21.AGO.23 | PostaPorteña 2363

Paraguay: NEOLIBERALISMO A ULTRANZA

Por José Antonio Vera

 

Desde hoy, el Ejecutivo Nacional de Paraguay tiene un nuevo Presidente, el economista Santiago Peña, quien recibió la banda y el bastón presidencial de manos del número uno de la Cámara de Senadores, Silvio Ovelar, en lugar del mandatario saliente Mario Abdo Benítez, quien se retiró del palacio del Congreso una vez que se desprendió de esos dos símbolos y los entregó al titular del Parlamento.

José Antonio Vera Arenas  desde Asunción UyPress16.08.2023

Esa inhabitual e incómoda novedad en la ceremonia palaciega, evidenció las diferencias existentes entre los principales dirigentes del vetusto aparato del    gobernante Partido Colorado, cuyo Presidente y padre de esa brecha, es el poderoso empresario y exPresidente Horacio Cartes, creador del candidato Peña.

Hay coincidencia en analistas responsables en observar que, dada su práctica mercantilista, Cartes podría replicar el esquema que utiliza en la conducción de sus más de 30 empresas, algunas con socios extranjeros, y reservar a su pupilo la función de principal gerente.

La asunción de Peña se realizó en presencia de unos doscientos altos jerarcas extranjeros, los recién electos gobernadores de los 17 departamentos del país, sus intendentes, los 125 parlamentarios y sus suplentes, sus colegas en el Parlasur,  y un numeroso y alborozado público local, en un esplendido escenario montado frente al Río Paraguay.

Joven, con 44 años, casado y con dos hijos, Peña se presentó en el palco con una corbata grisácea, en evidente guiño a la oposición, a la que convocó al diálogo, en notable diferencia con el grueso de los paraguayos presentes que llegaron con gruesas y relumbrantes corbatas coloradas. Durante los 35 años de la tiranía del General Alfredo Stroessner, todos sus súbditos asistían a los actos oficiales con relumbrantes y gruesos pañuelos colorados al cuello.

El nuevo mandatario saludó el 456 aniversario de Asunción, la Capital del país, como "la madre de las ciudades", en su discurso inaugural que desbordó de buenas intenciones, para dentro y fuera del país, reafirmando su alineamiento con la política exterior de Estados Unidos en la guerra de Rusia con Ucrania, en su apego agradecido a Taiwán, y advirtió que tiene la mejor voluntad para la cooperación internacional, que impulsará a condición de que la soberanía de Paraguay sea respetada.

Habló de la justicia social, del bienestar del pueblo, de mejorar el empleo, de  la educación, de combatir la corrupción, la delincuencia y la inseguridad, como prioridades de su administración, pero olvidó mencionar la criminal asimetría de la economía, que excluye a cuatro millones de una vida digna, entre los 7.5 millones de habitantes, víctimas de una oligarquía rancia.

Dijo que Paraguay produce alimentos para cien millones de personas, pero resulta que hay un millón y medio de niños desnutridos, según informes de la UNICEF, otro millón que "se rebusca" en la basura callejera para comer algo, y un número un poco más alto que perciben un salario miserable, en jornadas que llegan a 12 y 14 horas. Nada dijo de combatir esa ilegalidad.

En cuanto a la educación, donde reconoció ignorancia a superar con gruesas inversiones, olvidó mencionar las condiciones paupérrimas de escuelas y colegios, y los miles de niños y sus docentes que tienen por aulas la sombra de los árboles.

Aludió muy levemente, en el capítulo docente, a un conflicto que ha creado la derecha parlamentaria más radical, de aplastante mayoría colorada, con la Unión Europea, la cual donó en el 2020 un fondo no reembolsable por 38 millones de euros, para kits escolares, mejoras de estructuras y capacitación docente. La tercera transferencia, por ocho millones, está prevista para este año.

Con el argumento de que esa ayuda condiciona una transformación de la enseñanza, que Peña modifica y habla de modernización, los sectores más reaccionarios del parlamento y de la sociedad, han lanzado una furiosa cruzada con el pretexto de que se incluye una educación sexual que promueve la homosexualidad, "en contra de la familia, de Dios y de la libertad, tal como se ha enseñado siempre en nuestros hogares".

El Ministerio de Educación y Ciencias, distribuye kits escolares, con algunos útiles y desayunos, pero lo hace con un criterio vergonzoso, como si existieran dos Paraguay. Uno termina en el kilómetro diez, a partir del centro de Asunción, donde llegan kits aceptables, pero en el resto del territorio nacional da pena la discriminación y humillación de los pobres. Cuadernillos de la peor calidad y comestibles incomibles.

Tampoco mencionó Peña al tema de la tierra, en manos de inversores foráneos en buena parte de las ocho millones de hectáreas fiscales, usurpadas a los campesinos e indígenas expulsados de sus capueras y rancheríos por policías, militares y capangas contratados que, empuñando armas de guerra, los arrinconan en las rutas, en la orilla externa de los alambrados de las haciendas y sembradíos de soja transgénica, o habitando en miles se asentamientos en todo el país. La imparable deforestación, de ocho hectáreas por hora, también estuvo ausente en el discurso presidencial.  

Habrá que convertirse en pitonisa para encontrar argumentos válidos en la promesa de Peña de resolver el desempleo, que afecta al 68 por ciento de la población en condiciones de trabajar. Son dos las firmas que más asalariados tienen: las maquiladoras y el Estado, con unos 370 mil funcionarios, garantía de victoria electoral del partido, si sólo se multiplican por cuatro familiares.

En el único ministerio que ya se conoce la política que será aplicada, es el del Interior, cuyo titular, Enrique Riera, ya se ha pronunciado por triplicar los efectivos armados para reprimir toda manifestación popular en las calles.

Cartes, que goza de la condición nunca ejercida por él, de Senador Vitalicio, era un activo animador de actos proselitistas, pero se había apagado en los últimos meses, desde que Estados Unidos lo acusó de "justificadamente corrupto". Le habría congelado sus inversiones en ese país, le retiró la visa de entrada, prohibió a cualquier asociado operar con él y lo amenazó con extraditarlo para juzgarlo por tribunales del norte. Sin injerencia, claro.

Peña, el recién investido Presidente, de afiliación liberal, es hechura política de Cartes. En el 2014, al empezar su presidencia, lo sacó el Banco Central y lo nombró Ministro de Hacienda. El diciembre pasado, lo impuso en las internas del Partido y, de ahí lo catapultó, invirtiendo millones de dólares, a la victoria electoral del 30 de abril pasado, una contienda ganada en base a fraudes electrónicos, y a una oposición torpe, dividida e incapaz.

De igual forma, fue una sorpresa para todo pensador sensato, dado el descrédito que acumulaba "el patrón", salpicando en plena campaña a su pupilo, quien se esmeraba como intermediario ante el  Embajador Marc Otsfield, para que aplazara las acusaciones contra Cartes, prometiendo,  seguramente el compromiso de continuar el sometimiento y la dependencia.

Pareciera que Peña tiene gran capacidad disuasiva, porque el 05 de julio, en su cumpleaños, el justificadamente corrupto, rodeado de adoradores, fue felicitado por el diplomático, quien no se ha pronunciado más contra la narcopolítica imperante, en la cual Cartes figuraba como cabecilla regional, según Interpol y el Departamento de Estado. 

Revigorizado por la investidura de su pupilo y por el silencio de la diplomacia norteamericana, Cartes  reapareció oficialmente hoy en la misa palaciega, saludado por otros demócratas nacionales y extranjeros, al igual que Hugo Velazquez, el Vicepresidente saliente, también acusado de vínculos con el terrorismo árabe y asociado en la comprobada corrupción, junto con una decena de encumbrados personajes del Poder Judicial y del Parlamento, y empresarios metidos a políticos, todos, honorablemente presentes.


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