19.MAR.18 | postaporteñ@ 1889

PERITAJE, MENTIRAS Y DOCUMENTOS: VIVIAN TRÍAS, LA HISTORIA Y EL MARXISMO LENINISMO

Por Lopez Dalesandro

 

A mis tres queridos amigos y compañeros

Fernando López D'Alesandro

UyPress 15.03.2018

Un peritaje caligráfico confirmó que Vivian Trías escribió los informes a la inteligencia checoslovaca, entre ellos el que analiza positivamente el golpe de estado de 1976 en Argentina y otro donde afirma su protagonismo en la transformación del Partido Socialista de Uruguay en marxista-leninista, ideología afín con la de sus jefes del STB checoslovaco

La confirmación científica de la autenticidad de los papeles checos termina con una polémica sobre la legitimidad de la documentación, contra las resistencias que levantaron en ámbitos intelectuales y políticos.

La revelación de los archivos checoslovacos con los informes de Vivian Trías a sus superiores provocaron muchas y variadas reacciones. Las más llamativas, sin duda, fueron las negadoras en sus más diversas gamas. Es la reacción emocional de aquellos que se vieron tocados en su identidad, pero también están los escépticos que reflejan una forma de pensar y de actuar en lo político y en lo intelectual.

Las trampas de la lógica 

Se cuestiona la autenticidad de los documentos con argumentos sorprendentes. Así, el hecho de que dos analistas de derechas estudiaran los legajos alcanza para deslegitimar los archivos. Parece que sólo una parte del espectro ideológico de los historiadores está en condiciones de acceder a los papeles. Si los estudiosos no responden a ciertos parámetros doctrinarios la documentación se vuelve, por lo menos, sospechosa. También el hecho de que el scanner de los textos resulte borroso para algún lector, anula la validez de los papeles, haciendo de la interpretación un problema óptico y no de análisis de contenido.

Quizá lo más asombroso es que los cuestionadores de la legitimidad no vieron ni uno sólo de los documentos en cuestión. Son cinco mil folios, que contienen unos dos mil quinientos documentos, discutidos por gente que nunca los leyó ni se preocupó en averiguar cuál es el repositorio. Son los Archivos de los Servicios de Seguridad -en checo Archiv Bezpecnostních Slozek- creados por el parlamento checo para concentrar la documentación de la dominación nazi y de la época comunista.

Asimismo el hecho de que estén en Praga volvería dudosa la autenticidad. Parece que sólo la documentación histórica al alcance es verdadera. "Admirable lógica" como decía Emilio Frugoni.

Según este enfoque los dos mil quinientos documentos fueron, de alguna forma, fraguados. ¿Para qué? Las respuestas obvias: la conspiración de "la derecha" o una gama de intrincados argumentos que aburren sólo de enumerarlos.

Según este juicio, uno o varios checos se tomaron el trabajo de escribir cinco mil folios donde aparecen nombres de personas que no pudieron conocer en sus roles militantes durante 1964 y 1976. ¿Cómo pudieron saber los escribas del STB quién era y qué hacía Fernando Rodríguez? El que fue luego autor de la Actas Tupamaras colaboró con Trías y aparece nombrado en la documentación, al igual que Daniel Aljanati, Antonio Di Caterina, Carlos Real de Azúa, el escribano Alfredo Abette, Ramón Puig o Javier Guridi y otros que no nombro por discreción pues aún viven. Aclaro que ninguno de ellos sabía que colaboraba indirectamente con el STB.

Las conclusiones son dos: los checos conocían minuciosamente y mejor que sus integrantes la interna del Partido Socialista y redactaron los informes para perjudicar a la izquierda uruguaya del siglo XXI, o era Vivian Trías quien informaba a sus superiores. Decida usted cual es la opción más lógica y sensata.

La metodología de análisis histórico está ausente en todos los sentidos y en todas las gamas para los que cuestionaron la veracidad de la documentación. Pero así como la razón destroza los argumentos que cuestionan la autenticidad de los papeles checos, la ciencia también tiene algo que decir.

La caligrafía y el marxismo leninismo

Hace muchos años el entonces dueño de la librería Minerva, Carlos Julio Gutiérrez, compró la biblioteca histórica de Vivian Trías. Tuve el honor de ser el primero en enterarme y con esfuerzo y crédito compré muchos volúmenes que hoy están en los estantes de mi estudio. No me interesaban los libros en sí, lo que motivó la inversión eran las anotaciones que Trías hizo al margen de las páginas, donde dialogaba con los autores y dejaba testimonio de sus pensamientos. El más glosado fue "Extracción Social de los Caudillos 1810-1870" de Ruben H. Zorrilla. En algún momento se lo mostré a alguien cercano a Trías, que reconoció su letra emocionado.

Ante los cuestionamientos decidí acudir a la ciencia. María Gabriela March es la presidente de la Asociación de Peritos Calígrafos de Uruguay y Luis Pablo Franzini es otro reconocido técnico en la materia. Ambos compararon la letra del libro anotado por Trías de mi biblioteca con las anotaciones y las correcciones escritas de los scanners de los documentos checoslovacos. Luego de un detallado estudio, concluyeron: "Todo lo expuesto nos permite concluir que los manuscritos que lucen en los documentos cuestionados e ilustrados ut supra, encuadran dentro de los parámetros entre los que fluctúan los caracteres que surgen de los manuscritos que usted nos proporcionara como pertenecientes indubitablemente a la autoría gráfica de Vivian Trías"

La coincidencia es total. Les adjunto el dictamen de estos dos profesionales -en las pericias judiciales sólo alcanza con un perito, acá presento a dos- y los materiales indagados.

Me interesaban especialmente dos documentos. El que Trías escribió analizando el golpe de Jorge Rafael Videla. No queda duda que es auténtico, su letra está allí corrigiendo errores... de redacción, claro. El otro era la semblanza de Eduardo Galeano, donde Trías admite a texto expreso que instaló las opciones marxistas-leninistas como "nuevas orientaciones" en el Partido Socialista, haciendo mérito ante sus jefes.

A partir de ahora, entonces, debemos reubicar el debate. Algunos consideran prioritario estudiar la influencia del vínculo checoslovaco en la "nuevas orientaciones marxistas leninistas" de Trías y de su partido, lo que es muy válido e importante. Otros creemos que los papeles checos iluminan procesos más largos y complejos, que aclaran el rol del revisionismo, del socialismo nacional y de sus fracasos. Nos importa especialmente, a la luz de los nuevos archivos, la relectura que Trías hizo de la historia de largo plazo del Río de la Plata, su visión sesgada del federalismo rosista y luego de los nacionalismos populares, que tuvieron tanta influencia en las cosmovisiones de la izquierda y llevaron a enfoques equivocados sobre las dictaduras de la década de 1970.

En conclusión, la lógica y la ciencia confirman que los documentos son auténticos y que fueron redactados por Vivian Trías como trabajo para la inteligencia checoslovaca. Esa es la verdad. Ahora llegó el momento de estudiar los contenidos y del análisis histórico. Todo lo demás son palabrerías, o excusas, o insultos a la inteligencia.

 

Fernando López D’Alesandro:

"No hay dudas, Trías era un espía"

 

Desde 1996 el historiador tenía datos que ahora confirmó, pero cree que el episodio debe servir para dar una señal de transparencia y renovación

Por Gabriel Pereyra Marzo 18, 2018 Observador

 

Cuando en octubre VTV recogió la investigación que dos brasileños realizaron sobre el servicio de inteligencia de la Checoslovaquia comunista (STB) de donde surgía que el líder ideológico del Partido Socialista, Vivian Trías, en las décadas de 1960 y de 1970 había sido espía del bloque soviético, el único historiador que se animó a participar del programa fue Fernando López D’Alesandro.

Lo que ocurrió es que este historiador que militó en el Partido Socialista desde 1996 tenía datos que en el mundo circulaban documentos de inteligencia que revelaban que Trías era considerado por el STB como uno de sus mejores agentes en América Latina. Aquellas dudas se convirtieron en certezas y algunos aportes que sumó López D'Alesandro obligaron al Partido Socialista a formar una comisión para analizar el caso. No obstante, cree que el episodio trasciende a Trías y se ha convertido en un asunto en el que la izquierda dará una señal de transparencia y renovación o todo lo contrario.

¿Qué era Trías para usted?

Trías era el gran intelectual alternativo de la izquierda no comunista. A mí la historiografía clásica comunista, con alguna excepción como Lucía Sala de Tourón, siempre me hizo mucho ruido y me parecía que la izquierda alternativa era la visión de Trías. De pibe el revisionismo me deslumbró. Recuerdo cuando leí La historia de la nación latinoamericana de Abelardo Ramos, quedé deslumbrado. Cuando entré en el IPA conocí otras versiones de gente que influyó en mí, como Guillermo Vázquez Franco, Ivette Trochón y Pepe (José) Rilla. En facultad otra gente medular fue Germán Delía y José Pedro Barrán.

¿Cómo fue el primer dato que recibió de que Trías podía ser un agente comunista?

Cuando me lo plantearon a finales de 1996 fui escéptico. Me resultaba raro. Pero los argumentos eran muy contundentes. Sobre todo cuando me plantearon que viera la obra de Trías con los cambios de la política soviética respecto de América Latina. Ya entonces había datos acerca de los que me pidieron reserva, pero habían visto archivos y todo fue muy contundente como para hacerme el otario, ya que soy un racionalista.

"Esto es una prueba de fuego para la renovación de la izquierda. Acá el tema dejó de ser Trías, si no si la izquierda actúa con la suficiente madurez para debatirlo y resolverlo"

Y qué sintió?

Primero escepticismo y cuando lo asumí fue un giro copernicano, fue un golpe duro. Yo era un tercerista y había tenido problemas por eso y que el tipo en el que había tenido la mayor admiración intelectual resulta que estaba financiado por los soviéticos... Nunca fui marxista leninista y lo entendía en Trías como una moda: bueno, triunfó la revolución cubana, era moda... En mil novecientos cincuenta y pico Trías publica un artículo en El Sol donde define el leninismo como el marxismo aplicado a Rusia. Quería creer que su giro tenía algo de moda, de momento, pero cuando en 1996 me hacen estos planteos quedé shockeado. Y cuando me tomé el trabajo de comparar la línea soviética hacia América Latina con la evolución de los diferentes trabajos de Trías, ah, pucha.

¿Cuándo terminó de convencerse?

Cuando conseguí aquel libro (se levanta hasta la biblioteca y toma El capitalismo monopolista de Estado de Vladimir Cheprakov). En La crisis del imperio y en Las tres fases del capitalismo, la teoría de Trías es la del capitalismo monopólico estatal; la fase última del capitalismo para Trías era el capitalismo monopólico estatal. Leer La crisis del imperio es como leer a Cheprakov entero.

"Una actitud alienada es negar (que Trías era espía), otra es asumir que esto no fue como creíamos que era. Al fin de cuentas es eso: era otra cosa, punto

¿Por qué no lo planteó en aquel momento?

Porque no tenía los documentos, así de simple. Cuando tuve los documentos fue peor todavía. Ahora tengo la confirmación. Un historiador cuando investiga debe de tener la solidez del respaldo de una prueba, un documento o un análisis muy bien fundamentado. Si te voy a decir que Trías estaba al servicio del KGB y que estaba influido por eso, te tengo que traer las pruebas.

¿Qué haría sin saber todo lo que sabía y le caen de golpe con estos documentos?

Haría lo que estoy haciendo. Investigar, analizar y descreer progresivamente. Para mí ya no hay dudas, Trías fue un espía. Una actitud alienada es negarlo, otra es asumir que esto no fue como creíamos que era. Al fin de cuentas es eso: era otra cosa, punto.

Los procesos que llevan a los hombres a convertirse en espías pueden ser muy variados. ¿En este caso a qué lo atribuye?

Las personas son muy complejas. Creo que respondió a una multiplicidad de factores. Por un lado la crisis de la Unión Popular con la que Trías perdió su banca; y ahí hay un tema de vida. Hay una sucesión de fracasos muy grande. Pensar que fue solo por plata es simple. No se puede desdeñar, pero es demasiado simple. Creo que pasó también que a ese fracaso de la Unión Popular, que destrozó al Partido Socialista, viene la separación del MLN Tupamaros que surgió desde dentro del Partido Socialista en gran parte. La ilegalización del Partido Socialista en 1967 por su aceptación de la vía armada. Conforme la situación se vuelve más crítica, la opción hacia el marxismo leninismo era la que le iba quedando. Fueron muchas cosas. Una circunstancia histórica y personal y creo que es el no asumir públicamente el fracaso de las tesis del socialismo nacional

En un artículo que usted publicó en La diaria con base en un documento emanado de los archivos checos, Trías dice que el dictador argentino Jorge Videla era un moderado, ¿cómo pudo equivocarse así?

Porque los instrumentos de análisis que utilizaba estaban equivocados. Porque el socialismo nacional estaba equivocado. Las herramientas de análisis de partir de la base de que podía haber una veta nacional popular en esas dictaduras hacía que las conclusiones fueran equivocadas. Además, Trías se embalaba y eso en el análisis es malo. Y hay que ver que el receptor del mensaje por la política internacional del bloque soviético esperaba algo así. Él también escribió pensando en lo que esperaban los soviéticos.

Quizá hizo lo mismo con algunos libros que escribió a pedido.

Sí, ahí hay una cosa muy borderline.

¿Qué significa esta situación para el Partido Socialista?

Creo que tiene que significar un paso para revisar su pasado y una parte de sus concepciones ideológicas, sus tesis, en las que colaboré bastante, ya allí y en los trabajos de Manuel Laguarda y Eduardo De León.

Pero eso es ajeno a lo de Trías

Creo que cuando se redactaron esas tesis el tercerismo y las concepciones socialistas nacionales quedaron bastante disminuidas, Esto no quita que casi la mitad del Partido Socialista sigue inscribiendo a esas posturas. Esto interpela muy profundamente a quienes tienen las concepciones terceristas como una forma de interpretación. La lista 4, por ejemplo, es eso.

El historiador López D’Alesandro es docente e investigador. Abandonó el Partido Socialista hace dos años y ahora forma parte de Banderas de Líber, un grupo vinculado al Frente Líber Seregni. Se considera un intelectual orgánico de los que estima quedan cada vez menos en el Frente Amplio.

¿Hay que bajar a Trías de las fotos de la sede socialista?

No, de ninguna manera. No hay que sacar nada. No hay que sacar a Rivera de Tres Cruces, hay que dejarlo, porque los héroes problemáticos son parte de nuestro pasado porque nosotros en determinado momento estuvimos afines a esas visiones y en homenajear a esos personajes. Si pusiste una foto en una sede partidaria es porque en algún momento hubo una identificación y forma parte de tu historia y si bajás la foto estás negando el pasado.

¿Y cuando el pasado está signado por alguien que dijo ser quien no era?

Va de la mano de las decisiones de cada persona. Eso es muy íntimo. Los partidos están formados por personas. Las instituciones tienen que asumir su pasado en su totalidad. Así como te digo que hay que dejar los nombres de las calles porque en determinado momento se decidió homenajear a tipos embromados, en las instituciones es igual, hay que asumir todo.

"Los héroes problemáticos son parte de nuestro pasado porque nosotros en determinado momento estuvimos afines a esas visiones y en homenajear a esos personajes"

Y si el Partido Socialista no lo admite?

Sería muy malo para el cambio y la renovación, del partido primero y de la renovación de la izquierda en general. Lo peor que ha hecho la izquierda muchas veces es el negacionismo: esto no pasa. El negacionismo ha sido nefasto en los procesos de las izquierdas latinoamericanas. Nos debemos un debate.

¿Se expone a una fractura el Partido Socialista?

(Piensa un minuto) Depende de cómo canalice sus contradicciones y en su madurez. Las organizaciones se fracturan cuando negás al otro. El otro deja de ser como yo, es otro y te partís. Si se canaliza en debate maduro con pruebas con análisis racional, se conjugarán esas contradicciones. Esto es una prueba de fuego para la renovación de la izquierda. Acá el tema dejó de ser Trías, si no si la izquierda actúa con la suficiente madurez para debatirlo y resolverlo.

Lo que pasó con Raúl Sendic demostró que se puede enfrentar un tema grave y resolverlo. Un viejo compañero de militancia sindical de otro partido me mandó una carta muy conmovedora por lo que estoy haciendo y me decía que en su partido esto pasa y esto se necesita. Debatir cosas que sean centrales y remuevan y renueven. Es un tema que corta todo el sistema de partidos. Si es así, ¿no estaremos ante un cambio en la forma y la manera de hacer política y ver estas cuestiones como un modo de cambiar las maneras de hacer política? Y creo que esto sintoniza con una sensación que hay en la gente de una nueva forma de hacer política.


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