14.ABR.24 | PostaPorteña 2402

Más y peor tiranía…, Mayor generalización de la revuelta social (I)

Por ICG/GCI

 

El dinero

Es mentira que el dinero haya surgido del intercambio entre seres humanos libres, es mentira que haya sido el medio que encontraron los humanos para hacer circular los objetos producidos en sociedades más o menos distantes. El dinero, surge como, oposición a la producción de objetos necesarios a la vida humana, como retiro, quita, o atesoramiento. Históricamente aparece como algo ajeno a la producción material de los objetos necesarios para la vida humana, como quita, tesoro, préstamo/usura y emisión de deuda a partir del tesoro, potenciado a partir de sectas organizadas como clases dominantes (propietarias) que constituyen ejércitos, templos bancos, estados-nación…

Pero como son estos quienes hicieron la historia oficial, a dicha potencia/dinero erigido en poder social le llamarán “religiones” para esconder que todo su desarrollo como valor se basa en la guerra, la expropiación, la expoliación y la explotación de las actividades humanas. Su potencia se desarrolla, a través de la historia como otra sociedad, como acumulación por la acumulación misma, como dinero que produce más dinero, constituyéndose en lo que será la verdadera sociedad del dinero, el capital. Es decir en el capitalismo que, basa su poder, durante todo el ciclo histórico del valor, en la expoliación de sociedades cuya reproducción está basada en la transformación directa de la naturaleza. Mientras estas sociedades producen objetos necesarios para la vida, las del dinero/capital viven de los tributos, la usura, los intereses, arrancados a las otras. La expropiación violenta es la sustancia y la vida misma del valor valorizándose, es decir de la sociedad del capital.

De la misma manera que el intercambio no se inicia dentro de una sociedad humana, sino entre las sociedades, el dinero surge (mucho antes) como sociedad diferente y opuesta a las comunidades humanas que viven directamente de la producción comunitaria. Por eso, no es el dinero que surge del cambio, sino que el intercambio es en realidad un producto histórico del valor valorizándose y de la guerra y la esclavitud que ese capital impone.

Mucho antes de la división en clases de una misma sociedad, existe en la historia de la humanidad, la división entre sociedades o comunidades totalmente diferentes existentes en diversas partes del planeta, pero poco a poco, en la medida que el dinero/poder se va haciendo mundial y sometiendo a las sociedades que viven exclusivamente del contacto con la naturaleza, el dinero/capital va sometiendo a todas las otras sociedades. Lo que confunde la cosa, es también la falsificación que se ha realizado de la historia, como si la mundialización del capital se hubiese operado de una vez para siempre y recientemente, cuando podemos encontrar que el sometimiento al capital ya existe en regiones grandes hace 5000 años, mientras que, en otras, parece haberse concretado hace 1000 o solo cientos de años.

La composición celular del dinero contiene, desde su origen, esa determinación central de la valorización por la guerra. En la medida que, el dinero se va imponiendo como el único pasaporte internacional al consumo de cosas, el dinero pasa a ser una falsa comunidad entre seres humanas. Evidentemente el hecho que esa comunidad entre seres humanos, sea falsa (porque el dinero se impone como objetos que representan una falsa comunidad entre los enajenados y que se sustituye a la verdadera comunidad humana), no la hace menos potente o menos opresiva. El dinero como comunidad, como dice Marx, en los Grundrisse, excluye toda otra comunidad.  Como el caballo de Atila que donde pisa el pasto no crece, el dinero destruye todo lo humanamente común y solidario y lo sustituye por la competencia y la guerra de todos contra todos, al mismo ritmo que se impone en todo el mundo. Lo que va engendrando el dinero y capital en su proceso secular de mundialización, en lugar de una verdadera comunidad: es la ganancia, el interés y la usura, la explotación y la opresión universales y simultáneamente también el individuo egoísta, el individualismo generalizado.

La dictadura del dinero tiene miles de años. Es mentira que, la misma, sea el producto natural de las necesidades humanas de producción y circulación de objetos útiles. Su realidad histórica es, al contrario, la guerra y la expropiación, la constitución de tesoros y templos con dicha expropiación, el tráfico de esclavos y la apropiación violenta de lo que las sociedades humanas producen, la entronización de la aristocracia del dinero (plutocracia) como de sus ases Faraones, Reyes, Emperadores… La acumulación de dinero (valor, capital) siempre fue equivalente a la dictadura del mismo sobre la producción material, por eso el progreso del capital siempre fue el progreso de la esclavitud sobre los seres humanos y el de la dictadura en la producción de cosas.

El progreso del dinero ha sido el progreso de la esclavitud humana, la domesticación de los seres humanos, hasta el punto de hacer la apología de la misma (apología del trabajo) y la corrupción total de los objetos producidos por dichos esclavos. Tanto los seres humanos, como los objetos (y servicios) que están condenados a producir, resultan ser cada vez menos compatibles con la humanidad, más tóxicos, corrompidos, contaminados, asesinos… La comunidad del dinero imponiéndose a todo nivel y en todo espacio geográfico deshumaniza subsumiendo a los esclavos en sus características propias esenciales: guerra, destrucción, militarización, sectarismo, partidismo, despotismos…El modo de producción capitalista no es la fábrica o la industria como dice la economía burguesa (y su fracción marxista leninista), sino la subsunción de toda la vida de los humanos en su ser. La explotación no se reduce a las horas de trabajo no pagado, como nos cuenta esa misma economía política enseñada desde hace 2 siglos, sino la subsunción de toda la humanidad en el dinero como verdadero déspota universal.

Solo la lucha, contra el progreso del capital, le ha permitido a la humanidad, resistir a esa destrucción. Fue en ese proceso de destrucción y, lucha contra el dinero, que el proletariado (expresión más acabada de la subsunción del humano en el capital), ha intentado desarrollar su fuerza como contraposición al orden establecido y ha afirmado la necesidad de la revolución social mundial. Pero, a pesar de la gigantesca y heroica lucha humana durante siglos, el poder organizado del capitalismo mundial ha logrado siempre imponer la contrarrevolución y con ello, un nuevo salto cualitativo en el progreso del dinero mundial y la esclavitud humana.

Justamente lo que le ha permitido ganar siempre al dinero, en su subsunción de la humanidad, ha sido la organización del poder, la estructuración y planificación de la dominación misma, constituida en ciencia de domesticación y opresión. Desde los legistas chinos a Ibn Khaldum, desde Maquiavelo a los Protocolos de Sion, desde la Iglesia católica al islamismo, desde los manuales de los servicios de inteligencia (ingleses, yanquis, chinos, rusos, judaicos, franceses…y sus combinaciones) a los estados mayores de los tiranos y ejércitos…la ley primera, es que, para mantener el poder de la minoría lo militar no alcanza. La ocupación y la guerra ofensiva se revelarán siempre como mucho más débiles que la defensa, que la guerra contra el invasor (Clausewitz).  Por eso, la potencia criminal se presenta históricamente como víctima…Se requiere engañar, manipular, mentir, falsificar… No solo presentando al poder opresor del dinero como sinónimo de libertad (de comercio, de intercambio, de viaje, de pasaporte mundial…), al pueblo elegido por y para dirigir el dinero…como víctima de todos los diablos, sino a los opresores como liberadores, al propio Estado como regulador del bienestar general y del progreso.

Además, todos esos planificadores y diseñadores históricos de la domesticación y opresión aconsejan y digitan, en base a la creación misma de las estructuras para encuadrar a los oprimidos: sindicatos y partidos, escuelas e iglesias, universidades y lobbies, policías y ejércitos, aparatos de inteligencia y propaganda, televisiones, cine, teatro, circos… y redes sociales… El gatopardismo se enseña en las escuelas y universidades para pichones de dictadores, así como en los servicios de inteligencia y formación de los estados mayores de los ejércitos de todas las potencias.

En esa misma línea histórica siempre se “hizo la revolución para que todo siga como antes” (“Si queremos que todo siga como está, necesitamos que todo cambie” Gatopardo), se crearon y organizaron estructuras para los explotados para reproducir el capital como fue la socialdemocracia, la economía política, los sindicatos, el leninismo y todas sus expresiones locales… Y sobre todo, se “hicieron” “revoluciones” (o mejor dicho se cooptaron/castraron/reprimieron) para imponer la contrarrevolución, como sucedió en todos los intentos del siglo XX: México (1900/1918), Rusia (1905/1918), Alemania (1915/1918) … China (1920/1930), España (1931/1937) … Fue, gracias a las estructuras de los explotados creados y/o digitados (infiltrados, manipulados…) por la aristocracia financiera, como los sindicatos y partidos, las sectas y servicios varios, que, el capital logra en fin, imponer la contrarrevolución que asegurase su progreso (desarrollo de fuerzas productivas).

Programáticamente, el principal logro de la contrarrevolución, durante todo el siglo XX, fue la constitución de los clásicos “partidos burgueses para la clase obrera”, la socialdemocracia y sobre todo el marxismo leninismo; transformada, poco a poco, en la ideología dominante en todas partes: desde los servicios secretos a las universidades, desde los servicios anti insurreccionales del Estado a la izquierda mundial. Hoy esa ideología, social y democrática es dominante, como “pensamiento políticamente correcto”, en todas las estructuras del Gobierno Mundial (Club Bilderberg, Foro Económico Mundial, ONU, OMS…). Es lo que el poder mismo de la aristocracia financiera designa como (e impone llamar) “socialismo” o “comunismo” y qué, en realidad, es el triunfo absoluto de la comunidad del dinero y su totalitarismo policial; es decir, la antípoda más total de lo “común” humano, de la comunidad humana mundial.

Fue ese logro, que les permitió presentar toda la contrarrevolución del siglo XX como idéntico a su contrario, la “revolución” tanto institucionalizando la revolución (como en México, o haciéndola vestirse de “republicana”), como afirmando el sistema de trabajo obligatorio y campos de concentración como si fuese “el socialismo” (Rusia, China…y luego países del Este, Corea del Norte, Cuba…). Hoy, en cualquier lado, cuando se habla de “revolución mexicana”, “revolución rusa”, “revolución china”…, se hace en realidad referencia al terrorismo del Estado que masacró al movimiento revolucionario real, preexistente y, al desarrollo forzado y despótico del capital como en la Rusia de Lenin, Trotsky y Stalin.

Hoy podemos asegurar que el mayor triunfo de la contrarrevolución (y de la aristocracia financiera anglosajona) no fue solo, la destrucción física de los revolucionarios y de todas las organizaciones clasistas de esa época, sino haber consolidado la MENTIRA más gigantesca de todos los tiempos: a saber, que, desde entonces, existen, “países socialistas” o “países comunistas”. 

Cuidado, no es solo que lo que llaman países socialistas, no fueron nunca otra cosa que países capitalistas como todos los otros, sino que falsificaron las bases mismas del socialismo y/o comunismo, que no puede nunca realizarse en un solo país, identificándolo a un desarrollo capitalista forzado y formalmente centralizado.

El socialismo, el comunismo real y humano está más lejano que nunca en esa sociedad despóticamente organizada del capital y el trabajo obligatorio. La contraposición de la comunidad humana contra la sociedad del Dinero y el trabajo, no puede ser nunca una cuestión de países, ni de desarrollo de las fuerzas productivas, ni de estatizaciones…, sino de destrucción absoluta del dinero, del capital y del Estado a nivel mundial.

La imposición ideológica de esa mentira, reproducida durante más de un siglo luego de la gran contrarrevolución rusa (y mundial) sigue siendo el mayor logro de la misma. Durante ese siglo, las luchas proletarias no lograron destruir esa mentira que sigue predominando en el mundo y debilitando/destruyendo la posibilidad de todas las luchas humanas en su perspectiva revolucionaria.

Lo permanente y lo nuevo en el siglo XXI

La contrarrevolución dominante durante todo el siglo XX, aseguró el progreso y el desarrollo de las fuerzas productivas del capital, cada vez más inhumanas. Asegurada la dictadura del valor valorizándose (contra la revolución social), el desarrollo fue cada vez más destructivo de lo que los seres vivos requieren: guerras permanentes a todos los niveles con destrucción masiva de la población civil y  de “la naturaleza”, predominio absoluto de la fuerza militar y policial, militarización de todas las relaciones humanas, confinamiento de los seres humanos, campos de trabajo y concentración en una parte cada vez más creciente del planeta, guerra de todos contra todos en expansión fomentada desde arriba, mayor esclavitud en todas las relaciones de producción planetaria (cuantitativa y cualitativa, extensiva e intensiva), mayor lavado de cerebro, educación basada en la propaganda, despotismo total de la religión “científica”, tendencia al gobierno mundial, reivindicación abierta de la despoblación y el control total de los esclavos.

La dictadura del dinero asegura que el desarrollo de las fuerzas productivas sea cada vez más desarrollo de las fuerzas destructivas humanas, no solo por la producción gigantesca de armas de destrucción masiva, sino porque lo que supuestamente alimenta, es cada vez más asesino de la vida de los humanos: agrotóxicos, armas químicas, comida basura, químicos asesinos, “vacunas” de esterilización masiva, medicamentos aditivos y destructivos de los cuerpos, contaminantes en el aire, en el agua, en la tierra, bombardeos químicos permanentes (Chemtrails), contaminación electromagnética…. ¡El “complot mundial contra la salud” de la humanidad, como decía la valiente luchadora social, Claire Séverac está, desde el principio de siglo, en plena fase de matanza abierta !

Si en el Plan general de reafirmación de la dictadura del valor, hay continuidad, la crisis del sistema financiero del 2008/2009 y el salvataje exclusivamente basado en la creación del dinero fiat, produce un salto cualitativo en esa misma dictadura. Por primera vez en la historia, el capital mundial soluciona la “crisis” solo emitiendo dinero de la nada, proclamando que ya no se trata de financiar un aumento de la producción mundial de valores de uso (como se hizo siempre con el capital ficticio para los trabajos públicos y/o financiar la industria), sino al contrario, reduciendo todo el consumo de los humanos, todos los servicios y “bienes” producidos para ellos, asumiendo abiertamente que su proyecto es ahora reducir la actividad de los humanos,  los consumos y los servicios humanos, las relaciones y los goces, los sabores y disfrutes…, y en última instancia reducir significativamente la población humana. Las fracciones financieras del capital mundial saboreaban su triunfo definitivo contra el industrialismo (en realidad nunca habían dejado de dirigir el capital total), pero ahora, proclaman la política más maltusiana de la historia, liquidando así la mitología de que el capitalismo es siempre más progreso y reproducción ampliada.

La “nueva teoría económica”, confesaba así que, la reproducción ampliada del capital mundial y la tasa de explotación se aumentaban, a voluntad, gracias al dinero trucho, aunque al mismo tiempo, se despoblara la tierra y se disminuyera la producción mundial.  Hasta la tesis básica de la economía burguesa (incluyendo al marxismo leninismo) del “valor trabajo”, quedaba al descubierto como una mentira más: el trabajo no crea valor (la ideología de que la actividad humana productiva crea valor se basa en la confusión entre el valor de uso y el valor de cambio), quien crea valor es la expropiación, la esclavitud, la tortura del trabajo, la subsunción de la vida humana en el dinero. En la medida en que, la creación de todo el valor nuevo, era producido, desde 2008/2009, exclusivamente por la imposición del dinero falso a la humanidad, y que, la circulación permitía “realizar” (en realidad constatar) un aumento de la tasa de explotación real (aumento total del valor bruto de producción mundial [VBP] y disminución del consumo [C] humano), se revelaba que, la salida de la crisis era más valor, menos vida humana; más riqueza para la plutocracia, más hambre para los esclavos; es decir, mayor despotismo del dinero.

A pesar de que los servicios secretos que digitan toda la información del mundo para imponer que “no hay nada nuevo en la dictadura del capital”, va quedando en evidencia que el capitalismo es, cada vez más un modo de destrucción y aniquilación humano, que un “modo de producción”. La guerra contra la humanidad ahora, se impone desde arriba y a nivel mundial, sobre todas las razones y sinrazones de lo regional, sectorial, local, “nacional”…  Ya no se culpa a tal o tal sector, raza o política de todos los males…, sino a la vida de todos los seres vivos y particularmente a los seres humanos. 

Concomitantemente, con ello, en el siglo XXI ya no se acusa a los humanos en particular y menos a los responsables de ejercer la dictadura de todas las decisiones productivas,  sino por el contrario, al humano común y corriente, a la mujer y al hombre de a pie, al niño y al anciano… 

Tampoco se acusa a quienes cometen un delito particular, sino a la humanidad misma de todo lo que hace: de vivir mucho, de ser cada vez más, de amarse mucho,  de reunirse mucho, de viajar mucho, de tocarse mucho, de respirar mucho, de conspirar (es decir de respirar juntos y “contagiarse”), de consumir muchos recursos, de gastar mucho, de comer mucho, del “calentamiento global” del planeta… ¡Hasta se perseguirán a los que crían vacas por sus eructos!

Es así que, van armando el Gobierno Mundial para restringir todo, y encerrar a la humanidad, con los estados de urgencia y la estrategia de plandemias. Como el gran hermano que, dirige la guerra, contra todo lo que la humanidad necesita, viendo todo y controlando todo (el ojo insignia del poder secular del dinero/dólar).  Los cónclaves y congresos oficiales de ese Gobierno Mundial, abiertamente actuando como Estado Mayor de Guerra y de Centralización e Inteligencia militar, ya no esconden que el objetivo principal, es militarizar, encerrar y despoblar el mundo: guerras por doquier, domesticación forzada, confinamiento, mayor separación y distanciamiento entre los esclavos, destrucción y prohibición de encuentros y viajes, tapado de boca, terrorismo de estado/criminalización de la protesta, reducción forzada de la actividad humana.  El objetivo a mediano plazo (2030) es la destrucción de toda actividad productiva de lo necesario para la vida de la humanidad que, no esté controlada por la aristocracia financiera a través del sistema bancario y los fondos de inversión.

El Gobierno mundial (en constitución), en su guerra definitiva contra la humanidad, utiliza el terror de Estado para imponer obediencia y domesticar a los humanos, siguiendo el modelo del despotismo histórico. Usa y abusa del miedo al infierno (calentamiento global, desastres climatológicos…), del terror al diablo (virus, bacterias, pandemias…). Saben que, sin lavados de cerebro, torretas de mentiras y la infusión de miedo, sin crear el pánico, ninguna medida sería aceptada por el común de los mortales. Por eso, el Estado profundo ocupa todo el espacio social, ideológico, político, militar, propagandístico, electoral, sindical…con su PLANES Y PROTOCOLOS…con sus encierros y prohibiciones (censura, separaciones, estados de sitio, tapado de bocas, toques de queda…), con sus gravámenes y tasas…

El éxito del plan, se debe sin lugar a dudas, a que, la planificación del ataque contra la humanidad, se fue armando durante décadas y se, fue organizado desde las sombras, es decir, en forma oculta como operación militar con estructuración vertical y disciplina estricta, basándose en las viejas sectas en que se organiza desde siempre la élite plutocrática (judaísmo, mazonería, Cábala, jesuitismo, leninismo, cultos cristiano/satánicos, islámicos, …) y que, desde hace siglos controlan los gobiernos, los servicios de inteligencia, la cultura, las iglesias y mezquitas, las universidades, los gobiernos, los partidos políticos, los sindicatos….

Esa impresionante estructura de acción militar de destrucción del enemigo, de sabotaje, infiltración y manipulación…, actúa desde mucho antes del ataque abierto plandémico, contra los sectores que consideran más necesarios para que el ataque tenga resultados.

A pesar de ello, no todo anduvo sobre rieles, con la gripe H1N1 que la largaron en 2009 sin el suficiente ambiente de terror creado, sin la propaganda indispensable, sin la suficiente implicación represiva de los ejércitos , servicios policiales y organismos de alarma pseudocientíficos…, tal como se autocriticaron los mismos ante el fracaso: la gente no obedeció, no se creyó en la farsa, no aceptó el protocolo previsto, ni aceptó “vacunarse”…(países como Francia habían comprado unas 80 millones de dosis…y no pudieron imponer más que algunos miles)… Pero, además, los expertos en planificar pandemias se autocriticaron de no haber “personificado” más el virus, dándole una imagen social (por ejemplo, para mostrar en la televisión y redes sociales) más aterradora y al mismo tiempo presentar síntomas más simples y habituales en todo el mundo. Alguno de ellos hizo declaraciones explícitas: “es indispensable hablar de muertos por el virus, pero al mismo tiempo hablar de síntomas que tiene todo el mundo, así cuando se habla de los millones de muertos de la pandemia la gente se siente realmente concernida, en caso contrario nadie acepta los medicamentos y vacunas que vendemos”. Estas serán las directivas para preparar la próxima pandemia, la de la guerra abierta contra la humanidad, la de 2020 que, sí tendrá resultado imponente en cuanto a terror mundial, encierro, protocolos obligatorios, tapado de boca, represión, inoculaciones, confinamiento, crímenes de Estado, prohibiciones y bloqueos de contactos entre humanos, de transportes, viajes, reuniones, asambleas, manifestaciones, ocupaciones…

Desde principios de siglo, queda claro que el ataque es contra toda la vida de la población humana y, consecuentemente la resistencia a la guerra contra la humanidad no se encierra tampoco en protestas fabriles, o sectoriales, o sindicales…Por eso, las protestas del siglo XXI, que sucede a luchas cada vez más generales contra las cumbres y anticumbres[1], rompen con facilidad los encierros productivos, sectoriales, regionales… que quieren imponer los sindicatos y partidos del trabajo que la burguesía constituyó históricamente, como en Argentina en 2001…e incluso rechazan con indignación y odio a todos los grupos y partidos políticos con la consigna que, en la década siguiente, se hiciera mundialmente famosa: ¡qué se vayan todos!, aunque en esos primeros años el proletariado no era todavía capaz de darle un alcance mundial.

Contrariamente a lo que decían los sindicatos y partidos de la burguesía para los obreros (socialdemocracia, sindicalismo, peronismo, leninismo, anarcosindicalismo, izquierdismo…), las luchas del siglo XXI rompen el encierro, haciendo piquetes y bloqueos de la circulación de todas las mercancías. Cuanto más queda en evidencia que, la política de guerra contra la humanidad  es abiertamente mundial, con todas las medidas para disminuir (asesinar) la vida social, los transportes públicos y “privados”, imponiendo impuestos al combustible y al mismo transporte, a los créditos bancarios y a los vehículos, aumentando los boletos de todo el transporte y encareciendo todos los traslados…, la protesta social va estallando en todos los continentes (desde el Medio Oriente a China, desde Hong Kong a Grecia, desde Líbano a Irak, desde India a Senegal, desde Alemania a Cuba…) en forma cada vez más rupturista con el cuadro oficial de protesta organizado por la izquierda y/o derecha burguesa.

La centralización mundial de la política económica de guerra, contra la vida humana, utiliza verdaderas Torretas de MENTIRAS [2] del “cambio climático”, las “pandemias”, el “antiterrorismo”, el “anti patriarcalismo” feminista…que utiliza el Estado Mayor del Nuevo Orden Mundial para imponer más dictadura, más impuestos, más encierro, más restricciones, más reglamentaciones, más límites a toda vivencia humana…, desvaloriza toda reacción obrerista, sindicalista, localista e incluso política (contra tal o cual gobierno, partido, derecha, izquierda…), obligando ir hacia una contraposición general e internacional. Por eso las protestas del siglo XXI son necesariamente más globales, más generalizadas…y rompen todas las fronteras.

En todos los continentes se confirma esa tendencia de la protesta proletaria internacional a romper con las alternativas parciales, políticas, sindicales, locales... que ofrecen los gobiernos, partidos, sindicatos y los aparatos ideológicos de los “estados” … La protesta es cada vez más, sobre la totalidad de la vida afectada por la política económica restrictiva de todo, y no, sobre “el modo de producción” como quiere imponer el marxismo leninismo y otras corrientes de la burguesía imperialista. Nada de quedarse en la empresa o en el cuadro productivo y, menos ocupar la fábrica (ENCIERRO), sino que la protesta, durante esos años, va ganando las calles del mundo entero, bloqueando la distribución y circulación lo que opera como la mayor contraposición práctica al Nuevo Orden Mundial. 

¡Nunca en la historia hubo tanta gente peleando contra el capitalismo mundial como ahora!

Miles de ciudades bloqueadas, cientos de millones de personas en lucha abierta por su vida. ¡Son las protestas más generales numéricamente de la historia de la humanidad! Y al mismo tiempo las más profundas por el contenido. Nadie logra encausar las “reivindicaciones”, porque ni siquiera hay reivindicaciones positivas como quiere la izquierda burguesa y el sindicalismo, sino que, lo que unifica a los proletarios del mundo es el ¡NO A TODO!

¡El “que se vayan todos” y el que “no queremos los cambios propuestos, ni las reformas”…!

¡El proletariado mundial se contrapone contra todo lo que viene del poder mundial! En todas partes la fuerza del movimiento viene de esa lucha que dice ¡NO!  

¡La negación es la mejor afirmación programática de la necesidad de la revolución social mundial!

La protesta social como comunidad de lucha internacionalista

El caso de Brasil, en 2013, fue un gran salto de calidad en ese sentido. Una lucha que se desencadena contra el aumento sistemático del precio del autobús. En una década de protesta se pasa de una decena de ciudades con algunas decenas miles de manifestantes (2003/2004), en algunas ciudades medias (Florianópolis, Salvador…), a abarcar absolutamente todas las ciudades grandes y pequeñas, los pueblos y las aldeas y a más de cien millones de personas en las calles de ese país. ¡Nunca se había visto algo parecido, en cuanto a número de gente bloqueando la circulación, ni en ese país, ni en toda América, ni en el mundo! Nunca hubo más gente protestando en forma totalmente descontrolada y sin que ningún programa de izquierda pueda paralizar. El pánico es tal, en la clase dominante mundial que, hasta la presidenta de izquierda (Dilma) reconoce que,” el país despertó” y no atina más que a proclamar la evidencia: que “la calle tiene la palabra” …, “la población es quien debe decidir” … Claro que, con ese reconocimiento formal, busca canalizar toda la furia de los seres humanos…, hacia un plebiscito y una nueva constituyente, como sucede siempre que pierden el control de lo que sucede en la calle. Pero ni así, impiden que el rechazo de toda reforma y el qué “se vayan todos” que se grita en todas las ciudades de Brasil repercuta en varios puntos del mundo, también como nunca antes hubiera sucedido. En 4 o 5 países fronterizos también se bloquea el transporte en protesta por los precios e impuestos y en solidaridad con las luchas en Brasil, y, más importante aún, las luchas locales, en varios países lejanos, contra la misma dictadura mundial, se manifiestan abiertamente como parte de la misma lucha contra los precios del transporte y contra los impuestos y en general política ecológica de restricciones decidida por la ONU: Hong Kong, Alemania, China, Turquía, Grecia, Francia, México… El sabotaje de la Copa de las Naciones de futbol en las principales ciudades brasileras (“Contra os crimes da copa” repercute, de ida y vuelta, con muchos otros países en donde la gente sale también a la calle. El “NO” a todo lo que viene del poder mundial y el que, “se vayan todos”, va haciendo reaparecer la potencia del internacionalismo proletario que empieza, una vez más, a enfrentar todo el positivismo y el politicismo llamando a la Revolución Social

Mundial. No a todo lo que sea emparchar la dictadura mundial del dinero, “queremos TODO” y para ello, habrá que destruir de arriba abajo al capitalismo mundial. Ver al respecto la revista Comunismo número 63…, en cuya tapa aparece un gigantesco cartel de una manifestación masiva…que dice somos griegos, turcos, mexicanos…, somos sin patria, somos revolucionarios…[3]

Simultáneamente las diversas instancias del gobierno mundial sigue con las medidas, reglamentos y gravámenes contra todo tipo de transporte (de gente y de cosas), pretextando razones ecológicas y/o climáticas : límites a la velocidad en todas partes, reparaciones permanentes de rutas importantes para bloquear la circulación, obligatoriedad en el uso del chaleco amarillo (ya no solo para los ciclistas y motociclistas, sino para los coches) , con la consecuente reglamentación cada vez más protocolar y represiva, creación de zonas peatonales, y ciclovía (con el objetivo deliberado de enlentecer el tráfico vehicular),  aumento de impuestos a los vehículos, aumento de peajes, aumento de tasas a los combustibles, gravámenes a todo lo que se mueve, con cualquier pretexto, y en beneficio directo del Estado (que se hace cada vez más tributario) y el sistema bancario y financiero internacional. La paralización de la vida humana, con el pretexto de salvar al planeta, solo favorece a lo financiero y a lo estatal. La baja en el consumo de cosas y servicios por parte de la población, que la va destruyendo, beneficia exclusivamente a la banca y los fondos de inversión.

En todo el aumento de las luchas que caracteriza la segunda década del siglo XXI el proletariado, cada vez más organizado bloquea los caminos y rutas, no se deja encerrar en el “modo de producción” desafiando a los sindicatos y partidos y como si fuese “natural” empieza a utilizar el chaleco amarillo en los piquetes. Los grupos de acción directa en las grandes ciudades, como Rio de Janeiro o Sao Paulo, lo aconsejan “para que no te pasen por arriba cuando parás el tráfico”, pero también para que, no te tomen por malandro o policía, o te cosan a balazos por ser un “terrorista” (¡es la acusación de los medios oficiales!). Como es obligatorio para estar en el tráfico usar el chaleco amarillo, como hacen todos los buenos ciudadanos, los luchadores sociales los van generalizando en la misma como si ese estatuto de “estoy en el tráfico” los protegiera. En Asia, así como en el Norte de África se usa un chaleco cualquiera (de cualquier color), precisamente para designarse como “cualquiera”, que, lucha contra el precio de los carburantes, los impuestos y el coste de los transportes, por lo que se usan chalecos de diferentes colores, aunque predominan los que se ven de noche, los que tienen bandas que reflejan, los amarillos.

Poco a poco, en todas partes la ocupación de la calle, el piquete, el bloqueo del tráfico para protestar se identifica con el chaleco amarillo, como las protestas seculares se asociaron con los “sans culottes” (sin calzón), los “descamisados”, “los sin camisa” o los “comunes” (comuneros o comunistas). ¡Es la “bandera” de los “sin bandera”!  Pero es, al mismo tiempo, una bandera antinacionalista, antilocalista, anti politiquería…, que las estructuras burguesas locales no pueden encajonar en reivindicaciones burguesas contra tal o cual personaje o gobierno corrupto: los comunes luchan por lo común, por la vida, por “tierra y libertad” (¡cómo 120 años antes desde México a Rusia, desde España a China…). Por ello, se contraponen a la totalidad de las medidas de guerra contra la humanidad que adopta el Gobierno mundial.

Nada más normal entonces, que cuando el movimiento se organiza, por todo lo que une a los “comunes”, contra el Estado mundial fortificado, la humanidad sin partido, sin banderas, sin sindicatos…, haya adoptado en forma creciente el “Chaleco amarillo”, incluso mucho antes que, la lucha se generalizara, en octubre/noviembre 2018, al centro de Europa Occidental (en las 3, 4 o 5 fronteras de Alemania, Francia, Luxemburgo, Bélgica, Holanda…), que es adonde realmente las asambleas de los chalecos amarillos,  de diversas zonas, organizan las primeras asambleas y sistematizan el  bloqueo sistemático del transporte de combustible. Ese impulso hacia la generalización de los piquetes y bloqueos del combustible no lo paran las fronteras nacionales: de primera el movimiento se hace fuerte también en varios países europeos, en África del Norte, en el Medio Oriente y en varios, “territorios del otro lado de los mares” franceses, y no franceses. Las asambleas de asambleas de los Chalecos Amarillos del año 2019…contabilizarán unos 24 países en esos primeros meses y a fin de año más de 50 (56 a 69 según el período o la versión)

ICG/GCI - Grupo Comunista Internacionalista

Enero/abril 2024


[1] Ver nuestra revista COMUNISMO NUMERO 47  en   https://cdrom.kilombo.top/NEW/Html/Espanol/Espanol.htm  (ir arriba a la izquierda/sumario de las revistas y buscar el número correspondiente) se puede leer cada artículo, pero también bajar toda la revista entera cliqueando en el link PDF de arriba.

[2] Desde hace como 20 años hemos acuñado esta expresión de Torretas del estado mundial, para designar a los aparatos de dicho estado que se estructuran sobre la base de una gran mentira y que son verdaderos torres militares en la batalla para imponer su dogma a nivel internacional. Ya no son solo aparatos del Estado para dominar,  como se dice en la terminología clásica, como un Ministerio de la verdad, o La Gendarmería nacional, sino estructuras sumamente complejas, múltiples… y verdaderas armas de destrucción masiva, que usan sofisticadas armas de control mental y lavado de cerebro con el objetivo de destruir el pensamiento propio.  Lo que en los barrios se dice “hacerle la cabeza” al pueblo. Dichas estructuras dependen directamente de la élite plutocrática y de los servicios de inteligencia de los ejércitos que la misma centraliza. Son estructuras edificadas, financiadas, armadas, apoyadas por legislación y acción estatal (y militar) propagandeadas, consagradas “científicamente”, para reproducir la cultura del capitalismo esclavista. Hay muchísimos ejemplos como “los países socialistas”, el “antifascismo”, el “feminismo”, pero aquí queremos subrayar una Torreta: la que sostiene que los seres humanos modernos son enfermos por naturaleza y que su vida depende de los medicamentos. Podemos designarla como LA TORRETA DE LA MEDICINA MEDICAMENTOSA

[3] Ver Comunismo número 63 de enero 2014 en   https://cdrom.kilombo.top/NEW/Html/Espanol/Espanol.htm

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