06.DIC.17 | postaporteñ@ 1854

FERNANDO MOYANO: IDEÓLOGO Y ESCRIBA DEL TERRORISMO DE ESTADO

Por colectivo Fanni Kaplan

 

En pleno auge del terrorismo de Estado, los milicos y sus escribas ni siquiera hablan de los 2 demonios, sino de uno solo: quienes luchan contra ese mismo terrorismo de Estado

por Colectivo Fanni Kaplan

 La forma clásica de denigrar a quienes luchan contra el capitalismo y el Estado es disociarlos del movimiento social del que son parte, calificar sus acciones de “crímenes políticos”, presentar a sus autores como individuos aislados, poseídos por el demonio del mal, tratarlos de asesinos y después aplicarle la moral Estatal (clave del terrorismo de Estado): calificándolo de inmoral.  Así trata Moyano, a una de las grandes heroínas revolucionarias de Rusia: Fanni Kaplan. Ver: 14.NOV.17 | postaporteñ@ 1845 "El crimen político es dos veces inmoral, es inmoral por inhumano y es inmoral por infecundo"

Su discurso es exactamente igual que el que hicieron los milicos chilenos, argentinos, uruguayos…, Videla, Pinochet, Astiz, Álvarez, Gavazzo… Su discurso es el mismo que el hicieron los jefes de la Cheka y el Estado Ruso, Lenin, Trotsky… (¡Como también es igual que el que habían hecho los milicos zaristas!). Es ese mismísimo e inmundo discurso del Estado represivo, el que nos vuelve a servir, más recocido y más putrefacto, el señor Fernando Moyano.

Consecuentemente con eso eleva la norma de la moral socialburguesa a su máxima coherencia represiva y criminal contra la histórica compañera, revolucionaria e internacionalista, Fanni Kaplan. ¡Exactamente como lo habían hecho los milicos zaristas contra ella y como lo hizo la terrible Cheka, de Lenin y Trotsky, no solo contra ella, sino contra todos los luchadores sociales, en ese mismo año 1918! De ahí el título de esta nota: esas afirmaciones son solo dignas de un ideólogo policial, de un escriba al servicio del terrorismo de Estado

Decimos que la concepción estatista de Moyano es peor que la teoría de los dos demonios, porque Moyano ni condena a los “dos demonios”. ¡No condena en absoluto a los terroristas de Estado como Lenin/Trotsky, Dzeryzhinsky…! Y está hablando de 1918, justamente el año, en donde se produce la primera gran ola de tortura, desapariciones y fusilamientos generalizados de todas las organizaciones revolucionarias del proletariado.

Solo considera que hay un demonio: los proletarios que resisten. Y escribe un asqueroso texto represivo para condenar a esa gran heroína proletaria, Fanni Kaplan, que ofrendó su vida por la revolución social y fue consecuente hasta en los peores momentos contra el capital y el Estado.

Mucho después, en el exilio, en los campos de concentración, en las hojas clandestinas y los periódicos internos (a los campos de concentración) los perseguidos y reprimidos por zaristas y bolcheviques, rendían homenaje a las 3 grandes luchadoras sociales rusas que habían coincidido en la lucha por la revolución social y en ese mismo año las habían reprimido brutalmente.

MARÍA NIKIFOROVA, FANNI KAPLAN, MARÍA SPIRIDONOVA

Cada vez que las insultan, los revolucionarios salen en su defensa y reivindican su vida y su lucha por la revolución social. Desde el punto de vista revolucionario, solo ha habido un tipo de crítica a esas grandiosas “3 Marías” de la Gran Revolución Social Rusa (que por otra parte es común a Makno, Archinov, Steinberg, Gorrelik,  y a otros compañeros): es haber hecho confianza por un tiempo a los bolcheviques. Es no haber comprendido, desde el principio, que, de todas las fracciones burguesas e imperialistas, los bolcheviques eran los que tenían la mayor capacidad de exterminación de los revolucionarios. Fue esto lo que les fue fatal a ellas y en general al proletariado revolucionario.

Solo los milicos y sus agentes pueden ver el mundo de forma tan policial como Moyano. Fanni Kaplan fue una histórica militante del proletariado revolucionario, que militó toda su vida en el socialismo revolucionario. Tuvo una trayectoria inquebrantable contra el capitalismo y el Estado, enfrentando la represión por todos los medios posibles, como lo hicieron siempre los militantes sociales. Como socialista revolucionaria maximalista fue acusada por diferentes acciones y pertenencias, y en particular, por la tentativa de ejecución de un importante represor zarista. Por eso había pasado un larguísimo período de su vida en prisión, en condiciones terribles de confinamiento y trabajo forzado, que la habían llevado hasta estar casi ciega y también bastante sorda (aunque se quejara mucho menos de este problema que de su ceguera que le imposibilitaba totalmente la militancia). Como todo el socialismo revolucionario internacionalista, cuando salió de la cárcel continuó su lucha junto a sus compañeros, primero contra el Gobierno provisorio de Kerensky, luego contra la Paz Imperialista y consecuentemente contra el leninismo y el gobierno bolchevique. Como la inmensa mayoría del proletariado revolucionario, cuando quedó en evidencia que los bolcheviques traicionaron todo lo que octubre contenía, en alianza objetiva con el imperialismo alemán (entre octubre 1917 a febrero 1918), pasaron a la acción abierta y revolucionaria contra el Estado

La izquierda internacionalista del socialismo revolucionario escribía, en junio 1918, menos de 2 meses antes de la serie de ataques proletarios contra Lenin y su Gobierno: el abandono por parte de los bolcheviques de la base misma del socialismo internacional…” y llamaba a la lucha continuidad de la lucha insurreccional. Fue el tercer acto de la Gran Revolución Social rusa. La única diferencia de julio/agosto 1918, con febrero y octubre 1917, es que ahora, los bolcheviques habían pasado del lado del Estado y que, con la colaboración de las fuerzas imperialistas, ahogaron en sangre la revuelta proletaria

La Cheka conocía perfectamente que cada acto de esa ola revolucionaria había sido concebido en detalle por el socialismo revolucionario de izquierda (la gran mayoría de los llamados eran públicos y reproducidos en toda Rusia, pero también porque la represión descubrió una gran parte de los planes en plena ejecución en julio 1918). Entre los SD de izquierda, se destacaron especialmente las fracciones “internacionalistas” por llamar a continuar la “guerra revolucionaria”  en los frentes y la retaguardia, concretizado en la acción directa contra todos los imperialismos (acciones de guerra, voladura de arsenales, sabotaje de la ocupación militar, ataque de los intereses del imperialismo alemán) y que en forma cada vez más clara y explícita fueron definiendo a los bolcheviques como los grandes enemigos de la revolución social. Fue en la ejecución de esos planes y como parte del socialismo revolucionario más radical, que en toda Rusia y hasta en Ucrania, el proletariado intenta su última gran ofensiva revolucionaria por la tercera revolución, por la “verdadera revolución social”.

 La tentativa de Fanni contra Lenin es parte crucial de ese movimiento proletario que hizo volar los arsenales en Ucrania, liquidó al embajador alemán, y afirmó la necesidad de la “tercera revolución”.  Cuando se confirmó que luego de febrero 17 y octubre 17, que los bolcheviques eran tan traidores como los Kerensky centenas de miles de proletarios en toda Rusia se unieron a ese movimiento, que enfrentó simultáneamente: a los rusos blancos, al ejército alemán, al nacionalismo imperialista ucraniano. Es el mismísimo movimiento que continuaría después en toda Ucrania y que se organizaría, entre otros en la guerrilla maknovista.  Es verdad que en junio 1918 las proclamas de los revolucionarios internacionalistas, no tenían la claridad de afirmar la lucha contra los bolcheviques, enmarcando el llamado a la acción revolucionaria “como una lucha contra la política actual de los Comisarios del Pueblo y de ninguna manera contra los bolcheviques”[1]Sin embargo, conociendo que los bolcheviques ya estaban reprimiendo abiertamente los grupos revolucionarios opuestos a la Paz de Brest, que la guerra social se podría generalizar contra ellos dicen claramente: “Sin embargo, dado que estos últimos pueden realizar una agresión contra nuestro partido, se decidió que en ese caso se recurriría a las armas para defender nuestro punto de vista. Pero para que en esa lucha nuestro partido no sea utilizado por los elementos contrarrevolucionarios, se decidió hacer inmediatamente todo lo necesario para explicar la actitud adoptada pon nuestro partido y adoptar una política firme de internacionalismo consecuente y de socialismo revolucionario en toda la Rusia de los Soviets”[2]

Conviene subrayar que a pesar de esta ilusión que tuvo el “Comité Central del Partido de los Socialistas Revolucionarios de Izquierda Internacionalistas” la gran ola de terror contrarrevolucionaria y estatista bolchevique había ya comenzado en marzo 1918 con el ataque sistemático a los “anarquistas”, los maximalistas y los opositores a la paz de Brest[3]. A pesar de esto los bolcheviques solo oficializarán el Terror Rojo luego del atentado contra Lenin. Desde esa fecha se pone en acción un plan sistemático de exterminación de todas las organizaciones revolucionarias del proletariado, exactamente como hicieron años después las terribles dictaduras del Cono Sur

Ese es el terrorismo de Estado que defiende Moyano, cuando trata a Fanni Kaplan como hizo la Cheka, ocultando por interés político, el movimiento social al que siempre había pertenecido y tratándola de asesina o loca suelta “anarquista”

Lo que certificamos es que Fanni se negó a declarar, a hablar de su organización y a dar nombre de los compañeros con los que estaba organizada y participaron en la tentativa contra el Gran Director de todas las Chekas: Lenin. Luego se supo que los disparos que llegaron al cuerpo de Lenin provienen de armas diferentes a las incautadas a Fanni.

También podemos certificar que todo lo que la Cheka declaró con respecto a ella, COMO YA HACÍAN CON TODOS LOS ACUSADOS POR EL PODER BOLCHEVIQUE, era totalmente falso y un montaje para disimular frente al proletariado los objetivos revolucionarios del movimiento social. Lenin y el Estado, frente al movimiento social revolucionario declararán primero que se trata de un atentado aislado, luego de una conspiración junto a los reaccionarios y partidarios de la Asamblea Constituyente (Cadetes), luego dirán que tienen pruebas de que estaban financiados por los gobiernos aliados, para justificar y esconder el hecho de que los bolcheviques actuaban cada vez con mayor coherencia con el imperialismo alemán, que había financiado su arribo a Rusia en el famoso “tren blindado” fletado por el Estado Mayor Alemán.

Conviene recordar que como todos los presos que caían en las garras del terrorismo bolchevique Fanni fue torturada. El sitio oficialista ruso https://moscudelarevolucion.blogspot.be/, nos proporciona elementos sobre los últimos momentos de Fanni: “Kaplan compartió celda en la Lubianka con el diplomático británico Bruce Lockhart, al que los bolcheviques también habían arrestado bajo sospecha de estar implicado en la conspiración. Éste describió la manera en que Kaplan entró en la celda: «Iba vestida de negro. Su cabello era negro, y sus ojos, que tenían una mirada fija, presentaban grandes ojeras negras. Su rostro carecía de color. Sus facciones, fuertemente judías, carecían de atractivo. Podría haber tenido cualquier edad entre los veinte y los treinta y cinco años. Supusimos que era Kaplan. Sin duda, los bolcheviques esperaban que ella nos dirigiría alguna señal de reconocimiento». Pero no lo hizo. Pronto fue trasladada al Kremlin, donde con casi absoluta certeza fue torturada antes de ser fusilada (y sus restos destruidos sin dejar rastro) el 3 de septiembre. Según Angélica Balabanoff, que pronto se iba a convertir en secretaria de la Komintern, Krúpskaya lloró pensando que, con Kaplan, había sido asesinado el primer revolucionario por un gobierno revolucionario".

 ¡Por supuesto que esto último no es verdad, ya había muchos revolucionarios, que habían sido asesinados por los bolcheviques!

La Cheka también sabía que en el atentado mismo Fanni había actuado con otros, que las balas en el cuerpo de Lenin no venían todas del revólver de Fanny, que tal vez ninguna bala de Fanni haya impactado a Lenin, pero a los milicos, como a Moyano, no les importa. No les interesa en absoluto la verdad y mucho menos decirla, tampoco les interesa hacer un juicio, Fanni es una asesina inmoral como dictamina policialmente Moyano. Lo decisivo es denunciar el crimen como inmoral, condenarla, torturarla, asesinarla. Exactamente así actúa el terrorismo de Estado. Como para Moyano el crimen de Estado ni se menciona, lo consideran justicia, luego de aplicarle su discurso sobre “la inmoralidad del asesinato político”

Además, como hicieron los milicos en el Cono Sur, se oculta sistemáticamente la responsabilidad directa de los grandes represores cuando los mismos son atacados y/o liquidados por el movimiento social. Como se hizo con Dan Mitrione, o cualquier otro gran responsable de la represión y el terrorismo de Estado, se hace con Lenin. Como la Cheka, Moyano oculta no solo el movimiento social, sino la significación de las acciones revolucionarias contra el Estado Ruso, y la responsabilidad directa de los personajes directamente atacados, que eran, al mismo tiempo, los mayores representantes del capitalismo e imperialismo mundial, los máximos jefes de la represión directa. Por eso no hay ninguna mención de que en ese mismo movimiento se ataca al representante del imperialismo alemán el Conde de Mirbach, al jefe de la Cheka Misei Uritski [4], y al Gran Zar y/o Dios Lenin, responsable directo de toda la contrarrevolución rusa. Aprovechamos para subrayar aquí, que ya el proletariado revolucionario llamaba “Zar” a Lenin. El culto a la personalidad de Lenin, como si fuera un Dios/Zar,ya había comenzado.

Contrariamente a lo que dice la historia oficial antiestalinista, ya el partido bolchevique había comenzado a ENDIOSAR Y ENTRONIZAR a Lenin. Todo el aparato de propaganda oficial bolchevique (por otra parte, enteramente financiado por capitales alemanes) estaba destinado a fomentar el mito Lenin. Así, luego del ataque de los socialistas revolucionarios (en el que participó Fanni) la historia oficial dirá: “La rápida recuperación de Lenin fue considerada un milagro por la prensa bolchevique. (...) Bujarin, editor de Pravda, llegó a decir que Lenin se había negado a recibir ayuda después del tiroteo y, «con los pulmones traspasados todavía derramando sangre», había regresado al trabajo inmediatamente para asegurarse de que la «locomotora» de la revolución no se detenía. Zinoviev, en un panfleto especial destinado a la distribución masiva, presentó a Lenin como el hijo de un campesino que había «hecho la revolución»: «Es el elegido entre millones. Es dirigente por la gracia de Dios. Un dirigente así nace una vez cada quinientos años en el transcurso de la humanidad». (...) Fue el inicio del culto a Lenin; un culto planificado por los bolcheviques, aparentemente contra la voluntad de Lenin, para promocionar a su dirigente como «zar del pueblo». Según algunos, presentaba reminiscencias del antiguo culto al divino zar. Se retrotraía a la práctica medieval de canonizar a los príncipes que eran asesinados mientras servían a Rusia. Pero el culto a Lenin fue nuevo, pues se nutrió de mitos folclóricos de los dirigentes populares contrarios al zar, tales como Stenka Razin o Emelian Pugachov, bendecidos con poderes mágicos y semejantes a los de Cristo…”[5]

Es de una claridad meridiana. Lo que hace Moyano es exactamente lo mismo que lo que hicieron todos los periodistas e intelectuales cómplices con el terrorismo de Estado en el Cono Sur, así como sus escribas contratados. El hecho de que Moyano esté a favor de Lenin/Trotsky en vez de Pinochet/Videla o el Goyo Álvarez…, no cambia en absoluto el fondo de la cuestión. Justamente en ese período el terrorismo de Estado de los primeros llegaba a su más violenta expresión: torturas sistemáticas en todas las prisiones, desapariciones, amalgamas, violaciones, interrogatorios infinitos, amenazas, fusilamientos, rehenes... El único “atenuante” que se le puede encontrar a Lenin/Trotsky es que ellos se reivindicaban abiertamente del terrorismo de Estado (ocultando por supuesto que lo hacían en beneficio del capitalismo internacional). Pero téngase en cuenta que fue precisamente en 1918 que empezaron los encierros para siempre, los campos de concentración, la sistemática falsificación del poder con respecto a todo lo que se perseguía: siempre le inventaban una causa. Como luego con Stalin, los reprimidos estaban sistemáticamente “aliados con los generales zaristas y los imperialistas”. ¡Cuando en la realidad fueron los bolcheviques que integraron a generales zaristas y actuaron como agentes del imperialismo mundial desde que estuvieron el poder!

La imposición de la paz imperialista de Brest le costó al proletariado, durante esos años infernales, muchísima hambre y decenas de miles de muertos, asesinados por las fuerzas capitalistas, de los cuales una gran parte fueron fusilados por la Cheka, la policía política de Lenin/Trotsky. En sus 5 años de existencia, con Lenin y Trotsky a la cabeza, la Cheka habría asesinado a 200.000 personas, frente a lo cual Moyano se hace el imbécil, como si lo ignorara. ¡Como para no tener que compararlo con los muertos y desaparecidos de las tres dictaduras del Cono Sur!

Resulta que para el Señor Moyano, como para todos los escribas de las dictaduras burguesas, el terrorismo de Estado aplicado por la Cheka no son asesinatos, tampoco SON “CRÍMENES POLÍTICOS”… y por supuesto tampoco dichos crímenes son como los de Fanni: “dos veces inmoral, es inmoral por inhumano y es inmoral por infecundo”… como dice Moyano contra los militantes revolucionarios.

Además, como al pasar, Moyano mete su apología del terrorismo de Estado bolchevique haciendo referencia explícita, a “terrorismo y comunismo”, inmunda propaganda estatal y texto de Trotsky que dio carta blanca a los torturadores zaristas y bolcheviques de la Cheka. En efecto, el libro “Terrorismo y comunismo” de León Trotsky será la verdadera Biblia de los torturadores chequistas, y de los jueces militares que te condenaban a muerte y/o te enviaban a los campos. Con su obligatoria lectura, reciclaban a miles de agentes zaristas del Estado, los aleccionaban y preparaban para su función de torturadores. También los jueces milicos de la Cheka les leían a los presos frases de dicha Biblia, como “considerandos” cuando les anunciaban la condena a trabajos forzados o a la pena máxima.

Clarito: para los escribas milicos, como Moyano, no son crímenes políticos los de Lenin/Trotsky y sí son “crímenes políticos e inmorales”, los que realizan los compañeros que se rebelan contra el terrorismo de Estado. ¡Exactamente como para Pacheco Areco, Videla, Pinochet, Trotsky y Lenin…! Y como si eso fuera poca adhesión al Estado y a las torturas que los revolucionarios estaban soportando en toda Rusia, se falsifica abiertamente lo que hicieron los compañeros tratándolos de asesinos sueltos, individualistas, como si no vinieran de ninguna lucha, de ningún combate.

También se falsifica nuestra propia reivindicación con respecto a Fanni Kaplan, como si nuestro colectivo reivindicara el asesinato individual separado de la resistencia proletaria, cuando en realidad es todo lo contrario: Lenin fue liquidado por los proletarios que sabían que actuaba CONTRA LA REVOLUCIÓN. Más todavía, que lo reconocían como el gran jefe, el Gran Zar/Dios, que dirigía la contrarrevolución capitalista en Rusia.

Dejémoslo bien claro: es una mentira del Estado terrorista ruso decir que el atentado de Fanni Kaplan fue un acto individual. También es mentira, porque no corresponde en absoluto con lo actuado por sus compañeros, que Fanni reivindicara principalmente la cuestión de la Asamblea Constituyente, cuando la Cheka sabía perfectamente la verdad. Se trata claramente de una falsificación, que era muy corriente en la Cheka, por la cual se buscaba separar a Fanni Kaplan del movimiento revolucionario del proletariado que, desde las negociaciones de Brest, se había levantado contra el Estado Bolchevique y amalgamarla con los demócratas constitucionalistas (los CD) que también eran reprimidos por los bolcheviques, pero que nada tenían que ver con el movimiento proletario. El proletariado y en general el socialismo revolucionario radical (maximalista, internacionalista, “de izquierda”, anarquista…) nunca fue partidario de la Asamblea Constituyente como sí lo habían sido y lo eran los socialdemócratas mencheviques y bolcheviques (¡y el propio Lenin!). Como con todas las demás falsificaciones policiales, los escribas del Estado, como Moyano, optan por la versión policial, desconociendo totalmente el movimiento social revolucionario del proletariado al cual perteneció sin dudas la compañera Fanni

Otra gran falsificación, típicamente policial (¡no le podemos pedir a los milicos que entiendan de lucha de tendencias en el seno del proletariado revolucionario!) es la que trata de encajarle a Fanni el calificativo de “anarquista”, especialmente oponiéndola al socialismo revolucionario, como si fuesen cosas diferentes, cuando nunca habían existido esos comportamientos estancos antes de 1918 (a pesar de las confusiones introducidas desde occidente en Rusia, mucho más sectarias). En efecto los milicos zaristas, chequistas, como Moyano, en su intento para descalificar a Kaplan como parte del movimiento socialista y revolucionario siempre intentaron encajarle la etiqueta “anarquista” ¡Cómo si el anarquismo hubiese sido entonces diferente del socialismo revolucionario! Es evidente que, si lo hacían así, conociendo perfectamente la definición socialista revolucionaria de izquierda e internacionalista de Fanni, es porque consideran que de esta forma (como anarquista) era más creíble descalificarla como individualista y “loca suelta” y esconder más fácilmente a los compañeros que habían actuado con ella y al movimiento social que representaba.

En Rusia había centenas de organizaciones socialistas revolucionarias. De 12 grupos bakuninistas a principios de siglo XX, 11 se decían “socialistas revolucionarios” (siguiendo al propio Bakunin que siempre utilizó esa definición política) y militaban en diferentes fracciones de ese movimiento y está comprobado que Fanny adhirió toda su vida a diferentes expresiones del socialismo revolucionario. Fue en la lucha interna y frente al democratismo de algunos de sus sectores, que los sectores más avanzados del proletariado fueron agregando diferentes calificativos para afirmar su continuidad con la lucha contra el capital y el Estado y por lo tanto su ruptura con la socialdemocracia. Es en este sentido que Kaplan, como histórica militante proletaria, que luchó toda su vida, pertenece a la trayectoria de las fracciones que asumen esos calificativos como clarificadores dentro del socialismo revolucionario: primero “maximalistas” o “anarquistas”[6], luego, a partir de 1917/18  “de izquierda”, “internacionalistas” e incluso “fracción de izquierda e internacionalistas del partido socialista revolucionario”… Quienes se encuentran a la vanguardia de la tentativa insurreccional del proletariado, por la tercera revolución se definen, como “socialistas revolucionarios de izquierda” y contra la Paz imperialista de Brest agregaron otra definición decisiva: “internacionalistas”. Justamente ese es el programa revolucionario que más designa durante 1918, la posición de todo el proletariado revolucionario ruso, que incluso cuando fue derrotado emergió en Ucrania y el movimiento Maknovista.

No podemos aquí responder a la montaña gigantesca de falsificaciones policiales que hace Moyano. Es o actúa como un profesional de la cuestión dedicado a difundir las mentiras lanzadas desde el poder bolchevique para imponer el poder del Estado. Toda la bosta escrita sobre Rusia, por Moyano o sus contrincantes, solo trata las opiniones y contradicciones entre las lacras capitalistas e imperialistas luchando por el poder (Trotsky, Lenin, Rakovsky, Stalin, Zinoviev…). Se trata de coberturas ideológicas de la clase dominante, como hacía la propia Cheka, para DISTRAER y MANIPULAR a la opinión pública escondiendo el carácter burgués y capitalista de los bolcheviques. Solo para eso han servido las interminables polémicas sobre si era un Estado obrero muy degenerado o más o menos, si era otro modo de producción o pajas intelectuales similares. Todo eso esconde lo central: ¡los bolcheviques nunca hicieron absolutamente nada contra el capitalismo en Rusia!

Siempre se esconde lo principal: los bolcheviques actuaron contra la revolución y en defensa del capital mundial.

Sin embargo, la desinformación y la maniobra de Moyano es tan siniestra que, como el propio Lenin al mismo tiempo que hacía matar socialistas revolucionarios y anarquistas, les pasa la mano por el lomo. Frente a los revolucionarios extranjeros que protestaban por los revolucionarios y anarquistas presos Lenin les “explicaba” que él también estaba de acuerdo con el anarquismo en otros países, pero que “los de Rusia estaban financiados por el imperialismo”. Moyano los falsifica, denuncia, aísla y condena como asesino justificando así a los criminales de la Cheka, pero tiene el cinismo y el descaro de mostrarse “de acuerdo con Archinov (con el texto presentado por nuestro Colectivo)”

No podemos callar ante tal cinismo y haremos otra nota al respecto, mostrando más globalmente las fronteras de clase que se demarcaron frente a la Paz capitalista e Imperialista de Brest Litovsk, así como la continuidad de la revuelta proletaria en la que participaron Makno/Archinov contra la misma. Ello resulta imprescindible para dejar en evidencia el antagonismo que existe entre ese movimiento social y las posiciones contrarrevolucionarias del leninismo en general y de Moyano en particular


Comunicate