En Vitry-sur-Seine (Val-de-Marne), durante una secuencia de disturbios el jueves 29 de junio, una armería fue saqueada y al menos dos escopetas y tres escopetas robadas. La K'1 Fry Mafia, la mayoría de cuyos miembros son precisamente de Vitry-sur-Seine, había anunciado hace quince años en un famoso rap: "¡Es la guerra!". Y aquí estamos.
"Negarse a cumplir", el argumento que mata. Incluso hay una ley, aprobada en 2017, que lo formaliza. El 14 de junio, en Angulema, Alhoussein Camara, un guineano de 19 años, fue asesinado a tiros durante un control policial cuando se dirigía a su trabajo a las 4 a.m., sin testigos a esa hora temprana. Un detalle alucinante que dice mucho sobre la supuesta independencia de la justicia: mientras que la muerte de una persona conduce automáticamente a la extinción de la acusación, la fiscalía de Angulema abrió inmediatamente una investigación contra el fallecido por "negativa a cumplir y violencia con un arma", puro procedimiento mediático para difamar a la víctima y justificar este asesinato. El 27 de junio en Nanterre, sin suerte para los policías, hubo alguien para filmar y grabar los dichos. [1] "No te muevas o te pondré una bala en la cabeza", "¡Dispárale!!" Es la guerra.
También es una guerra civil. Porque todos los días desde el 27 de junio, los franceses promedio que condenan el asesinato de NAHEL han vertido su racismo y neurosis de seguridad en las redes sociales, y la simple convivencia con esas personas se está volviendo cada vez más problemática. Un premio acumulado en apoyo de su asesino ganó € 850,000 de un objetivo de € 50,000. En un país donde un Cyril Hanouna y un Eric Zemmour hacen estallar al público, no podíamos esperar nada mejor que escucharlos repetir a coro, como los perros pavlovianos que son, el estribillo y la cantinela sobre que los jóvenes rebeldes de los barrios que serían traficantes, mientras que los patrones del carbón (la droga)los narcos, siempre se han opuesto a la revuelta que perturba su negocio [2] Ni siquiera nos atrevemos a imaginar lo que algunos policías se verán tentados a hacer si el mensaje es golpear a alguien para encontrar un premio acumulado de casi un millón de euros.
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Dos secuencias muy diferentes acaban de sucederse en Francia desde principios de este año. En los primeros meses, hubo manifestaciones masivas contra la reforma de las pensiones, que fue rechazada por tres cuartas partes de la población si creemos en las encuestas. Enmarcados en caminos consensuados y según modalidades bien conocidas, repetidos cada mes, en cada día de acción, hasta el inevitable y tan esperado agotamiento. Aparte de algunas salidas en manifestaciones salvajes y algunos bloqueos, todo funcionó según lo planeado hasta el punto de que el gobierno quiso saludar la civilidad de los sindicatos. El espectáculo de una protesta digna y responsable, expresada con toda civilidad y legalidad, dejó al gobierno libre para aprobar su proyecto de ley permitiéndose el lujo de burlarse abiertamente de la representación nacional y sus desafortunados votantes, que solo tengan que tragarse toda la vergüenza.
Y de repente, a principios de verano, estalla una revuelta incontrolada, tras un crimen policial de más, que supera a las fuerzas del orden y deja por el camino a todos los chanchullos políticos No es protesta, es venganza, por todas partes.. Y a diferencia de lo que sucedió en 2005, desborda las ciudades, también golpea en el centro de las ciudades, e incluso en los pueblos pequeños. Se han incendiados gendarmerías en ciudades de 5000 habitantes... Una revuelta que cuenta con la simpatía de gran parte de la juventud, más allá de los barrios populares,y causa consternación entre algunos adultos. Es que, como comentó un camarada,"Los niños tienen una extraña capacidad para pensar fuera de las estructuras simbólicas que nos confinan". Este poder escapa a todas las estafas, incluso si inevitablemente se agotará frente a la represión policial. Expresión de una rabia más que legítima, esta liberación colectiva también habrá tomado aspectos carnavalescos, que se destacan por los fuegos artificiales y la alegría del saqueo [3]
La santurrona Francia puede, en el mejor de los casos, lamentar la muerte de Nahel – ¡incluso Micron dijo que era "inexcusable"! – pero juzga duramente el estallido de ira que le siguió. "Si estás enojado, es porque no eres capaz de razonar lógicamente, ya que, al menos en Occidente, el enojo es enemigo de la reflexión, esto es una cosa paternalista que ves, estas formas de decir básicamente que eres primitivo, no sabes cómo organizar tu pensamiento, esta es una forma de descalificarte, para descalificar el discurso y también es una forma de asegurar una cierta comodidad es decir quiero escucharte pero dime amablemente que no es incómodo: no a veces es un escupitajo en la cara que quiero enviarte para que entiendas, esto es real, eso ... ", comentó el rapero Casey hace unos años.
Aquí estamos, con todas estas personas bien situadas que deploran la muerte de Nahel pero condenan la violencia. ¿Les hubiera gustado que después de la ejecución sumaria de un joven de 17 años los jóvenes fueran a la policía con una rama de olivo en sus manos? ¿Después de todas estas muertes, estos mutilados?
Pero a fuerza de reproducirlo una y otra vez, el disco de la llamada a la calma se raya definitivamente.
Con cada asesinato policial, vemos a los partidarios del statu quo, todos estos mediadores profesionales, SOS Racismo, por supuesto, que no dejaron de emitir su comunicado, firmado por personas que nunca han estado más que llamando a la calma durante cuarenta años. No pasa un mes sin policías a los que se les ha dado el derecho de hacer todo lo posible para ejecutar a alguien, casi siempre una persona racializada, con el apoyo de colegas y toda la jerarquía.
La violencia no traerá de vuelta a NAHEL, escuchamos repetidas veces. Pero al menos tendrá el mérito de nutrir la memoria, y ya es mucho inaugurar una tradición política de rebelión Sin ella, ¿quién recordaría a Zyed y Bouna?
Los adultos tan razonables y en realidad tan resignados deploran la violencia ciega de la revuelta, pero ¿qué han transmitido a los jóvenes, a esta generación rebelada por la muerte de uno de los suyos? Nada más que un vacío político total que inmediatamente descalifica sus juicios moralistas.
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En Marsella, la revuelta condujo a una ola de saqueos sistemáticos, varios cientos de comercios según la prensa, indignando incluso a personas que creíamos cercanas. "Chicos malos de Marsella", cantaba el rap marsellés hace treinta años: pues aquí están los chicos malos en cuestión, en la calle, y ¿cuántas personas que, incluso en el mundo del rap, ahora los rechazan por sus excesos? El rap representa, según una expresión tan común en los círculos del hip-hop, pero aquí estamos más en la representación, se vive directamente.
Por lo tanto, oímos gritos por los comerciantes, que en su mayor parte nunca han visto más allá del contenido de su cajón de efectivo y no pierden la oportunidad de pedir más policías: pero no los habíamos escuchado demasiado, aquellos que lanzan los llamamientos a la calma y la dignidad, que lloran las ventanas rotas y los bienes saqueados, sobre el asesinato de Zineb Redouane por el CRS el 1 Diciembre de 2018, durante otro motín en la ciudad. Sin embargo, el recuerdo sigue vivo, en casa...
Por otro lado, escuchamos a la gente lamentar el hecho de que los supermercados Lidl y Aldi sean saqueados y/o quemados en los suburbios en estos días, con el argumento de que probablemente son personas de barrios obreros los que trabajan allí: es curioso porque de este mismo argumento podemos llegar a la conclusión opuesta, es decir, que algunos de los saqueadores e incendiarios actuaron precisamente PORQUE HABÍAN TRABAJADO ALLÍ. ¿Destrucción ciega? Sin embargo, en los distritos del norte, los jóvenes prendieron fuego a un Aldi y atacaron el centro comercial Grand Littoral, pero nadie tocó el Après-M [4] Aprovechemos esta oportunidad para acoger con satisfacción la destrucción sistemática de las cámaras de video vigilancia.
Se culpa de estos actos al "barrio". Como si el barrio fuera una Arcadia dichosa, como si no fuera también un lugar de conflicto, donde reinan la explotación y la frustración.
Sin embargo, no es tan difícil entender que para los jóvenes de las ciudades, estos supermercados de descuento conforman un ambiente hostil, sospechoso tan pronto como entran, bajo la mirada de guardias de seguridad y cámaras, condenados a salir con sus deseos elementales nunca satisfechos. Es el lugar de la privación hacerse más rico. Ahorrémosles más lecciones morales indecentes que nunca, viniendo de personas a las que nunca les ha faltado nada. Además, no solo agarraron pantallas planas y pares de Nike. En Montreuil, donde todos los supermercados fueron saqueados, los adultos testificaron: "Los vi anoche, gente muy joven, saliendo con bolsas de comida llenas hasta el borde, fue sorprendente". "¡Como si estuvieran comprando para su mamá!" Se llevaron todo, la tienda está vacía", dice el guardia de seguridad de un Auchan Montreuillois: en estos tiempos de inflación galopante, ¿quién se sorprendería?
Mientras tanto, escuchamos a otros jóvenes expresarse, que realmente no tienen el mismo perfil: "Todo se está desmoronando", "Estoy al final de mi vida"... no por el asesinato de Nahel, sino por el concierto de Mylène Farmer cancelado debido a los disturbios. "Mylène vuelve rápido estoy triste y tan devastada, no paro de llorar desde el viernes"... La abyección de una época puede medirse por sucesos como estos. Entre eso y el fondo de plata para el policía asesino...
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Vehículos blindados en las calles, empezamos a acostumbrarnos, desde el ataque a la ZAD en la primavera de 2018 y la represión de los chalecos amarillos. Pero cruzamos un umbral con la intervención del RAID, una unidad especializada contra los terroristas. ¡Habremos visto a robocops equipados con rifles de asalto de alta gama intervenir para detener a los niños, que acababan de tomar bombones y refrescos en una tienda destruida! "¡Es la guerra!"
Estos mismos policías que se permitieron manifestarse en París, no hace mucho tiempo, en medio de la noche, encapuchados y con su arma de servicio, a la llamada de sus sindicatos abiertamente facciosos, pidiendo nuevamente el derecho a matar y recibir el apoyo de casi todos los funcionarios electos, desde Eric Ciotti hasta Fabien Roussel. Niños mimados de este régimen ( los polis), que obtienen satisfacción de todos sus caprichos represivos y que están equipados con todos los juguetes tecnológicos más modernos destinados a mutilar y matar.
Esta policía, que se está constituyendo cada vez más como un poder autónomo dentro del propio Estado, y reclama plenos poderes sobre un sistema de justicia que ya está en gran medida a su disposición, se beneficiará en la calle del refuerzo de los grupos fascistas (identitarios, GUD, AF, etc.). En varias ciudades, particularmente en Occidente, grupos de "patriotas" organizaron redadas para complementar la abrumada fuerza policial, e incluso hicieron arrestos. Cuando también conocemos el entrelazamiento de la extrema derecha y ciertos policías con el tráfico de armas, en un contexto de complicidad ideológica, podemos preocuparnos.
Pero como dice una pancarta sostenida en un mitin en St Denis el 30 de junio, "va a ser complicado disolver los suburbios". Especialmente porque esta secuencia habrá permitido esbozar alianzas específicas. Ya la manifestación del día anterior en Nanterre, convocada por la madre de Nahel, había reunido a una multitud colorida y compuesta: si la atroz muerte de Zyed y Bouna en octubre de 2005 no parecía moverse más allá de los suburbios, la de Nahel resonó inmediatamente en un campo mucho más amplio.
Saludemos de paso el coraje político de los participantes del Orgullo de Marsella cancelado, que se manifestaron este domingo a pesar de la prohibición de la prefectura. "Esto no es una fiesta, estamos de luto": reunidos en la Porte d'Aix, los participantes marcharon en la ciudad detrás de una pancarta: "No hay orgullo para los policías y no hay policías en nuestro orgullo" y gritando "Nahel, Souheil, Zineb y Adama, no olvidamos ya que no perdonamos", "Sin justicia, no hay paz. Mort à l'État policier" Muerte al estado policial, "Darmanin on te blockade de Marseille à Mayotte", "Darmanin, te bloqueamos de Marsella a Mayotte" a veces retomado por los espectadores.
Esto se debe a que, desde los chalecos amarillos hasta la manifestación de Sainte Soline, la experiencia de la violencia estatal ahora es ampliamente compartida y es una base sobre la cual debe ser posible construir alianzas. Porque esta violencia no es anecdótica, como nos quieren hacer creer quienes llaman a la calma y abogan por una policía republicana que respete al ciudadano. La policía, que nunca ha sido más que el brazo armado de la clase dominante, constituye el pilar último de estos regímenes liberales-autoritarios debilitados.
Se nos objetará que no es lo mismo sufrir acoso policial a diario y encontrarse en peligro de muerte en cada control policial, que sufrir represión durante acciones específicas como un desfile de chalecos amarillos o el bloqueo de una obra eco monstruosa. Pero para las personas que han sido desfiguradas o mutiladas durante estas acciones, y que lo llevará toda su vida, por sus seres queridos, por sus camaradas, esto es algo que nunca desaparecerá
La revuelta que estalló en muchas ciudades norteamericanas tras el asesinato de George Floyd en mayo de 2020 llevó a la cuestión de cuestionar públicamente la disolución de la policía. En Francia, esta es la pregunta que nadie se atreve a hacer todavía, y es una pena. Porque cuando un régimen está en manos solo de su policía, significa que pronto llegará una situación decisiva, y que debemos pensar en ello sin demasiada demora.
Alèssi DELL'UMBRIA, Lundimatin 1 Julio 2023
Tras la revuelta de 2005, Alèssi Dell'Umbria publicó el excelente "C'est de la racaille? eh bien j'en suis!", reeditado en 2008 por Agone con el título "La rage et la révolte".
[1] "Si la información espectacular nos hace insensibles al mundo, fue suficiente para que una adolescente tuviera el coraje de filmar con su teléfono inteligente el asesinato de George Floyd, el 25 de mayo de 2020 en Minneapolis, para hacer sensible una realidad generalmente fuera de alcance. Que los afroamericanos sean víctimas de la violencia policial ciertamente no es una primicia, pero las imágenes de un hombre muriendo asfixiado por un policía inexpresivo exudan mucho más que solo poder de información. La deshumanización de la víctima y la inhumanidad de su asesino aparecen con tanta fuerza en estas imágenes crudas que son suficientes para establecer un auténtico plan narrativo: funcionan como una señal de lo reprimido. (...) Y la obscenidad de mostrar la muerte de un ser humano se invierte: es la obscenidad de la condición de los afroamericanos la que surge a través de esta terrible escena. Y es notable que la emoción provocada por estas imágenes tomó inmediatamente una forma común, en la calle. Alèssi Dell'Umbria, Antimatrix, La tempestad, tesis 305.
[2] Por cierto, lo que se pasa por alto por la propaganda zemmouriana es que, si bien los distribuidores son en su mayoría racializados, los clientes son en su mayoría blancos ...
[3] "En tiempos de reunión, uno no debe elegir arbitrariamente su camino. Las fuerzas secretas están trabajando que conducen juntas a aquellos que tienen afinidades entre sí. Uno debe rendirse a tal atracción; Así que no cometemos un error. Yi Jing, Libro de las mutaciones.
[4] Este antiguo McDonald's ubicado en el corazón de los Distritos del Norte, en St Barthélémy, fue ocupado durante mucho tiempo por sus empleados después de que la administración decretara su cierre. Era uno de los pocos lugares de sociabilidad en estos barrios afectados. Los ocupantes, ellos mismos de las urbanizaciones circundantes, finalmente lograron convertirlo en un restaurante autogestionado en 2020.