11.MAR.18 | postaporteñ@ 1887

Gastón Boero, sexólogo:"La mujer que trabaja se independiza, y la mujer que es independiente no le conviene al hombre"

Por BOERO / Voces

 

PARTE 2

 ¿De dónde se nutren las religiones en este sentido?

Por Jorge Lauro y Alfredo García /Semanario Voces 26 de febrero 2018

De los antiguos filósofos. Estoy hablando de la cultura occidental, no hablo ni de China ni de Oriente, que no conozco. Hablo de lo que conozco, de donde vivo. Y el tercer elemento que interviene en un sentido negativo son los propios médicos, que comparten el criterio societario de que la mujer está al servicio del hombre, que tiene que estar en la casa, al servicio de la maternidad. Siguieron por el mismo trillo que sigue la sociedad.

De manera que la educación sexual de los médicos hasta los años sesenta y setenta estaba dada por la sociedad y no por la Facultad. Siempre dije que la sexología no tenía academia, porque no era enseñada por las facultades de Medicina ni Psicología, ni por la de Sociología. Ninguna de las tres tenía nada que ver con el sexo.

Todos los abordajes que se hacían y se siguen haciendo sobre el sexo son de carácter social y no sexual, porque la gente no conoce cómo funcionan el hombre y la mujer desde el punto de vista sexual. Eso se empezó a conocer después de la encuesta de Kinsey, que se hizo entre 1950 y 1953 y del que se publicaron dos libros sobre la conducta sexual de hombres y mujeres, que fueron best sellers en su momento.

¿El famoso Informe Kinsey?

Basado en este informe, el ginecólogo William Masters se juntó con Virginia Johnson —que estudiaba psicología pero nunca se recibió, y que había sido música de jazz, tenía dos hijos y qué se yo, era una mujer libre— y vieron que nadie había estudiado ni publicado, desde el punto de vista médico, cuál era la respuesta sexual humana, tanto del hombre como de la mujer, y fundamentalmente de la mujer.

Empezaron un estudio sobre ochocientos y pico de parejas, de todas las edades, y empezaron a investigar y a ver cómo era. Hicieron su equipo y su clínica, y ahí medían, por ejemplo, en una relación, cómo era la erección, la introducción, qué respuesta tenía la vagina, etcétera, y escribieron un libro que se llama Respuesta sexual humana, el primer libro serio, anatómica y fisiológicamente, que dice cómo nos comportamos sexualmente.

Establecieron las distintas etapas de la relación sexual: excitación, meseta y orgasmo. A eso, en los años ochenta llegó otra mujer, Helen Singer Kaplan, que era psiquiatra y que empezó a estudiar la parte cerebral de la historia y empezó a encontrar que el deseo era lo que iniciaba la respuesta sexual. Actualmente tenemos que la respuesta sexual tanto del hombre como de la mujer es deseo, excitación y orgasmo, para que sea una respuesta completa y satisfactoria.

Además de eso estudió los neurotransmisores, porque nosotros no sabíamos de dónde venía el tema del deseo. Empezamos a estudiar el cerebro. Lo último que yo estoy estudiando es el sistema límbico, que creo que es la parte del cerebro que aloja “el alma”, como dice la gente, porque es el centro donde están las emociones, positivas o negativas.

De ese sistema autónomo surgen los neurotransmisores, la dopamina, que es la que hace la excitación, la erección en el hombre y el humedecimiento de la vulva en la mujer, la trasudación de la vulva y la separación de sus labios y paredes formando un cono, lo que permite aflojar todos los músculos que están alrededor, que son músculos sexuales, permitiendo la penetración sin ningún dolor, sin toda esa historia mítica del sangrado, que de haberlo es muy pequeño. Los sangrados importantes en una primera relación son por violaciones.

La enseñanza que tenían y daban los médicos en sexualidad era a través del miedo. En el hombre había gran miedo a la impotencia, al no poder, y en la mujer había gran medio al dolor, a la penetración y a la sangre, que ya de por sí sola asusta. Entonces, estábamos completos. Educación del miedo.

¿A qué evalúa usted que obedece esa represión sexual? ¿Control social?

El que domina el sexo es un poderoso. Es el hombre el que tiene que manejar eso, por esa relación de poder, de imponerse a la familia, a la mujer, y en la sociedad. Ese es el problema, un problema de poderes. Entre las cosas que sabemos está que la respuesta sexual de la mujer es superior a la del hombre, desde el punto de vista anatómico y fisiológico. Aunque no en todas, la mujer tiene múltiple orgasmo, mientras que los hombres tienen una eyaculación y un solo orgasmo y después entran en un período de espera donde por más que los exciten no pueden tener una erección inmediata, proceso que va haciéndose cada vez mayor con la edad. A mi edad es como de tres meses, más o menos.

El Viagra ha significado…

Dios me libre lo que ha significado. Además es un vasodilatador, no tiene efecto sobre el corazón. Antes se daba como hipotensor, y no les daba para competir con los otros hipotensores y entonces dejaron de experimentar, pero los tipos que estaban en la experimentación venían a pedir más píldoras, porque se les paraba. ¿Y cómo era eso? Ahí hubo un loco que vio el negocio, y lo aplicó.

La disfunción eréctil es una patología bastante frecuente.

En el hombre es frecuente, cómo no.

No es solamente cerebral

No, puede ser también por enfermedades, como la diabetes, por ejemplo, que altera toda la parte vascular. La erección femenina, como yo le llamo a lo que pasa en la vagina cuando se llena de sangre, se separan las paredes para permitir la penetración, aflojando los músculos. En el hombre son los cuerpos cavernosos los que provocan la erección, que se mantienen por un rato hasta que se produce la eyaculación, cuando se pasa de la dopamina a serotonina, lo que también ocurre en la mujer. Y después llega al cerebro, donde se producen las endorfinas que dan la sensación de bienestar, y que también aparecen después del ejercicio muscular

¿En algún momento en esa época se imaginaba que esas luchas iban a llegar a la explosión de derechos y de la manifestación de la sexualidad que hay ahora?

Siempre pensé que nosotros a través de la educación y el conocimiento podíamos hablar tranquilamente de la sexualidad como se puede hablar de la digestión. Ese era mi criterio, y lo sigo manteniendo. Lo que tenemos que hacer es informar a la gente y saber cómo reacciona, porque la reacción que tiene la gente no tiene nada que ver con lo que pasa en el organismo, aunque el organismo influye en su propia respuesta, porque la altera. Ahora bien, en el momento actual hay grupos que son corporativos. Las minorías sexuales, y fundamentalmente los homosexuales que han sido siempre perseguidos…

Y reprimidos

Y reprimidos. Entonces, lógicamente ahora que encuentran una sociedad que sabe más, que es más abierta y tolerante, tratan de ganar esa sociedad. Tanto es así que, por ejemplo, con la ley de educación sexual que nosotros conseguimos —que llevamos adelante, que pusimos en marcha y para la que teníamos un departamento dirigido por Stella Cerruti, la mujer que más sabe de sexualidad en Uruguay, que estaba funcionando con sucursales en todo el país— los padres estaban encantados de la vida con que sus hijos recibieran educación sexual. Lo habíamos hecho primero —y es justicia decirlo— con el gobierno de Lacalle, porque nos habían llamado a los mismos protagonistas de esta etapa, que habíamos implementado también la educación sexual que se hizo en más de un año, y después vino el gobierno de Sanguinetti y vino Germán Rama, y dijo que nosotros estábamos enseñando homosexualidad, junto con Williman, que era el vicepresidente del CODICEN, y nos mandaron a la mierda.

Los cortaron

Nos cortaron. Dio la casualidad que un día en El Espectador, donde yo tenía una audición de mañana, ellos salían de la audición de Emiliano y entraban en la otra. Ahí me encontré con Williman, y me dijo: “Le voy a dar explicaciones, doctor Boero. Yo no tengo nada que ver.” “No importa, es cómplice”, le dije. “Así que tiene que ver, no me joda.” Y me fui. “Me voy para arriba”, dijo Emiliano, que estaba en la puerta. En fin.

Así que la cortaron ahí, y después volvió en 2007

Con Tabaré, pero bien organizado, miren que era un departamento y qué sé yo. Después vino Mujica, el hombre que dijo “educación, educación, educación”, pero que no dijo que  iba a ser menos educación sexual, porque no nos dieron más pelota, nos cortaron la parte económica y nos dijeron que no había plata. El primer presidente de Mujica en el CODICEN —cuyo apellido no me acuerdo, un tipo que estuvo un tiempo— fue el que dijo que tenían diecisiete millones de pesos para educación, y qué sé yo y qué sé cuánto, e hizo un pamento bárbaro con que no tenía plata para pagar ni para nada.

Se cortó en el período de Mujica, entonces

Sí. Quedó la ley, porque es ley, y chau.

Pero no se implementó

Ellos tienen dos o tres personas, que son los que ahora hicieron la guía, guía que todos rechazaron porque está hecha por una minoría sexual, del grupo de las Ovejas Negras. Claro, evidentemente acá sí que van a educar en homosexualidad. Nosotros dábamos todos los aspectos para que después cada uno, con conocimiento de causa, haga lo que quiere desde el punto de vista sexual con su compañera o compañero.

¿Es más libre la sociedad uruguaya hoy, sexualmente?

Algo más libre, sí. Pero no crea que mucho más. Se habla más libremente. Por ejemplo, cuando yo por primera vez dije la palabra “menstruación” en el Canal 10, a la locutora de avisos se le cayó el micrófono. No se hablaba de eso. ¿De la vagina? No se hablaba.

“Está enferma”, se decía

La menstruación era una enfermedad. Bueno, todos esos mitos yo los empecé a agarrar en la primera etapa, y eso fue lo que dio origen a tanta discusión. Claro, después que se ablandó, la sociedad empezó a hablar. Ahora se puede hablar. Hemos cambiado favorablemente en ese sentido, en que el tema puede ser traído a la luz y discutido.

Hay mucho sexólogo mediático

La copia vale.

Usted fue el pionero, señor

Sí, señor. No lo niego.

¿Las mujeres son más libres?

Son más libres, porque ahora están sabiendo y tienen el conocimiento de cuál es su respuesta sexual, de cuál es su sexualidad. Las mujeres inteligentes que lo aprenden son mujeres libres. Y los hombres no quieren casarse con mujeres libres.

¿Por qué?

Porque le tienen miedo a la mujer.

La expectativa con la virginidad ya…

Ya está pasando a la historia, pero sin embargo lo mantienen todavía. En ese sentido son mucho más libres, porque los muchachos se juntan y hacen la pareja y los mayores no decimos nada, por ejemplo. Mis hijas tuvieron sus compañeros, después tuvieron sus hijos, después se divorciaron y se volvieron a casar, y mis hijos varones también, y nunca hubo ningún problema. Bueno, yo digo que en mi caso, si hiciera problema sería un vejiga.

Uno ve que los jóvenes son mucho más libres desde el punto de vista de la sexualidad, incluso en el sexo ocasional

Practican el sexo de otra manera, evidentemente. No tienen las trabas que tenían las mujeres en mi época, en los años treinta y cuarenta, Dios me libre.

Había que remarla, por decirlo. Ha bajado mucho la edad de iniciación de los jóvenes, también

No, no. Más o menos se ha mantenido igual. En aquella época también existía el embarazo no deseado de las clases pobres. Yo trabajé en el Pereira muchos años como jefe de clínica. Teníamos el aborto, los abortos complicados, los casos graves, las hemorragias por aborto o por relaciones violentas. La parte del embarazo adolescente existía y era un gran tema.

En eso sí se ha avanzado un poco

Seguimos igual, porque hay planteos distintos desde el punto de vista social. En aquella época se tenía que las clases pobres —las que no tenían conocimiento y qué sé yo— eran las que se embarazaban precozmente, y era verdad, porque la gente de menos recursos era la que más hijos tenía. Venían muchas solteras embarazadas. Ya después las otras madres solteras eran las intelectuales con conocimiento de causa, y chau. En este momento el problema que hay en las clases económicamente bajas es que hay una distinción especial que queda desde la época primitiva, en cuanto a la maternidad.

Da mérito ser madre

Claro. Esa que tiene trece o catorce años, la que hace los mandados y hace esto y aquello, en el momento en que se embaraza y es madre empieza a tener el respeto de su propia sociedad.

Y tiene algo propio

Tiene su hijo, y eso ya cambió el estatus de la muchacha. Por eso se embarazan, para zafar. Eso es muy difícil de arreglar, es difícil convencer a la gente. Yo he ido a hablar con esa gente, he hablado, y preguntan mucho, entienden todo, porque es gente inteligente. No son negados, pero esas cosas no se pueden sacar muy fácilmente.

Son cuestiones culturales que pesan desde hace mucho tiempo

Sí. Pero esas conversaciones me sirvieron mucho para evitar embarazos adolescentes, porque por lo menos algunas muchachas se convencían. El convencimiento de las mujeres es muy fácil de lograr, lo difícil es que los hombres aflojen, porque son ellos los que mandan.

Sigue siendo machista la sociedad uruguaya

Sí, sigue siendo. Sí, cómo no. Cuando iba a nadar al spa del Radisson, donde está la mejor pileta de Montevideo, los hombres que iban ahí tenían todos la misma idea, seguimos con el machismo y la supremacía masculina y el que “con mi mujer hago lo que yo digo”. Y los que van ahí tienen guita.

No es un tema de clase baja

Al contrario, de repente los que tienen más plata son peores, porque todo lo consiguen con plata.

La mujer es más libre no solo por conocimiento sino también por situación económica

La mujer trabaja, y es por eso que se oponen al trabajo de la mujer, porque la mujer que trabaja se independiza, y la mujer que es independiente no le conviene al hombre.

¿Cómo se explica que en una sociedad que es sexualmente más libre siga tan vigente el tema de la prostitución?

Ah, porque la prostitución es tan vieja como la misoginia. Empezó con las esclavas que tenían los griegos y la gente de esa época; las mujeres conquistadas pasaban a ser del sultán, de los emires, de los musulmanes, como en el caso de Ciro, el padre y el hijo, o por otro lado Alejandro Magno, que tenía sus mujeres y sus hombres, porque era bisexual. La prostitución siempre se mantiene. La hay masculina también.

Y las mujeres como consumidoras

También. En menor medida, pero existe. No creo que la prostitución desaparezca, se va a mantener siempre, porque siempre va a haber uno que pague por tener sexo con una mujer y una mujer que acceda a tener sexo por plata. Es la plata, el poder. Otra vez. Es delicado el manejo del sexo desde el punto de vista social. Por eso los sexólogos que están en todos lados están diciendo pavadas, hablando de las infidelidades, de la primera vez y de todas las estupideces que dice Álvarez en la audición de mierda esa que tiene de mañana. Yo lo conozco, estuvimos juntos en Canal 10, cuando tenía aquella audición, que estaba bien hecha.

Zona Urbana

Sí. Nosotros estábamos con El Sentido del Sexo, y nos encontrábamos. Él también me preguntó muchas cosas.

Aprendió con usted, como quien dice. Es el padre de la criatura

Él estaba con otra muchacha, otra sexóloga, que tenía consultorio. Aprendió con ella, no conmigo. A mí me consultaba cuando nos veíamos en el canal. No me gusta su audición, es grosero. Uno puede ser mal hablado, pero ya ser groseros como son, y decir las pavadas que dicen…

Ahora, ¿cómo se avanza en el tema del combate a la misoginia?

A través del conocimiento, simplemente. A través de la educación sexual. Cuando todas las sociedades tengan un mecanismo de educación sexual que sea para todos. Es lo mismo que el analfabetismo: ¿cómo se combate? Con enseñanza. Quedarán analfabetos, pero menos de los que hay.

¿Usted comparte trinchera con Sturla en contra de la guía de educación sexual de Ovejas Negras?

Me parece que esa guía tiene una determinada orientación que no es para la enseñanza. Es como las guías que son predominantemente heterosexuales. Nosotros tenemos que ser neutrales, y los que enseñamos tenemos que enseñar los dos sistemas.

El sistema sexual tiene una característica distinta a los demás sistemas del organismo: una es justamente que está soslayado por la sociedad, que lo aparta del real conocimiento del sistema, que son la anatomía y la fisiología, porque ni eso se enseña. Se enseña desde el punto de vista reproductivo, pero no desde lo que significa el vínculo con el placer, como lo define Johnson. Es un gran término, porque ese vínculo es muy importante, y al que le podés poner o no la palabra “amor”, pero yo no sé cómo se explica eso. Es un vínculo importante, y no es reconocido. Además compite con las religiones, o las religiones suponen que compiten con el sistema sexual, que tendría que hacer como ellos dicen. Y la otra cosa importante es que el sistema sexual obedece a una ideología, cosa que no pasa con el sistema digestivo ni con el respiratorio ni con el cardiovascular.

¿Por qué plantea la idea de que el sistema sexual es ideológico?

Cuando usted va a tener la primera relación, ¿qué idea tiene de lo que debe ser? ¿Qué es lo que tiene que hacer el varón, lo que tiene que hacer la mujer? Ahí está la ideología. Además, el deseo, que es el primum movens de toda la respuesta sexual, nace del cerebro, y el cerebro se nutre de los cinco sentidos: de la vista, del olfato, del gusto, del oído y del tacto. Todos los sentidos contribuyen a formar una idea de lo que es la mujer, la atracción y todo eso, lo cual pone en movimiento todo el sistema hormonal, que está al servicio del sistema sexual fisiológico. El comienzo, entonces, es de origen ideológico, porque cada cual tiene una idea sobre el sexo.

Y ahí pesa mucho el tema del predominio del varón

El sistema de género, por el cual el varón es tal y la mujer es tal. Lo decía María Montessori: hay que educar por igual a los niños y las niñas, en igualdad en condiciones. Por eso le tengo un cariño bárbaro a mi escuela, que me marcó muchísimo.

Aprendió el sistema de igualdad

Lo aprendí, lo teníamos. Después cuando fui al liceo empecé a ser más macho otra vez, porque fui al quilombo. El 90% de las iniciaciones sexuales de aquella época eran el prostíbulo. Usted me pregunta que por qué hay prostitutas. Bueno, ahí tiene un caso. De aquel 90% pasó a un 40 o 45% hoy. Si se hace la encuesta hoy, esa es la cifra de quienes se inician en prostíbulos. En la época de El Día hubo un concurso de ensayos de literatura y ciencia, y yo hice uno que lo premiaron: Prostitución: ¿vicio u oficio? Ahí estudié todos los orígenes de la prostitución, y las leyes que había en aquella época, que ahora desaparecieron, o cambiaron, o no sé lo que están haciendo porque ya el tema no me interesa.

¿Y a qué conclusión llegó? ¿Vicio u oficio?

Las dos cosas pueden ser. Hay mujeres que lo tienen como oficio para ganarse la vida. Y hay otras, como en la película de Buñuel donde trabaja la francesa linda esa, una mujer que por vicio se hacía prostituta y trabajaba en un prostíbulo.

Belle du Jour, con Catherine Deneuve.

Sí, la Deneuve. Linda mujer.

¿El feminismo aporta a la igualdad de los sexos?

Creo que sí, claro. Hay feminismos y feministas. No podemos llegar al extremo de que todo lo que hacen los varones está en contra de la mujer. Hay gente que es muy… Pero los grupos que trabajan en serio y bien por los derechos de la mujer creo que están bien orientados y tienen conocimiento de causa desde el punto de vista sexual. Esas son las mujeres que son peligrosas para los hombres, las que conocen y saben cómo responder. Generalmente terminan en divorcio, porque es difícil que el tipo se la pueda bancar. La entrevista que hicimos con Teresa Herrera, con un grupo de mujeres que andaban por los cuarenta años, la publicó la revista que dirigía Mónica Botero, Galería. Ellos nos pidieron que hiciéramos esa encuesta, y estuvo fenómeno. Generalmente eran separadas, divorciadas, con los hijos, y nos contaban que cada vez que se les arrimaba uno y se enteraba que eran divorciadas y con hijos, desaparecía. Y todos venían con un cuidado bárbaro antes de proponerles relaciones porque sabían que esas mujeres estaban enteradas, que no eran presa fácil. Por eso digo que el conocimiento les da también sabiduría en su conducta

El vínculo entre amor y vida sexual, sobre todo en las mujeres, ¿ha variado?

Ha variado, sí, porque la mujer ahora sabe que puede tener una buena relación sexual, con su orgasmo correspondiente, sin necesidad del amor, del embarazo ni nada por estilo, cosa que no sabía antes. Pero el vínculo aparece después. Puede ser que después de la relación aparezca ese vínculo. Es lo que está pasando, también.

Antes tenía que haber amor para que hubiera sexo. Ahora muchas veces es sexo para que aparezca el amor

Claro, porque después viene la relación. Los tipos vienen con cierta experiencia ahora. Con aquel con el que sintonizan y andan mejor, ahí aparece.

Entonces ha desaparecido aquel famoso machito que intentaba enamorar y engañar a la gurisa

Mire, no sé si ha desaparecido, porque los varones siguen maleducados. “Eso no es para mí, yo ya lo sé”, es una respuesta que todavía existe entre los varones. Hasta que falla.

Ahí van desesperados a ver qué pasó.

Ahí vienen. Lo peor que me pudo haber pasado cuando empecé a trabajar fue con un amigo mío, que me agarró un sábado en el boliche en que nos encontrábamos todos. Vino y estuvo hablando de los problemas que tenía con la mujer. Le dije que fuera por el consultorio, que en el boliche no podíamos hacer una consulta. A los dos o tres días me entero que el tipo se había suicidado. La mujer vino a decirme que yo tenía la culpa. ¿Yo? “Sí, mi marido tenía una impotencia, iba a hablar con usted.” Le dije que yo no sabía. ¡Ah, la mierda! ¡Qué regalito!, ¿no? Yo no tengo la culpa. Me dejó muy mal eso.

¿Es tan traumático para el hombre el tema de la impotencia?

Es, sí. Por ejemplo, un gerente de un banco importante me vino a ver por un problema de impotencia; incluso en su trabajo lo habían llamado al orden, porque había mermado enormemente su rendimiento, su capacidad de respuesta. Influye en todo. Otros también se han suicidado, no solamente este que les cuento. Además, la mujer del tipo lo primero que piensa es que la está engañando. Hay mujeres que me consultan creyendo que los maridos las engañan, porque no tienen sexo con ellas. No tienen sexo con nadie.

Qué tremendo

Yo llegué a la sexología por el congreso de ginecología del año 1957, Congreso uruguayo de ginecología y obstetricia, que se hizo en el Parque Hotel y al que vinieron de todo el mundo. Era cuando Caldeyro Barcia y Hermógenes Álvarez habían empezado a estudiar la contractilidad uterina, y habían empezado a aplicar la citosina, una hormona sexual, y eso trajo un montón de gente al congreso, donde ellos presentaron su trabajo. Y Crottogini en su clínica había estudiado la congestión pélvica crónica en unas mujeres que tenían dolores en el vientre. Recorrían consultorios y había un montón de mujeres con dolores en el bajo vientre, a las que se les hinchaba la panza y no tenían nada, porque les hacían estudios y no tenían nada. Ellos llegaron a la conclusión de que el 75% de esos casos era por trastornos sexuales. Ahí empecé yo, a averiguar cómo era eso.

¿Y era así, nomás?

Era. Ahí me empecé a enterar de todas esas cosas. Yo estaba con Rodríguez López en esa época. Ah, y la otra cosa que presentaron en ese congreso, en 1957, fue la Anovlar, la primera píldora anticonceptiva que llegó acá, del laboratorio Schering de Alemania. Entonces: anticoncepción, parto, mecanismo de parto, contractilidad uterina. No se sabía cómo era el trabajo de parto; en Buenos Aires uno inventó una máquina de parto, para ver cómo se contraía el útero, porque no sé sabía, se descubrió acá, y además acá se quedó con eso el neonatólogo.

Todavía al Hospital de Clínicas vienen becados de todos los países de América, porque la neonatología la inventó Caldeyro Barcia. Ese congreso fue mortal, tenía todo: anticoncepción, reproducción, alteraciones sexuales como motivo de enfermedad. Era para seguir el camino, estaba abierto todo. Lástima que Crottogini lo dejó, que en esa época estaba muy metido con el cáncer de útero. No se olviden que Eva Perón había muerto en esos años por un cáncer de útero. Se hacían las operaciones que por suerte ya son historia, porque eran unas mutilaciones terribles.

Él siguió con el cáncer. Yo ya venía en eso, había estado trabajando en oncología, había sido practicante y después ayudante de investigación. Después me pasé a la ginecología, y los últimos veinte años los hice en la sexología. Me chupó la sexología, y chau. Y el porvenir, que lo van a ver ustedes, es el siguiente: la sexología clínica es la madre de todo, porque los urólogos son dependientes de la sexología, y los ginecólogos también. Los ginecólogos estudian la anatomía y fisiología de la mujer, y los urólogos lo estudian en los hombres, pero dependen del sexo, porque para eso están los órganos genitales. La sexología abarca todo.

Y la psiquiatría y la psicología deben tener patas ahí

Tienen que morir ahí, también. Las cosas de Freud hoy causan gracia, por ejemplo. ¿La envidia del pene? Hay que joderse. No importa. De ahí salen los tipos que se trauman porque tienen penes chicos.

¿En el sexo consentido vale todo?

Sí. Depende de lo que quiera hacer cada uno, sin imponer nada.

¿La tendencia es que vamos a ser todos bisexuales en el futuro?

No.

Algunos dicen eso, que se están perdiendo la mitad de la población

Lo dicen los que están en contra de la homosexualidad, los machos-machos. Cuidado con ellos: en el fondo son homosexuales. Por eso hablan de “bisexualidad”

El macho que tiene relaciones homosexuales activas dice que él no es homosexual

¿Y los musculosos esos, los que desarrollan los músculos? Guarda.

¿El bufarrón es homosexual o no es homosexual?

Es. Claro, es una cuestión de atracción, del vínculo, justamente, de qué tipo de vínculo vamos a establecer. Por eso en este libro encontré cosas que me interesan. Habla de la colonia judía de Nueva York, además, que es muy importante en Estados Unidos, y habla de la Segunda Guerra Mundial. Está bien el libro.

Los judíos, salvo los ortodoxos, tienen una trayectoria bastante liberal con respecto al sexo, ¿no?

No, no. Los sexólogos en Israel tienen laburo en pila. Son muy estrictos, de la misma manera que deberían serlo los curas católicos. Pero de ahí a lo que hacen, es otra historia. En el congreso de Canadá estuve hablando con dos médicos de Israel y hablaban de las grandes dificultades que tenían en el abordaje de la mujer, porque todas las mujeres eran muy ortodoxas en su religión. Los cristianos creyeron que iban a dominar la sexualidad a través de la abstención sexual. Así les fue a los curas.

Es ridículo, ¿no?

Es ridículo, claro que lo es.

Pero lo mantienen a rajatabla. No se mueven un ápice de esa línea

No lo pueden sacar, no. Esos son los ultraortodoxos, que son los que dominan. Este Bergoglio estaba para el lado de aflojar, pero no lo dejaron. Bergoglio me tiene intrigado a mí.

A varios nos tiene intrigados

Es un problema.

No se sabe muy bien qué…

Qué es lo que piensa. Ese amor que tiene por Evita, por la de la Rioja, por ejemplo, que son dos delincuentes comunes y corrientes… Claro, él dice que tiene que recibir a todo el mundo. Bueno, allá él.

¿La izquierda en el gobierno significó un avance en la sexualidad más libre?

No. Pasó lo que le dije. Por ejemplo, en el primer gobierno de Tabaré estábamos con la educación sexual y vino Mujica, que se supone que es el que era más de izquierda, ¿y qué pasó? También dentro de la política tenemos cosas muy similares a lo que pasa en el punto de vista sexual: son las minorías las que mandan. Hay minorías que mandan dentro de la izquierda, que agotan las asambleas, donde al final se vota lo que ellos quieren, porque son los que se quedan hasta al final. Eso pasa, pasaba en la época en que yo era estudiante y sigue pasando actualmente.

Pero en otros aspectos de la sexualidad, como el aborto o el matrimonio igualitario…

¿La liberalidad que dicen que hay desde el punto de vista social? No creo que los políticos la tengan.

¿No han influido?

No, no han cambiado mucho. Por lo menos con los que yo he hablado. Hubo uno —no sé quién era, creo que era del Frente— que quería hacer una ley contra la infidelidad. Hay que tener mierda en la cabeza para pensar esas cosas.

¿Somos infieles por naturaleza?

Sí, hombres y mujeres. Las mujeres están sujetas, pero… Las cosas que pasaban antes, cuando las mujeres estaban aparentemente dominadas por el marido. Están los casos famosos que nosotros conocemos en el Uruguay, como el caso de la poetisa esta, la que la mató el marido.

Delmira Agustini

O el caso de la propia Vaz Ferreira, también poetisa, una mujer muy liberal, que andaba por los boliches y qué sé yo. Era interesante esa mujer.

O sea que la monogamia es una cuestión cultural

Por supuesto, y generalmente de origen religioso. La poligamia de los mahometanos, por ejemplo, es…

Es sexista, es solamente para el hombre

Ah, no, la mujer no puede. La matan, la lapidan. Hay un libro de Sergio Ibarburu, Feminus. Léanlo, es sumamente interesante. Ahí tienen el punto de vista de la mujer, la católica, la musulmana, y hasta las chinas. Está muy bien documentado, es un libro que llevó diez años escribir. “Feminus” no quiere decir mujer, tiene otro significado. Ahora no me acuerdo, pero lo dice en el libro


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