La exhibición anual de la Supremacía Judía en Palestina, conocida como la Marcha de las Banderas, no se limita a la Ciudad Vieja de Jerusalén. Es parte de una campaña de intimidación en ciudades de todo el país que tienen una importante población palestina. Este año, esta demostración racista y violenta de supremacía tuvo lugar en Jerusalén, Yafa ad El-Lyd.
Miko Peled - MintPress News, 23 mayo 2023
LA SEMILLA DE LA TORÁ
¿Qué podría ser más inocuo que una semilla? Una semilla de la Torá es una semilla a través de la cual la Torá crece y se propaga. Construyendo puentes, conectando a las personas con sus antiguas tradiciones, ayudando a los necesitados y, en general, desarrollando comunidades inmersas en los valores de la caridad y la buena voluntad. Este es el velo detrás del cual la comunidad de colonos se está plantando en lo que se conoce como “ciudades mixtas”.
El mundo, y la mayoría de los judíos israelíes, se concentran únicamente en las bandas fanáticas y racistas de las comunidades de colonos de Cisjordania. Sin embargo, durante varias décadas, el mismo movimiento político cuasi religioso que creó estas horribles comunidades se ha ido trasladando a municipios conocidos como “ciudades mixtas”. Estos incluyen Yafa, El-Lyd, Ramle y algunos otros con grandes poblaciones palestinas.
Su propósito es doble:
• Para “plantar la Torá que se ve en las comunidades judías”, o en otras palabras, ganarse los corazones y las mentes de los judíos israelíes pobres y marginados, que típicamente viven en “ciudades mixtas”.
• Aterrorizar y eventualmente expulsar a las comunidades palestinas de estas ciudades, haciéndolas puras y judías.
Esto, por supuesto, no tiene nada que ver con el judaísmo. Es otra expresión más de la ideología racista que creó el Estado de Israel y se conoce como sionismo.
SOMOS LOS PROPIETARIOS
Reclamar la propiedad de Palestina siempre ha sido un importante tema de conversación sionista. Lo que están haciendo los grupos de Semillas de la Torá es marchar por los barrios palestinos para demostrar ese punto. “Somos los terratenientes”, escuchamos decir a Itmar Ben-Gvir mientras caminaba por el santuario sagrado de Al-Aqsa, y esto lo gritan en los megáfonos en los barrios palestinos, en Yafa, El-Lyd, Ramle, Hebron y, por supuesto, Jerusalén.
Estos colonos, que mucha gente cree que están confinados en Cisjordania, están tomando el control expulsando a los palestinos. Ya no vemos camiones con soldados desalojando a los palestinos como en 1948 o 1967. En cambio, vemos bandas de colonos armados con protección policial aterrorizando a los palestinos y haciéndoles la vida imposible. Debido a que estas ciudades están dentro de los límites de la Palestina de 1948, no es el ejército el que protege a estos matones sino la policía.
NÚMEROS
Para reclamar la propiedad de la tierra, los sionistas se han obsesionado con la demografía. Estaba claro desde el principio que en ese frente estaban perdiendo, por lo que encontraron una fórmula que hace que parezca que hay una mayoría judía y una minoría árabe en “Israel”.
Otra señal de la obsesión sionista con la demografía es que el estado de Israel realiza un censo casi todos los años, y año tras año, desde que tengo memoria, terminan con el mismo cálculo. No es que los números no crezcan, pero el porcentaje de árabes siempre se mantiene más o menos en el veinte por ciento de la población total.
Sabemos que durante décadas los palestinos representan mucho más del veinte por ciento, entonces, ¿cómo hace esto Israel? Bueno, no es magia; simplemente mienten sobre los números. Israel no cuenta a todos los palestinos, solo a los que viven en las fronteras anteriores a 1967. En otras palabras, mientras que los israelíes judíos se cuentan independientemente de dónde vivan dentro del país, solo se contabilizan los palestinos que vivían en la Palestina de 1948. Esto significa que el Estado de Israel está dejando fuera de sus cifras a más de cinco millones de palestinos.
Esto tiene sentido si se considera que los sucesivos gobiernos israelíes y la sociedad israelí en general no ven ninguna conexión con los palestinos que viven en los territorios tomados por Israel en 1967. Mientras que los palestinos que permanecieron en 1948 se denominan ciudadanos, los que se agregaron como resultado de la ocupación de 1967 no tienen estatus y, por lo tanto, no existen (oficialmente).
DOS MARCHAS POR AÑO
En la ciudad de Yafa, que oficialmente forma parte del municipio de Tel Aviv, los colonos realizan dos marchas de banderas al año. Uno en el Día de la Independencia de Israel y otro en el Día de Jerusalén. La ciudad afirma que es una expresión de diversidad, no muy diferente de los días en que los palestinos realizan un desfile de Navidad o un mercado de Ramadán. Pero hay una diferencia; ni los eventos de Navidad ni los de Ramadán incluyen acoso por parte de policías militarizados uniformados y detectives vestidos de civil.
Durante estos desfiles de racismo y supremacía, los ciudadanos palestinos de la ciudad reciben instrucciones de permanecer fuera de la vista. Están sujetos a registros e incautaciones, y están confinados en áreas donde estarán fuera del camino de los pandilleros que desfilan con banderas de odio.
En la ciudad de El-Lyd, miles de colonos marcharon por el casco antiguo, por barrios y comercios palestinos, acosando y aterrorizando a cualquiera que se interpusiera en su camino. A lo largo de los años, El-Lyd ha sido testigo de algunos de los peores actos de violencia por parte de las bandas de colonos, y este desfile de odio y supremacía está ahí para dejar claro que los palestinos que entren en la ciudad de que El-Lyd no es de ellos. En 1948, el área había sido objeto de brutales masacres y de los 40.000 habitantes de la ciudad, solo quedaban 400. Hoy, la población palestina constituye entre el 30% y el 40% de la población.
PALESTINA NO SE LIMITA A CISJORDANIA
Mucha gente todavía se refiere a la Palestina de 1948 como Israel y a Cisjordania como Palestina. Sin embargo, esta gente haría bien en recordar que hasta mayo de 1948 todo era conocido como Palestina y que los palestinos viven en todo el país y soportan el mismo odio y violencia independientemente de dónde vivan, qué documento de identidad lleven o si son contados por el Estado del Apartheid o no.
Miko Peled es un activista israelí-estadounidense, autor e instructor de karate, activista de derechos humanos nacido en Jerusalén en 1961. Sus últimos libros son “ El hijo del general”. El viaje de un israelí en Palestina ” e “ Injusticia, la historia de los Cinco de la Fundación de Tierra Santa ”.