06.MAR.18 | postaporteñ@ 1886

¿De Verdad, Queremos Ver El Bosque?

Por ELENA ROCA

 

Ignoro de dónde saca Moyano los ataques personales, las groserías y las provocaciones, pero se equivoca. Quizás mi estilo le resulte incómodo. Reconozco que en algunos momentos me dejo llevar por la ironía, pero le aseguro que es bien intencionada.

De todos modos, le reitero mi respeto personal, lo que no implica que me atenga a sus razones.

por Elena Roca

En cuanto a lo de mi valentía solitaria, ni es valentía ni es solitaria. Solo digo lo que pienso y trato de recoger la opinión de otros muchos menos valientes que yo, que viven apegados a sus prejuicios de tribu y que prefieren hablar en voz baja, no sea que los que mandan se enteren y les reclamen los favores recibidos, bien en puestos públicos o en participaciones en negocios de dudosa ética, aunque siempre se enmascaren en la legalidad vigente.

Mi referencia a Doña Petrona es una crítica a todos los que en su momento fueron animadísimos y destacadísimos foquistas y a otros que no lo fueron pero que igualmente quieren explicar la derrota en base a experiencias “revolucionarias” que resultaran exitosas en otras condiciones políticas y sobre todo sociales. Y si eso no es aplicar recetas, como se dice por estas tierras, “que venga dios y lo vea”.

Por eso no estoy de acuerdo ni con Marx Menéndez ni con Jorge Zabalza, como no estuve en su momento con Alfil –Jorge Torres- aunque éste durante bastante tiempo se disfrazara de foquista para medrar a la sombra del Ñato en la columna 1.

Aprovecho para decir que es el mismo Ñato –o sea EFH- que  últimamente ha sido rehabilitado por Zabalza, quien milagrosamente se ha olvidado que el Bebe fue entregado por la camarilla de tupas con base en el Florida y con sucursal en el cuartel de La Paloma del Cerro  y cuyas andanzas han sido contadas por el ex capitán Luis Agosto y algunas de ellas expuestas a la luz por Leonardo Haberkorn en Milicos y tupas, mientras otras, referidas a Engler, Juan Andrés Valdés y Jorge González Moreira permanecen en el olvido. Por no hablar de las de Donato Marrero, Rodolfo Wolff, Ernesto Agazzi, Rosencof, Rosadilla, Lucía Topolansky y el ex comandante Facundo, o sea el mismísimo Mujica entre otros y para no alargarme.

Moyano transcribe mis palabras "El MLN se desarrolló y creció a través de la propaganda armada y la causa fundamental de la derrota fue haber creído que ya era una etapa superada y que había que dar un salto y elevar el nivel de los enfrentamientos", lo cual habría dado paso a lo que Marx Menéndez y  Moyano llaman la etapa de la osadía.

Pero lo que ambos no dicen es que la osadía ya había comenzado con Pando y tuvo su continuación con el plan Satán.

Antes de su detención en junio de 1970 Amodio había conseguido, en línea con los presos de Punta Carretas, que el canje a plantearse sería por un número reducido de presos. Tras la detención de Amodio y la llegada al Ejecutivo de Candán Grajales, Sendic, llevado por las informaciones que le llegaban desde los sectores del partido Nacional con los que el MLN mantenía relaciones, impuso su criterio de exigir la liberación de todos los presos políticos, lo que condujo al MLN a un callejón sin salida y propició la caída de Almería y la muerte de Mitrione.

Moyano tiene derecho a ignorar estos hechos, pero no así Marx Menéndez, quien en su libro relata el grado de improvisación con el que el MLN emprendió el Satán.

Marx Menéndez nos cuenta su actuación en esos momentos y nos muestra su faceta de foquista bien a las claras. Tras la caída de Almería los nuevos dirigentes pretendieron reconducir la situación interna, pero se vieron desbordados por las presiones desde el Penal, con el  Plan Cacao y los planes de fuga, en desmedro del trabajo de consolidación interno, lo que los llevó a dejar de lado muchas de las normas de seguridad con las que el MLN había crecido. Luego, estos mismos dirigentes serán acusados de "accionismo" y "militarismo" por los mismos que los impulsaron a actuar con la mira en el cortoplacismo.

A partir de octubre de 1970 la brecha abierta entre Amodio y los presos de la columna 15 -Peralta Larrosa  ( el gordo) es un ejemplo- con la mayoría del Ejecutivo no hará más que agrandarse hasta provocar el rompimiento que se pondrá en evidencia tras el Abuso, cuando EFH y Sendic plantean sus planes del 72 y el Tatú, respectivamente.

Pretender que estos hechos no tienen importancia y pretender que la derrota tiene como causa el abandono -que tampoco fue tal- del trabajo del frente de masas es una forma de ver el árbol e ignorar el bosque.

Marx Menéndez, como miembro destacado de la columna 15 fue uno de los acusados, tras 1972, de haber propiciado la derrota. El MLN nunca analizó a fondo lo sucedido entre 1970 y 1972, y eso fue así porque entre todos -yo también- construimos una falsa historia y señalamos a los traidores, que terminaron por ser tres y luego uno, con lo que quienes plantearon la rendición incondicional, la creación de las comisiones de los ilícitos, quienes sí salieron a la calle a señalar compañeros para obligar a Sendic a "entregarse con todos los honores" para acabar entregándolo a él mismo, alcanzaron la gloria. Unos ya la perdieron, pero otros todavía cuentan con ella y dirigen la política en el Uruguay.

Hacer falsos análisis o ignorar situaciones internas del MLN porque ellas desmienten parte de las acusaciones contra Amodio es otra manera de mentir y ver el árbol pero no el bosque. También lo es relatar los hechos modificándolos, como ya lo señaló el mismo Amodio en estas páginas, referidas a Pando y señaladas en Ay de los caídos!

Decir hoy que las cosas debieron hacerse de otra forma, pasando por alto las condiciones sociales y políticas que condujeron a que se actuara como se actuó es, a mi parecer, tratar de aplicar una receta para la que faltan ingredientes.

Nada garantizaba que aplicando una receta u otra el resultado final hubiera sido otro. Y eso también Moyano y Marx Menéndez deberían tenerlo en cuenta.

Finalmente, no me enojo porque se califique a Amodio de traidor. El mismo admitió su colaboración y explicó el cómo y el por qué.

La diferencia entre Amodio y las docenas que hicieron lo mismo que él radica en que Amodio lo hizo por razones personales, una vez comprobada la decisión del MLN de adjudicarle la caída de la Cárcel del Pueblo y condenarlo a muerte. Los otros lo hicieron para formar parte del "golpe bueno".

Releer Milicos y tupas, los testimonios del contador Carlos  Konke y el profesor de historia Armando  Miraldi y fundamentalmente la reedición con los testimonios de Ricardo Véscovi.

Ahora bien. Moyano reconoce que todas las organizaciones cometieron el mismo error, desvalorizando el trabajo de masas. ¿No le llama la atención que haya sido así?

¿No será consecuencia de que esas organizaciones ya habían realizado ese trabajo de forma infructuosa, como ocurrió con el Coordinador, germen primitivo del MLN?

¿Pudo el MLN apartarse de esa corriente de opinión que prevalecía en la izquierda americana? Evidentemente no.

Y abrazó la teoría del foco armado porque tomó como ejemplo a la Revolución Cubana. Y en contra del sentir de los dirigentes cubanos creyó posible la instalación de un foco urbano y lo llevó adelante. Esto creó dificultades de relación con Cuba que podremos ver en otro momento.

El MLN no abandonó el trabajo de masas. Lo que hizo fue enfocarlo desde una perspectiva diferente: para aumentar su capacidad militar.

Otras organizaciones, caso del partido Comunista, también reivindicaban la lucha revolucionaria y mientras preparaban su contingente armado desarrollaron el trabajo político tradicional. Pudieron atender los dos frentes porque contaron con el apoyo de Cuba y de la URSS. Entonces, ¿cómo puede decirse que caminando sobre las dos patas se llegaba a la victoria? ¿Fue distinto el resultado? Evidentemente no.

En cuanto a las conjeturas acerca de cómo las FFAA hubieran actuado de proseguir el MLN con la propaganda armada, no podemos asegurar nada. Lo único comprobable es que incluso ante el 14 de abril las FFAA se mostraron remisas en materia de represión y actuaron dentro de los márgenes legales.

Será recién después del 18 de mayo, con la muerte de los cuatro soldados que se lanzaron a una represión brutal, con los resultados conocidos: los mismos dirigentes que en marzo de 1972 decidieron desatar el plan Hipólito plantearon discutir la rendición incondicional en junio del mismo año, apenas tres meses después

Moyano llama "disputas internas" a las desviaciones políticas impulsadas por EFH y Raúl Sendic con la colaboración de otros dirigentes del MLN.

Marx Menéndez, que vivió esa etapa, pasa sobre ella en puntas de pie, seguramente para ocultar no solo su adhesión a la línea audaz, sino también para que no se sepa la posición que otros militantes, entre ellos el mismo Amodio, mantuvieron en contra de la línea audaz, a la que llamaron suicida.

Así que nada de considerar que es una tontería discutir acerca de las traiciones, verdaderas o no.

El MLN nunca tuvo una posición concreta en relación a las FFAA. En primer lugar, porque nunca consideró posible su participación en un proceso revolucionario.

Se argumenta que el Documento 5 lo planteaba como una posibilidad, pero lo que no se dice es que dicho documento no fue nunca más que un borrador elaborado por EFH que nunca llegó a ser aprobado y puesto en práctica.

El aparato represivo nunca tuvo una agenda para dar un salto cualitativo de sus acciones. La fue elaborando sobre la marcha, a medida que el MLN iba cayendo por sus propios errores.

¿Cómo se puede decir que EFH siempre creyó en las posibilidades de que las FFAA participasen del proceso revolucionario en el Uruguay cuando todas las iniciativas que tanto él como Sendic planteaban tenían como fin elevar el nivel de los enfrentamientos lo que llevaría, como finalmente ocurrió, a un enfrentamiento directo con las FFAA, que pasaron a ser de espectadores a participantes directos?

Recién tras su detención los principales dirigentes del MLN comenzarán a atisbar que docenas de oficiales simpatizaban con muchas de las acciones de propaganda armada del MLN.

Y esos  oficiales formaban parte de lo que el MLN llamaba "el brazo armado de la oligarquía" y empezaron a ver que su desconocimiento acerca de las FFAA era  total.

Y deseosos de enmendar su propio error confundieron el árbol con el bosque y se lanzaron a una labor que ellos creyeron de politización de los jóvenes oficiales y contribuyeron de buena gana a la destrucción final de lo poco que quedaba del MLN y que incautamente seguían a Sendic mientras este les ocultaba que mantenía reuniones con los mismos oficiales a los que les había declarado la guerra con las acciones del 18 de mayo.

Será el mismo EFH el encargado de hacernos creer que era el mejor Ministro de Defensa porque su condición de visionario de la política lo llevó a redactar el Documento 5, y el resto dijimos amén, sin darnos cuenta que estábamos dando carta blanca para explicar nuestra derrota a quienes nos habían llevado a ella.

Por mi parte creo que de una vez por todas debemos dejarnos de elucubraciones acerca de cómo pudieron hacerse las cosas -simples conjeturas- para centrarnos en cómo fueron y por qué.

Hasta hoy eso no ha sido posible porque permitimos que los zorros nos cuidaran el gallinero. El zorro mayor, el inútil Ulpiano, marioneta movida por EFH hasta su muerte, amenaza con volver.

Entonces, lo del título.


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