31.ENE.18 | postaporteñ@ 1876

La condena a Lula y la corrupción, una polémica en la izquierda

Por posta

 

La situación política de Brasil sigue generando polémicas dentro de toda la izquierda.

En este caso, la misma se da en torno a la posible condena al ex presidente Luiz Ináncio “Lula” Da Silva, la cual no le permitiría ser candidato en las próximas elecciones que se realizarán el mes de octubre.

Las diferentes posiciones de las diversas corrientes de izquierda sobre esta polémica, están estrechamente vinculadas a su análisis de la situación política y esas posiciones comenzaron a tomar más fuerza con el impeachment a Dilma Rousseff.

Desde ese momento, en la mayoría de la izquierda, se comenzó a hablar de “golpe de estado” frente a la maniobra del impeachment.

Ahora, nuevamente, hablan de una “profundización” de ese “golpe”, ante el fallo de la justicia burguesa sobre Lula. Tal es el discurso del propio PT brasilero, con el cual buscan agrupar detrás de sí y en torno a su defensa, a los trabajadores y al resto de la “izquierda crítica”

Antes que nada, queremos aclarar que existen siempre, aún bajo la democracia burguesa “más amplia”, constantes ataques a las libertades democráticas sea cual sea el gobierno (persecución y represión a los luchadores, leyes “antiterroristas”, el mantenimiento de la impunidad para los militares de la dictadura, etc.), y que, por la propia dinámica de la crisis capitalista, esos ataques tienden a profundizarse.

Pero los revolucionarios y los trabajadores debemos distinguir cuando se trata de una genuina defensa de las libertades democráticas para las cuales estaremos en la primera línea de lucha, y cuando bajo ese discurso, buscan embaucarnos para defender políticas contrarias a los intereses de la clase obrera.

La posición de la mayoría de la burocracia sindical uruguaya y el estalinismo

Los burócratas sindicales cumplen la tarea de ser la correa de transmisión de la ideología y la política de los “gobiernos progresistas” patronales dentro de la clase obrera.

Para ello, hoy hacen parte del discurso que les dice a los trabajadores que debemos apoyar al “progresismo” contra la “ofensiva de la derecha”.

Este discurso, en las pasadas movilizaciones contra Dilma se profundizó y comenzaron a denunciar un supuesto “golpe” en Brasil, que estaría poniendo en riesgo la democracia.

El Partido Comunista uruguayo, ya había emitido un comunicado el año pasado, en el que manifestaba “su repudio al procesamiento del compañero Luiz Inácio Lula Da Silva” que significa, según ellos: “hacer retroceder todas las conquistas de nuestro pueblo hermano y destrozar la democracia.” Afirmando que “esta barbaridad jurídica es parte de la contraofensiva del imperialismo y las clases dominantes contra los pueblos latinoamericanos.” (Declaración del PCU 12 de julio de 2017)

Bajo este mismo análisis, el Secretariado del Pit-Cnt respaldó a la delegación de sindicalistas que viajó a Brasil para apoyar a Lula .

El dirigente Marcelo Abdala, que además integra de la dirección del Partido Comunista uruguayo, encabezó esta delegación, y dijo que la condena a Lula significa un “nuevo recorte de la democracia”. El objetivo del juicio, según Abdala, es impedir que vuelva a ser candidato a la presidencia de su país, sostuvo.

Este discurso y política del PC no es para nada nuevo. Este partido históricamente nos viene agitando el cuco de la derecha desde los años 60, siempre para asustar a los trabajadores e impedir que salgan a la lucha para no poner en riesgo la “democracia”.

Esta actual posición de la burocracia sindical uruguaya y de los dirigentes del PCU, es la misma que defiende la dirección del FA en Uruguay y el PT en Brasil.

Es una “teoría” inventada para intentar tapar el repudio y ruptura que se produce en la región con los gobiernos de Dilma y Lula, Vázquez, etc.

Esta defensa tiene como objetivo tapar que fueron esos propios gobiernos los que comenzaron y abrieron paso a la aplicación de los planes de ajuste y la represión contra los trabajadores.

Quieren ocultar también que esos gobiernos “progresistas”  fueron parte de la criminalización de las protestas, fortalecieron el aparato represivo (y el judicial) contra los luchadores y los pobres.

Y que sus dirigentes terminaron embarrados en la corrupción, ya sea en forma directa o “indirecta”, con las grandes empresas para las cuales gobernaron, como las constructoras Odebrecht u OAS.

Sin decir ni una palabra sobre este verdadero rol de los “progresistas”, ahora quieren nuevamente asustarnos y que no luchemos, o peor aún, que luchemos, pero para defender a los gobiernos “progresistas”.

Para lograr su objetivo invocan el viejo cuco de la vuelta de la derecha y el “riesgo de la democracia”, afirmando que hubo un “golpe de estado” en Brasil.

Ahora, los defensores de estos gobiernos, se enredan en explicaciones jurídicas, constitucionales, se abrazan a la democracia de los ricos y sus valores, pretendiendo trasladar el debate del análisis de la lucha de clases a los marcos jurídicos del orden burgués.

¿La justicia burguesa es parcial? ¡Claro que lo es!

El “Estado de Derecho” de la burguesía es la justicia al servicio de los patrones, una “justicia” de clase y totalmente arbitraria. Nosotros no tenemos ninguna ilusión en esta justicia de los ricos.

Pero no creemos que los gobernantes de la burguesía no deban o no puedan ser juzgados por ella. Aclaremos de paso, que la ley conocida como “Ficha Limpia”, que inhabilita los derechos políticos de un procesado con condena, fue aprobada por el propio PT de Lula.

¿Deben ser condenados los corruptos bajo la democracia burguesa?

El dirigente argentino del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (Soeme), Marcelo Balcedo, fue detenido en Uruguay. Le encontraron millones de dólares en sus cuentas, una mansión en las costas de Maldonado y la justicia de los patrones actúa por diferentes intereses e incluso roces entre sectores burgueses.

¿A algún izquierdista o revolucionario se le puede ocurrir que a este corrupto no se lo debe juzgar, y decir que hay que esperar las elecciones del gremio, que sea candidato, y que lo juzguen los trabajadores?

Esperamos sinceramente que no.

Sin embargo, pareciera que algunos corruptos se los puede juzgar e incluso pedir prisión en este sistema burgués, y a otros no

Quienes hacen este tipo de diferenciación sobre “corruptos de izquierda” y “corruptos de derecha”, terminan defendiendo aún más impunidad para los poderosos y sus representantes.

Esto hacen quienes se suman a las movilizaciones y los actos pro-candidatura de Lula, afirmando que corre riesgo el régimen democrático burgués en Brasil. Este es un análisis que busca justificar el apoyo político a uno de los sectores burgueses en disputa:

el sector de colaboración de clases representado por el PT y por Lula y compuesto también por Renan Calheiros del PMDB (partido de derecha) y tantos otros.

Decir que Lula no puede ser juzgado ni investigado, y mucho menos condenado por la justicia burguesa, porque sería supuestamente un “representante” de la “clase”, “del pueblo” o de un sector “progresista”, es hacer retroceder en la conciencia de clase al proletariado.

Los trabajadores debemos exigir que se juzgue a todos los corruptos, que se confisquen sus bienes y sus empresas, pasándolas al estado bajo control de los trabajadores.

La discusión dentro del trotskismo

Pero si bien la defensa a Lula y al PT por parte de los viejos partidos estalinistas y los frentepopulistas no es algo de extrañar, si puede parecer más extraño que sectores que se reclaman del trotskismo asuman esa defensa. Nos referimos particularmente al Partido Obrero (PO) de Argentina – cuya posición es compartida y reproducida por el PT de Uruguay- y al PTS argentino y su corriente en Brasil, el MRT.

En ambos casos, profundizan “su análisis” (en realidad tomado del discurso frentepopulista) sobre el impeachment como un “golpe de estado”, que ahora, ante la condena de Lula, los lleva a seguir profundizando este error fatal.

En una declaración del 24 de enero, si bien el PO afirma que: “no se nos puede escapar la descomposición del PT y su gobierno, envuelto en un sinfín de actos de corrupción. -y que- Lula ha sido un agente de Odebrecht y vehículo de sus negociados, no solo en Brasil, sino en América Latina.” (1), más adelante nos dice:

“Denunciamos la condena a Lula como parte de una manipulación y proscripción política y llamamos a derrotar esta tentativa reaccionaria”.

Es decir, para el PO la condena de Lula forma parte de un intento de proscripción política, y que además no debería ser juzgado por la propia justicia burguesa (¡aunque el PT haya sido parte de todo el sistema burgués, incluida su justicia!)

. Así, como antes le capitularon al discurso del golpe, ahora capitulan al discurso “democrático” del PT brasileño: hubo un golpe, con esto se quiere profundizar el mismo, defendamos la candidatura de Lula contra la ofensiva de la derecha.

De esta forma, se encolumnan, como ya lo venían haciendo (más allá de las críticas) detrás del discurso del PT de Lula y Dilma y su política.

Por otra parte, en una nota titulada “PSTU y la izquierda golpista: juntos a la justicia contra el derecho de millones a votar en quien quieran”, la corriente del PTS en Brasil afirma: “La ceguera de esa izquierda golpista es hermana gemela de su completa postración frente a los mecanismos represivos del Estado.

El proceso contra Lula es claramente arbitrario, pues sus fundamentos jurídicos son incomparablemente más frágiles que los que pesan sobre prácticamente todas las figuras políticas del golpismo, y se basa en la inversión de la carga de la prueba y en una condena por hecho que consta en la denuncia.” (2)

Lo primero a destacar, es el método que el PTS usa para su polémica con nosotros. Mediante la vieja usanza del método del estalinismo, no buscan polemizar, sino generar un manto de duda sobre el PSTU y la LIT.

Por eso, desde el título ya se nos acusa de “izquierda golpista”, como sucede a lo largo de todo el artículo.

Ese método y discurso que ha tomado el PTS argentino y su sucursal en Brasil, tampoco es para nada nuevo.

Los trotskistas sufrimos desde el tiempo en que el estalinismo se hizo del poder en la URSS, una campaña de calumnias interminables.

El método para discutir del estalinismo fue y son las descalificaciones y las calumnias. Si hoy se dice que el PSTU de Brasil y la LIT se volvieron “pro golpista”, que apoya o hace el juego “al golpismo”, seguro que ese calificativo empleado no explica nada, pero si logra desviar el centro del debate y les evita una discusión profunda.

Este método y discurso estalinista y efectista no cambia en nada su propia claudicación al Frente Popular.

Ese es, de hecho, la esencia de su acalorado discurso contra nuestra corriente, y que se expresa muy claramente en su política de pedido de ingreso al partido reformista del PSOL.

Los dirigentes del PTS-MRT tomaron la misma “teoría” que fabricaron los dirigentes del PT brasileño y ahora la reproducen con la misma intensidad (¡e incluso más!) que ellos.

En su nota de La Izquierda Diario podemos leer lo siguiente:

“Myriam Bregman, legisladora porteña del PTS-FIT, señaló que “si la condena de primera instancia fuese ratificada estaríamos ante la continuidad del golpe institucional que primero destituyó a Dilma Rousseff y ahora quiere evitar que los trabajadores y el pueblo de Brasil decidan ellos a quien pueden votar y a quién no. Es completamente antidemocrático que tres jueces que nadie votó se tomen tal atribución.”

“Por su parte, Christian Castillo, referente del PTS/FIT, afirmó que “si se aplicase el criterio con el que hoy quieren prohibir la candidatura de Lula contra el resto de los políticos brasileños prácticamente ninguno podría ser candidato.” (3)

Con estos discursos los dirigentes del PTS defienden a Lula: que los argumentos jurídicos son “más frágiles” que los de otros corruptos y que si se aplica al resto “ninguno sería candidato”

Esta degeneración del PTS no es más que el producto de su asimilación al régimen democrático burgués, al que le rinden culto y sobre el cual desarrollan “argumentos jurídicos” y un método de discusión estalinista para encubrir su gran claudicación al PT de Lula y Dilma en el Brasil.

Es cierto, el congreso brasileño está plagado de corruptos desde “la izquierda” hasta la derecha. Pero los revolucionarios debemos exigir que se juzgue a todos los corruptos, la confiscación de sus bienes, que pasen al estado sus empresas y colocarlas bajo control obrero. La tarea no es defender a un sector de corruptos contra otro.

La tarea de los socialistas

Sin duda los gobiernos de la vieja derecha encabezados por Temer en Brasil y Macri en argentina están tomando duras medidas contra los trabajadores. Estos gobiernos han profundizado los planes de ajuste y la criminalización de la protesta. Son ellos sin ninguna mediación la expresión de la burguesía y de un capitalismo decadente.

Pero no menos cierto es, que quienes mantuvieron a los viejos golpistas en la impunidad, quienes financiaron, armaron, prepararon y utilizaron el aparato represivo, fueron los gobiernos de la patronal “progresista”: Néstor y Cristina Kirchner, Lula y Dilma, Vázquez y Mujica, Morales, Maduro, etc.

Ellos también aplicaron los planes de ajuste contra los trabajadores, aumentaron la extranjerización de los países, aplicaron duras privatizaciones y aumentaron el empleo precario y las tercerizaciones.

Y lo peor, en los países como Argentina y Brasil, donde posan de “opositores”, usan toda la estructura sindical que controlan para que Macri y Temer pasen los planes durísimos contra los trabajadores.

Ese es el papel de los dirigentes de la CUT, ligados al PT en Brasil, y de la CGT y sus variantes ligados al peronismo en Argentina.

Nosotros entendemos que no existe ningún giro a la derecha, como nos quieren hacer creer a los trabajadores para que no luchemos.

Lo que sí hay es una mayor polarización social, producto de los ataques que comenzamos a sufrir los trabajadores bajo gobiernos “progresistas” o de la derecha clásica. Los trabajadores no están derrotados, sino que están saliendo a luchar cada vez más en todo el continente.

Por eso, el camino es la lucha contra estos gobiernos y sus planes de ajuste, tanto los de la vieja derecha como los denominados ”progresistas”, sabiendo que en toda la región existe un aumento de la polarización social, las clases se enfrentan con más dureza.

Tanto los gobiernos progresistas y sus dirigentes, como también los de la derecha están siendo cuestionados en forma creciente.

El papel de los revolucionarios es construir en este proceso el partido socialista revolucionario que tire de una vez por todos estos sistemas sociales capitalistas para construir el socialismo con democracia obrera.

En esta tarea estamos empeñados los partidos que conformamos la LITCI, interviniendo en la lucha de clases en toda América Latina y en los más de 25 países donde estamos presentes.

1) http://www.po.org.ar/prensaObrera/online/internacionales/el-partido-obrero-frente-a-la-ratificacion-de-la-condena-a-lula#.Wmkg5UAEoCx.twitter

2)http://www.esquerdadiario.com.br/PSTU-e-a-esquerda-golpista-juntos-ao-judiciario-contra-o-direito-de-milhoes-votarem-em-quem

3) https://www.laizquierdadiario.com/Bregman-y-Castillo-se-pronunciaron-sobre-el-juicio-a-Lula-en-Brasil

IZQUIERDA SOCIALISTA DE LOS TRABAJADORES – LITC (Uruguay)

Sobre la condena de Lula

Luciana Genro –  ex diputada federal, fundadora y dirigente del PSOL y del Movimiento Esquerda Socialista (MES). Fue candidata a la Presidencia de la República en 2014.

He defendido el derecho de Lula a ser candidato y ser juzgado por el pueblo en las urnas. Su condena en el TRF-4 puede impedir que esto ocurra. Una elección sin Lula puede sí ser considerada un fraude, como dice el PT. Y todos saben que no tengo ninguna conexión con Lula ni con el PT. Tengo una opinión jurídica sobre el proceso. Ocurre que la política manipula incluso procesos judiciales. Por eso el STF salvó a Aécio Neves, que sigue siendo senador, y Michel Temer sigue siendo presidente, a pesar de las pruebas cabales contra él. Entonces mi manifestación es política.

En un cuadro de éstos, un líder popular ser barrado por la Justicia no es admisible. Sólo va a restringir más la capacidad de decisión del pueblo. Una capacidad de decisión que ya es muy pequeña, si es que podemos decir que existe, en esta podredumbre del sistema, al que la cúpula petista se ha adaptado y ahora paga el precio. Un sistema que, además, viene encarcelando en masa a la juventud pobre y negra en nombre del “estado de derecho” y mantiene presas a miles de personas sin juicio.

Cabe al PSOL luchar para construir una izquierda consecuente, antisistema, anticapitalista y que se mantenga coherente con las banderas de la defensa de los intereses del pueblo

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Roberto Robaina – dirigente del PSOL y del Movimiento Esquerda Socialista (MES), editor de la Revista Movimiento y concejal de Porto Alegre.

La condena de Lula no fue sorpresa. Hasta los llamados mercados estaban apostando en esta decisión y las bolsas subían en la misma medida en que crecía la convicción de un resultado de 3 a 0. Fue lo que ocurrió. Más tres jueces que trabajaron sobre el proceso confirmaron la sentencia del juez de primera instancia Sérgio Moro.

Así, las posibilidades de Lula de poder concurrir a la Presidencia de la República disminuyeron mucho. Y, si concurre, las posibilidades de poder tener su candidatura validada son aún más reducidas. Es sobre este aspecto que quiero considerar la cuestión. Es desde este punto de vista que nos hemos manifestado. Es el caso, por ejemplo, de la posición de Luciana Genro, sosteniendo que la elección sin Lula puede sí ser considerada un fraude. Es lo que declaró nuestra corriente política, el Movimiento Esquerda Socialista, que es una tendencia fundadora del PSOL.

Esta posición es clara. Pero no tenemos una posición ingenua. Todos saben que rompemos con el PT hace muchos años.

Y rompemos porque percibimos – cuando, por cierto, los grandes medios estaban conmemorando el nuevo curso petista – que las relaciones del PT con las contratistas y banqueros estaba haciendo el partido a un gerente de los intereses del capital.

De ahí el paso para involucrarse con los métodos típicos del capital, entre los cuales la corrupción es práctica ordinaria, era un paso inmediato. Fue lo que ocurrió.

Pero, a pesar de eso, no aceptamos hacer coro con los que dicen que la ley debe ser respetada, queriendo con ello decir que la decisión del TRF-4 debe ser respaldada.

¿Porque no? Justamente porque en este sistema la ley no vale para todos.

Se aplica con más fuerza contra algunos.

A otros, comprobadamente bandidos, como es el caso de Aécio Neves, el máximo órgano de poder judicial del país – el STF – protege, garantizándole la impunidad como senador.

Y no necesitamos hablar de Temer. No se puede decir que tenemos justicia en el país cuando un presidente es un jefe de cuadrilla.

Y la justicia hecha aisladamente no es justicia sistémica. Sería ingenuidad, o incluso una tontería, creer en eso. Y el caso que involucra a Lula es sistémico.

Por eso, no puede ser evaluado sin contexto, sin definir quiénes son los interesados en su condenación y por qué la pretenden.

Es evidente que una parte de los interesados es justamente una parte de los dueños del capital, representantes de este mismo sistema que actuó como corruptor en el caso de la cumbre del PT y que sigue teniendo en sus manos los partidos tradicionales, la mayoría del Congreso Nacional y hasta las más de las altas cortes de justicia de Brasil. No son ellos quienes harán justicia para el pueblo.

Por eso, vamos a mantener la defensa del derecho de Lula a ser candidato. Al mismo tiempo, luchar para que nuestro partido, el PSOL, sea fiel a las causas de la igualdad y se afirme como un proyecto independiente, que apueste en la organización y en la movilización social por los intereses populares.

Brasil Comentarios:

Agrego está asignatura de solidaridad considerando todos os aspectos trágicos dos efectos da impunidad ate hoje dos dictadores brasileiros, sus comandados e a sobrevida de su criminosa ideología de fascistas facínoras, sustentada na base da perseguição, da tortura, do secuestro e do desaparecimiento forzado de pessoas que no processem ou acaten su siniestra ideología ou a ela se submeta.

Treinta años pasados do tormento da dictadura civil-militar no Brasil, un novo golpe de Estado destitui um governo recién electo mayoritariamente pelo voto popular e instaura como legítimo o modelo económico "liberal" derrotado nas urnas e com o tacão do mesmo Judiciario depositario daquela ideología golpista é mantido no cargo um presidente menor, eivado de provas documentais e testemunhais de sua práctica corrupta reiterada, mantido entretanto para que não se cuestione a corporación Judiciaria que garante e "legítima" o poder da imperial clase rentista.

Aquí luta-se para que esto nunca mais se repita e não venga a ocorrer también no país vecino, Uruguay.

João Costa


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