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La tierra, el amor a la tierra, y que las comunidades avanzadas, dirijan una revolución --propuesta como internacionalista, mundial, obrera sustentada en la filosofía obrera, urbana, materialista, con individuos e intelectuales, despojados de propiedades, y por lo tanto no aferrados a terruños ni a salvaciones o liberaciones exclusivas, emocionales, nacionalistas-- fue una utopía reaccionaria.
Para verlo de forma actualizada, dentro de los autoconvocados uruguayos, y dentro de comunidades y cooperativas agrarias prima un sentimiento similar. Ni loco dejaría que esas cabezas manejaran éste país. Hoy. Con éste capitalismo moderno y entregado y saqueado por las multinacionales. Por más rebeldes que se manifiesten.
Muchos autores he leído al respecto. Sin cerrarme a los "clásicos", recomiendo a Edward Hallett Carr. "1917. Antes y después".
Una sociedad y múltiples sociedades agrarias, con multiplicidad de contradicciones fue forzada sí, por una dirección reconocida y legitimada por el sector más dinámico y conciente de la revolución: los obreros y su partido bolchevique, a seguir un rumbo diferente al de sus aspiraciones idílicas nacionalistas y campesinas.
El internacionalismo manifiesto por el partido bolchevique intentó unificar en base a un estado zarista existente para una batalla internacional, basadas sus expectativas en la revolución alemana, derrotar al capitalismo en Europa.
Una Rusia contradictoria con multiplicidad cultural e ideológica, inserta en aquélla etapa histórica precapitalista, que vivió luego la tragedia de colectivizaciones forzosas del estalinismo. Previo a ello, esa Rusia heredada del zarismo se enfrentó al primer bolchevismo revolucionario, que debió combatirlas, doblegarlas, y a sangre fuego, al reivindicar los eseristas liberales y otras corrientes, la dispersión del poder soviético. Las hambrunas que el nuevo estado no pudo evitar también significaron aplacar con sangre las revueltas. Al oponerse militarmente a él, objetivamente se aliaron a todas las fuerzas de la contrarrevolución que cercaron la revolución.
Las corrientes que reivindicaban la violación de un instrumento ya superado por acontecimientos en la disputa del poder, como la constituyente. Democratismo frente a revolución.
No se saldó en aquellos días con acuerdos frente al cerco que 14 ejércitos ejercían sobre la revolución, eran reaccionarios.
Hoy se puede hacer gárgaras de democracia sobre una gigantesca revolución legítima acosada por la contrarrevolución.
Hoy desde el living.
La discusión histórica, si puede tener otro destino mejor que una masturbación de quien la tuvo más grande o acertada, es bienvenida.
Pero el salto de la historia de la Rusia zarista a URSS, saliendo del siglo XVIII al siglo XX solo pudo realizarse en una gigantesca región por la centralidad de la dirección de una revolución monumental, inimaginable hoy.
Podríamos jugar a los nacionalismos no resueltos que luego de la caída han resurgido. Ucrania es parte de la OTAN. Parece como una proyección de aquella independencia.
Personalmente creo que no se sale de un masaje íntimo al ego sino se proporciona una dirección política ideológica para éste hoy, ante un imperialismo avasallante.
La URSS fue una tragedia de contrarrevolución estalinista y derrumbe.
Esa discusión es más interesante que 1917 y los ucranianos nacionalistas. Con respeto lo digo.
Qué comunidad autónoma, hoy, puede sobrevivir aún aplicando el más perfecto comunismo, con todas las aplicaciones modernas, culturales, económicas y ambientales, ecologistas y....?
Sin revolución internacional ningún sueño es realizable.
Sin insultos ni pedantería solo me cabe seguir homenajeando a la más gigantesca gesta de grupo social y su partido político en el siglo XX.
Saludos.
Marcos