24.FEB.18 | postaporteñ@ 1883

UNA BUENA SÍNTESIS: la analizamos y damos opinión

Por Julio Aniceto Molinari

 

Tomamos de: Luis Britto García (*), Resumen Latinoamericano, 18 febrero 2018

Entonces estamos todos de acuerdo. La Unión Soviética se desintegró, los gobiernos progresistas desaparecen ante la restauración conservadora. La única opción es el capitalismo, que sí funciona. ¿O no?

Georg Friedrich Hegel en su Filosofía del Derecho (1821) formulaba algunos reparos a la última afirmación. La sociedad civil, librada a su propia lógica, seguirá produciendo mercancías hasta sobrepasar la demanda de aquellos que tienen medios para adquirirlas. Llegada a este punto, engendra la contradicción de masas de bienes que no encuentran comprador, y multitudes de necesitados que no tienen cómo comprarlos, por lo que la sociedad “no es lo suficientemente rica, en medio de su riqueza”. Contingentes de población son arrojados a la pobreza; el único remedio es aplicarlas en creación de colonias o, como diríamos hoy, imperialismo.

Carlos Marx, que había escrito una crítica a la Filosofía del Derecho de Hegel, escribió 27 años más tarde  conjuntamente con Friedrich Engels  en El Manifiesto Comunista que las crisis capitalistas eran inevitables, cíclicas y progresivamente graves: “Basta mencionar las crisis comerciales, cuya periódica reiteración supone un peligro cada vez mayor para la existencia de la sociedad burguesa toda. Las crisis comerciales, además de destruir una gran parte de los productos elaborados, aniquilan una parte considerable de las fuerzas productivas existentes.

En esas crisis se desata una epidemia social que a cualquiera de las épocas anteriores hubiera parecido absurda e inconcebible: la epidemia de la superproducción. La sociedad se ve retrotraída repentinamente a un estado de barbarie momentánea; se diría que una plaga de hambre o una gran guerra aniquiladora la han dejado esquilmado, sin recursos para subsistir; la industria, el comercio están a punto de perecer. ¿Y todo por qué?  Porque la sociedad posee demasiada civilización, demasiados recursos, demasiada industria, demasiado comercio

Las fuerzas productivas de que dispone no sirven ya para fomentar el régimen burgués de la propiedad; son ya demasiado poderosas para servir a este régimen, que embaraza su desarrollo.  Y tan pronto como logran vencer este obstáculo, siembran el desorden en la sociedad burguesa, amenazan dar al traste con el régimen burgués de la propiedad. Las condiciones sociales burguesas resultan ya demasiado angostas para abarcar la riqueza por ellas engendrada.

¿Cómo se sobrepone a las crisis la burguesía?  De dos maneras: destruyendo violentamente una gran masa de fuerzas productivas y conquistándose nuevos mercados, a la par que procurando explotar más concienzudamente los mercados antiguos.  Es decir, que remedia unas crisis preparando otras más extensas e imponentes y mutilando los medios de que dispone para precaverlas”.

¿Mintió Hegel, engañaron Engels y Marx? Desde que se escribieron las líneas anteriores, la Historia del Mundo es la de la sucesión de catástrofes en virtud de las cuales el capital se hace más concentrado, más injusto, más inviable. En 2008 revienta la penúltima crisis, que colapsa los sistemas financieros del mundo y desangra las economías mundiales para salvar a los delincuentes bancarios que la provocaron. Después de que todos los medios gastan una década asegurándonos que todo está bien, el lunes 5 de enero Wall Street cierra con una caída de 1.175 puntos, la más fuerte experimentada en la historia de la Bolsa neoyorkina en un solo día.

El cataclismo se extiende. El índice Dow Jones clausura el lunes con una baja de 4,6% con respecto al día anterior. El martes la bolsa asiática muestra una caída en el índice Nikkei de 4,7% y otra de 4,9% en el Hang Seng de Hong Kong; el ASX de Australia pierde 3,3%. Los analistas que siempre prevén las cosas después que han sucedido culpan a las políticas “proteccionistas” de Trump, pero éste a los únicos que protege es a los grandes capitales, rebajándoles impuestos y elevando el gasto armamentista que los nutre. También responsabilizan a los algoritmos que realizan operaciones automáticas, pero no explican por qué había crisis cuando no había algoritmos y sí capitalismo. No hay crisis que dure cien años, ni capitalismo que la resista. Nadie sabe cuándo la última crisis resultará la última.

Hasta aquí la nota, (los subrayados son míos) ahora nuestro comentario:

El primer subrayado: el texto más completo analizando esto que aquí se afirma es “El imperialismo fase superior del capitalismo” de Lenin (1916), y la vida lo ha confirmado.

Supone comprender que los límites del capitalismo son por lo tanto el planeta Tierra, salvo que existan otros planetas en los cuales se haya iniciado el proceso productivo en base a la lucha de las clases, y el capitalismo tenga la posibilidad de asimilarlos y agrandar su esfera de influencia. Como esto hoy parece imposible por dos razones, la primera que la forma de explotación que se ha dado en la sucesión de los modos de producción no está demostrado que fuera inevitable, sino un camino que tomó el desarrollo humano, segundo que los posibles planetas en los que exista un desarrollo de los modos de producción sobre la base de la lucha de clases por ahora es nuestra exclusividad.

Entonces hay más que firmes razones para pensar que el capitalismo está llegando a sus límites.

Por otra parte el texto de Lenin deja otra enseñanza, el de que los gobiernos de las naciones ya no pueden controlar el desarrollo, que los supera de los conglomerados empresariales multinacionales, que pasan a ejercer en feroz pugna por el agostamiento de la tasa de ganancia, el gobierno real del mundo, transformando a los viejos centro del imperialismo clásico en Estados gendarmes

Esto traslada al principio con una relativa menor intensidad la crisis que se vive en todo el mundo a esas metrópolis. Trump es un producto de ello.- Su situación se agrava más aún porque está a la defensiva con huevos en las dos canastas, la de su país, en el que no existe dentro del capitalismo otra política posible y la de sus inversiones a nivel global, disminuye los impuestos para permitir respirar al “capitalismo nacional” a la vez que disminuye la asistencia social del Estado agravando la crisis social de los más, aún cuando la sociedad norteamericana tiene reservas que en otros Estados ya no existen

Lo grave es que en este papel –triste papel- se le puede seguir haciendo mucho daño al mundo, a sus equilibrios (entre ellos el ecológico), como en la práctica hoy está ocurriendo. Hoy uno de los objetivos de esa política es Venezuela, en la medida que la propia Venezuela no encuentre la propuesta de un programa que abarque al mundo todo, y al propio EE.UU.

Esta es mi preocupación para que partiendo de los análisis de Luis  Britto García, podamos contribuir a que esa propuesta se plasme.

El segundo subrayado está en contradicción con lo que se afirma en el primero y es el que más nos preocupa, porque para el primero tenemos los textos de los maestros, pero para este hay que elaborar, y eso cuesta particularmente por lo prejuicios que sobre el materialismo histórico ha ido acumulando la propia izquierda.

La izquierda que predomina aún en el mundo sigue pensando en la confrontación de sistemas, origen ideológico del stalinismo, tenazmente combatido por Lenin, cuando analiza el comunismo de guerra planteado por Trotsky o el socialismo a paso de tortuga planteado por Bujarin.

Que ello pudo ser posible no hay dudas, la historia lo muestra, el capitalismo convivió con la Unión Soviética (con su modelo de capitalismo de estado) por más de 70 años.

Por eso la crisis financiera no es otra cosa que el traslado a ese ámbito que el capitalismo maneja, de la crisis en el aparato productivo. No es que el sistema financiero afecte al aparato productivo, sino que el aparato productivo sus crisis las trasladas a la actividad financiera.

Proponer medidas que alimenten la confrontación, pueden tener un efecto búmeran, cuando de lo que se trata es de proponer aquellas que ante el mundo desnuden la propia esencia de lo que hoy está engendrando el capitalismo. Esta es la razón de porque nos reafirmamos en la propuesta de una unidad de medida única y universal, y en el planteo de radicar el sistema impositivo pura y exclusivamente sobre la circulación del dinero, haciendo invalida todo la transacción que no sea registrada en los medios que la sociedad determine, dando muerte a los paraísos fiscales

El desafío está planteado, la firmeza de Venezuela frente a la estrategia del comando sur del ejército de EE.UU. necesita llevar del plano de la confrontación en que este pretende resolver la contienda, al plano de la lucha ideológica que no tiene fronteras nacionales y para la cual se necesita de un programa que una a lo mejor de la humanidad, y cuyo objetivo fundamental para esta etapa es la de lograr instrumentos que permitan el desarrollo democrático de la economía en beneficio de todos.

Jorge Aniceto Molinari

Montevideo, 20 de febrero de 2018.

(*) Venezolano: abogado, narrador, historiador, ensayista, dramaturgo, dibujante, submarinista.


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