15.MAR.18 | postaporteñ@ 1888

El Chueco y el Ocaso de los Ídolos

Por BF GC

 

Hasta el más valiente de nosotros pocas veces tiene valor para enfrentarse con lo que realmente sabe...

Federico Nietzsche

Hace días que vienen habiendo unas idas y vueltas con la caída del mito del Chueco. Me ha sorprendido lo sensible que se han puesto algunas personas.

por BF GC

Leyendo la primera de todas esas páginas de desgarradas vestiduras (de los defensores de la "verdad" y de los defensores del "mito") me viene enseguida a la memoria algo que leí hace algunos años. En mayo de 2004 en el número 32 del periódico Barrikada había salido una entrevista a Angélica, posiblemente la misma Angélica de la que habla el Haberkorn.

Claro que los compañeros y compañeras de Barrikada hicieron énfasis en distintos lugares que el "periodista serio y comprometido con la verdad", pues su fin no era el mismo. Pero las críticas que recibió Haberkorn no se detienen en la manipulación de los hechos reales y las palabras de personas tomadas como fuentes, sino que lamentablemente ponen énfasis en el dolor e indignación que les causa la puesta en tela de juicio sobre sus ídolos inmaculados.

Lo que sí me llama la atención del texto de Haberkorn es que las citas de lo que dijo Angélica son citas exactas de la entrevista que aparece en la Barrikada antes mencionada.

Pero otra vez más recalco que si bien Haberkorn puede ser que tome hechos de la realidad, los pone en un determinado orden y una forma que sólo puede generar inmovilismo o movimientos más reaccionarios y de derecha que un gobierno frenteamplista. Esa intencionalidad es lo deplorable

Esa intencionalidad es lo que no le permite reproducir algunas palabras que Angélica posiblemente haya dicho al hablar sobre el Chueco.

En Barrikada contaba que "se respetaba muchísimo. El barrio era tu casa y como es tu casa la tenés que respetar. (...) yo lo dije la otra vuelta: ojalá hoy por hoy existieran diez, mil Chuecos Maciel (...). En aquel tiempo era diferente. La manera de él de vivir, si bien era fuera de la ley, con la gente de la zona era muy respetuoso. No digo que haya sido un santo, que no lo era, quiero decir que por lo menos respetaba el lugar donde vive, que creo que ya eso es bastante importante."

No puedo imaginarme por qué justo el Chueco se hizo famoso y por qué se le puso justo a él el mito al hombro. Pero agradezco a Viglietti por tan hermosa canción. Porque la música, el arte, no es para retratar la realidad, sino para compartir sentimientos, para hacernos sentir emociones, y esa canción nos emociona hasta los huesos y nos alimenta los deseos de un mundo nuevo.

Quizá un atisbo de las razones del surgimiento del mito venga de que como relata Angélica "El Chueco no fue un Robin Hood como muchos piensan. Lo que pasa con el Chueco es lo siguiente: el por ejemplo le robaba al lechero, le llevaba la plata y los tarros de leche los dejaba en la esquina... entonces la gente iba y los agarraba."


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