31.MAR.18 | postaporteñ@ 1892

Califato & Barbarie ¿La lucha final? (texto completo en 2 partes)

Por Tristán Leoni

 

Poco a poco, voy haciendo una lista del alfabeto de ruinas…

Todo esto significa algo.

No puede carecer de sentido.

La guerra no habla.

David B., La lectura de las ruinas, 2001


Tristán Leoni

¿Podemos leer las ruinas tal como las líneas de la mano? La capital política del Estado Islámico (EI) cayó el 17 de octubre de 2017, epílogo anunciado de una batalla que comenzó cuatro meses antes. Sin embargo, por una buena razón, no vimos a multitudes alegres en las calles para dar la bienvenida a los liberadores. Durante este período, la población pasó de 300 mil habitantes (incluyendo un tercio de refugiados) a casi cero. En el campo del “Bien” siendo precisos, según se informa, sólo entre uno y dos mil civiles han muerto bajo los bombardeos; los demás han huido de los combates y ahora intentan sobrevivir en las carreteras o en los campos de refugiados.

La captura de Raqqa fue altamente simbólica ya que la ciudad, en manos del EI desde junio de 2013, había sido su capital política (aunque su administración se hubiera transferido varios meses antes a Mayadine, 175 km aguas abajo del Éufrates). Un mes más tarde, en AbuKamal, una batalla de importancia estratégica (a la que volveremos después) marcó verdaderamente el final del Califato como entidad territorial proto-estatal.

El colapso del EI parece cerrar un paréntesis, el de la confrontación entre el mal y el resto del mundo; a partir de ahora, la actualidad siria será parecida a la del conflicto inicial, esa guerra civil que terminó y siguió a la contestación social de 2011 [1]

A pesar de los años de un proceso de libanizaciónen el que se enfrentaron cientos de milicias y grupos armados más o menos apoyados por potencias extranjeras, el conflicto está llegando a su fin.

Los proletarios no tenían otras opciones que quitarse del camino, emigrar o elegir algún campo (entre ellas la profesión de soldado, la única en tensión en la región, con la ventaja de proporcionar un salario y comida). Ahora, sin embargo, con la “normalización” acercándose, se está preparando una explotación más racional y clásica de toda esa mano de obra docilizada por las lluvias de bombas y ruinas.

CERO POR TODAS PARTES, ¿LA PELOTA EN MEDIO?

El partido se ha jugado; el punto de inflexión fue el desalojo de las milicias islamistas de los distritos orientales de Alepo en diciembre de 2016. El régimen de Damasco permanecerá en su lugar y Siria, devastada por la guerra, se dividirá en zonas de influencia (rusa, turca o americana); las batallas de 2017, y probablemente las de 2018, tienen el único propósito de aclarar sus contornos.

El éxito del campo lealista, que no está lejos de una victoria pírrica, es principalmente de Rusia. Con presencia militar si bien limitada (y poco costosa), confirma su presencia en el país, multiplica las ventas de armas en la región y refuerza su proyección internacional, consolidándose como una potencia inevitable en Oriente Medio y el Mediterráneo oriental. Además de la eficacia de su fuerza expedicionaria, hay avances diplomáticos: que provocaron cortocircuito en las infructuosas negociaciones de Ginebra; fue Moscú quien, desde enero de 2017, tomó el control del proceso de paz en Siria iniciando las conversaciones de Astana con Irán, Turquía y ciertos grupos rebeldes islamistas.

El otro gran vencedor es Irán, que tanto en Siria como en Iraq está aumentando su influencia y, en menor medida, su aliado, elHezbolálibanés. En cuanto a Turquía, después de muchos retrocesos diplomáticos, en el verano de 2016 terminó acercándose al trío Ruso-Iraní-Sirio, tratando de establecerse como actor clave en la región (aunque sólo sea por las milicias islámicas y los territorios bajo su control en el norte de Siria). Esto muestra a aquellos que dudaron, que no sólo estamos tratando con un conflicto entre sunitas y chiítas.

En cuanto a los Estados Unidos (y sus sustitutos occidentales), aunque marginados porque nunca tuvieron una verdadera estrategia en Siria, y contrariamente a las promesas de DonaldTrump, mantienen cautelosamente un pie en ese territorio. A bajo coste, están forjando una zona de influencia cuyo único interés es impedir que la victoria Rusa-Iraní sea total y así satisfacer a Israel y Arabia Saudita. Donald Trump, descrito por algunos como “islamofóbico”, es así adornado por el príncipe Mohammed ben Salman con el título de “verdadero amigo de los musulmanes”.

FUERZAS EN JUEGO : EL CALIFATO

En este juego de ajedrez, en el que se ha convertido el conflicto Siro, el EI ya tenía en sus manos ciertas cartas maestras (territorios, ciudades, carreteras, sitios estratégicos, bases aéreas, pozos petrolíferos, etc.); por lo cual los otros jugadores unen fuerzas contra él, tratando de recuperar algunas de estas cartas, que en un futuro próximo puedan ser intercambiadas o negociadas.

A partir del verano de 2016, el territorio del EI se redujo como consecuencia de los golpes de todos los ejércitos de la región (turco, kurdo, sirio, iraquí, etc.), lo cual llevó la pérdida de Mosul en julio de 2017 y de Raqqa en octubre del mismo año. Sin embargo, fue capaz de defender sus fortalezas hasta el final, empleando hasta sus últimos combatientes, lanzando feroces contraataques a las espaldas o flancos de sus oponentes

En 2014, según algunas estimaciones, el ejército del EI estaba compuesto de entre 80 y 100 mil soldados; y para el verano de 2017, probablemente sólo tenía alrededor de 10 mil soldados. Cabe decir también que los militares estadounidenses reportan 80 mil combatientes muertos del EI, desde 2014

Al momento de escribir estas líneas, el ejército del Califato está siendo reducido a unos pocos miles de simpatizantes esparcidos por el desierto, las montañas y los campos remotos de Irak y Siria. Esta lenta agonía se debe en parte a que los oficiales del EI han demostrado excelentes cualidades militares, sumadas al fanatismo de sus tropas, y por otro lado a la mala coordinación de sus oponentes y a los conflictos también existentes entre ellos.

Aunque el aparato administrativo, económico y social instalado en el Califato fue derrotado por los bombardeos occidentales[2] para que los habitantes regresaran, no hubo ninguna gran revuelta (la destrucción pudo haber hecho que la población dependiera aún más delproto-Estado). Hasta el último momento, y en particular por coerción severa, el EI fue capaz de mantener el control de sus tropas y de la población; también temía a los libertadores, ya fueran chiítas (en Mosul) o kurdos (en Raqqa). En cuanto a las tribus, esperaron el cambio definitivo de propiedad antes de cambiar su lealtad.

Sin embargo la derrota militar no significa el fin del EI; en mayo de 2016, Abu Mohammed al-Adnani, portavoz de la organización, advirtió: “¿Creen que seremos derrotados y ustedes vencerán si toman Mosul, Raqqa o Sirte? Por supuesto que no. La derrota, es perder el gusto del combate

Los cuadros encargados de la propaganda han trabajado juntos, desde las oficinas de Raqqa, para forjar una leyenda que perdure y que sirva de referencia para los futuros yihadistas. Aunque inicialmente promovió un yihadismo muy localizado y territorializado, y en una perspectiva escatológica buscó construir un verdadero estado, el EI parece ser ahora condenado, en los años venideros, a una actividad de red terrorista y guerrilla en todo el mundo (Sahel, Norte de África, Sinaí, Irak, Afganistán, Filipinas…)

Se había preparado para ello, pero su futuro es incierto: quedan varias cuestiones abiertas ¿una desaparición gradual en beneficio de otros grupos? ¿De vuelta en vigor? ¿Cambio de nombre? ¿Subida de su franja radical[3]?

O bien será una cuestión principalmente europea (los yihadistas occidentales son los menos interesados en la lógica nacional[4])?

LA SIRIA LEALISTA

Paradójicamente, los éxitos militares del campo lealista también contribuyeron al debilitamiento del Estado Sirio. Además de la creciente dependencia económica hacia Rusia e Irán, ha habido una tendencia a la libanización del país, es decir, una dilución del poder a favor de las milicias. El ejército sirio, aunque concentrado a la reconquista del territorio, permaneció leal al gobierno (bajo el nombre oficial del Ejército Árabe sirio, EAS) y está en dificultades a pesar de los 100 a 150 mil hombres que lo componen (de los cuales quizás 50 mil son operativos). Desgastado por seis años de conflicto durante los cuales sufrió graves bajas (de las 500 mil muertes probables del conflicto, alrededor de 100 mil son combatientes leales), y luchando por reclutar, a lo largo de los años ha tenido que sumarse a la fila de grupos y unidades paramilitares

En primer lugar, están las milicias locales y los “comités populares”, creados al inicio del conflicto por los pro-Assad, unidos en las Fuerzas de Defensa Nacional (unos 100 mil hombres), que reclutan, entre otros pero no solamente, a minorías étnicas y religiosas (cristianos, alauitas, chiítas, drusos…) y palestinos (lo que también se hace del lado “rebelde”)

Otras unidades, a veces preexistentes al conflicto, están vinculadas a organizaciones políticas (Baas, Partido Nacionalista Socialista Sirio o Marxista-Leninista), a tribus suníes (especialmente desde la reconquista del este del país, iniciada en 2017), o empresarios cercanos al régimen, que las han constituido y financiado directamente. Una multiplicación de milicias que lleva a una dilución del control jerárquico y al desarrollo de prácticas como pillaje, robo, extorsión.

Dentro del seno mismo del ejército regular, la tendencia hacia la libanización es notable. De hecho, para hacer frente a la crisis, el personal sirio dio a los oficiales mayor margen de maniobra sobre el terreno, y los comandantes de las unidades aprovecharon la situación para ganar autonomía (aunque tuvieran que garantizar su autofinanciación); esto explicaría las dificultades y disfunciones en la cadena de mando del Ejército Árabe Sirio (EAS), e incluso el uso tácticamente improductivo y políticamente contraproducente de las armas químicas.

Esta situación se complica por la presencia creciente de unidades militares extranjeras (de 40 a 60 mil efectivos) procedentes del arcochiíta, principalmente de Irán, que proveen asesores militares y fuerzas especiales (los Al-Qods) y delHezbolálibanés. A esto se suman las milicias iraquíes y otras pequeñas unidades, incluidas las Hazaras afganas (refugiados en Irán, motivados por el salario y la promesa de la obtención de la nacionalidad iraní). Este panorama de efectivos parece impresionante, pero mientras que las unidades menos experimentadas tuvieron que controlar un territorio muy grande y una multitud de frentes secundarios, las tropas más operativas eran constantemente llamadas y transportadas de un extremo al otro del país

No podrían haber restaurado el equilibrio con los ejércitos islamistas y después cambiar el equilibrio de poder a su favor, sin la ayuda de Moscú. Aunque de un tamaño restringido (unos 5 mil efectivos, entre logística, instructores, consejeros y spetsnaz “fuerzas especiales rusas”) y con unos 50 aviones de combate, el contingente Ruso resultó muy eficaz (también vale añadir a ese dispositivo 3 mil hombres de las compañías militares privadas rusas [5])

EN LAS ZONAS REBELDES

Una vez anunciada la derrota de los soldados rebeldes, los partidarios y donantes fueron desinteresándose progresivamente. Los principales estaban muy divididos, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos contra Qatar y Turquía. Y, si los dos últimos tienden a estar más cerca de las posiciones de Rusia o incluso de Irán, los dos primeros están envueltos en la guerra de Yemen. Estados Unidos también detuvo, a principios de 2017, sus intentos infructuosos y costosos de formar o controlar grupos islamistas armados “moderados” en Siria, y terminaron recurriendo a los Kurdos delYPG(Francia y Gran Bretaña hicieron lo mismo), que son difíciles de clasificar entre los “rebeldes [6]

Estos grupos, en nombre de varios cientos, cambian regularmente sus nombres y se unen en coaliciones militares igual de dinámicas. Para 2016, el número total de sus combatientes se estimaba entre 100 mil y 150 mil combatientes. El acrónimo ELS (Ejercitó Libre Sirio), que algunas docenas de grupos han usado, especialmente en el sur del territorio, no se refiere a un ejército o coordinación; es sólo una etiqueta que a veces resultó conveniente.

En 2017, dos poderosas coordinaciones emergen de esta multitud y la polarizan. En primer lugar, Hayat Tahrir al-Cham (HTC), nacida en enero de 2017 de la coordinación de grupos rebeldes derivados del ex Frente Al-Nusra(ex brazo sirio de Al-Qaeda), contaba con aproximadamente 300 mil combatientes (de los cuales muchos eran voluntarios extranjeros), principalmente en la provincia de Idlib, al noroeste de Siria. Su rival es Ahrar al-Cham, una coordinación de grupos salafistas creado en 2011, que reuniría entre 10 mil y 25 mil combatientes dispersados en muchas provincias. Estas dos organizaciones, que han convertido a la provincia de Idlib en una fortaleza (de 2 millones de habitantes [7]), son ejércitos reales altamente equipados. Cuando se unen, son capaces de competir con las tropas de Damasco, a veces superándolas en número y equipamiento (excepto para la aviación, que compensa más o menos este déficit), como la batalla de Alepo (verano 2016) o la deHamás(marzo-abril de 2017). Pero también son capaces de competir por el control de las ciudades o los pasos fronterizos con Turquía, es decir, por el control del comercio, la ayuda humanitaria y los “impuestos”.

Dado que las dos coordinaciones tienen ideologías bastante similares (unyihadista, el otro más de los hermanos musulmanes) y objetivos ampliamente similares – el establecimiento en Siria de un régimen islámico regido por la Sharia –, algunos grupos pueden fácilmente cambiar de uno a otro.

La separación de Al-Nusra y Al-Qaeda, mucho tiempo considerada como ficticia, se ha hecho realidad- los radicales culpan a HTC por su compromisos doctrinales y desviaciones. El hijo de Osama bin Laden, Hamza, probablemente el futuro jefe de Al-Qaeda, llamó en septiembre de 2017 al djihad en Siria, por no mencionar a otro grupo. La re emergencia de un Al-Qaeda oficial en ese país se torna en una posibilidad real. A nivel internacional, esta organización se ha podido desarrollar en el hombro de un EI que atrajo toda la atención y los golpes, y ahora tiene una sólida presencia territorial (Sahel, Yemen)

Dado que la región de Idlib se ha convertido en una zona de desescalada desde mayo de 2017 (véase más adelante), las tropas de intervención rusas, turcas e iraníes deberían desplegarse allí entre rebeldes y leales; ¿qué hay de los grupos islamistas que la han convertido en su fortaleza? Turquía, por ejemplo, no estaría mal aconsejada por la creación de un nuevo “ejército nacional” bajo las órdenes de una administración provisional en torno a Ahrar al-Cham y los demás grupos que controla. En cuanto al HTC, es probable que tenga que someterse o enfrentarse a los ejércitos sirio y turco. Desde finales de noviembre, los combates con el AAS se han intensificado. Para 2018 se están preparando nuevas masacres.

Cabe señalar que, si bien los grupos islamistas tienen el cuasi-monopolio de la violencia, esto no significa que tengan el consentimiento de la población en las zonas en que están activos. Incluso puede incluso a veces oponerse a ellos: por ejemplo, en julio de 2017, los habitantes de varias localidades de Idlib protestaron contra la presencia del HTC e impidieron que se apoderara de la administración local [8]

El pueblo sirio no sólo sueña con un Estado islámico o una dictadura de la vieja escuela, sino que incluso espera el establecimiento de una democracia como la conocemos en Francia. Por último, aunque hay anarquistas o comunistas de los consejos en Siria, lamentablemente hay que reconocer que la dinámica que se ha venido dando en ese país durante los últimos cinco o seis años apenas va en su dirección

GUERRA EN CURSO

Creemos que es necesario echar un vistazo rápido a los acontecimientos y ciertos eventos que han ocurrido desde que fue escrito nuestro último artículo sobre el tema en julio de 2016 [9]. El colapso gradual del Califato va acompañado de una rivalidad entre los otros actores implicados para capturar el mayor territorio posible. Es en varias carreras de velocidad que estamos presenciando para tomar esta o aquella localidad o cortar el camino al otro, a riesgo de multiplicar los enfrentamientos más o menos controlados entre los combatientes de los diversos ejércitos que compiten.

Sin embargo, lo que caracteriza al período es la continuación y extensión de un proceso de “des-conflicto” iniciado a principios de 2016. Paralelamente a su intervención armada, Rusia ha creado un Centro de Reconciliación, en el que nadie creyó originalmente; sin embargo, es un clásico contrainsurgente dividir a los rebeldes ofreciendo tregua, reinstalación y amnistías a los más moderados

En este marco, se han firmado una serie de acuerdos locales relativos a zonas o localidades que han estado bajo asedio de las fuerzas leales durante años [10], y que prevén un proceso específico: entrega de la plaza; posibilidad de trasladar a los que lo deseen (generalmente los combatientes, sus familias y las personas más comprometidas políticamente) a otra región rebelde (traslado bajo el control de Rusia, la ONU o la Media Luna Roja; despliegue de la policía militar rusa, suministro de ayuda humanitaria, amnistía para los rebeldes). Rusia pone su peso sobre Damasco para evitar la represión y las represalias. A otro nivel, los acuerdos de alto el fuego celebrados regularmente entre los principales beligerantes dejan espacio, a partir de enero de 2017, para el proceso de paz de Astana, donde, bajo la égida de Rusia, Irán y Turquía, el régimen de Damasco y algunos grupos rebeldes activos sobre el terreno debaten la resolución de cuestiones militares y prácticas (en contraposición a las negociaciones de Ginebra, en las que participa una oposición siria en el exilio sin vínculos con los grupos combatientes). Una vez más, se trata de dividir a los rebeldes (algunos de los cuales son apoyados por Turquía): entre aquellos con los que podemos negociar (rendimientos, mítines y amnistías) y aquellos que serán considerados por todos como terroristas. Así pues, en mayo de 2017 se designaron cuatro enclaves rebeldes como “zonas de desescalada”, incluida la región de Idlib, donde los combates debían cesar gradualmente. Otros acuerdos locales completan el mapa: por ejemplo, en torno a la ciudad de Tall Rifaat (cerca del cantón de Afrin), dirigida por el YPG, pero amenazada por los milicianos pro-turcos [11]

Excluidos de todos estos acuerdos, HTC y sus aliados aprovecharán a lo largo del año las ofensivas que lleva el EAS (Ejército Árabe Sirio) en el este del país contra el EI para lanzar, desde la región de Idlib, ataques contra las posiciones lealistas de Alepo yHama.

Otro aspecto de esta fase del conflicto fue, en el este, la lucha entre Rusia y Estados Unidos (representada por el EAS y el YPG) para apoderarse del territorio controlado por la EI, especialmente después de su colapso en el verano de 2017. Si Damasco busca recuperar su autoridad, el desafío es que Washington elimine el control de la frontera sirio-iraní e impida la apertura de una carretera a lo largo del Éufrates que uniría el arco chiíta Beirut-Damasco-Bagdad-Teherán. El objetivo de los dos ejércitos era entonces alcanzar y conquistar la ciudad fronteriza de Abu Kamal [12]

En términos proporcionales, esta situación podría compararse con la carrera por Berlín, Praga y Viena entre aliados en 1945 [13]. Pero en ese momento, sin embargo, rusos, estadounidenses e ingleses se habían puesto de acuerdo sobre el reparto de áreas de ocupación e influencia; esto puede no ser el caso en Siria, aunque se necesita un mínimo de acuerdo para asegurar que los inevitables enfrentamientos entre EAS y el YPG no degeneren en un conflicto abierto. El riesgo es tanto mayor cuanto que cada uno de los campamentos utiliza milicias supletorias conocidas por su indisciplina, y utiliza el lenguaje del bombardeo para indicar a los demás los límites que no deben excederse.

Los Estados Unidos hicieron su primer intento desde el sur en junio de 2017: habiendo formado y equipado a varios grupos rebeldes en Jordania, los enviaron desde Al-Tanf para apoderarse de Abu Kamal; a pesar del apoyo de las fuerzas especiales norteamericanas, británicas y noruegas (!), estos grupos serán bloqueados por el avance del EAS. Frente a este fracaso, Estados Unidos cambió definitivamente su fusil y optó por el uso de YPG-FDS (FDS: Fuerzas Democráticas Sirias) para llegar a esta famosa ciudad del norte, desde la orilla izquierda del Éufrates (se desarrollara esta cuestión del papel de las fuerzas kurdas en el próximo capítulo). Esta carrera por la captura de Abu Kamal será finalmente ganada por el régimen sirio en noviembre, gracias a una operación conjunta de las milicias del EAS y chiítas que cruzaron la frontera iraquí. La conquista de esta ciudad, la última poseída por la EI (ya sea en Siria o en Irak), también marca el fracaso del proyecto americano.

ROJAVASOBREVALORADA

Entre los actuales grandes vencedores del conflicto sirio, encontramos sin duda alguna al PYD (el brazo sirio del PKK). Las tropas de este partido kurdo [14], las YPG, controlaban casi un cuarto del territorio de Siria, a finales del año 2017; algunos de sus combatientes están ahora vigilando más de 200 km de los asentamientos kurdos. ¿Ha progresado la experiencia “libertaria” de Rojava al ritmo de su ligera infantería?

DARK VICTORY EN RAQQA

La caída de la capital del califato, híper-mediatizada, no provocó sin embargo, la de los sitios militantes. Estamos lejos de los vuelos líricos del otoño 2014, durante la Batalla de Kobane, y hay motivos para ello.

La palabra liberación es para algunos incluso un poco exagerada en lo que se refiere a Raqqa. Después de cuatro meses de duros combates y fuertes bombardeos [15], la ciudad está casi arrasada hasta el suelo con cuatro quintas partes inhabitables, y el número de sus habitantes, que era de unos 300.000, ha descendido a cero [16]. Los residentes, y los de otras comunidades vecinas que han huido de los enfrentamientos, se encuentran en las carreteras o en los campos de refugiados. Después de largas negociaciones entre el YPG, el ejército estadounidense y el EI (a través de tribus y jefes locales, los pocos miles de supervivientes habían sido evacuados del centro de la ciudad bajo asedio, al igual que los últimos combatientes y sus familias, que pudieron llegar a las fortalezas del califato) [17].

Pero hay que reconocer que muchos habitantes también han huido de la nueva “ocupación” que veían venir, la del YPG, que goza de una reputación detestable en estas áreas por limpieza étnica, exacciones, racismo, servicio militar obligatorio (incluyendo para las mujeres), etc.[18]

Esta reputación es mantenida por algunas tribus de la región que, ya sea permaneciendo leales al régimen de Damasco o habiendo elegido la lealtad al EI (las tribus y las familias a menudo están divididas en estas cuestiones), mantienen una profunda hostilidad hacia los kurdos… aunque, en esencia, la cuestión es la de una rivalidad para la compra de tierras agrícolas fértiles en la región [19]

Lejos de estas bajas consideraciones, los jeques más serios saben que el color de los uniformes no importa, lo esencial es que el orden y la seguridad perduren y que los negocios puedan reanudarse.

CREAR DOS, TRES… MUCHOS CANTONES

Pero sigamos adelante. Desde la Batalla deKobaneen el otoño de 2014, que frenó el avance del EI, las YPGs han estado mordisqueando lentamente territorios importantes controlados por el EI, grupos islamistas o el ELS (Ejército Libre Sirio), mucho más allá de su punto de partida. El objetivo principal era crear una continuidad territorial entre las tres zonas de asentamiento kurdas del norte de Siria, los “cantones” de Djezireh, Kobane y Afrin, lo que significaba conquistar las zonas, en su mayoría pobladas por árabes, que las separaban. Este objetivo ha sido frustrado por Turquía, que desde agosto de 2016 controla uno de estos territorios a través de grupos islamistas. Cabe señalar que algunas zonas, especialmente en el este de África, fueron conquistadas en febrero de 2016 en colaboración con el EAS.

En octubre de 2015, por iniciativa de los Estados Unidos, se creó una coalición militar, las Fuerzas Democráticas Siria (FDS), para facilitar la reconquista de las zonas en poder del EI donde los kurdos eran minoría o estaban ausentes; con este fin, reunió a varios grupos armados árabes en el YPG (Unidades de Protección Popular; en kurdo, Yekîneyên Parastina Gel). Por lo tanto, la expansión territorial sustancial de la FDS no habría sido posible sin el apoyo estadounidense: asistencia logística, entrega de armas, formación, fuerzas especiales y apoyo aéreo. Sin embargo, el despliegue terrestre de soldados junto al YPG sigue siendo bastante modesto y discreto; y aunque se han construido varias bases estadounidenses en Rojava, son principalmente bases operativas, y sólo dos son de carácter estratégico y tienen pistas de aterrizaje para grandes aviones [20]

El número de combatientes de las Fuerzas Especiales con el YPG-FDS aumentó gradualmente a 900, a los que se sumaron los soldados franceses y británicos. Algunos medios más pesados completaron el sistema: una unidad blindada de rangers, desplegada a principios de 2017 alrededor de Manbij (ciudad árabe conquistada por el YPG) para que ya no se viera amenazada por los turcos; unidades marítimas (ingeniería y artillería como parte de la ofensiva en Raqqa [21])

En mayo de 2017, Donald Trump autorizó también liberaciones de equipo pesado al YPG, especialmente numerosos vehículos blindados para transporte de tropas (tipos de equipo que hasta ahora se reservaban a las unidades árabes de FDS para no ofender a Ankara) [22]. El YPG tiene ahora una serie de misiles antitanque americanos, rusos y franceses, que teóricamente están excluidos de estos suministros de armas.

A cambio de este apoyo, que le permite alcanzar sus propios objetivos, el PYD ha aceptado aportar las famosas “tropas de tierra” que tanto faltaban en Estados Unidos, que se ha encargado de tomar Raqqa y cortar la carretera Beirut-Damasco-Bagdad-Teherán. Esta última operación fue en última instancia un fracaso de la estrategia estadounidense, pero permitió a las YPG-FDS conquistar toda la ribera norteña del Éufrates y, no olvidarnos también, de la captura de los yacimientos de gas y petróleo sirios más importantes.

EL CAMINO A DAMASCO

Esta nueva situación complica obviamente las relaciones entre el PYD y el gobierno sirio. Recordemos aquí que este partido no exige la independencia del Kurdistán sirio, sino sólo, en el marco y las fronteras del Estado sirio existente, el establecimiento de un funcionamiento federal que ofrezca a las regiones una amplia autonomía. Independientemente de los acuerdos concluidos entre ellos, desde 2011 (y de lo que se piense) Rojava siempre ha tenido que mantener buenas relaciones con Damasco para garantizar el funcionamiento de su economía, al menos por vía aérea y, desde entonces, por carretera. Por ejemplo, si una parte del petróleo extraído en el municipio de Djézireh se refina artesanalmente, la mayor parte se vende al gobierno de Damasco, que a su vez vende combustible al PYD. Estos acuerdos también permiten la apertura del cantón de Afrin y, a través de las zonas leales, la conexión por carretera con los demás cantones (incluidos los convoyes militares del YPG).

Algunos comentaristas y activistas franceses prefieren evadir estas preguntas y en su lugar intentar demostrar la existencia de animosidad entre Damasco y Rojava, enfatizando los pocos días de enfrentamientos entre las fuerzas lealistas y el YPG en ciudades rodeadas por ellas (tensiones rápidamente calmadas gracias a la mediación rusa). No se menciona la coexistencia pacífica entre los dos ejércitos durante años (a veces dentro de la misma ciudad) – e incluso su estrecha colaboración en varios momentos cruciales, siendo el caso más emblemático la conquista de los distritos orientales de Alepo [23] –, lo que explica el resentimiento de muchos “rebeldes” hacia el YPG. Sin embargo, y lógicamente, la unión EAS-FDS a lo largo del Éufrates y en detrimento del EI, en el otoño de 2017, estuvo salpicada de varias colisiones que, estando vigilantes los Estados Unidos y Rusia, permanecieron sin seguimiento.

(Fin primera parte)


[1]Este artículo es la continuación de una serie de artículos: “Califato y barbarie” (primera y segunda parte en diciembre de 2015) y “Esperando Raqqa” (julio de 2016). Algunos temas han sido tratados anteriormente (como la transición de la protesta social a una guerra civil en la que participan actores internacionales). Así que nos referiremos a ello.

[2]Las aviaciones de rusa y de siria hicieron lo mismo en la región de Idlib para que no se establecieran tales estructuras.

[3]¿El EI ha estado dirigido por la franja moderada del movimiento? En cualquier caso, hubo una tendencia extremista en el seno del Califato, pero como minoría permaneció en la “oposición” y en 2017 fue incluso suprimida. Romain Caillet, “Disidentes radicales del estado islámico”, blog de Jihadologie sobre liberation.fr, 8 de junio de 2017.

[4]Romain Caillet en El invitado de las mañanas, France culture, 1ro noviembre 2017.

[5]Michel Goya, « Syrie : le modèle de l’intervention russe » (El modelo de la intervención rusa), DSI, n132, noviembre-diciembre 2017, p. 70-73.

[6]Sin embargo, los Estados Unidos y su aliado jordano apoyan a los grupos, principalmente denominados Ejército Libre Sirio (ELS), que controlan la zona limítrofe con Jordania y el Golán.

[7]La mitad de los habitantes de esta zona son refugiados, cuya presencia está en juego. Ankara garantiza que pueden beneficiarse de la ayuda humanitaria y no necesitan cruzar la frontera. HTC es consciente de ello y está liderando el camino con Turquía en sus relaciones con la UE. Los campos de refugiados son también un lugar ideal para el reclutamiento.

[8]Delphine Minoui, “Siria: en el corazón de la provincia de Idlib, una frágil isla de resistencia”, Le Figaro, 27 de julio de 2017.

[9]Tristan Leoni, « Califat et barbarie : En attendant Raqqa » (Califato y barbarie: esperando a Raqqa), julio 2016.

[10]La sorprendente duración de algunos escaños se explica por las especificidades de esta guerra civil: intereses financieros, vínculos familiares, de clan o tribales, la corrupción y la sociología del checkpoint hacen que, por ejemplo, continúen los intercambios económicos y comerciales entre las regiones rebeldes asediadas y el territorio lealista.

[11]Syrian War Report, 7 de septiembre de 2017.

[12]Tres carreteras conectan Siria e Irak: la primera, en el norte, atraviesa las fortalezas del YPG; la segunda, en Al-Tanf, en el sur, está ocupada por el ejército estadounidense; la tercera, en Abu Kamal, en el centro, está en manos del EI.

[13]Danyves, « L’Est syrien, enjeu véritable des quatrièmes négociations d’Astana pour la paix en Syrie » (El Este de Siria, un verdadero reto en las negociaciones de paz de Astana en Siria), blog de Danyves, Mediapart, 18 de mayo de 2017.

[14]¿Es necesario aclarar que mencionar las acciones de una organización político-militar (el PYD-YPG, que representa sólo una parte de los kurdos en Siria, probablemente una minoría), no es “criticar a los kurdos”, al “pueblo kurdo” o al proletariado kurdo? No nos referimos aquí a todos los puntos que, concernientes a Rojava, fueron tratados en nuestro artículo anterior, “Califato y barbarie: esperando a Raqqa”, en la “Carta a los amigos Rojavistas” (mayo de 2016) y en “Kurdistán?” (Enero de 2015).

[15]Sin duda es el uso de armas químicas por Damasco lo que permite a los occidentales bombardear Raqqa o Tabqa con proyectiles de fósforo blanco, municiones prohibidas por todas las convenciones internacionales… Luc Mathieu, « À Raqqa, des obus au phosphore blanc » (A Raqqa, proyectiles de fósforo blanco), Libération, 11 de junio de 2017.

[16]Luke Mogelson, “Dark Victory in Raqqa”, The New Yorker, 6 de noviembre de 2017.

[17]Este tipo de acuerdo es muy común en el conflicto sirio, pero como los medios de comunicación se concentraron entonces en Raqqa, provocó estupor y malentendidos; los conspiradores incluso lo vieron como una prueba de colusión entre el EI y Washington.

[18]Antoine Hasday, « À Raqqa, les tribus arabes accepteront-elles un pouvoir kurde ? » (¿Aceptarán las tribus árabes el poder kurdo en Raqqa?), Slate.fr, 11 de julio 2017.

[19]Andrew J. Tabler, Eyeing Raqqa. A Tale of Four Tribes, The Washington Institute, marzo 2017, p. 7-8.

[20]En julio de 2017, Turquía había intentado avergonzar a Washington revelando, a través de la agencia de noticias Anadolu, la ubicación y el número de doce bases estadounidenses en el Kurdistán sirio (una de las cuales albergaba fuerzas especiales francesas).

[21]Alexandre Alati, « Objectif Raqqa. Les moyens d’appui US en Syrie », Raids, n375, octubre 2017, p. 48-57. A finales de noviembre, se anunció la retirada de un batallón de marines, ver Laurent Lagneau., « L’EI ayant été défait à Raqqa, plus de 400 militaires américains vont quitter la Syrie », opex360.com, 30 noviembre 2017.

[22]Laurent Lagneau, « Le président Trump approuve la livraison d’armes aux milices kurdes syriennes », opex360.com, 10 mayo 2017.

[23]El cierre del corredor de Azaz en febrero de 2016 por una ofensiva conjunta del Ejercito Árabe Sirio (EAS), Hezbolá y el YPG contra los “rebeldes” Puede considerarse como las primeras señales de una ciudad asfixiada, de la que era una importante ruta de abastecimiento. En Alepo, en julio, es después del barrio kurdo de Sheikh Maqsoud que el YPG ayudará a las tropas de Damasco a cortar el camino estratégico a Castello, la última ruta de abastecimiento para los distritos rebeldes, que fueron entonces completamente rodeados y recuperados por el EAS.


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