02.ABR.18 | postaporteñ@ 1893

A La Resistencia Por La Victoria |Se Estrena EL RESCATE DE LA VOLUNTAD

Por DanielGatti-Brecha

 

Durante más de cuatro años, jóvenes argentinos dedicaron lo esencial de su tiempo a rodar una película que tiene como eje el congreso fundacional del uruguayo Partido por la Victoria del Pueblo, ocurrido en 1975 en Buenos Aires. En entrevista con Brecha, explican sus motivaciones y sus objetivos.

Daniel Gatti Brecha 28/03/18

El proyecto remonta a 2006, cuando Luis “Lucho” Ruiz, integrante del PVP que vive en Argentina desde los setenta, pensó que “algo” había que hacer distinto a lo hecho hasta ahora para rescatar la historia viva” de los sobrevivientes de Automotores Orletti, el centro clandestino de exterminio utilizado como base de actuación de los represores uruguayos en Buenos Aires en el marco del Plan Cóndor, en el que habían sido chupados decenas y decenas de sus compañeros. Ruiz consideraba que, como en la mayoría de los casos relacionados con “víctimas directas de la represión, no había habido una suficiente trasmisión de memoria y poco o nada se sabía “de lo que habían hecho esos compañeros, por qué les había pasado lo que les había pasado. Estaban congelados en ese momento de terror, como gente que había resistido a la tortura, al secuestro, a la desaparición”

Y hasta ahí. Ruiz quería llegar, con esas historias, a “la gente de hoy”, en especial a los más jóvenes. Habló con Hugo Cores, el entonces secretario general del PVP, coincidieron y los dos se pusieron a pensar cómo concretar la idea. La muerte de Cores, a fines de 2006, frenó el proyecto por un buen tiempo. Y cuando fue retomado, siete años después, se convirtió en otro.

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Renació en manos de un grupo de jóvenes argentinos del entorno de Adriana Moreira Ruiz, sobrina de Lucho, a quien éste sí le trasmitió la memoria de aquellos años. Un amigo de Adriana, Nicolás Méndez, en su doble condición de documentalista y militante (él y su familia), se interesó en particular por una de las historias que Lucho contaba una y otra vez: la de la organización en Buenos Aires, en los años setenta, del congreso fundacional de un partido político extranjero en condiciones de clandestinidad. Corría 2013. Adriana tenía entonces 28 años, Nicolás 30 y el tercer pilar del equipo, Mariano Mindlis, apenas 20./1

“Me interesó esa historia de resistencia, de convicción, de gente poniendo todo para enfrentar una dictadura, haciendo cosas que hasta se pueden considerar locas en aquella época, como multiplicar los viajes desde Buenos Aires a Montevideo para retomar contacto con sus compañeros y con gente de nuevas camadas militantes y sindicalistas y luego llevar a algunos de esos contactos a Buenos Aires. Me interesó el congreso en sí, la forma que eligieron para darse a conocer, tan rara”, dice Méndez. El congreso fundacional del PVP en Buenos Aires, en 1975, pasó a ser entonces el eje del documental

 Se trataba de un acontecimiento suficientemente fuerte, suficientemente “rupturista” como para justificar contarlo.

 “Pero no podíamos quedarnos sólo en el congreso, teníamos que relatar los orígenes de esos tipos, de esas mujeres, la mayoría muy jóvenes, mostrar de dónde venían, qué pensaban, teníamos que remontarnos a la génesis de ese partido, a sus antecedentes. Mostrar que aunque parecieran marcianos no lo eran. Y luego ver cómo siguió la cosa.”

Méndez (como director y guionista), Lucho (como “inspirador” de la idea y hombre de los contactos) y Adriana (como productora, junto a Mindlis), fundamentalmente, multiplicaron los cruces a Montevideo, a entrevistar gente, a rastrear archivos, a ver escenarios. Buscaron también financiación. Obtuvieron subvenciones del Instituto Nacional del Cine y Artes Audiovisuales de Argentina (INCAA), declaraciones de interés de distintos organismos argentinos y uruguayos, desde la Municipalidad y la Universidad de Lanús (el congreso del PVP se realizó en una casona de la localidad de Valentín Alsina, dependiente de ese “partido”) y el Ministerio de Cultura y la Secretaría de Derechos Humanos de Argentina hasta el PIT-CNT. Leyeron y releyeron documentación de época, vieron todo lo que podían ver de documentales y ficciones de y sobre aquellos años, consultaron archivos. “Fue como una obsesión, mía y de todo el equipo que este trabajo se hiciera. Puse un empeño particular, más que en ningún otro de mis trabajos anteriores”, dice Méndez.

Cuando Brecha los visitó, en noviembre de 2016, el apartamento de Nicolás en el barrio de la Boca era una casa tomada por el documental “sobre los uruguayos”: por las paredes corrían cartelitos que marcaban hitos, una línea de tiempo que iba desde 1968 a 1983, el período de 15 años que eligieron evocar “para que el proceso fuera entendible”; y la biblioteca y los armarios desbordaban de fotos, publicaciones, recortes, videos.

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Méndez partió del mismo presupuesto que Lucho Ruiz: evitar que el centro fuera el terror, la tragedia, las caídas, la derrota. “En esos lugares ya se colocaron otros, y hay incluso muy buenos trabajos, de ficción o documentales que los recrean. No era lo que queríamos hacer nosotros. Por eso elegimos ese período, que habla de luchas: del 68 y las movilizaciones obreras y estudiantiles en las que crecieron la mayor parte de los protagonistas de esta historia, hasta el 1 de mayo de 1983, cuando los trabajadores recuperaron las calles. Todo pautado por el recorrido de la gente que confluye en la creación del PVP en 1975”: anarquistas provenientes del tronco FAU-ROE-OPR 33, jóvenes marxistas que venían del FER. Obreros, estudiantes-trabajadores entre los primeros, más bien de clase baja o media; estudiantes, intelectuales, de clase media alta o alta los segundos, apunta Nicolás.

La película evoca esas dos vertientes, pero se detiene más en la ácrata, numéricamente dominante y hegemónica en la primera dirección del PVP, aunque el anarquismo más o menos puro, más o menos duro de los orígenes ya estuviera desde hacía tiempo muy matizado por otras influencias.

Un tratamiento del color en el que serán notorios el rojo y el negro, y los acordes de “A las barricadas”, uno de los himnos de los libertarios en la guerra civil española, declinado en distintas versiones a lo largo de la película, hablan de esa opción. “En cuanto a los momentos históricos que tratamos nos detuvimos en especial en dos años clave previos al congreso del 75: el propio 68, como punto de inicio, y el año 72, para comprender el pasaje al exilio en Argentina luego del acto en homenaje a Sacco y Vanzetti en que parte de los integrantes de la dirección histórica de la ROE fueron requeridos”, cuenta Nicolás.

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Los propios autores de Kollontai, apuntes de resistencia/2 saben que muchas de estas referencias, empezando por la del propio congreso fundacional del PVP, son evocadoras sobre todo para quienes las vivieron o sus entornos, y que el “gran público” poco y nada sabe de ellas. Como poco y nada sabe de los planes de aparición pública del PVP, desbaratados en sus inicios por la represión y el aniquilamiento de buena parte de sus cuadros. “Somos conscientes que si preguntamos a un uruguayo de hoy, por más militante de izquierda que sea y por más que esté metido en las entrañas de los aparatos partidarios, qué le dicen los nombres de ViloX o de Campaña de Alejandra ninguno sabrá de qué le estamos hablando. Y sin embargo son dos elementos fascinantes. A mí en particular me sedujo el ingenio de utilizar los aparatos de propaganda, los medios de comunicación del enemigo, las técnicas de la publicidad para promocionar un producto con el logo del partido, o el esfuerzo y los riesgos que significaron trasladar a decenas y decenas de personas de un país a otro para participar en una iniciativa democrática como organizar un congreso extraño, de un grupo de conjurados encapuchados”, encarnados el primero en la campaña publicitaria de los productos ViloX y el otro en la Campaña Alejandra (véase recuadro “Kollontai”)

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Kollontai… es en su mayor parte un documental con mucho de archivo y algo de ficción. En algunos de sus pasajes se recurre a actores. Por ejemplo, para escenificar los avisos de ViloX, una inventada línea de cosméticos belgas “fabricados con la fragancia de las más nobles maderas de Oriente” que “pronto” llegaría al Uruguay, según decía el eslogan. Un actor publicitario argentino personificó al presentador que a comienzos de 1976 grabó en los estudios de Publicidad Oriental el aviso de ese producto cuyo logo resaltaba la X y la V, del “Por la Victoria” del recién formado y todavía no “aparecido” en Uruguay Partido por la Victoria del Pueblo./3

En la película se incluye también una entrevista con Walter Tardáguila, famoso ciclista de aquellos años que corrió la Vuelta de 1976 con publicidad de ViloX en su espalda, y Ruben “Pepe” Prieto, militante del PVP encargado de los contactos “empresariales” de la campaña, cuenta sus vericuetos. “Lo de ViloX es sorprendente. No es que sea tan importante en sí mismo –después de todo sólo era un aviso– pero revela una cabeza abierta, una reflexión previa sobre el alcance de los medios, hasta algo jodón para tomarle el pelo a la dictadura”, dice Adriana Moreira, que hace de maquilladora en la ficcionalización del aviso.

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En total la ficción ocupa poco más del 10 por ciento de la película. Se la utiliza, además de en el aviso de ViloX, en la recomposición de acciones clandestinas, o para evocar, en algunos pasajes, las figuras de León Duarte y Gerardo Gatti, los dos principales dirigentes del PVP fundacional desaparecidos en 1976.“Nos daba cosa hacerlos a los dos, pero eran indispensables. Tuvimos mucho cuidado en esos pasajes. No queríamos ser grotescos, que esas partes quedaran bizarras, y ‘aparecen’ de manera velada, sobre todo en apoyatura de los audios que teníamos de ambos”, cuenta Méndez.

En la presentación del proyecto ante el INCAA se explica con más detalle el porqué del echar mano a la ficción: “Existen momentos fundamentales que no tienen registro audiovisual o fotográfico de archivo por ser acciones clandestinas. Encontramos en la dramatización un recurso donde poder representar la magnitud de los hechos y puntualizar momentos clave de la historia. Por otro lado, las recreaciones nos permiten romper una barrera que separa al público masivo del género documental de archivo, aportando el suspenso y la estética que el género proporciona”.

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“Estoy pero podría no estar”, dice Nicolás que fue lo que le trasmitió la mayoría de los entrevistados para su película. “En algunos había como un sentimiento de culpa que perdura, de haber sobrevivido a todo aquello. En otros no, pero todos remarcaban que entonces se pensaban como parte de un sujeto colectivo en que lo importante no eran ellos sino el conjunto. En algunos se veía nostalgia por un tiempo que ya no es más, a otros lo sucedido después, su reflexión posterior, les hizo cambiar la perspectiva.” 

Él, en todo caso, se para como integrante de una generación que no vivió ese tiempo, que de nostalgia nada, pero que a “aquello” lo mira con respeto, con ganas de rescatarlo partiendo de la base de que “incluso en tiempos oscuros como esos se podía resistir y que los de hoy, también oscuros, deben llamar a formas de resistencia y de proyectar un mundo mejor, aunque no sea aquel”

1. Nicolás Méndez Casariego es licenciado en comunicación, docente de televisión y editor de series documentales para Canal Encuentro. Dirigió los documentales independientes Malvinas volveremos y Nuestras vidas nuestras luchas.
Adriana Moreira Ruiz es licenciada en periodismo, docente y productora de cine y teatro. Dirigió la revista digital Gea, orientada a las mujeres del Conurbano de Buenos Aires.
Mariano Mindlis es docente en el taller de televisión de TEA y DEPORTEA. Fue productor general de la serie documental Efecto realidad, trasmitida por Canal Encuentro, y asistente de dirección en la serie Aguas Adentro, entre otros trabajos.

2. Kollontai… será exhibida en Cinemateca el sábado 31 de marzo a las 17 horas (Sala dos, Carnelli 1311) y el martes 3 de abril a las 19.30 (Cinemateca 18, 18 de Julio 1280), en el marco del 36º Festival Cinematográfico Internacional del Uruguay.

3. Poco después de recrear ese aviso en la ficción, Martín Casallongue grabó en Montevideo un aviso para Salus, ese sí “real”. Lo hizo en los estudios de la agencia Oriental. Publicidad Oriental fue la empresa que tuvo a su cargo la cuenta ViloX en 1976. Casuales casualidades.

Por qué Kollontai

EL NOMBRE DEL documental alude a la Campaña Alejandra que los promotores de lo que luego sería el Partido por la Victoria del Pueblo organizaron previamente a su congreso fundacional. Y la campaña se llamó así en homenaje a Alexandra Kollontai, la bolchevique rusa que pasó a la historia por ser la primera mujer en integrar un gobierno y fundamentalmente por lo que hizo en su corta gestión como comisaria del pueblo de Asistencia Pública: legalizar el aborto, autorizar el divorcio por sola voluntad de la mujer, darle a ésta derecho al voto, instituir el “salario de maternidad”. Kollontai también quedó como una de las protagonistas de la Oposición de Izquierda que le reclamaba al bolchevismo un retorno a lo que consideraba como sus orígenes asamblearios, sovietistas. Marginada, evitó ser purgada y liquidada, como el resto de los opositores al ascendente y luego triunfante estalinismo porque terminó alineándose con la dirigencia de la URSS, que la nombró embajadora. Los libertarios uruguayos, en todo caso, reivindicaban a la “primera” Kollontai, a la autora de Autobiografía de una mujer sexualmente emancipada y a la combatiente que en algunos planos se les asemejaba.


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