internos incompatibles. Y esto ocurre además cuando la tecnología significa que una guerra podría dar marcha atrás a la civilización, si es que no la destruye".

"No creo que la dominación del mundo sea un concepto chino, pero podría ocurrir que se volvieran igual de poderosos. Y eso no nos interesa", añadió el exsecretario de Estado, explicando que Washington y Pekín "tienen una mínima obligación común de evitar que se produzca una colisión catastrófica".

Agregó que, a diferencia de la Primera Guerra Fría, entre la URSS y EE.UU., actualmente ambos países disponen de recursos económicos comparables y las tecnologías de destrucción son aún más terroríficas, especialmente con la llegada de la inteligencia artificial.

Para Kissinger, los anhelos de sectores de poder de Occidente de "esperar a que China se occidentalice" es perder el tiempo en vano.

Con respecto al rol de la OTAN en el conflicto de Ucrania, expresó: "La OTAN era la alianza adecuada para hacer frente a una Rusia agresiva cuando ésta era la principal amenaza para la paz mundial», responde. «Y la OTAN se ha convertido en una institución que refleja la colaboración entre Europa y Estados Unidos de una forma casi única. Por eso es importante mantenerla. Pero es importante también reconocer que las grandes cuestiones van a tener lugar en las relaciones de Oriente Medio y Asia con Europa y América. En este sentido, la OTAN es una institución cuyos componentes no tienen necesariamente puntos de vista compatibles. Se unieron en Ucrania porque esto les recordaba a las viejas amenazas y lo hicieron muy bien. Yo apoyo lo que hicieron. La cuestión será ahora cómo poner fin a esa guerra. Al final hay que encontrar un lugar para Ucrania y un lugar para Rusia, si no queremos que Rusia se convierta en un puesto avanzado de China en Europa"

Sobre su primera impresión de Putin, cuando lo conoció en la década de los '90, Kissinger expresó: "Me pareció un analista reflexivo», dice Kissinger. «Tenía una visión de Rusia como una especie de entidad mística que se ha mantenido unida a través de 11 husos horarios mediante una especie de esfuerzo espiritual. Y en esa visión Ucrania ha desempeñado un papel especial. Los suecos, los franceses y los alemanes pasaron por ese territorio cuando invadieron Rusia y en parte fueron derrotados porque ese trayecto les agotó. Esa es la visión de Putin"

 

A 33 AÑOS DE LA “GUERRA DEL GOLFO”

 

 En estos días, la prensa internacional más presente, está recordando que se cumplen 20 años de la invasión, que algunos tienen el tupé de llamar guerra, de Estados Unidos contra Irak, pero olvidan, a menudo, seguramente por ingenua coincidencia, que no son 20, sino 33 los años que lleva la ocupación militar y económica de esa nación del Golfo Pérsico, por la cabeza imperial

José Vera Arenas, desde Asunción 29 marzo 2023, UyPress

En este primer trimestre, se ha cumplido esa cifra, resonante para algunos, que registra el infame acto del lanzamiento, en la madrugada del 17 de enero de 1990, de la Operación Tormenta del Desierto, que abrió las puertas a una seguidilla de guerras en la región, ‎sucediendo a la llamada guerra fría, que habían protagonizado Estados Unidos y la Unión Soviética, durante 40 años.

Washington y sus aliados iniciaron aquella invasión ‎en momentos que, tras la  caída del muro de Berlín y el Pacto de Varsovia y la ‎URSS en proceso de disolución, se produjo una situación geopolítica, ‎totalmente nueva, que Estados Unidos ha aprovechado con inteligencia y éxito hasta hoy.

Una década antes, la Casa Blanca respaldó al Irak del dictador Saddam Hussein, en la guerra contra el Irán del ayatola Khomeini. Una vez superado el conflicto, Bagdad se fue fortaleciendo, y ello preocupó a EEUU e Israel, que aplicaron la estrategia del «divide y vencerás»: empujando a Kuwait ‎a reclamar el pago inmediato del crédito que ese emirato había concedido a Irak y a perjudicar a ‎este último país mediante la explotación excesiva del yacimiento de petróleo que se extiende bajo ‎la frontera común. ‎

Washington convenció a Saddam Hussein de imparcialidad en ese ‎conflicto, y estimuló su codicia, al punto que, en julio de 1990, Bagdad lanzó sus tropas contra el territorio Kuwaití, sin imaginarse que su aliado imperial ‎montaría una coalición internacional para aplastarlo, con 750 000 efectivos, ‎‎70% estadounidenses, comandados por el general ‎Norman Schwarzkopf. ‎

Esa coalición bélica utilizó contra Irak ‎‎2 800 aviones de guerra que realizaron 110 000 misiones de bombardeos, dejando caer sobre ‎la población iraquí 250 000 bombas, incluyendo las llamadas "bombas de racimo" (cada una ‎libera gran cantidad de pequeños artefactos letales contra las personas). Junto a la US Air Force ‎estadounidense, participaron en esos bombardeos aparatos de las fuerzas armadas de Reino Unido, ‎Francia, Italia, Grecia, España, Portugal, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Noruega y Canadá.

El 23 de febrero del 90, la coalición inició la ofensiva terrestre con más de ‎medio millón de efectivos, ofensiva que terminó a la semana con un «alto al fuego ‎temporal» proclamado por el presidente George Bush padre.

Inmediatamente después, el Pentágono lanzó la Estrategia de Seguridad Nacional de ‎Estados Unidos, emitida en agosto de 1991, con una advertencia a sus adversarios -y también a ‎sus aliados- de que «Estados Unidos es el único Estado con una fuerza, un alcance y ‎una influencia en todos los campos -político, económico y militar- realmente mundiales. ‎No existe ningún sustituto del liderazgo estadounidense».‎

La guerra del Golfo registró  la primera guerra con participación de Italia que, en violación del Artículo 11 de su Constitución, presentó el «Nuevo Modelo de Defensa», ‎afirmando que la misión de las fuerzas armadas italianas es «velar por los intereses nacionales ‎donde quiera que sea necesario».

La OTAN, en su colosal práctica cobarde e hipócrita, declaró  oficialmente que no participó en esa guerra, aunque puso sus fuerzas y bases a disposición de la agresión. Meses después, en noviembre de 1991, lanzó el «Nuevo Concepto Estratégico de la Alianza», consolidado como la guía de las guerras sucesivas que comanda Estados Unidos, desde Yugoslavia en 1999, Afganistán en 2001, Irak en 2003, de nuevo, y Libia y Siria ‎en el 2011, a las cuales hay que sumar la actual de Ucrania, que lleva 13 meses.

Cientos de miles de muertos y gran destrucción material, todas presentadas como operaciones ‎humanitarias para defender la democracia, al criminal precio de millones de muertos, inválidos, huérfanos y  refugiados, obra magnánima que el presidente Bush padre calificaba en 1991 como ‎‎«crisol del Nuevo Orden Mundial».

A ellos se agrega un millón y medio de muertos -‎entre ellos, medio millón de niños fallecidos- durante los siguientes 12 años de "embargo" ‎contra Irak, así como las numerosas muertes provocadas por los efectos, a largo plazo, de las ‎municiones de uranio empobrecido, que Estados Unidos utilizó masivamente contra Irak, en la segunda guerra contra ese pueblo, símbolo de la cultura árabe, desatada por George Bush hijo en el 2003, con la mentira cruel de que Bagdad disponía de bombas nucleares..

A ese genocidio, que habría costado a las arcas imperiales dos mil millones de dólares, hace 20 años, según el Congreso, hay que sumarle los crímenes que continúan cometiendo las potencias occidentales en Afganistán, Libia y Siria, faltando aún contabilizar los muertos que va dejando en pueblos ucranianos y rusos, en la guerra más mediatizada, porque poco o nada se habla de las que se libran en los territorios del Yemen, Etiopía, Somalia, Malí, Mozambique, Sudán, Níger, Nigeria, y varios más, efecto de la creación y financiación, por los servicios del espionaje occidental, del paramilitarismo religioso fanatizado. 

 

CUBA : Declaración conjunta

 

Cuba Próxima comparte la Declaración conjunta de las organizaciones de la sociedad civil cubana que monitorearon las votaciones realizadas en la Isla este 26 de marzo de 2023.

La Habana, 26 de marzo de 2023

Las elecciones del 26 de marzo correspondientes a la X Legislatura de la Asamblea Nacional han sido las más irregulares de su historia desde que estas se iniciaron en 1976.

En primer lugar, normalizaron las anomalías de forma, violatorias de la Ley Electoral 127, que se han observado en los últimos procesos electorales: no publicación de los padrones electorales con el tiempo de antelación requerido, colegios electorales en los que aquellos no fueron colocados a la vista de los electores, o colegios electorales en los que votaban personas no inscritas. En algunos casos, eliminación de electores que gozan de todos sus derechos civiles y políticos, incluidos el requisito, contradictorio con la Ley y la Constitución, de residencia efectiva para otorgar el derecho al voto a ciudadanos cubanos que poseen residencia en el país legalmente reconocida.

En segundo lugar, se asumió como normal la práctica excepcional de llevar las boletas a las casas de los electores, una forma de coacción del voto a través de un procedimiento concebido para las personas con discapacidad o que por circunstancias específicas no pueden acudir a los centros de votación. Médicos y pacientes reportan, así mismo, que hubo coacción por el voto en los hospitales. En esta dirección, se reportan lugares donde se confeccionaron listas previas de compromiso con el voto, centros laborales a los que se les prohibió abrir en sus horarios normales o se les indicó que solo podrían comenzar a prestar sus servicios una vez finalizada la jornada electoral. La práctica de coacción inocente y vicaria del voto utilizando a los niños en la llamada operación Tun Tun se agrega a este tipo de irregularidades, también ilegal, para intentar garantizar la mayor participación de la ciudadanía.

En tercer lugar, se introdujo una práctica en contradicción con la naturaleza cívica del voto, en el que el acto de votar surge del compromiso social de los electores con el sistema político, no de las promesas de beneficios materiales. El concurso electoral a través de las redes sociales, premiable con computadoras, teléfonos móviles o vacaciones pagadas se agrega a la realización de ferias de ventas de mercancías a precios irreales y extra mercado para la incitación instantánea del voto, una práctica política que atenta contra los valores cívicos y de ciudadanía.   

En cuarto lugar, sin agotar aquí el mar de irregularidades, se desató una represión contra activistas y observadores que pretendían monitorear el proceso electoral y participar del escrutinio, tal y como autoriza y respalda la Ley, y en congruencia con el llamado hecho por Alina Balseiro, presidenta del Consejo Electoral Nacional, para que todos los ciudadanos acompañaran el conteo de los votos. En muchos colegios electorales se le negó la entrada a cualquier ciudadano, y muchos de ellos, también activistas, fueron detenidos, sus casas sitiadas, amenazados con fuertes represalias y hasta golpeados por el ejercicio de sus derechos constitucionales.

Este ejercicio de escrutinio ciudadano e independiente es cada vez más necesario, al menos desde 2013, en el que el voto ciudadano empieza a ser cada vez más plural, representándose en toda la gama técnicamente posible del comportamiento electoral de la ciudadanía. Negar esta posibilidad, como acaba de ocurrir en la jornada del 26 de marzo, arroja serias dudas sobre los resultados que se ofrecieron a lo largo de la votación y que no parecen corresponderse con la rigurosa observación independiente, con los testimonios espontáneos de la ciudadanía y con la profusión de imágenes, índices todos en la dirección de mostrar la baja participación ciudadana en la votación a lo largo del país. Extender la votación por una hora más, sin razones de fuerza mayor como establece la Ley Electoral, agrega una cifra de votantes extra legales, que agrega más dudas al escrutinio cerrado de la jornada electoral. Ello abona la sensación ciudadana, que comienza a aflorar, de que las cifras oficiales de participación no concuerdan con el comportamiento real del electorado.

Como observadores independientes, con experiencia acumulada en la observación de los sistemas electorales dentro y fuera de Cuba, consideramos, preliminarmente, que las autoridades electorales no han respetado los marcos y procedimientos establecidos por la Ley 127, al país y a la auténtica voluntad de las y los electores.   

Marthadela Tamayo González, Observadores de Derechos Electorales

Zelandia de la Caridad Pérez Abreu, Comisión Cubana de Defensa Electoral

María Mercedes Benítez Rodríguez, Ciudadanos Observadores de Procesos Electorales


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