25.MAR.18 | postaporteñ@ 1890

Argentina /24 de marzo? ¿y la Triple A?

Por ASTARITA/ JuandelSur

 

Los 24 de marzo se han convertido en jornadas de movilización por las luchas en curso, de defensa de libertades democráticas y denuncia de los gobiernos y partidos políticos que desde 1983 han asegurado la impunidad del aparato represivo de la dictadura

Rolando Astarita 

En este último respecto se han denunciado, entre otras, las leyes de Punto Final y Obediencia Debida de Alfonsín; los indultos de Menem; la designación de Milani al frente del Ejército; o los intentos del actual gobierno de salvar a los genocidas (por ejemplo, aplicando el 2 x 1). Pero también es fundamental mantener la memoria de lo que fue la dictadura.

Sin embargo, existe un tema que apenas se menciona en las recordaciones, a saber, los asesinatos, secuestros y torturas a militantes de izquierda y populares, perpetrados por la Triple A, grupos parapoliciales y fuerzas represivas.

En particular, pocas veces se menciona (a excepción de la izquierda revolucionaria) la responsabilidad de Perón, y de Isabel Perón, en estos hechos.

Por ejemplo, el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, en sus documentos publicados en ocasión de los 24 de marzo entre 2011 y 2017, rutinariamente repite: “Denunciamos también los crímenes contra el pueblo que comenzaron a ensayarse antes del golpe, en el Operativo Independencia de Tucumán y en el accionar de la Triple A y demás bandas fascistas en todo el país”. Eso es todo.

¿Y la responsabilidad de los gobiernos de Perón y de Isabel Perón en el surgimiento y accionar de esas bandas? ¿Y la denuncia por la impunidad que garantizaron a los asesinos de la Triple A, y sus mentores, los gobiernos desde Alfonsín a la fecha? Nada, ni palabra.

La realidad es que solo los asesinados por los grupos parapoliciales, o la Triple A, entre 1973 y marzo de 1976, que han sido registrados, suman 683 (véase http://www.desaparecidos.org/arg/victimas/listas/aaa.pdf).

Pero algunas estimaciones elevan la cifra total de asesinados a unos 900 compañeros. Según el Anexo del Nunca Más, edición 30 aniversarios del golpe militar, hubo más de 1100 casos de desapariciones forzadas de personas y ejecuciones sumarias entre 1973 y marzo de 1976.

Agreguemos que un ensayo general de represión por izquierda ocurrió en Ezeiza, el 20 de junio de 1973, cuando Perón volvió por segunda vez al país. CNU (Concentración Nacional Universitaria), Comando de Organización, la guardia militar de Osinde y elementos de la Juventud Sindical asesinaron a una cantidad no especificada de militantes de la Juventud Peronista. Oficialmente se reconocen 13 muertos y 356 heridos, aunque las cifras podrían ser mucho más elevadas. Pero nunca se hizo una investigación oficial de esta masacre.

Más en general, la historia “oficial” nos dice que Perón retornó para unir pacíficamente a los argentinos, y que la Triple A fue una creación exclusiva de López Rega, posterior a la muerte del líder. Sin embargo, bajo su gobierno se desarrolló una intensa represión parapolicial, y hubo 63 asesinatos de militantes de izquierda y populares.

Sergio Bufano hizo una cronología, incompleta, de ataques por parte de grupos parapoliciales que puede consultarse en Lucha Armada en la Argentina, N° 3, 2005, http://www.elortiba.org/old/pdf/Sergio_Bufano_Peron_y_la_Triple_A.pdf.

Escribe: “Si la memoria requiere de insumos precisos, la siguiente cronología contribuye a registrar la violencia paraestatal producida durante la gestiones de Lastiri y de Perón. La lista fue elaborada por el Latin American Studies Association y publicada por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1978. Es incompleta y sólo se registraron algunos de los atentados dirigidos contra los grupos de izquierda, particularmente las organizaciones de base del peronismo vinculado a la organización Montoneros. La lista culmina un día después de la muerte del Presidente Perón”

Otro dato significativo: bajo el gobierno de Perón se editaba la revista El Caudillo, dirigida por Felipe Romeo, cuyo lema era "el mejor enemigo es el enemigo muerto". El Caudillo recibía incontables fondos del Ministerio de Bienestar Social, y claramente era el vocero de los grupos fascistas y parapoliciales. Jamás Perón puso algún reparo; tampoco Isabel

Después de la muerte de Perón los crímenes de la Triple A se multiplicaron. Según Inés Izaguirre, “a partir de su muerte y hasta el final del período constitucional, las bajas se multiplican por 25: los muertos por 17; los desaparecidos por 49” (“El mapa social del genocidio”, en Lucha de clases, guerra civil y genocidio en Argentina, 1973-1983, p. 94). Durante todo este período los ataques al clasismo estuvieron en el primer plano, no solo por parte de la Triple A, sino también de las patotas de la burocracia, estuvieron en primer plano

Además, es un hecho que los principales miembros de la Triple A fueron nombrados por decreto, por Perón: Rodolfo Almirón y Juan Ramón Morales habían sido dado de baja en la Policía Federal (acusados de ilícitos con drogas) y fueron reincorporados y ascendidos. También los comisarios Alberto Villar y Luis Margaride fueron elevados a jefe y subjefe, respectivamente, de la Federal. Villar y Margaride fueron principales organizadores de la Triple A. Osinde y López Rega también fueron ascendidos por Perón.

Otro hecho significativo bajo la presidencia de Perón fue el llamado “Navarrazo”: el 28 de enero de 1974 el teniente coronel Antonio Domingo Navarro asaltó a mano armada a la casa de gobierno de Córdoba, apresó al gobernador Obregón Cano, al vicegobernador Atilio López y a todos los ministros, quienes permanecieron secuestrados. Hubo muertos y heridos, y el gobierno provincial fue depuesto. Sin embargo, Perón no condenó el golpe ni repuso a las autoridades, y Navarro fue premiado con el consulado argentino en Barcelona

Pero este solo fue el punto más alto del ataque a gobernadores izquierdistas. Izaguirre escribe:

“En realidad, desde la obligada renuncia de Cámpora, ya estaba planteada la ofensiva contra los gobernadores más afines a la izquierda peronista. Todos ellos eran viejos peronistas reconocidos por su lealtad a Perón, que habían sido permeables a la incorporación de miembros radicalizados del peronismo, en especial de la JP. Todos habían sido electos en las elecciones del 11 de marzo de 1973 y eran cuadros políticos reconocidos en sus provincias. El papel de la CGT fue decisivo en la caída de estos gobernadores –Buenos Aires, Córdoba, Mendoza, Santa Cruz y Salta– pero también hubo denuncias y “depuraciones” en otras gobernaciones” (p. 92).

Agreguemos la postura de Perón ante gobiernos de derecha en América Latina

Cuando el golpe contra Allende, el gobierno de Lastiri reconoció inmediatamente a la dictadura de Pinochet, y hubo maltrato a refugiados que llegaban a Ezeiza. Perón no abrió la boca. En mayo de 1974 recibió a Pinochet y le dio su apoyo. Según Eduardo Luis Duhalde este encuentro, lejos de ser protocolar, fue un antecedente el plan Cóndor.

En las Naciones Unidas Argentina fue uno de los pocos países que rechazaron proyectos de condena a la violación de los derechos humanos en Chile en las Asambleas Generales de 1974 y 1975. El 30 de septiembre fue asesinado en Buenos Aires el general chileno Carlos Prats, refugiado en Argentina.

En 1975 el gobierno de Isabel condecoró a Pinochet con la Gran Cruz de la Orden de Mayo al Mérito Militar. Por otra parte, el gobierno de Perón también tuvo una actitud de colaboración con la dictadura de Stroessner, de Paraguay, con la de Bordaberry, de Uruguay, y de Banzer, de Bolivia. El sistema Cóndor nació a fines de 1975, con activa participación argentina

Todas estas cuestiones deberían entrar en los ejercicios de la Memoria, y en los reclamos de justicia y castigo de los genocidas. Sin embargo, amplios sectores del progresismo bien pensante evitan ahondar en esta historia, y en especial en las responsabilidades de Perón. Además, cuando se planteó, hace unos años, investigar la participación de Perón en la creación de la Triple A, la dirigencia sindical puso el veto: “no jodan con Perón”. Desde entonces el tema se ha convertido en absoluto tabú

Por eso, cuando en los documentos ad usum se menciona el terrorismo de derecha previo al golpe, no se menta siquiera lo que hicieron los gobiernos peronistas, entre 1973 y 1976, amparando ese terrorismo. O sea, se trata de “Memoria” en dosis limitadas.

De ahí que, frente a tanta hipocresía (¿no les da un poquito de náuseas?), necesitamos contar esta vieja historia. Hay que decirlo con todas las letras: cuando volvió al país Perón se rodeó de un montón de fachos asesinos con el fin de atacar y aniquilar a la vanguardia obrera y a la izquierda.

Lo cual no impidió que el Partido Comunista y la izquierda nacional y popular votaran, en 1973, alegremente por Perón. Esto es, por el equipo conformado por los López Rega, Lastiri, Osinde, Lorenzo Miguel, Norma Kelly, Yessi, Villar, Victorio Calabró, Brito Lima, Giovenco y similares. Más, por supuesto, Isabelita. Todo con el cuento de la “liberación nacional”. ¿Será por esto que se sigue tapando toda esta inmundicia? ¿O es que estos recuerdos echan demasiado vinagre en el menjunje de la unidad patriótica?

En cualquier caso, el tema es ineludible a la hora de hablar de los antecedentes que pavimentaron el camino al golpe de 1976

 

La paradoja de las movilizaciones por los derechos humanos



ALUCINAR NO CAMBIA LA REALIDAD

 




Hay una película reciente, “Tres anuncios por un crimen” (así se llama en la Argentina), que trata acerca de una madre que decide sacudir la indiferencia de sus conciudadanos sobre la violación y el asesinato de su hija, que el tiempo va sepultando en el olvido sin que nada se avance en encontrar al o a los culpables.

En esa película hay una escena en que la madre le menciona al cura, que ha ido a presionarla a su casa, unas leyes que se aprobaron en algunos estados para combatir a las pandillas, que establecen que si alguien se une a ellas y se mueve con ellas, es culpable de todos sus crímenes, aun de los que no participó, y más, también de aquellos que no estaba ni siquiera enterado. La idea es que esas bandas adquieren su potencial de la masa de sus adherentes (y de quienes son indiferentes a los delitos que cometen, agregaría yo): la mujer echa al cura de su casa, por cómplice de los múltiples crímenes que comete su banda —la Iglesia— y que él incluso conoce, pese a lo cual permanece en ella. Crímenes que lo inhabilitan para erigirse en pontífice de la moral.

Representémonos ahora una escena absurda: los adherentes del partido nazi concurriendo a un acto de repudio al asesinato en prisión de los miembros de la Fracción del Ejército Rojo: colocándose en la fila de los deudos —políticos— en postura, incluso, de merecer las condolencias.

¡Es falsa su protesta!: usan esas muertes como arma arrojadiza contra la Justicia que condenó a sus líderes, o contra el gobierno, que aspiran a remplazar alguna vez.

Y ni siquiera suman a la movilización, sino que la desnaturalizan, porque ellos, los peores asesinos, se disfrazan con el ropaje de víctimas, o sea, hacen un embrollo en el cual quien no está avisado se ve despojado de medios para distinguir amigos de enemigos. 

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Volvamos a la Argentina: el peronismo en el gobierno ha sido —excluida la dictadura— el partido más represor y asesino de nuestra historia institucional.

Sin embargo, en cada circunstancia en que la sociedad se moviliza por causas en que están involucrados los derechos humanos, ahí aparece en primera fila el peronismo como el más concernido. Cuando digo “el peronismo” hablo también de seres de carne y hueso, los peronistas, los prosélitos de Perón, en cuyos gobiernos hubo miles de asesinatos y secuestros seguidos de desaparición. Perón, el creador de la Triple A, el promotor de la Operación Cóndor, que organizó en febriles reuniones, en los pocos meses de su gobierno, con todos los dictadores del Cono Sur.

Esto es hegemonía: desde hace casi 75 años el peronismo es hegemónico, no se oxida, no se raya y no hay dato de la realidad que lo hunda sino por breves momentos: enseguida vuelve a emerger, resplandeciente ante los ojos de las masas.

Bueno —dirán algunos (muchos) —, por algo será: el peronismo tendrá sus defectos, incluso con referencia a los derechos humanos, pero fíjese como estábamos hace 75 años...

¡Claro, fijémonos! Pero fijémonos abriendo la mirada: cómo estaban, también, en Japón, Brasil, Noruega, España, Nueva Zelanda.

Esa mirada comparativa no les va a gustar a los peronistas: 75 años no han logrado hundir al peronismo, pero han hundido al país —a su gente—, casi la mitad de la cual trabaja en negro, la educación que se les ofrece (a los de bajos recursos) es basura, la estructura productiva y la infraestructura es vetusta, la convivencia social se deteriora día a día.

Gran cosa la hegemonía peronista. Mientras dure, parafraseando a un poeta (peronista), habrá más olvido.

Y más penas.

Juan del Sur

 

Tras salir de la cárcel, Zannini y D'Elía marcharon con

el kirchnerismo a Plaza de Mayo por el Día de la Memoria

 

 A pocas horas de recuperar su libertad,el exsecretario legal y técnica de la Presidencia durante el kirchnerismo, Carlos Zannini, se sumó a un grupo kirchnerista que marchó desde la exEsma hasta la Plaza de Mayopor el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

La movilización comenzó antes del mediodía frente al ex centro clandestino de detención ubicado sobre la Avenida del Libertador, en el barrio de Núñez. El bloque kirchnerista es encabezado por Máximo Kirchner, referentes del Frente para la Victoria y de la agrupación La Cámpora.

Pasado el mediodía llegó el "Chino" Zannini, quien esta mañana recuperó su libertad junto a Luis D'Elía después de pasar 107 días en prisión preventiva en el marco de la causa que investiga el pacto con Irán firmado durante el gobierno de Cristina Kirchner. El líder piquetero se sumó a la movilización poco después.

"Atención, atención, Chino te saludan los soldados de Perón", cantaban los militantes, mientras pasaban por el viaducto de la Avenida del Libertador en Belgrano. "

Además de Máximo Kirchner, integran el bloque kirchnerista que marcha a Plaza de Mayo los diputados nacionales Eduardo Wado de Pedro , Andrés Larroque y Agustín Rossi, el legislador y expresidente de Aerolíneas Argentinas Mariano Recalde y el titular de Nuevo Encuentro, Martín Sabbatella, quien esta mañana fue hasta la puerta del penal de Ezeiza para recibir a Zannini y D’Elía.

Organismos de Derechos Humanos, como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo, el CELS, Hijos y el Encuentro Memoria, Verdad y Justicia, organizaciones políticas y sociales convocaron hoy al acto central por el Día de la Memoria, que conmemora un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1976, en la Plaza de Mayo.

En la Plaza de Mayo Zannini estuvo unos minutos en el palco central, para saludar a la multitud y luego, en declaraciones a la prensa, dijo que seguirá siendo fiel a la consigna de "memoria, verdad, justicia" fue uno de los ovacionados cuando subió al escenario y saludo a la multitud, casi como en un acto kirchnerista.

La excarcelación

D’Elía y Zannini fueron excarcelados esta mañana después de que, durante la madrugada, el Tribunal Oral Federal (TOF) N° 8 ordenara su "inmediata liberación" al considerar que no existía peligro de fuga ni de entorpecimiento de la investigación por la firma del memorándum de entendimiento con Irán, que surge de la denuncia presentada por el fiscal Alberto Nisman cuatro días antes de aparecer muerto en su departamento de Puerto Madero.

La causa, que está cargo del juez federal Claudio Bonadio, fue elevada a juicio oral a comienzos de este mes.

La denuncia de Nisman apuntaba que la expresidenta Cristina Kirchner -también procesada- ordenó la firma del memorándum con Irán a cambio de desactivar las alertas de detención internacional de Interpol contra los funcionarios iraníes involucrados en el atentado contra la AMIA de 1994.

"Lo más preocupante es que no termina nada, porque no me han absuelto en una causa que han inventado y que tiene como único objetivo perjudicarla a Cristina. Esta libertad deja sin sustento el pedido de desafuero de Cristina", dijo Zannini, en medio de saludos de familiares y dirigentes que lo aguardaban a la salida de la cárcel.

Luis D’Elía: Respecto al gobierno nacional, aseguró que responsabiliza a Macri por su detención y le envió un mensaje claro al oficialismo. "Ya fueron por Lula, creo que van por Cristina pero hay un país entero que no va a permitir eso"

medios de prensa

Zannini aclamado por la progresía

UN VERDADERO AQUELARRE

 

En cualquier momento aparece también Etchecolatz coreando " 30.000 desaparecidos… ¡presentes!", y la multitud delira. P

ero la irracionalidad (llamada también "viveza criolla") tiene su precio: así nos va

Juan del Sur


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