12.ABR.18 | postaporteñ@ 1896

El control obrero sobre la producción y la Oposición Obrera en la Revolución Rusa (I)

Por Don Fitz

 

[Primera de tres partes de este interesante y polémico material, fuente LINKS]

En una sociedad poscapitalista, ¿quién debería controlar la producción? ¿Cómo deberían tomarse decisiones sobre la vida laboral? ¿Quién debería decidir qué se produce, dónde se produce y cómo se intercambia dentro de un país y entre países? Por primera vez en la historia, la gran revolución rusa de 1917 tuvo que enfrentar estos problemas de una manera no solamente teórica. Los temas se volvieron dolorosamente pragmáticos durante el intenso conflicto entre la mayoría partidaria y la Oposición Obrera de 1919-1921

>Don Fitz

Demasiadas discusiones acerca los bolcheviques se centran en las batallas políticas, y los debates económicos se tratan apenas como secundarios. Pero de hecho, las luchas a propósito de la producción fueron centrales; los conflictos políticos reflejaron muchas de estas diferencias; hoy en día las perspectivas de control vertical o autogestión impregnan todas las visiones de una nueva sociedad.

En el Manifiesto Comunista Karl Marx y Friedrich Engels escribieron que la tarea de construir el comunismo debe ser obra de las "masas trabajadoras mismas". En agosto de 1917 Vladimir Lenin escribió en El Estado y la Revolución que "la administración de la industria está dentro de la competencia de cualquier ciudadano moderadamente inteligente". Para 1919, miles de trabajadores en toda Rusia vieron que estos principios se evadían y se perseguía a un grupo cuyos líderes más conocidos fueron Alexandra Kollontai y Alexander Shlyapnikov.

Ambos habían sido cercanos colaboradores de Lenin. Mientras éste estaba en el exilio, Kollontai lo mantuvo informado de los acontecimientos en Rusia. Shlyapnikov, un importante líder de la Unión de Trabajadores Metalúrgicos, era el principal líder bolchevique en Petrogrado cuando estalló la revolución de febrero. Cuando Lenin regresó a Rusia, Kollontai presentó sus "Tesis de abril" sobre la necesidad de una revolución permanente. Kollontai y Shlyapnikov se contaban entre sus partidarios más ardientes. Sin embargo, en 1922 Lenin había sugerido que ambos fuesen fusilados. ¿Qué hizo la Oposición Obrera generase tanta hostilidad del gran arquitecto de la revolución?

Los primeros días de la revolución

Siendo un trabajador metalúrgico desde los 13 años, Shlyapnikov tenía la firme convicción de que los trabajadores estaban más capacitados para dirigir la industria porque tenían experiencias cotidianas en los procesos de producción. Desempeñó un papel clave en la absorción de distintos sindicatos primarios en un solo sindicato industrial de trabajadores metalúrgicos, como lo propugnaban los Trabajadores Industriales del Mundo (IWW).

Como primer comisario del trabajo en el nuevo gobierno soviético Shlyapnikov era muy consciente de que el éxito de la Revolución de Octubre lo lograron tanto los bolcheviques como los no bolcheviques. La Unión de Trabajadores Metalúrgicos y un gran número de otros trabajadores querían un gobierno revolucionario multipartidario.

Pero a medida que distintos partidos se levantaron en oposición y muchos de sus miembros se unieron a los ejércitos "Blancos" contrarrevolucionarios, los soviéticos usaron varios métodos para limitarlos. Cuando Lenin sugirió al Consejo de Comisarios del Pueblo que arrestara a los líderes del Partido Kadete, Stalin fue el único miembro que votó en contra de la resolución. A menudo retratan a Stalin como esperando la oportunidad de reprimir a los opositores, pero los acontecimientos de la Revolución Bolchevique confirman que la historia moldea a las personas al menos tanto como las personas crean la historia.

Al comienzo de la revolución de octubre de 1917, la Unión de Trabajadores Metalúrgicos pidió el control de la producción por parte de los trabajadores. En marzo de 1919, el Octavo Congreso del Partido (ahora el Partido Comunista Ruso o RCP) aprobó la famosa sección económica de su programa, que incluía en el párrafo 5: "Los sindicatos deberán avanzar en concentrando más aun en sus manos la gestión de toda la economía, como una sola unidad”. Esto distinguía claramente a los bolcheviques, tanto de los anarcosindicalistas, que aborrecían cualquier "concentración", cono de los súper-centralizadores, que deseaban que la economía fuera coordinada por el Estado en lugar de por los sindicatos. ¿Florecería en Rusia el control de los trabajadores?

El amargo fin de la luna de miel

A pesar de esa resolución, Shlyapnikov vio una discrepancia entre lo que se decía y lo que se hacía. No estaba de acuerdo en depender de los especialistas para dirigir fábricas e imponer a los trabajadores una disciplina de arriba abajo. Nadie estaba en desacuerdo con que la caída de la productividad amenazaba la supervivencia de la revolución.

El Tratado de Brest-Litovsk de marzo de 1918 trajo la pérdida del 40% de la industria rusa y el 70% de su producción de hierro y acero. Las líneas de suministro se quebraron faltando partes necesarias para la fabricación. La Guerra Civil iniciada en mayo de 1918 costó millones de vidas de combatientes, hambrunas y enfermedades. La inanición masiva se extendió en las ciudades rusas. ¿Cómo podría la miseria ser eliminada?

Los principales dirigentes bolcheviques que nunca habían trabajado en una fábrica interpretaron la causa de la crisis como ausentismo y malos hábitos de trabajo.Vieron como una solución una mayor disciplina laboral bajo el control de tecnócratas y la creciente burocracia. Otros, como Shlyapnikov, consideraron que el obstáculo en la producción eran las fallas en los suministros y la falta de combustible y alimentos. Para ellos, el control burocrático no podría superar la inadecuación de las materias primas, tampoco el frío y el hambre.

Una de las primeras manchas de la revolución fue Astrakán, donde las autoridades bolcheviques dispersaron las asambleas de trabajadores, encarcelaron a los líderes electos e insistieron en una mayor productividad. En 1919 dispararon contra una asamblea de 10 mil trabajadores metalúrgico, causando 2.000 heridos. La nueva policía secreta, Cheka, mató a cientos, algunos atados a rocas fueron arrojados al Volga. En abril fueron ejecutados de más de 4000. Como jefe del Ejército Rojo, León Trotsky lo aprobó. Shlyapnikov exigió una investigación.

En 1919 se crearon campos de trabajo forzado, donde podían ser enviadas personas por órdenes de la Cheka, tribunales revolucionarios o tribunales populares. Cuando la marea de la Guerra Civil giró en el otoño de 1919 derrotando a los ejércitos blancos, la atención se dirigió a la organización de la industria. [A fines de ese año, estando Trotsky en el apogeo de su popularidad, propuso la militarización del trabajo. Los ejércitos de trabajadores se armarían por estímulo, compulsión, y una estructura de arriba a abajo en forma militar.

Shlyapnikov aceptó el uso por Trotsky de antiguos oficiales zaristas como "especialistas" en el Ejército Rojo porque los trabajadores no tenían un conocimiento especial de la estrategia militar. Pero argumentó que los trabajadores industriales entendían los procesos de producción mejor que los especialistas asignados por el partido. A medida que más y más miembros del partido de base compartían preocupaciones similares, comenzaron a unirse formando en 1919 la Oposición Obrera.

Marginados

La división dentro del Partido Comunista de Rusia se intensificó a lo largo de 1920, que comenzó con la propuesta de Shlyapnikov de que los sindicatos tomasen el control de todos los niveles de la economía. En marzo, Trotsky expuso su idea de la "gestión unipersonal" de las fábricas y Lenin estuvo de acuerdo. Kollontai defendió el concepto de "gestión colectiva" por representantes electos.

El debate sobre el control económico se extendió en el partido y se venía un intenso IX Congreso. Lenin y otros pensaron que era mejor que Shlyapnikov no estuviera presente y lo asignaron a Europa occidental. Kollontai criticó a Lenin por eliminar repetidamente de las discusiones a aquellos con quienes no estaba de acuerdo.

En ausencia de Shlyapnikov, el noveno congreso del partido anuló la resolución del VIII sobre el control de la economía por los sindicatos y pidió que el partido aumentara su control sobre el personal. Posteriormente, el apoyo a la Oposición Obrera se extendió en los sindicatos industriales de todo el país, y los líderes del partido atacaron a la OO personal políticamente tratando de socavar su influencia.

La acusaron de tener vínculos con contrarrevolucionarios. Lenin y Bujarin dijeron que el planteo de la OO de incluir a no bolcheviques en la gestión de la economía los hacía “sindicalistas". Zinoviev les recriminó no entender que la transición al socialismo tenía que ser controlada por especialistas en lugar de por los trabajadores.

La disputa de 1920 no sólo se centró en la OO. En agosto, Trotsky alentó la fusión de los sindicatos ferroviarios y de transporte de agua en un nuevo Tsektran, con líderes designados y militarización generalizada del trabajo. Múltiples organizadores temieron que fuera el primer paso de Trotsky para centralizar todos los sindicatos en un aparato estatal de trabajo militarizado. La hostilidad se extendió tan rápidamente que el Presídium de la IX Conferencia dejó a Trotsky y sus partidarios fuera de la lista para el Comité Central (aunque luego los volvieron a poner).

Los aliados de Trotsky fueron tan firmes en exigir la militarización del trabajo que rompió la disciplina del partido al denunciar a la OO en reuniones con trabajadores no partidizados. Defendiendo sus propuestas, Trotsky escribió: "El hombre debe trabajar para no morir. No quiere trabajar, pero la organización social lo obliga y lo azota para ello". En una reunión tras otra los trabajadores se preocuparon porque que si las propuestas de Trotsky se llevaban a cabo podrían ser encarcelados por infringir la más mínima norma laboral.

La ira parecía a punto de hervir. Los partidarios de Lenin crearon una comisión para resolver las diferencias. Incluía tanto a Trotsky como a Shlyapnikov. Sin embargo, ambos renunciaron rápidamente, quejándose de que Lenin había apretado las tuercas para asegurarse de que ninguno de los puntos ellos se incluyese en las propuestas. Esta pudo ser la única vez que Trotsky y Shlyapnikov estuvieron de acuerdo en ese período.

Se acercaba el infame X Congreso del Partido (8-16 de marzo de 1921), el Partido tenía tres facciones claramente definidas. La izquierda, OO, propuso un mayor control sindical sobre la economía, menor burocratización y restauración de la democracia partidaria. La derecha liderada por Trotsky y Bujarin pidió ejércitos de mano de obra controlados por el estado. "Los 10", partidarios más leales de Lenin, propusieron que los sindicatos se organizasen separados del estado, dedicados a en la educación de los trabajadores como "escuela de comunismo".

Muchos significados del "control obrero". Puede decirse que éste fue abandonado en el X Congreso; pero la frase "control obrero" significaba cosas muy diferentes para diferentes personas en diferentes momentos. Por tanto es necesario profundizar la teoría socialista.

¿El "control obrero" significa que la fuerza de trabajo en cada fábrica podría apropiarse del producto y hacer lo que quisiese, como venderlo al mejor postor y repartirse el ingreso (como ocurrió a veces luego de la revolución)? ¿Significaba que cada grupo de trabajadores decidiría no solo cómo organizar la producción sino también qué productos fabricar y vender en el mercado? O, ¿significaba, como lo propuso la OO, que los líderes sindicales elegidos coordinarían la producción a nivel local y nacional, dejando la máxima toma posible de decisiones posible en materia de organización de la producción, a cada grupo de trabajadores?

La crítica de Marx a la "anarquía de producción" del capitalismo fue una parte central de la actitud hacia el control obrero a principios del siglo XX. Los bienes son producidos, no por necesidad social, sino para venderse en el mercado capitalista. Para Marx, la justicia económica requería un plan de producción para satisfacer las necesidades. Esto fue apoyado por prácticamente todos los que se hacen llamar socialistas.

Hubo una gran diferencia entre los reformistas (como Eduard Bernstein) que consideraban que los derechos de los trabajadores podían obtenerse gradualmente al elegir socialistas para el gobierno, y aquellos (como Lenin) que veían la necesidad de la revolución. Ambas partes rechazaron los puntos de vista anarquistas y sindicalistas que dejarían la producción en manos de cada grupo de trabajo. Para los socialistas, las empresas propiedad de los trabajadores, dejarían intacto el mercado obligando a los grupos de trabajo a competir entre sí.

Marx asumió que quienes planearían la producción serían las "masas trabajadoras". Pero, ¿y si las "masas" se dividían entre las que tenían poder sobre la economía, y los que no? Marx nunca planteó esta posible discordia entre la teoría y la práctica, pero fue planteada por amargos debates dentro del Partido Comunista.

El enfoque de Lenin para controlar la industria reflejaba su enfoque sobre la tierra. Los bolcheviques asumieron que elevar la productividad requería el trabajo colectivo de la tierra. Cuando Lenin regresó a Rusia después de la revolución de febrero, en la conferencia bolchevique de abril, insistió en que la cláusula sobre el control de la tierra por los campesinos fuese anterior a lo de nacionalizar la tierra porque "es un paso importante ". A medida que las tomas campesinas de tierras se extendieron por Rusia en los meses siguientes, los bolcheviques las apoyaron con entusiasmo, sin mencionar el objetivo final de nacionalizar la tierra.

Del mismo modo, entre las dos revoluciones (Febrero y Octubre), las tomas de los lugares de trabajo crecieron como un incendio. Lenin avivó sin reservas esas llamas mientras hablaba a favor del "control de los trabajadores sobre la producción y distribución de bienes". La crítica provino de otros bolcheviques como Solomon Lozovsky: "Es necesario dejar absolutamente claro y en forma categórica de que los trabajadores en cada empresa no deben tener la impresión de que la empresa les pertenece ".

Shlyapnikov y Kollontai estuvieron entre los miles de revolucionarios que elogiaron las declaraciones de Lenin. Para ellos el control de los trabajadores era un fin en sí mismo y la base de la nueva sociedad. Pero una lectura cuidadosa de Lenin revela que veía el control de obrero como un medio para destruir el control capitalista de la industria, y cedería al fin superior de la planificación centralizada.

Así, tres posiciones atormentaron el espíritu bolchevique en 1917: el espíritu cauteloso temía que el control de los trabajadores pudiera interferir con la construcción de una economía estatal; el espíritu indiviso veía la autogestión como método y objetivo para establecer el socialismo; y, el espíritu de redefinición vio que el control obrero podría usarse primero como un método para vencer al capitalismo y luego redefinirse como un control del partido sobrela producción en nombre de la clase trabajadora. Estos espíritus lucharon entre sí, a veces dentro de sí mismos, hasta 1921 y más allá.

Los elogios al control de los trabajadores disminuyeron a medida que los líderes del partido vieron caer la producción, y la centralización se convirtió en la palabra del día. Aterrorizados por el desorden proliferante, decidieron traer de vuelta a los burócratas para manejar el estado y la economía. Shlyapnikov se sorprendió al regresar a Moscú en febrero de 1919 y ver el alcance de los especialistas pre revolucionarios en el control de la industria. La misma preocupación se hizo eco en todo el país.

Las facciones bolcheviques de 1921 fueron las formas de corporización de esos tres espíritus. La Oposición Obrera abogó por que los trabajadores tomen decisiones fundamentales sobre la producción y coordinen la economía a través de representantes electos. El bloque Trotsky-Bujarin respaldaba la militarización de arriba abajo del trabajo, y se mofó del control obrero. Lenin, hábil manipulador, juntó la abrumadora mayoría al cooptar gran parte del lenguaje del control obrero mientras adoptaba una forma más suave de la propuesta Trotsky-Bujarin.

[Continuará...] enviado por Fernando Moyano


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