07.AGO.23 | PostaPorteña 2361

Argentina: ¿POR QUÉ VOTAR EN BLANCO?

Por RyR

 

El fin del ciclo de una izquierda reformista y la construcción del socialismo

 

A pesar de polémicas y controversias que aparecen en los medios, en estas elecciones es poco lo que se va a definir. En términos más generales, los candidatos tienen una sola fidelidad: la que mantienen con la burguesía argentina. Ellos son parte de ese conjunto de parásitos que nos trajo hasta aquí y los responsables de la situación en la que estamos. Pero, por sobre todo, son miembros de una clase que carece de una salida. Sencillamente, porque vivimos las consecuencias del sistema social que defienden y que les da vida.

En términos más específicos, el programa para afrontar la crisis ya fue pensado y redactado. En ese consenso liberal, que implica un mayor ajuste y un enorme sacrificio a la población, es que se mueven los candidatos. Gane quien gane, van a venir contra nuestras condiciones. La pregunta será cómo y con qué velocidad. Mientras eso se debate, la gente da muestras crecientes no solo de descontento, sino de la desconfianza. En este contexto, un rechazo generalizado se convierte en una necesidad imperiosa.

¿Por qué no votar a quienes se presentan como “la izquierda”?

Podríamos decir que no, porque no pueden, no saben y no les interesa transformar la Argentina, porque no tienen un plan y se limitan al llamado a “resistir” con medidas puntuales, lo cual es cierto y deriva de su naturaleza como trotskistas. Podríamos decir, también, que no tienen vocación de poder y que solo buscan ocupar una banca, que también es cierto. Pero hay algo más importante aún que todo esto que hemos venido señalando hace años: es una izquierda que agotó su ciclo.

Emergida de la irrupción del movimiento piquetero a fines de los ’90 y protagonista del proceso revolucionario abierto con el Argentinazo, esta izquierda sufrió una derrota con el ascenso y consolidación del kirchnerismo, que la dejó prácticamente paralizada. La creación del FIT (luego FITU) como organismo aglutinador y centralizador político terminó en un arreglo puramente electoral, sin ningún peso como tal en la lucha de clases. La derrota del kirchnerismo en 2015 y más aún en 2017 le dieron una oportunidad de volver al protagonismo que le había sido negado en el largo reflujo. En lugar de plantarse en forma independiente, se asoció al kirchnerismo en un frente “antiMacri”, organizándole actos a una Cámpora muerta. El resultado: Cristina resucita y vuelve a hacerse con el gobierno.

Pero la lucha de clases le iba a dar otra oportunidad, con la gigantesca crisis y el derrumbe del gobierno kirchnerista, sumado a un descontento generalizado con todo el personal político burgués. Y bien… ¿qué hizo la izquierda? Plegarse, otra vez, a Cristina “contra la derecha”… Incapaz de delimitarse del peronismo, el descontento se lo llevaron personajes como Milei.

No pudieron porque nunca tuvieron un programa para el poder. Estamos, entonces, ante un fin de ciclo de una izquierda que derivó en reformista. No pueden ofrecer una salida porque ya son parte del sistema.

En este panorama, ninguna de las opciones electorales nos va a sacar de la crisis. Lo que debe hacer la clase obrera es sacar un balance, dar vuelta la página y construir un partido con un plan para edificar el socialismo en la Argentina. Hoy, debido a las dificultades que levanta la legislación, Vía Socialista no puede presentarse aún. No obstante, en el camino de su construcción, mostremos un masivo y ensordecedor rechazo al sufrimiento que nos ofrecen, en un caso, y a la pasividad, en el otro. Votemos en blanco. Que se vayan todos.

Razón y Revolución, Vía Socialista 5 ago 2023


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