A veces me pregunto qué pensarían los Fundadores, si pudieran volver a la vida y ver su creación, de la República Estadounidense actual. El presidente George W. Bush describió la Constitución de Estados Unidos como “sólo un maldito pedazo de papel” antes de desatar estragos en todo el mundo en lo que llamó la “guerra contra el terrorismo”. Por supuesto, probablemente nunca había leído la Constitución ni los Documentos Federalistas y, por tanto, no entendía cómo los Fundadores habían dificultado deliberadamente la ir a la guerra, que consideraban el mayor mal al que se enfrentaba la nueva nación. Bush procedió a impulsar otra legislación inconstitucional, incluida la llamada PATRIOT ACT Ley Patriota, que le permitía matar a cientos de miles de seres humanos inocentes en lugares como Afganistán e Irak sin declarar la guerra a nadie, después de haber producido información fabricada para justificar la brutalidad.
Pero eso era entonces y ahora es bastante diferente y aún peor, con un presidente que a menudo parece carecer de células cerebrales tomados de la mano detrás de su ceño fruncido. Estados Unidos está actualmente en guerra en dos países, tiene fuerzas militares de ocupación ilegales basadas en al menos tres más y es muy posible que esté conspirando para agregar algunos enemigos más del momento , a saber, Irán, Corea del Norte, Venezuela, China y Rusia. Todo esto se está logrando sin declaraciones de guerra por parte del Congreso y sin siquiera cumplir con la inconstitucional Ley de Poderes de Guerra de 1973, que ordenaba que el presidente debiera enfrentar una amenaza inminente para tomar tal acción. Joe Biden y su secretario de Estado, Antony Blinken, también han eludido dos veces el requisito de que el Congreso apruebe todas las transferencias de armas a naciones extranjeras al afirmar falsamente una “emergencia” para enviar 250 millones de dólares en armamento a Israel, armas que se están utilizando para llevar a cabo una genocidio contra los palestinos, convirtiendo a Estados Unidos en total cómplice de ese crimen de guerra.
Por supuesto, he estado siguiendo las primarias republicanas, así como el flujo de palabrería autojustificadora también conocida como mentira que sale de la boca de los titulares del Partido Demócrata, en particular el Comandante en Jefe sionista-católico Joe Biden; su hábil compañera Kamala “¿alguien la ha visto últimamente” Harris; su Antony Blinken que va a Israel a negociar y lo primero que le dice a Bibi es que es judío; su Director de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, que ha olvidado que los países reales tienen fronteras; y su secretaria del Tesoro, Janice Yellen, que está contenta de financiar múltiples guerras simultáneamente mientras aumenta la ya insostenible deuda federal. Detrás de todo esto está la aparente creencia de que Estados Unidos debería tener el poder de decirle al resto del mundo cómo comportarse. ¡Ah, y los demócratas han decidido basar su campaña de 2024 en el principio intelectual de abortos gratuitos para todos! ¡Al confesor de Joe Biden le gustaría oír eso!
Y luego está el Congreso, que sigue el principio del senador John McCain de que siempre se debe aceptar la posibilidad de una nueva guerra. La congresista Nancy Pelosi y el senador Schumer parecen amar tanto a Ucrania e Israel que les deja poco tiempo para hacer algo por sus electores reales. Schumer recuerda a menudo al público que su apellido se acerca a la palabra hebrea que significa protector, lo que lo convierte en “el protector del estado judío en el Senado”.
El problema es que el llamado gobierno de Estados Unidos ha estado tan corrompido tanto por el dinero que llega de los contratistas de defensa como por los intereses judíos/israelíes que ha perdido de vista a las personas que tienen la desgracia de haber votado a esos bastardos para que ocuparan sus cargos.
Las encuestas de opinión sugieren que el público se ha enfadado tanto con los comediantes que gobiernan Ucrania como con los asesinos de bebés israelíes en Gaza. Los votantes también han aprendido que tienen poco o nada que decir sobre lo que los psicópatas en la Casa Blanca y el Capitolio deciden hacer con el dinero de sus impuestos e incluso con sus propias vidas.
Sólo para mostrar cuán inútil se ha vuelto la votación, es interesante observar las políticas relativas a la guerra y la paz que han sido enunciadas por los candidatos presidenciales actuales y recientes para descubrir si alguien realmente quiere pisar los frenos de la maquinaria de guerra. Tenga en cuenta que los neoconservadores han llegado a controlar la política exterior de los dos partidos principales, lo que significa que Israel siempre será lo primero en Washington, mientras que la guerra también será un elemento constante en la relación de Estados Unidos con el mundo.
Primero viene Genocide Joe, cuyo historial habla por sí solo. Logró salir de Afganistán abandonando equipos militares por valor de muchos miles de millones de dólares y matando a un grupo de soldados estadounidenses, pero rápidamente trató de compensar eso evitando un final negociado del conflicto entre Ucrania y Rusia y dando a Israel una mano libre respaldada por dinero y armas para llevar a cabo la matanza en Gaza. Ha convertido a Estados Unidos en cómplice de ambos conflictos y tiene una lista de otros países que podría decidir debilitar o atacar para demostrar que es un líder fuerte. Las posibles víctimas incluyen naciones importantes como Irán, Rusia y China. Ahora está atacando a los hutíes en Yemen y ha advertido que si incluso un solo estadounidense muere en las bases militares ilegales en Irak y Siria , podría tener que ir a la guerra con Irán, al que culpó de los incidentes sin proporcionar ninguna prueba. Su vicepresidenta es Kamala Harris, casada con un abogado judío de Hollywood. Ella es, por supuesto, poco más que una muestra de acción afirmativa, pero hace ruidos que indican que está totalmente de acuerdo con lo que está sucediendo con Israel y Ucrania.
¿Trump es el aparente candidato republicano? Es completamente ignorante en la mayoría de los temas, incluida la política exterior y las guerras, y nombra a halcones y neoconservadores imprudentes como Mike Pompeo y John Bolton para puestos de alto nivel. El cristiano sionista Mike Pence, un dispensacionalista que quiere que el mundo se acabe para poder ser transportado al cielo, fue su vicepresidente. Trump es propiedad total del lobby de Israel que opera a través de su yerno y su ex embajador en Israel, David Friedman. En particular, Friedman pasó su tiempo en el Estado judío apoyando a Israel en lugar de trabajar en nombre de los ciudadanos estadounidenses o los intereses estadounidenses. Trump trasladó la embajada de Estados Unidos a Jerusalén a pesar de los acuerdos internacionales que declaran ilegal dicha medida después de recibir 100 millones de dólares en donaciones políticas del magnate de los casinos de Las Vegas, Sheldon Adelson. También reconoció la anexión ilegal de los Altos del Golán sirios por parte de Israel, permitió la expansión de los asentamientos ilegales y le dio a Netanyahu mano libre para tratar con los palestinos. Trump también ordenó el asesinato de Qassim Suleimani, un alto funcionario iraní que se encontraba en Bagdad en una misión de paz y organizó ataques con misiles contra Siria basándose en información de inteligencia falsa. Trump habla de labios para afuera sobre el fin de las “guerras inútiles”, pero nunca lo hizo en la práctica cuando estuvo en el cargo. Es propenso a lanzar amenazas y ha declarado recientemente que si un enemigo en el Medio Oriente derrama una “'gota de sangre estadounidense', yo derramaré un 'galón de la tuya'”. Esto viene de un hombre que evitó el reclutamiento en la guerra de Vietnam. porque encontró un médico que descubrió que padecía “espolones óseos”.
Y luego sigue en pie la contendiente republicana Nikki Haley, ex gobernadora de Carolina del Sur y representante de Donald Trump en las Naciones Unidas. Ha sido descrita como la versión femenina de John McCain y es una partidaria total de la matanza en Ucrania y, aún más, una pionera total en Israel. Ella es una halcón en todos los ámbitos y se cree que la mayor parte de su apoyo financiero político proviene de fuentes judías vinculadas a Israel. Ha dicho que Israel debería eliminar a Hamás, que considera que abarca a todos los palestinos, y que Estados Unidos no debería acoger a ningún refugiado palestino. También rechaza la solución de dos Estados al conflicto entre Israel y Palestina porque los palestinos, que han rechazado varias soluciones de dos Estados según Nikki, quieren en cambio una solución de un Estado que elimine a Israel. También apoya la guerra contra Rusia en Ucrania.
Y luego está el bueno del gobernador Ron DeSantis de Florida, quien recientemente abandonó la carrera. Podría ser el sionista más cruel de todos. Ha encabezado varias delegaciones desde Florida a Israel y fue uno de los primeros en responder a los acontecimientos del 7 de octubre en Gaza prohibiendo la entrada de grupos palestinos en todas las universidades estatales debido a su supuesto “antisemitismo”.
No prohibió ni siquiera criticó a un solo grupo judío por alentar la posterior matanza de palestinos e incluso se opone a otorgar visas estadounidenses a los refugiados palestinos porque afirma que todos son “antisemitas”. Apoya plenamente todo lo que Israel está haciendo en Gaza y cree que Netanyahu debería tener las manos libres para hacer lo que quiera con los árabes. Cuando DeSantis era congresista, se negó notoriamente a reunirse con los sobrevivientes en su distrito del ataque israelí de 1967 contra el USS Liberty, que mató a 34 tripulantes estadounidenses e hirió a más de 170. Los israelíes intentaron hundir el barco y encubrir el incidente. Esto se produjo gracias al presidente Lyndon Johnson, quien declaró que preferiría ver el barco hundirse en el fondo del mar y matar a todos a bordo antes que avergonzar a sus amigos israelíes. LBJ también ordenó la retirada de un escuadrón de aviones de combate estadounidenses que fueron enviados para ayudar al Liberty.
¡No queda mucho espacio! Finalmente está Robert F. Kennedy Jr (RFK Jr), quien inicialmente hizo un buen trabajo engañando a los votantes potenciales haciéndoles creer que era un hombre de paz, pero se volvió todo un John McCain después de cometer un error al elogiar a Roger Waters de Pink Floyd. Los amigos y partidarios de Israel rápidamente le informaron que Waters estaba en su lista de enemigos debido a su apoyo abiertamente expresado a la causa palestina.
Kennedy inmediatamente eliminó sus elogios hacia Waters y lo declaró un “antisemita cruel”. También afirmó falsamente que la Autoridad Palestina ha ofrecido pagar una recompensa a cualquier palestino que “mate a un judío en cualquier parte del mundo”, al tiempo que afirmó que todos los niños palestinos están “siendo criados como asesinos en serie”. Aprueba las demoliciones de hogares palestinos y sostiene que en Gaza “Israel está haciendo más ahora mismo para proteger la vida humana”, mientras que también elogia el “ enfoque moral único ” de las FDI ante la guerra.
Kennedy también emitió una declaración detallada en línea y se ha convertido en uno de los partidarios más abiertos del Estado judío. Publicó en X : “Este ataque ignominioso, no provocado y bárbaro contra Israel debe recibir la condena mundial y el apoyo inequívoco al derecho del Estado judío a la autodefensa. Debemos proporcionar a Israel todo lo que necesite para defenderse... ahora. Como Presidente, me aseguraré de que nuestra política sea inequívoca para que los enemigos de Israel piensen detenidamente antes de intentar agresión de cualquier tipo. Aplaudo las firmes declaraciones de apoyo de la Casa Blanca de Biden a Israel en su momento de necesidad. Sin embargo, la escala de estos ataques significa que es probable que Israel necesite emprender una campaña militar sostenida para proteger a sus ciudadanos. Las declaraciones de apoyo están bien, pero debemos llevar a cabo acciones inquebrantables, decididas y prácticas. Estados Unidos debe apoyar a nuestro aliado durante esta operación y más allá mientras ejerce su derecho soberano a la autodefensa”.
La incapacidad de Kennedy para separar los hechos de la ficción es evidente en su referencia a los “asentamientos palestinos dentro de Israel”, cuando describe a los palestinos que viven en lo que queda de su antigua tierra que ahora está bajo ocupación israelí y sujeta a una constante expansión de los asentamientos , como si los palestinos fueran los que colonizan a los israelíes. Kennedy ahora se postula como independiente, pero ha perdido a muchos de sus empleados debido a su posición en Gaza. Muchos estadounidenses pacifistas se emocionaron inicialmente cuando Kennedy anunció que estaría en contra de Joe Biden en las primarias de este año y que había contratado al excongresista demócrata Dennis Kucinich, un progresista pacifista, para que fuera su director de campaña. Pero Kucinich renunció a mediados de octubre. En noviembre, el equipo de campo de Kennedy, encabezado por Rhonda, la esposa del ex congresista de California Dana Rohrabacher, también renunció . En diciembre, su asesor de política exterior y asuntos de veteranos, James R. Webb, veterano del Cuerpo de Marines de la Segunda Guerra de Irak e hijo del ex senador de Virginia, también presentó su dimisión . Webb reveló que su renuncia estaba disgustada por la postura de Kennedy sobre la limpieza étnica de los palestinos en la franja de Gaza por parte de Israel y la afirmación de Kennedy de que el "castigo colectivo" de los civiles está justificado.
Se podría añadir que hay otra interesante más o menos independiente en la carrera: Jill Stein , que buscará la nominación del Partido Verde. Es una auténtica persona pacifista a quien conozco desde hace ocho años y ha criticado la “máquina de guerra interminable”, así como lo que está sucediendo en Ucrania y Gaza, donde ha pedido un alto el fuego inmediato. Lamentablemente, no tiene ninguna posibilidad de obtener más de un par de puntos porcentuales de los votos emitidos.
Otros candidatos marginales incluyen a Cornel West, un independiente, y dos demócratas que seguirán apareciendo en las boletas primarias en el futuro. Son Dean Phillips y Marianne Williamson. Así que ahí lo tienen amigos. Parafraseando al inmortal Donald Trump, ¡la paz en la Tierra es para los perdedores!